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Muñecos por sunako_1

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Notas del fanfic:

Los personajes del manga/anime "Kuroko no basuke" no me pertenecen, son propiedad de Tadatoshi Fujimaki-sensei

Notas del capitulo:

hola a todos y a todas

primer aniversario del grupo!!!!! tanto tiempo llevamos ya? XD

adoro al grupo y espero dure muchisimo tiempo mas~~ <3

espero les guste

 

aclaraciones: OS basado en una historia de la deep web 

El sonido de un formón delgado tallando la madera, hacía eco en aquel taller medianamente iluminado. Un solitario hombre de cabello azabache con un delantal azul que evitaba manchar su ropa, daba pequeños golpes con un martillo al objeto afilado. Soplaba los restos que quedaban sobre lo que ahora era una sonrisa y admiraba la expresión lograda en ese rostro de fina madera que después pintaría.

Se irguió dejando su trabajo a medio terminar –Creo que descansaré un poco- dijo mientras dejaba los utensilios sobre la gran mesa de caoba junto a la infantil figura unida con tornillos y pegamento.

Estiró los brazos logrando que sus huesos sonaran y cuando se acercó al sillón cerca de una ventana, unos suaves toques sonaron en su puerta –Permiso- un hombre de cabello negro medianamente largo vestido con un traje militar, se asomó tras abrir la puerta sin esperar el permiso –Buenas noches maestro Himuro-

-Creo que a usted no le enseñaron modales- habló con molestia para luego mirarle –Debería esperar hasta que se le permitiera entrar-

El pelinegro entró mostrando una expresión dura –No me desafíe maestro o se deberá…-

-Lo siento, pero…- lo interrumpió al tiempo que se ponía justo frente a él sorprendiéndolo por lo rápido de la acción -… las amenazas no funcionan conmigo- su semblante tétrico hizo al pelinegro temblar.

Retrocedió un paso –Di…discúlpeme…- tragó saliva -… no… no volverá a pasar…-

Sonrió alejándose y dándole la espalda –Eso espero señor…- lo miró interrogante haciéndolo recordar que aun no se presentaba.

-Mibuchi… mi nombre es Mibuchi Reo- se puso en posición firme –Vine a buscar el encargo de mi superior- sacó una tarjeta de uno de sus bolsillos de la chaqueta y se la ofreció –Dijo que al mostrarle esto, sabría que soy de confianza-

La tomó y leyó –Entiendo- la guardó en el bolsillo de su pantalón –Espere un momento. Vuelvo enseguida- caminó hacía una esquina donde la luz no llegaba.

El pelinegro comenzó a observar el lugar lleno de estantes. En cada una de las divisiones, se podían apreciar hermosos muñecos de distintos materiales y distintos tamaños. Madera fina, cerámica, tela. Todos muy bien detallados. Pero entre tantos que admirar, seis muñecos sentados en el estante a su izquierda fueron los que le llamaron la atención.

Se acercó para verlos de cerca. Eran seis preciosas figuras de niños que median un poco más de un metro. Estaban vestidos con trajes del color de sus cabellos y ojos. Apariencias muy distintas, pero igual de bellas. En el arcoiris de ojos de plastico, los iris de color malva fueron los que lo atraparon. Ojos que parecían llenos de vida, pero obviamente estáticos.

Se puso frente al muñeco y con sus dedos le rozó la mejilla. Se asombró al sentir la suavidad del material que parecía piel helada –Es… hermoso…- susurró totalmente admirado por el rostro infantil con una mueca ligeramente aburrida. Quiso tocar las largas hebras violetas, pero una mano le apretó fuertemente los dedos y una voz amenazante lo dejó quieto.

-Le rogaré que no vuelva a tocarlo con sus sucias manos- al voltear un poco el rostro, se encontró con una mirada gris totalmente fría. Un miedo inexplicable surcó su cuerpo y solo pudo tartamudear una disculpa antes de alejarse para ser soltado. El azabache se acercó a la mesa donde ahora había un baúl bastante grande –Este es el muñeco que encargó su jefe- lo abrió mostrando uno muy parecido a los seis anteriores, pero su cabello era de un rojo mucho mas claro que uno de los que yacía sentado –Su nombre es Seijuro- cerró el baúl con candado –Su nombre es especial, así que dígale a su jefe que no puede olvidarlo ni cambiárselo-

-Entendido- respondió en posición firme otra vez.

-Le ayudaré a llevarlo hasta su vehiculo. Aunque no es muy pesado, no quiero que se rompa antes de ser entregado a su nuevo dueño- sonrió.

Aquella sonrisa, le erizaba la piel dejándolo intimidado –Mu… muchas gracias- cada uno levantó de un lado el baúl y salieron.

El silencio reinaba en el lugar que solo habitaban aquellas figuras esculpidas y talladas. Cada una con distintos sentimientos y pintadas con distintos colores. Unas sonreían, otras se mostraban serias. Otras en poses de danzas, otras sentadas. Solo una cosa era igual en ellas… todas eran especiales.

La puerta se volvió a abrir dándole paso al azabache que suspiraba –Creo que ya hice mucho por hoy- se quitó el delantal dejándolo sobre el sillón que antes iba a ocupar –Me iré a la cama temprano- sonrió mientras se acercaba a los seis muñecos que lo observaban fijamente –No estén tristes. Ustedes pronto encontraran un dueño igual como lo hizo Seijuro- le acarició el cabello al pelivioleta –Excepto tu Atsushi… tu eres mío y nunca te dejaré en otras manos- lo levantó para abrazarlo –Hoy tengo muchas ganas de jugar contigo…- susurró jadeante mientras rozaba su entrepierna con el pequeño y descalzo pie que quedó colgando.

Los pocos pasos que lo acercaban a la salida, de pronto se hicieron extremadamente largos para el dueño de aquellos inexpresivos ojos malva que se inundaron de lágrimas mudas. Las mismas lagrimas que escurrían de los cincos pares de distintos colores que miraban ese mismo lugar sin poder cerrarse…

 

Fin.

 

Notas finales:

espero les haya gustado

bueno, no puse pareja en el resumen porque lo creí innecesario 

tambien quería hacer dos OS para el aniversario, pero el otro quedó a medias, así que lo guardo para la proxima convocatoria~~

agradezco sus comentarios


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