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Fiesta por candy_sugar01

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Notas del capitulo:

Gracias por los comentarios; disfruten.♥

(ya saben, probablemente corrija/agregue cosas después).

– No puedo creer que coman tanto... – Murmura Suho entre sorprendido y asustado a sus amigos, con quienes mira a la distancia como los futuros-padres devoran con un apetito voraz una mezcla rara entre comida china, pizza y dulces. Y cuando digo mezcla, es mezcla.

 

En cuanto Lay expresó su hambre, los otros dos parecen haberse puesto de acuerdo en que mágicamente también tenían hambre; sin embargo, cuando los dueños del piso intentaron refutarlos fue cuando comenzó el berrinche.

 

Les quedó grabado en cada golpe que la fuerza de Baekhyun, Kyungsoo y Lay es por dos, literalmente.

 

Queremos comida china” Perfecto. No había problema con aquello. Pero a los 5 minutos de haber hecho el encargo, comenzaron las quejas.

 

Tardan demasiado”

 

Quiero comer ahora”

 

¿Y si mí bebé se desnutre?”

 

¿Tanto lujo y el refri vacío? Por favor...”

 

Así que optaron por ir a una tienda cerca del edificio y comprarles algunas golosinas para que al menos confundan el hambre temporalmente. Pero al volver, grata sorpresa, los 3 jóvenes embarazados había hecho un desastre en la cocina. Un gran desastre.

 

Pero al fin y al cabo se cocinaron una pizza, invitándolos también con ellos. Obviamente los supuestos padres se negaron; tal vez esa masa estaba envenenada o algo. Y segundo, apenas eran pasadas las 10:40 a.m, dentro de lo que cabe un horario normal, hora del desayuno.

 

Cuando llegó la comida china, hubo una disputa por ver quien abría la puerta. Los padres alegaban estar cansados de haber caminado bajo el horrible frío y los embarazados los acusaban de ser unos flojos; que incluso ellos cargando con un bebé tenían mucha más movilidad.

 

Al final fue Kyungsoo a abrir entre la disputa, pagó y volvió a la mesa esperando que los demás se callen y noten que ya el problema estaba resuelto.

 

Y ahí estaban los 3 jóvenes comiendo hasta por los codos. Echando dulces a la pizza o de todo a la comida china.

 

– ¿Y saben qué es lo peor? – Murmuró ahora Chanyeol con el ceño levemente fruncido.

 

– ¿Qué? –

 

– Que esto apenas es el desayuno. –

 

 

 

–-

 

 

 

Lay está sentado precisamente en el medio de la enorme cama de Suho, con las piernas cruzadas estilo indio, la espalda recta y las manos apoyadas en las rodillas. Está vestido con ropa de casa, aprovechando que en el lugar hay calefacción; bermudas blancas y una camiseta bastante holgada que remarca su vientre. Suho lo mira desde una esquina; no entiende que está haciendo el menor ahí.

 

Bueno, sí. Al final de cuentas terminaron acordando que cada mami dormiría con el papi del bebé para no tener que andar mudando cosas de un cuarto al otro. Por el momento la situación se sobrelleva bastante bien, excepto por Chanyeol y Baekhyun que están a los gritos a cada rato.

 

– Uhm... Lay... – Llama, pero antes de que el otro siquiera responda, comienza una nueva pelea.

 

 

¡Te digo que vas a dormir en el piso!”

 

¡Pero ésta es mí habitación!”

 

Me haces hacer tantos corajes... ¡Ya, vete!”

 

¡Tú eres el quisquilloso!”

 

¡Eres malo! ¡No te importa la comodidad de tu bebé!”

 

Ta he dicho que ese no es mí- “

 

 

Por el amor de Dios... ¿¡SE PUEDEN CALLAR!?”

 

Y he ahí cuando Kyungsoo pone orden de momento y reina la paz. Pobre Jongin, tendrá que compartir habitación con Satán y que, además, está esperando a su hijo. Recemos por él.

 

 

– ¿Me decías? – Lay aparta la vista de la pared a la que miraba extrañado, como si en ella se estuviese proyectando la escena anterior. Suho se acerca y se sienta a los pies de la cama.

 

– ¿Qué haces? Digo, por... Uhm... – Con una mano señala la pose del menor.

 

– ¡Oh! Mi madre dijo que debía hacer ejercicios y yoga, y todas esas cosas raras para que más adelante no tenga tantos dolores ni me sienta cansado. – Explica con una sonrisa.

 

– ¿Y funciona? –

 

– Pues... De momento sí. – Se encoge de hombros. – Aún no siento sus movimientos pero a medida que crece mi vientre siento que mi espalda se encorva. –

 

– ¿Y qué piensan tus padres de esto? –

 

– Están felices por ser abuelos, pero me sofoca que sean tan tradicionales. Dicen que no podría criar a un bebé yo sólo... Y tampoco esperaba hacerlo solo... – Murmura muy bajito para que el otro no escuche. – Ya sabes; moralmente no es correcto, no me vería bien como padre soltero, bla bla bla... –

 

– Sabes que si necesitas algo me lo puedes pedir. – Ofrece de buena manera. Si Lay va convivir con él, es lo menos que puede hacer para ayudarlo. Bueno, hablamos de momento, ya que si el bebé con el que carga realmente es suyo...

 

Ay, Diosito...

 

– ¿Es eso una insinuación? – Murmura el adolescente con el ceño levemente fruncido y un tierno sonrojo que deja pasmado al contrario por unos segundos. – Es que... D-dijiste “en lo que necesite”... Y los embarazados por los general... Necesitan muchas cosas... – Murmura desviando la mirada.

 

– N-no... Yo decía que... –

 

– Admito que me pones, sí. Eres el padre de mi bebé después de todo; pero me sentiría mal si lo hago. Ya sabes, es como que algo tan inocente... – Acaricia lentamente la pequeña curva en su abdomen. – Entre un acto bastante impuro... Me daría vergüenza... – Su voz es clara pero obviamente está abochornado. Toma una almohada que deja entre sus piernas y hunde el rostro en ella mientras la abraza.

 

– … – Suho está boquiabierto. Sacude la cabeza y vuelve a lo que decía. – Gracias por compartir tus... Ideas conmigo, pero yo hablo de que si necesitas un masaje o te sientes mal -entre otras cosas típicas del embarazo- puedes decirme. –

 

– Oh... –

 

Junmyeon ríe porque Lay es muy tierno; adorable. Será un buen padre, lo sabe. Por otro lado, el adolescente apenas y asomó su rostro de entre la mullida almohada, queriendo esconder un sonrojo; le da pena luego de haber confesado al chico que tiene enfrente que le tiene ganas.

 

– L-lo siento, suelo se bastante directo. –

 

– No importa. – Suho se acerca el centro de la cama y copia la posición de Lay, a su frente. Le quita la almohada, lanzándola por algún lugar de la habitación -en realidad solamente la dejó a un lado- y se inclina un poco para posar ambas manos sobre el pequeño vientre. Admite que le gustaría que el bebé patease; sentirlo y obtener una respuesta. – Si ahora vamos a convivir, puedes hacerme saber todo lo que necesites. –

 

Lay sonríe por el gesto tierno y aparta la mirada, avergonzado. En su interior está muy feliz de que el padre de su bebé sea Suho y no alguien molesto como Chanyeol. O negro como Jongin. Y no, no es que Lay sea racista, pero... Qué va, Suho es mejor que los otros dos en cualquier sentido.

 

– ¿Puedo preguntarte algo? – La voz del mayor lo saca de sus pensamientos, en los cuales hace una lista sobre por qué Junmyeon será el mejor padre del mundo. Y no, no es que se esté encariñando, pero es el único que no ha hecho reñir a nadie de momento.

 

– Dime. –

 

– Tú... – El coreano se rasca la nuca, nervioso. – Lo siento si suena algo atrevido... Pero antes de la fiesta tú eras... ¿Cómo Kyungsoo? –

 

¿Cómo Kyungsoo? – Pregunta confundido. – ¡Ah! ¿Virgen? –

 

– Bueno, no quería que suene tan... Informal... – Suho suelta una risilla y se encoge de hombros. –Pero sí. –

 

– No. –

 

¿Cómo que no? Lay tiene 18 años, por Dios. No puede evitar fruncir un poco el ceño. Suho no suele prejuzgar a nadie, pero tal vez en esa fiesta ocurrieron más cosas; tal vez ese bebé que acaricia ni siquiera es suyo...Y bueno, también está el hecho de que le lleva unos buenos 7 años de diferencia. Su moral y mente están destruidas.

 

– ¡No! No me mal interpretes, por favor. – Aclara el chino ante el rostro contrario. – Sólo tuve un novio, allá en China, que me dejó cuando supo que yo... Bueno... – Con las manos hace un gesto en curva sobre su abdomen. – Pero no he estado con nadie más. –

 

– ¿Tu novio te dejó por eso? ¿Y él como sabía que no era suyo? – Suho, al ver el gesto incómodo de Lay, piensa que son demasiadas preguntas sobre algo bastante íntimo. – Lo siento, me precipité. –

 

– No, está bien. Bueno, nosotros solamente lo hicimos una vez, y fue hace mucho tiempo. Créeme, mucho. – Hace énfasis en la última palabra. – Era obvio que no es suyo ni aunque quisiera. – Y termina por encogerse de hombros.

 

Suho está boquiabierto. Siendo sinceros, no recuerda mucha de esa fiesta más allá de que todo era un descontrol y había gente ebria por aquí y por allá. Incluyéndose a sí mismo y a Lay, -ni que hablar de sus amigos-. Tal vez el alcohol no es una excusa a nada, pero obviamente en aquellos momentos ninguno sabía siquiera donde estaba parado.

 

El ambiente se vuelve un poco incómodo. Vamos, piensa algo... ¡Y que ésta vez sea inteligente! Piensa el mayor, pero antes de hablar el chino comienza.

 

– Sinceramente me alegra que me haya dejado; era un idiota. Era mi fiesta de graduación, y si no era contigo, hubiese sido con cualquier otro. Así como lo hizo él. – Espeta con cierto enojo y es verdad, porque sus mejillas están encendidas y hace un tierno puchero. Suho toma una de las tantas revistas que hay al lado de Lay, todas tratan sobre el embarazo y el cuidado del bebé, y la utiliza para tirarle aire antes de que al menor le entre en un ataque hormonal.

 

– Está bien, esta bien. Tranquilo, respira. – Con una mano ocupa la revista que mueve de un lado a otro y, con la libre, acaricia la pequeña curva en el abdomen del chino. – No tendría que haber preguntado, lo siento. –

 

Y justo cuando pensó que Lay estaba más tranquilo, rompe a llorar.

 

– ¡Es un maldito! ¿Cómo se atreve? Le dediqué los mejores meses de mi vida, le di de mi tiempo y amor a pesar de todos sus celos de mierda y su falta de confianza. ¿Para qué? ¡Para que termine andando con uno de mis mejores amigos! ¡Agh, los odio! – Se hace un poco hacia atrás, alejándose del mayor que intenta tomar sus manos para calmarlo, y se tira de lado en la cama. Vuelve a incorporarse y toma la almohada de antes que estaba a un lado y la deja entre sus piernas; luego toma otra y la abraza.

 

Suho se siente realmente mal, debería haber cambiado de tema en cuanto pudo y le habría ahorrado a Lay y al bebé el mal rato. En parte piensa que es normal que se haya puesto así; es un adolescente al que su pareja dejó porque está esperando un hijo de alguien más, a pesar del que el bastardo se lía con uno de sus mejores amigos. Con o sin embarazo, habría reaccionado igual.

 

– Lay... – Llama luego de unos minutos de silencio, dejando que el menor simplemente se desahogue. Se sienta en la orilla de la cama, a su lado, y quita la almohada de su rostro. – Ya te dije que puedes pedirme lo que necesites. –

 

El chino se reincorpora y queda sentado; tienes los cabellos negros revueltos y las mejillas rojas. Hace a un lado las almohadas que abrazaba tanto con brazos como con piernas y murmura.

 

– Sólo quiero un abrazo... –

 

 

 

–-

 

 

 

 

Jongin ya tiene bastante claro que el enano al que embarazó -ya se va haciendo la idea de que tal vez, y sólo tal vez, sea verdad- es el más fuerte de los embarazados, e incluso puede decir que es más fuerte que cualquiera de los que viven en el departamento.

 

Kyungsoo está apoyado en la cabecera de la cama con varias almohadas en su espalda, leyendo un libro y sin prestarle mucha atención al moreno, quien está recostado entre sus piernas, rodeando su cintura con sus brazos y con la cabeza apoyada sobre su vientre.

 

Al principio Kyungsoo quería negarse a cualquier contacto físico con el insecto que lo dejó en ese estado, como si al mínimo toque pudiera terminar con 3 embarazos más; pero Jongin alegó que es su habitación y prometió que dormiría en el piso si lo dejaba mimarlo, a él y a su bebé. Cosa que está haciendo. O bueno, Jongin parece estar mimándose a sí mismo en compañía del bulto que tiene en el abdomen al que llama bebé, pero a Kyungsoo no le importa mucho porque de todas formas Jongin va a dormir en el piso de una manera u otra.

 

El moreno siempre fue cariñoso, sobretodo con Suho; que es el mayor y además ocupa el puesto de madre en el departamento. Ahora ese puesto es para Kyungsoo, literalmente. Sus amigos no le importan mucho, porque solamente ve como madre al que carga con su bebé. Jongin siempre quiso ser padre, pero no se esperaba que ocurriese así. Se veía a sí mismo casado y recibido de la UPS, pero bueno, tal vez las cosas deberían ser así ahora y, sin embargo, está feliz.

 

Tiene un enano gruñón a quien molestar y mimar, al mejor estilo Junmyeon, y que además viene con el bebé con el vientre. Es como una especie de combo.

 

– ¿Por qué estás más gordo que los demás? – Pregunta de la nada el moreno, apoyando su mentón justo sobre el ombligo del bajito para poder verlo. Kyungsoo baja el libro y lo mira seriamente.

 

– Estoy embarazado, no gordo. Pensé que había quedado claro. Y no apoyes tu cabeza así, lo vas a aplastar; yo pienso dar a luz a un bebé, no a un huevo estrellado. –

 

– Me refiero a que tu vientre está... – Duda un poco. Sabe que el ojón es temperamental, demasiado; pero está dudoso sobre por qué se ve más redondito que los demás. – No sé, ¿más grande? –

 

Kyungsoo se encoge de hombros, indiferente, y sigue leyendo.

 

– Todos los embarazos son diferentes; por ejemplo, a Lay apenas se le nota. –

 

Jongin asiente; debe aprovechar que el menor -porque sí, le lleva 3 años- está tranquilo y no amenazó con golpearlo ni nada. Se recarga en sus codos y desde su vista puede ver perfectamente las curvas ajenas. Cintura estrecha y caderas anchas, hombros pequeños y brazos delgados; y luego, el bulto en el abdomen. En un rápido movimiento vuelve a atrapar a Kyungsoo entre sus brazos, ahora con más fuerza. Lo toma por sorpresa.

 

– ¿Y ahora qué te pasa? –

 

– No lo sé, estoy feliz. – Jongin friega su mejilla contra el vientre ajeno una y otra vez como si fuese un gato. – Siempre quise ser padre. –

 

– Soy un completo desconocido, ¿no te importa que vaya a ser el padre de tu hijo también? –

 

Kyungsoo en cierta forma no está molesto con los toques del mayor. Piensa que debería estarlo, últimamente se pone de malas por todo y esto no debería ser la excepción; pero le gustan las caricias que recibe. Sin embargo, no es una persona de ser afectuosa, así que solamente mantiene el libro entre sus manos dejando que Jongin haga como quiera.

 

– Admito que no me gustaba la idea de emparejarme ni nada; ya sabes, estudio en la Universidad y todo este tiempo lo he visto como una molestia el hecho de ocuparme de alguien más. Ahora simplemente espero que esta cosita pequeña de aquí sea mí bebé. – Explica, terminando en un tono asquerosamente meloso mientras habla contra su ombligo como si la criatura en su interior pudiese escucharlo por allí. – Y no, no me molesta que tú seas su padre también. Ojalá sea igual de bonito que tú. –

 

– Me halagas. – Kyungsoo suelta una risilla burlona. Aunque en realidad, saber que Jongin lo considera alguien lindo lo hace feliz.

 

– ¿Y tú no estás feliz de que tu bebé será igual de sexy que su padre? – Inquiere, creído, el mayor.

 

– Si lo dices por mí, claro que lo estoy. – Se mofa haciendo un gesto con su mano; el ceño fruncido del moreno le causa gracia pero no quiere reírse. No aún. – Si hablas por ti... Tuve parejas mejores. –

 

– ¡Pero nadie mejor qué yo! – Jongin se incorpora y queda sentado sobre sus rodillas, aún entre las piernas ajenas, cruzando sus brazos en forma de berrinche. – ¿Quién es el que te dejó con el pastel en el horno? – Ahora de un sólo movimiento rápido, está sobre el pequeño cuerpo de Kyungsoo, con una mano a cada lado de su cuerpo; puede sentir el choque del vientre abultado contra su abdomen. Tal vez cree que así se ve amenazante, pero... Es Jongin; sólo luce como un cachorro acechando un juguete.

 

– Que desubicado eres... – El menor aprovecha la postura y le da un golpe en el pecho con el libro cerrando, provocando que vuelva a alejarse.

 

– ¿Lo ves? Yo simplemente soy mejor. – Continúa en aires de grandeza mientras se acaricia en donde le dieron el golpe; podría haber sido peor...

 

– Me alegra que hayas aceptado que el bebé es tuyo. No como el otro poste que anda rogando a los Dioses porque Baek deje de decirlo. –

 

– No lo acepto del todo; quiero ver pruebas. – Espeta con seriedad me sienta de piernas cruzadas y cruza sus brazos. – Luego si quieres te mimaré en todo. – Se encoge de hombros, indiferente.

 

– ¿En todo? – Kyungsoo pregunta asombrado. No es que piense aprovecharse, obvio que no. Pero como embarazado tiene sus necesidades... Necesidades al doble.

 

– En todo. –

 

– ¿Por qué? – Ahora está curioso. Ellos ni siquiera tienen una relación más allá de la criatura que lleva en el vientre que les da a ambos el papel de padres... Podría decirse que ni siquiera son amigos.

 

Se conocieron en una fiesta de graduación, tuvieron sexo y ¡Bam!

 

Bebé en camino.

 

Por otro lado, Kai no parece molesto ni nada con aquello de que deberán vivir juntos. Pero claro, es un niño mimado, podría comprar una cuna de oro si así lo quisiese.

 

– Porque si la mamá de mi bebé es feliz, sé que el bebé lo será también. – Y así le muestra su mejor sonrisa, dejando al bajito pasmado por unos segundos.

 

– Bien, espero a que esas pruebas estén pronto porque se me antoja probar la sensualidad del padre de mi bebé. – Jongin se sonroja y Kyungsoo ríe, burlándose. – ¡Por favor! Falta que me digas que eres virgen. –

 

– ¡Claro que no! – Y es que sería un poco raro considerando que ahora serán padres... – Soy mejor de lo que crees. Es más, pienso que de haber sabido que ahora tendríamos un hijo, hubiera hecho mejor mi trabajo. –

 

– Ya nos vamos entendiendo, Kim Jongin. –

 

 

 

–-

 

 

 

– Todavía me cuesta creer que me harás dormir en el piso. –

 

Chanyeol lleva repitiendo la misma frase desde hace 20 minutos. Su nueva cama es una manta y una almohada en el, gracias a Dios, alfombrado suelo de la habitación. Por el momento, está aprovechando la última tarde que le queda con su hermosa cama y sus peluches rilakkuma. Baekhyun está haciendo como quiere en el cuarto del menor; desordena las cosas y cambia algunas de lugar. Actualmente está sacando y poniendo ropa de Chanyeol y suya en el armario que obviamente deberán compartir.

 

– Pues, créelo. Hasta que sepas como tratarme, dormirás en el suelo. – El pelirrojo mira como Baekhyun se agacha delante de su maleta rosa pastel y saca una caja de tamaño mediano. Tiene una etiqueta al lado que dice “BB H & C”. Anota mentalmente luego preguntar de qué es.

 

– ¿Hasta que sepa como tratarte? – Pregunta alzando una ceja. ¿Acaso le hizo algo malo? ¡Tiene derecho a estar molesto! De la nada tocan a su puerta y le dicen que será padre, sumando a que deberá convivir con la otra parte hasta que realmente sepa si es su hijo o no.

 

– ¿Tal vez cuando admitas finalmente que serás padre? –

 

– Ya me tienes harto con el tema. –Chanyeol se pasa una mano por la fentre y termina recargando sus codos en sus rodillas. ¿De nuevo con el tema? – ¿No podemos ser amigos? ¿Compañeros de cuarto? –

 

– Por el momento, somos desconocidos. Y seremos padres. – Continua el rubio. Hace a un lado las camisas de Chanyeol y construye una pila alta para poder amoldar las suyas a un lado.

 

– ¿Puedes, enserio, parar ya? Me estás poniendo de los nervios. –

 

Baekhyun tira de nuevo a su maleta el par de camisas que agarró para guardar en el armario y se acerca de forma amenazante al más alto.

 

– ¿Tú estás de los nervios? ¿Sólo tú? – Pica su dedo índice, con el que cual lo señalaba, en el pecho del menor. – ¿Sabes que yo soy quién carga con esto, verdad? ¡Dices que es algo malo para ti como si yo tampoco hubiese tenido una vida antes! –

 

– ¡Nunca dije que fuese algo malo ni que no tuvieras tu vida! ¿Por qué mal interpretas todo? – Chanyeol se pone de pie, exhausto, y se pasa ambas manos por el cabello despeinado.

 

– Yo no mal interpreto nada. – Baekhyun se defiende y se aleja unos pasos para poder encarar a la altura del otro. – Sólo leo las letras pequeñas del contrato. ¡Tú no estás feliz con esto y yo tampoco! ¿Pero sabes una cosa? ¡No me deshago de esto porque culpa de ambos! Los dos nos metimos en esto; los dos nos hacemos cargo. –

 

¡¿YA PUEDEN DEJAR DE GRITAR?! ¡HAY GENTE QUE TRATA DE LEER AL LADO!

 

Chanyeol agradece internamente a Kyungsoo y a su mal humor, porque sinceramente ya no quiere seguir discutiendo con Baekhyun. Es estresante para los dos, sobretodo para el mayor; que debe cargar con el bebé en su interior. Se acerca a donde está y le pasa una mano por el cabello, toma un chaqueta del armario y se la pone.

 

– ¿Vas a salir? – Pregunta el bajito, viendo ahora como el pelirrojo se cambia de zapatillas.

 

– Iré a hacer compras, ¿necesitas algo? –

 

– No... – Murmura, extrañado. ¿Y ahora qué pasa? No negaría que el ambiente se aligeró ahora que el tema quedó en otro lado, pero el trato de ambos no es perfectamente bueno.

 

– Igual te traeré algo. – Espeta en toque desinteresado mientras sale de la habitación. Segundos después de escucha la puerta de entrada cerrarse. Baekhyun sigue de pie frente al armario y lleva su vista a la caja con iniciales grabadas en la cinta que la rodea; allí donde guarda las diminutas prendas de bebé que compró con el tiempo. Suspira y agacha la mirada.

 

– … Gracias. –

 

 

 

–-

 

 

 

 

– ¿Qué hacen aquí? – Pregunta Jongin sorprendido de ver a los 3 jóvenes embarazados acercarse a la sala de espera donde están ellos. Kyungsoo se encoge de hombros.

 

– Nos pasaron la cita para dentro de dos semanas porque el obstetra está enfermo o algo así. –

 

– Ya dejamos nuestras muestras, así que ahora no vamos. No vayan a pensar que por quedarnos somos capaces de cambiarlas. – Murmura Baekhyun con dientes apretados. Sólo espera que los resultados estén cuanto antes; no cree poder aguantar todos los regaños y peleas por parte de Chanyeol respecto a su paternidad por mucho tiempo más.

 

– De acuerdo. ¿A dónde irán ahora? – Pregunta Suho con una sonrisa. Intenta animar al trío que tiene enfrente; se ven cansados, tiene ojeras y su cabello no brilla tanto.

 

– A almorzar, ¿quieren venir? – Invita Kyungsoo mientras intenta cerrarse el abrigo y maldice internamente a su bebé porque cada vez la ropa le queda más pequeña. Jongin se levanta y lo ayuda, diciendo que sostenga ambos costados mientras le sube el cierre.

 

– ¿En el lugar de comidas de la Avenida? – Lay asiente. – Nos vemos ahí después. –

 

– Bien. –

 

 

 

 

–--

 

 

 

 

– Aquí están las pruebas, ¿quiere que se las lea o prefieren llevárselas? – Pregunta amablemente la joven enferma que les entrega los sobres. Jongin, Suho y Chanyeol se miran entre ellos y tragan seco.

 

Ya pasaron 13 días desde la prueba y finalmente estaban ahí los resultados, en esos sobres que podrían cambiarles la vida. Bueno, en realidad no cambiaría mucho porque en estos últimos días se comportaron como si fuesen realmente los padres. Excepto Chanyeol, claro.

 

Sus billeteras literalmente lloraron. En su departamento los embarazados comían por 5, no por 2.

 

Baekhyun esa tarde fue a casa de sus hermanos, quiere ver como les va en el trabajo con el que antes compartía junto a ellos y también darles noticias sobre su embarazo y como se siente. Kyungsoo se quedó en el departamento a cuidar de Lay que le dolía mucho la espalda.

 

No hace falta que acomodes nada, puedo hacerlo yo” le había dicho Junmyeon cuando el menor se puso a ordenar y limpiar la habitación.

 

No te preocupes, yo puedo solo” fue la respuesta.

 

Y ahora el pobre chino lleva quejándose desde hace días del dolor de espalda. Sin embargo, mañana es la ecografía y deberán ir todos ya sea el resultado de ADN.

 

– N-no hace falta. Gracias. – Dice Jongin y toma los sobres. La chica hace una venia y se aleja por el pasillo blanco del Hospital nuevamente. Busca su nombre entre los tres y se lo queda, con la otra mano extiende los otros dos hacia sus amigos.

 

Todos toman aire y prodecen a ver. Saben perfectamente que no necesitan de los embarazados allí, puesto que mejores que nadie saben los resultados.

 

– ¿Y bien? –

 

 

 

 

 

 

– ¡Voy a ser padre! – Exclama Jongin una vez que entra al departamento casi tirando la puerta. Nota como en la sala Kyungsoo y Baekhyun están sentandos en los sofás comiendo galletas.

 

– ¿Ahora ya nos creen? ¿Necesitan más pruebas o algo? –

 

– Kyungsoo. – El moreno ignora totalmente la voz de Baekhyun y llama al menor. De su parte aprendió que nunca hay que seguirle la riña porque será interminable y que el rubio siempre dirá tener la razón. – Ahora te demostraré que tan bien se me da hacer un bebé. –

 

– Por Dios... – Kyungsoo se golpea la frente con una mano. No puede creer que el moreno haya dicho enserio aquello. Y sobretodo enfrente de todos.

 

– ¿De qué está hablando? – Inquiere entre murmullos Baekhyun. ¿Es que acaso ya planean acción solamente porque está confirmado que serán padres? Bueno, no tiene nada de malo, pero... Es raro. Lo único que comparten es al bebé; y sexo con un hijo de por medio y sin una relación estable es algo... Raro. Antes de que Kyungsoo siquiera a verlo para responderle, pasa Chanyeol evitando a todos y a todo, y se encierra en su habitación. – ¿Y a éste qué le pasa? –

 

– Está algo desanimado, me sorprende que haya creído enserio que el pequeño no sería suyo. – Dice Suho mientras va hacia la cocina. Por más precipitado que suene, en su mente rondan muchas cosas que quiere dar como regalo a Lay y a su futuro hijo.

 

– Está en la etapa de negación, ya se le va a pasar. – Kyungsoo hace un gesto con la mano desinteresado y toma una revista de la mesa ratona de la sala. Jongin se siente a su lado y enseguida se echa sobre las piernas del bajito, pegando su rostro a su vientre.

 

– Ya verás que mañana en cuanto vea la eco se animará. –

 

– Eso espero... – Murmura Baekhyun mirando hacia la puerta de la habitación donde Chanyeol se encerró momentos atrás.

 

Estaba preocupado de que ahora el otro solamente vaya a hacerse cargo por compromiso -cosa que era la idea inicial- pero ahora... No quería que realmente sienta esto como un compromiso.

 

Quería que Yeol se haga cargo de corazón.

 

 

 

 

–-

 

 

 

 

El médico acto seguido de colocarse los guantes de látex, echa una generosa cantidad de aquel gel frío en el abdomen redondo del joven. Jongin da pequeños saltos de un lado a otro como si quisiera ir al baño y Kyungsoo solamente rueda los ojos antes el gesto infantil.

 

– Bien, tienes 18 semanas... – Comenta el hombre mayor mientras pasa la pequeña máquina para el ultrasonido y a su vez ojea por encima la ficha médica del menor. – ¿Ya los sientes patear? –

 

– Aún no. –

 

– ¿Te gustaría saber el sexo? – Por lo que lleva viendo parece que todo está en orden, así que se el médico se concentra en buscar un buen ángulo para ver el sexo. Kyungsoo mira a Jongin pero éste está demasiado perdido tratando de ver que significan las manchas blancas y negras en la pantalla.

 

– Sí, claro. –

 

Para suerte del mayor, no tarda mucho en encontrar la respuesta a su incógnita pues el bebé que focaliza primero se mueve.

 

– Son dos niños. – Espeta.

 

– ¿Disculpe? – Exclama Jongin y mira a Kyungsoo, quien solamente se encoge de hombros.

 

– Sorpresa. – Le murmura con sarcasmo.

 

– … Son gemelos... – Comenta el doctor con el ceño fruncido. ¿Que el chico negro no es el padre de las criaturas? Le parece extraño que no lo sepa. Y tampoco es que fuese tan difícil distinguir las figuras de dos bebés, gemelos, en la pantalla...

 

Lejos de enojarse, Kai podría ponerse a saltar otra vez.

 

– ¡Para que veas que sé hacer muy bien mi trabajo! – Le grita al menor, que junto al obstetra lo miran con ojos como platos. – Gemelos... ¡En tu cara señor “tuve parejas mejores”! –

 

Termina de hacerle los chequeos de rutina a Kyungsoo, quien subió unos 3 kilos; Jongin le murmura un gordo por lo bajo en forma de burla y recibe un golpe en la pierna. Le habla a la “pareja” que ambos pequeños miden cerca de 15 centímetros y ya pesan 150 gramos aproximadamente. Los gemelos ya pueden oír y reaccionan a la luz, y pronto comenzarán a estirarse debido al desarrollo de los huesos. También le comenta que su embarazo durará menos que uno normal, puesto que son dos bebés en un mismo saco y lo más posible es que al momento de nacer simplemente se induzca sólo antes de tiempo; pero que es normal.

 

Al salir del consultorio, Kyungsoo enseguida le da un golpe en el brazo al mayor que lo hace quejarse.

 

– Si mis hijos salen igual de idiotas que tú, no habrás hecho un buen trabajo. – Advierte con dientes apretados. – ¡Y deja de decir que estoy gordo! –

 

– ¿No querías que te mimara? –

 

– ¡Eso no es un mimo! –

 

 

–-

 

 

 

 

– ¿Cómo te sientes ahora? – Pregunta el pelinegro mayor mientras acaricia la mano contraria. En la mañana a Lay aún le dolía la espalda, no tanto como antes, pero sigue molestándolo.

 

– Sigo igual de adolorido. – Se queja con un puchero que no le dura mucho pues el frío gel para el ultrasonido lo hace pegar un pequeño salto.

 

– Deberías haberme hecho caso. – Regaña Junmyeon.

 

– Lo sé, lo siento. – Antes de seguir charlando, el hombre mayor que los antiende se aclara la garganta para no quedar como metido simplemente hablando en el medio de ambos.

 

– Todo está perfecto. Su bebé pesa 200 gramos y ya mide 15 centímetros... – El médico señala con su dedo en la pantalla la parte curva de la espalda del bebé para mostrar su tamaño. – Ya puede oírlos, así que pueden estimular sus oídos con música. – Le extiende a Lay un par de servilletas para que limpie el gel y pueda acomodarse la ropa de nuevo. – Y es un niño muy sano de momento. –

 

– ¡Oh! – Exclama el menor, feliz, y aplaude para sí mismo. Suho sonríe mientras le baja la camiseta y el suéter. – ¿Y cuando nacerá? –

 

– Finales de julio aproximadamente. –

 

– Odio el verano... – Vuelve a quejarse con rostro infantil el chino. Suho se acerca y besa su frente, sobre los brillantes cabellos negros.

 

– No importa, lo pasaremos con nuestro pequeño. –

 

 

–-

 

 

– ¿Chanyeol? – Exclama Baekhyun sorprendido desde su asiento al ver al más alto frente suyo.

 

La noche anterior durmió con Kyungsoo y mandaron a Kai al sofá -cosa que el enano le agradece bastante- porque no quería molestar a Chanyeol; mucho menos si éste estaba enfadado o algo. En la mañana cuando iba a ir a buscar ropa para cambiarse, se encontró con que el menor no estaba y suspiró resignado, pensando que vendría a saber de su bebé solo.

 

Pero no, porque ahí estaba el gigante con una expresión nerviosa en el rostro y una cajita blanca en una mano que de momento, Baekhyun pasa por alto.

 

– Hola. –

 

– ¿Qué haces aquí? – Exclama poniéndose de pie de un salto, imaginando que Chanyeol está ahí para ver al bebé y eso lo hace feliz. Está feliz. Muy feliz.

 

– Vine a acompañarte a ver a nuestro a bebé... –  

 

 

 

 


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