-Espera... Haber si entendi-Tomo una gran bocanada de aire, buscando relajarse y no terminar gritando, como era su costumbre. Esa noticia le habia caido como un enorme balde de agua helada, y para colmo lo habia tomado desprevenido, asi que ¡Era muy normal que se alterara con la simple mencion de aquella desagradable (O al menos para el) Noticia!. -Muy bien... Tu-Señalo al hombre que se encontraba sentado en frente suyo, quien poseia una expresion relajada aun pese a la actitud de su hijo. -¿Quieres que me case con un sujeto que ni siquiera se su nombre o al menos como luce en persona, solo por que estas preocupado por mi?-Ahora se señalo a si mismo, con una expresion entre enojada, ofendida, enojada, incredula, indignada y ¿Ya habia dicho enojada?. -Papa, sabes que te quiero y todo y siempre respeto las desiciones que tomas pero... ¡Pero no puedo hacer eso! ¡No me puedo casar con un hombre desconocido! Ademas ¡¿Que tan debil me crees que hasta piensas que necesito la proteccion de alguien?!-Ah, se habia olvidado de no alzar la voz.
El hombre barbon suspiro, conservando la calma, mirando comprensivo a su hijo. Cruzo sus brazos sobre su pecho y cruzo sus piernas (Pose de machos). -Escucha, hijo, se que esto puede sonar algo injusto, apresurado y hasta cierto punto un poco vergonzoso-Miro fijamente a al joven que se habia levantado de manera brusca del sofa, solo para despues dejarse caer pesadamente, dejando que siguiera hablando su padre. -Pero me preocupas mucho, y con este matrimonio, me puedo asegurar de que alguien te cuidara bien cuando yo muera-La simple mencion de su muerte provocaba en el chico azabache algo de coraje, no le gustaba pensar que su padre ya se estaba adelantando a ese suceso que ni siquiera estaba seguro de si estaba cerca o aun estaba muy lejos de pasar. -Por favor hijo, acepta a este joven-Lo miro, con unos ojos algo suplicantes, haciendo que el mas chico tragara algo de saliva y bajara la mirada. -Es alguien muy bueno; Es gentil, inteligente, protector, paciente. Es un chico de muy buena sangre, ademas de ser buena gente-Miro como su hijo consideraba su oferta, se resistio de sonrier victorioso cuando lo vio de esa manera, pensando si debia de aceptar o no. -¿Que dices Vegeta?-
El azabache suspiro, derrotado y resignado. Sobo un momento su nuca, y regreso su mirada a la de su padre que ya estaba demostrando su felicidad de haber ganado. "Maldicion" Penso por un segundo Vegeta, antes de asentir con la cabeza. -De acuerdo, si esto te tranquiliza un poco, entonces acepto la idea de casarme con ese sujeto-Desvio la mirada en cuanto termino de decir aquello, sintiendo sus mejillas ligeramente calientes. Vaya que decirlo en voz alta habia sigo mas vergonzoso que simplemente pensarlo. Escucho la risa divertida de su padre, y cuando se voltio para encararlo y reclamarle, este se le adelante para sobarle la cabeza, despinando sus cabellos azabaches, mientras le regalaba una sonrisa llena de satisfaccion al saber que su hijo ahora estaria asalvo en brazos de quien consideraba era perfecto para Vegeta. -P-por cierto-De nuevo desvio la mirada, junto sus dedos juguetones que parecian tener vida propia. -¿Al menos me diras su nombre? O ¿Me mostraras una foto de el?-
Su padre sonrio complacido, demostrando su emocion. -Bueno, me gustaria decirte todo sobre el-Una risilla se escapo de sus labios, los cuales estaban torcidos en una sonrisa alegre, mientras miraba la cara avergonzada de su hio. -Pero fue el precisamente quien me dijo que no te contara absolutamente nada sobre su persona. Lo siento-Sonrio divertido, al notar la expresion llena de desconcierto de Vegeta, quien solo bufo algo molesto para despues levantarse. Posiblemente se encerraria en su habitacion por el resto del dia, o quizas, por el resto del mes. -Y hablando de el, quiero que te duermas temprano y que mañana lo primero que hagas sea arreglarte adecuadamente-Se volteo para ver como su hijo se detenia en seco, en el cuarto escalon de las enormes escaleras. Este se volteo y antes de que siquiera preguntara el por que, su padre se le adelanto y siguio hablando. -Porque mañana te la pasaras todo el dia junto a el-Dio por terminada la platica al darle la espalda a Vegeta y caminar hacia su estudio, en donde se encerro, sin siquiera mandarle una mirada a su hijo o esperar alguna respuesta de su parte.
Aunque Vegeta ya no tenia nada que decir, responder o reclamar. Ya de nada servia demostrar su descontento ante esa apresurara noticia ni tampoco ayudaba el reclamarle, resignandose a solamente suspirar y comenzar a subir, de mala gana, las escaleras, hasta llegar a su habitacion en donde, apenas piso el suelo de madera, cerro la puerta con algo de rudeza. Se dirigio a su cama, en donde se dejo caer ya sin ninguna idea clara en su cabeza. Las cortinas color guinda que adornaban sus ventanas estaban cerradas, dejando ver la habitacion mas oscura de lo normal. Cerro sus ojos, imaginandose que clase de tipo le habia conseguido su padre. No se esperaba un delincuente o a un viejo depravado con mucho dinero, pero la verdad no tenia una idea clara de quien seria la persona con quien pasaria el resto de sus dias. Confiaba en que su padre lo habia comprometido con alguien bueno, despues de todo, su poca descripcion le habia dado esperanzas de que en realidad se trataba de alguien agradable. Aunque aun asi tenia sus dudas, ¿Como era que su padre habia conseguido a alguien capaz de aguantarlo? Si, incluso el creia que tenia un humor del diablo, un orgullo que solo podia ser superado por sus ganas de vencer a los demas, podia ser sarcastico hasta el punto de llegar a ser molesto, etc. Y su padre, mejor que nadie, deberia de saber eso, asi que se sentia curioso por saber a quien habia mentido su padre. "O tal vez dijo la verdad y ese pobre diablo quiere provar suerte o algo asi..." Rio por lo bajo, pero sin nada de gracia.
Se levanto de su cama, mirando un poco su ordenada habitacion. Habia veces en las que le estresaba un poco el no tener algo que recoger, lo admitia, tenia un modo extraño de relajarse, y ese era el limpiar, hacer labores domesticos o a veces cocinar algo, solo para poder mantenerse calmado y con la mente ocupada. Suspiro, al mismo tiempo que se dirigia a un enorme piano color negro, que se encontraba en una esquina de su cuarto. Se sento en el banquito, respiro hondo y comenzo a tocar ese hermoso instrumento, torturando sus propios oidos al tener que escuchar la melodia triste que estaba tocando, dejando que su mente divagara por sus pensamientos sin hacer algo para detenerlos. El no era malo para tocar el piano, sin presumir o exagerar, el era excelente tocandolo. Se sabia mas de 10 canciones tocadas en ese instrumento, podia tocar cualquier letra que le pidieran que tocara, incluso habia ocasiones en las que el tocaba para las cenas familiares que muy pocas veces se llevaban a cabo en su hogar. Habia eventos familiares en los que el ignoraba a todos, mientras los deleitaba con su musica.
Y recordar eso, mas que sacarle una sonrisa, lo hacia poner un semblante algo triste, no, mas bien, melancolico. Sus ojos se perdieron en sus diestras manos, las cuales comenzaron a tocar, sin su permiso, una tonada que no podia disfrutar por mas bella que le pareciera. Su ritmo lento lo comparaba con las gotas de la lluvia chocando contra la ventana, su tonada triste y cansada la comparaba con sollozos lastimeros acompañados de mares de lagrimas. No era una manera linda de comparar ese tipo de musica tan bonita, sin embargo, no importaba cuan bello fuese esa musica, siempre la recordaba con algo de dolor en el pecho, millones de imagenes pasaban por su mente haciendole sentir un fuerte dolor de cabeza, el cual intentaba ignorar tocando aun mas fuerte. Un estruendo lo hizo voltear rapidamente hacia la ventana. Unos fuertes relampagos alumbraban por cortos segundos el cielo, y aun con sus cortinas cerradas se podia dar cuenta de ello.
Dejo de tocar esa cancion, para dar comienzo a una diferente, mas amena y que relajara sus turbios pensamientos. No necesitaba alterarse, al menos no ahora, dejaria todos sus nervios para el dia siguiente, que, segun el, seria el peor dia en la historia de toda su corta existencia.
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El resto del dia paso sin muchas novedades, solo recibio una visita de su padre quien entro en su habitacion con la excusa de ayudarlo a elegir un traje elegante y decente con el cual se presentaria a su "cita" con su futuro esposo. Debatieron durante un buen rato dobre que clase de atuendo usaria Vegeta, cuando al fin se pusieron de acuerdo, ambos, eligieron un bonito traje color azul fuerte, acompañado de elegantes detalles blancos y unos guantes del mismo color. Su padre tambien le ofrecio ayuda para planchar y lavar su traje, pero Vegeta lo rechazo, lo haria el mismo asi tendria algo que hacer y podria distraerse un buen rato. Mas tarde, al terminar de planchar y doblar cerca de su cama el traje azul, ceno junto con su padre mientras charlaban de temas de poco interes para Vegeta, y despues se fue a su habitacion para descansar, teniendo en mente lo importante que seria el dia de mañana.
...
-Vegeta...-Un suave susurro se escucho sobre su oido, provocando que arrugara un poco el entre cejo mientras se cubria hasta las orejas con su manta de color rojo fuerte, aun no escuchaba el sonido de los pajaros despertando, asi que asumia que aun era demasiado temprano como para si quiera abrir los ojos. El hombre barbon sonrio levemente, soltando una ligera risilla. -Oye, holgazan despierta, no querras hacer esperar a tu futuro esposo, ¿O si?-Lo sacudio un poco, mostrando una sonrisa algo burlona. Se separo un poco de su hijo, quien, de un brinco, salio de la comodida de su cama y de entre las sabanas para caer directamente hacia el suelo, con una expresion de completo desconcierto, enojo y hasta cierto punto verguenza. Su padre, al verlo asi de alterado, no pudo contener una sonora carcajada que hizo enfurecer al azabache que se encontraba hincado sobre el suelo, con media cobija sobre su espalda. Estaba a punto de lanzarle una almuhada, cuando su padre le sacudio un poco su cabello, mientras le sonreia con cariño. -Date prisa, es temprano, demasiado diria yo, pero quiero que te arregles como es debido, asi tendras tiempo de sobra y te relajaras antes de que lleguen nuestros invitados-
Y dicho eso salio de la habitacion de su hijo, quien permanecio en el suelo un rato mas, mirando hacia la puerta con una expresion perdida y algo cansada. Bostezo al mismo tiempo que se estiraba al igual que un gato, se tallo los ojos y se dirigio a su baño, en donde se ducho, se cepillo los dientes y arreglo un poco su cabello. Cuando salio se vistio con extraña calma, se sentia nervioso, de eso no habia duda, pero de algun modo ya no sentia sus manos sudadas ni su cuerpo temblar por el nerviosismo, ahora se sentia un poco mas preparado para lo que vendria a continuacion. Suspiro, mientras terminaba de vestirse, se coloco sus guantes color blanco, se puso sus zapatos negros y se miro al espero. "Bien, creo que estoy listo" Se verifico de que todo estuviese en orden, y ya mirando que todo estaba bien, salio de su habitacion para dirigirse a las escaleras, las cuales miro indeciso durante un rato muy corto para despues, decidido, bajar por estas hasta llegar al primer piso.
Cuando llego a primer piso escucho unas voces, al parecer, teniendo una amena charla. Su vista se desvio rapidamente hacia la puerta, de donde provenian esas voces. "De acuerdo, ahora ire a ver si ya por fin esta listo" Escucho decir a su padre, acompañado de un "Muy bien" Que seguramente era del hombre con quien estaba hablando. Trago saliva al ver como su padre entraba a la casa y lo miraba con una enorme sonrisa. -¡Hijo! Veo que ya estas listo-Se le acerco para mirarlo mas de cerca, realmente le sentaban muy bien los trajes elegantes a su hijo, lastima que era tan necio como para no usarlos. -Vamos, Bardock ya esta a fuera con su hijo esperandote-Le dio la espalda, para despues dirigirse a la puerta en donde se detuvo para esperar a Vegeta, quien, permanecio aun al final de los escalones, mirando nervioso hacia la salida. "Maldita sea, tragame tierra" Rogo para sus adentros mientras tomaba una gran bocanada de aire. Miro a su padre unos segundos, este le dedicaba una osnrisa calida a su hijo, cosa que lo tranquilizo un poco.
Sin titubear, comenzo a caminar hacia donde estaba su padre, quien le sonrio satisfecho, para luego abrir la puerta completamente, dejando ver un hermoso paisaje de campo, con pequeñas colinas verdes y bonitos arboles frondoso acompañados de un fondo lleno de montañas. Sus ojos se pasearon un poco por el lugar, casi nunca salia y cuando lo hacia, normalmente no miraba lo que habia a su alrededor. Pero, casi de inmediato, unas figuras delante suyo llamaron su atencion. En frente de el, se encontraban dos sujetos, muy bien vestidos y con pinta de ser de la alta sociedad; Uno de ellos era mas alto que el otro, y tal vez era porque su alborotada cabellera le ayudaba a adquirir altura. -¡Ah, bueno dias joven Vegeta!-Ese mismo hombre de cabello desarreglado, lo saludo con una brillante y muy grande sonrisa, mientras se dirigia hasta el para estrechar su mano con la de Vegeta. Contesto timidamente ese fuerte apreton de manos, con una ligera sonrisa, la cual no sabia si era por los nervios o para disimular el momentanio dolor que aun tenia su mano debido al fuerte agarre.
Su padre se acerco hasta quedar justo detras de el, coloco una mano sobre su hombro, mientras sonreia con mucha satisfaccion. -Vegeta, hijo, el es el señor Bardock, Son Bardock-Señalo al hombre que aun tenia colgando sobre su rostro esa radiante sonrisa que podia embelesar a cualquiera. -Y el, es su hijo-Ahora señalo al joven que se encontraba junto al hombre mayor. El chico azabache se volteo hacia Vegeta, dejando ver ese rostro de facciones masculinas con un toque afilado y rebelde, debido a lo largo y alborotado de su cabellera. El chico poso su mirada sobre el cuerpo de Vegeta, el cual temblo con esa simple mirada que, en pocos segundos, ya sentia como le quemaba todo su ser. Aunque, esa mirada seria acompañada de esa expresion neutra, cambio radicalmente a una ligera pero igualmente hermosa sonrisa.
El joven de melena larga se acerco un poco a Vegeta, quien sintio el repentino impulso de retroceder y entrar a su casa para encerrarse en su guarda ropa y de paso encontrarse con Narnia y de ahi ya nunca salir. Pero esos impulsos se desvanecieron al ver como ese chico de facciones rudas se arrodillaba en frente de el, al mismo tiempo que tomaba su mano y le daba un casto beso. -Mi nombre es Son Raditz-Esa voz tan varonil y gruesa provoco en Vegeta un ligero cosquilleo en su interior, el cual se reflejo en modo de sonrojo. -Aunque puedes llamarme Raditz-Se levanto del suelo, aun sosteniendo la enguantada mano de Vegeta. Su vista se clavo en esos profundos e inmutables orbes negros que parecian abrazarlo con fuerza. -Es todo un gusto al fin conocerte, Vegeta-
CONTINUARA...