-Junho, te ves terrible ¿estás durmiendo suficiente? ¿Te estás alimentando bien? –es una cliente habitual del bar. Creo que me había dicho que trabajaba en la escuela de aquí cerca, es profesora de inglés si no recuerdo mal, ¿cómo era que se llamaba?
-Hola, ¿cómo estás? –le sonrío para no quedar mal, más que otra cosa- Es que tengo un examen el miércoles y no dormí bien el fin de semana.
-Muy mal, tienes que organizar mejor tus tiempos -¿me está retando? Sonrío un poco de costado.
-Tienes razón, es lo que haré –corto la conversación- ¿Qué vas a ordenar?
-Un capuccino con una tarta de manzana –me sonríe.
-A la orden –tomo nota y me alejo hacia la barra. Tengo que estudiar hoy a la noche, no quiero que Taecyeon piense que soy un asno. Le mando mensaje más tarde, o ¿mejor mañana? ¿Por qué lo pienso tanto? Tendría que decirle que vaya a casa, ¿sería mejor? Tal vez se sienta incómodo, pero tengo todos los apuntes y libros, sería mejor que venga. Aunque… ¿los chicos tendrán problema de que venga? Tal vez les moleste, sería una invasión del espacio… pero, no creo que tengan problema, no molestaremos, iremos a mi habitación… ¿mi habitación? Tengo que ordenarla.
-Hola, la orden para la mesa 6 ya está lista –pasa una mano en frente de mis ojos, me desconcentro de mis pensamientos –Despierta de una vez, estás mirando la nada desde hace rato.
-Lo lamento Minho, es que estaba pensando en otra cosa –me rasco la cabeza, hoy vino más temprano para recuperar el otro día que faltó.
-¿Tienes algún problema? –se apoya en la barra y me mira.
-No –dudo un poco- Es que tengo un examen el miércoles, eso es todo –me excuso.
-No dejes todo para último momento –me guiña el ojo.
-Sí, ya entendí –me doy la vuelta y le hago señas con la mano libre, me dirijo a la mesa 6- Aquí está su pedido, que lo disfrute –me inclino y me dirijo a la barra nuevamente.
-Gracias, Junho –me giro a mirar a la joven y vuelvo a inclinarme.
-Oh, Junho –me llama Minho- Esa chica me pidió tu número el otro día, le dije que no podía sin tu consentimiento.
-Está bien, no se lo des –le dije sencillamente.
-¿Seguro? –me miró más expectante.
-Sí, seguro–le sonreí resplandeciente y me fui a atender a otra mesa. Después de tomar el pedido, me dirigí a la barra.
-¿Estás saliendo con alguien? –se tira sobre la barra para acercase a mí.
-No, es que con la facultad, no tengo tiempo de tener una relación –sigo poniendo excusas, espero que me crea. Minho iba a decir algo, pero se queda callado, mirando tras de mí.
-Que bueno verte –sentí una mano en mi hombro.
-Nichkhun, ¿cómo estás? –me giré para mirarlo al reconocer esa voz que me da escalofríos a veces, tiene un brillo especial en sus ojos.
-Muy bien –me guiña el ojo y luego dirige su mirada a Minho- Hola, tiempo sin verte ¿cómo está tú abuela?
-Hola, mejor por suerte. Gracias por preguntar –parece algo tímido Minho, o eso creo. Se puso a limpiar la barra.
-Me comentó Taecyeon que va a ayudarte a estudiar mañana –me sonrió de manera peculiar.
-Oh, sí –lo miro algo inquieto.
-Yo te ayudaría, pero no estoy interiorizado en esa materia ¿Van a ir a tu casa? –apoyó su codo en la barra y sostenía su cabeza con la mano.
-Todavía no he arreglado nada, pero es una posibilidad –creo que Minho está mirando muy interesado en nuestra conversación, aunque se hace el que está limpiando la barra, más brillo no le va a sacar.
-De ser así, tal vez le dé un aventón a tu casa y pase un rato –está sonriendo algo tierno, debe ser porque quiere ver a Wooyoung, supongo. Definitivamente Minho, está interesado en lo que hablamos, sigue parando la oreja.
-Suerte –me guiñó el ojo- Y no me refiero al examen –sé que estoy sonrojado, con sus comentarios tiene la facilidad de inquietarme. Se ríe y me señala con su vista a la chica de la mesa 6 que estaba llamando.
-La cuenta, ¿sí? –me dirijo hacia ella, ya tenía la cuenta preparada, le dejo el papel con la cifra, sin decir nada -¿No vas a darme tú número? –casi fue un susurro.
-¿Perdón? –me hago el desentendido, aunque escuché perfectamente, me agacho un poco para “escuchar mejor”.
-Nada, no importa –se levanta, me da el dinero, se inclina y se dirige a la puerta. Me quedo limpiando la mesa y siento el llamador de ángeles que suena, eso es cuando la puerta se abre. Cuando me reincorporo de limpiar, ella está volviendo hacia mí- Disculpa, pero… –está mirando hacia el piso, me entrega ¿una servilleta?- Espero tu mensaje, ¿sí? –parece avergonzada, cuando se da la vuelta se choca con alguien y pide disculpas. Yo estaba mirando el papel que me había entregado, decía “Junho, me gustaría conocerte mejor. Creo que me gustas. Espero tu mensaje, mi número es xx-xxxx-xxxx. Park Shin Hye”.
-¿Acaso somos estudiantes de secundaria? -murmuro por lo bajo y sonrío por la actitud de la joven.
-Hola –dijo una voz, levanto lentamente la cabeza del papel, mi corazón se detiene y luego, se acelera.
-Hola… -me quedo observándolo, creo que leyó lo que decía el papel, lo escondo en el bolsillo trasero del pantalón.
-Ey, Taec –vino Nichkhun para mi suerte, me quedé sin palabras, no sé por qué. El recién llegado pasó su mano sobre mi hombro, como abrazándome, pero estaba ejerciendo un poco de presión- Me dijo Junho, que iba a decirte que vayas a la casa mañana para ayudarlo–sólo atiné a sonreir, al sentir más presión sobre mi hombro, asintiendo lo que decía el rubio, aunque algo temeroso.
-Oh, está bien por mí. Si no es molestia, me parece un buen lugar –dijo convencido, haciendo una mueca linda, mostrando sus hoyuelos.
-Entonces, yo te llevo cuando salimos de la clínica –le guiña el ojo a Taec y luego me mira triunfante a mí –Bueno, ya tengo mi pedido –nos muestra su bolsita- Me voy, nos vemos después –desaparece por el pasillo.
-Creo que es una excusa para ver a su novio, ¿verdad? –se acercó a mí oído para murmurar aquello, me hizo cosquillas.
-Supongo –me sonrojo un poco- ¿venías a pedir algo? –lo que me sorprende es qué nunca antes lo había visto a esta hora.
-Taec, ya tengo tu pedido –dice Minho desde atrás, apoyando una bolsita en la barra.
-Wow, que rápido–hizo un gesto de asombro, todo se ve bien en él.
-Lo mejor, para mí cliente especial –le guiña el ojo. Esto no me está gustando, estoy empezando a enojarme.
-Gracias Minho –veo que le da la plata y se acerca para hablar con él. Quiero saber de qué hablan, pero no quiero parecer tan metido. Siento la puerta y una pareja se sienta en una de las mesas, así que me dirijo allí sin mucho ánimo, les dejo la carta y cuando giro, veo que Taecyeon ya se dirige a la puerta- Bueno, nos veremos mañana –me sonríe.
-Sí, hasta mañana –también le sonrío y nos quedamos mirando unos segundos, hasta que él se inclinó un poco y empezó a caminar.
-Este es el pedido para la mesa 3 –le entrego el papel a Minho, sin mirarlo. También tiene una expresión rara- ¿Te pasa algo?
-No, no es nada –se gira y empieza a preparar las bebidas ¿de qué habrán hablado? Estoy preocupado, me quedo observándolo- Te dije que no es nada, o al menos nada importante.
-¿De qué hablaste con Taecyeon? –me animo a preguntar.
-Y tú, ¿qué hablaste con Nichkhun? –me miró desafiante, pero triste, creo.
-Yo pregunté primero –me hago el ofendido y me cruzo de brazos.
-Olvídalo –dejó lo que preparó para la mesa 3 y se giró. Lo que quedó de la mañana, Minho no quiso hablarme demasiado, estaba decaído y esquivaba el tema ¿De qué habrán hablado? Estoy tan curioso, demonios.
Pasó la hora que me quedaba y me fui al hospital. Me desperté justo, me volví a quedar dormido en el colectivo, por suerte dos paradas antes, una gran lomada me despabiló.
--
Estoy tan cansado, quiero irme a casa ya. Miré el reloj, faltan solo 15 minutos, y por suerte ya no hay más personas que atender, así que me pongo a acomodar los gabinetes, saludo al kinesiólogo que está a cargo y luego me voy a cambiar al vestuario. Me quedo mirando en el espejo, tengo muchos sentimientos encontrados. Mañana viene Taecyeon a casa, no sé de qué habló con Minho, la “declaración” de la chica del local…
-Ey, deja de soñar y vámonos –me asusté un poco, es Chansung que estaba apoyado en el marco de la puerta con sus brazos cruzados. La universidad queda cerca del hospital, así que como el sale un rato antes de lo que yo termino aquí, viene a buscarme y nos vamos juntos.
-Disculpa, ya termino –me mojo la cara y empiezo a secarme, siento que me abraza por detrás.
-¿Te pasa algo? –me mira por el espejo.
-Es que no dormí bien, el examen del miércoles me tiene algo incómodo –le sonrío para que se quede tranquilo, sé que se preocupa por mí, es como un hermano mayor, a pesar de que sea más pequeño que yo, me cuida demasiado.
-Entonces, cuando lleguemos, preparamos algo de comer y te vas a dormir –se despega de mí.
-De acuerdo, me parece bien –me giro y le sonrío.
-Hagamos ramen –pone una mano en mi hombro y empezamos a caminar. Por suerte vino rápido el colectivo. Nos subimos y fuimos a sentarnos. Me está venciendo el sueño- Junho, vamos, despierta –siento que me zarandean un poco- Ya llegamos, tenemos que bajar –me quedé dormido en el hombro de Chansung, me incorporo cuando entro un poco en razón. Me toma de la mano para ayudar a levantarme.
-Cómo almohada, eres muy cómodo. Gracias –le sonrío, con un poco de cara de sueño. Estamos esperando que se abra la puerta del colectivo, aún me tiene de la mano, la gente mira raro, así que solo suelto el agarre y tomo el caño que está al lado de la puerta.
--
-Ey, ¿qué vamos a comer? –era Wooyoung.
-¿Hola? ¿Cómo están? Algo así, ¿no podías decir? –le digo haciéndome el ofendido, recién estábamos entrando por la puerta.
-Lo siento, es que tengo hambre. Y no quiero comer más pan relleno –nos miraba con los ojos brillosos.
-Vamos a hacer ramen –le contesta Chansung.
-¡Qué rico! –estaba emocionado, pero a la vez, algo más tenía.
-¿Te pasa algo? –le cuestiono, está ansioso, o eso me parece.
-Es que… -infló los cachetes- Le dije a Nichkhun a dónde nos veríamos el miércoles y me dijo que no podía, que había olvidado que tenía planes.
-¿Y? –le contesté levantando los hombros.
-Nada, me enoja. Quiero verlo, no quiero esperar hasta el viernes, además ya me había dicho el sábado que el miércoles nos veríamos –se cruzó de brazos enojado. Hoy dijo que mañana vendría a traer a Taecyeon y se quedaría un rato. Qué raro, por las dudas no digo nada.
Nos pusimos a preparar la comida, entre tantas charlas sin sentido, pasó el tiempo, hasta que nos pusimos a comer. Luego, Wooyoung y Chansung se pusieron a lavar.
-Me voy a dormir, estoy cansado –me despedí.
-Sí, descansa bien, el miércoles tienes examen –me dijo Woo.
-Duerme bien –me dijo el maknae.
-Adiós –los saludo y voy a mi habitación.
No voy a dormir, tengo que estudiar bien, quiero impresionar a Taecyeon. Apago la luz y prendo la lámpara del escritorio, así no ven que estoy despierto; si ven luz, van a venir a ver. Abro el libro, leo algunos apartados que me parecen los más importantes de la materia. Agarro mis apuntes, comienzo a leer desde el primer día de clases –Taecyeon… -suspiro al llegar a la hoja en dónde él puso su número. Me quedo mirando su letra, cruzo mis antebrazos en el escritorio y coloco mi mentón en ellos. Me quedo observando el escrito. Creo que tengo mucha suerte. Lo que me está pasando es extraordinario…
--
Pensamientos de Chansung
Me parece que hay luz en la habitación de Junho, no estoy seguro. Afino la vista mirando por el hueco del piso. Sí, definitivamente, hay algo de claridad allí. Abro la puerta con cuidado y observo adentro. Está dormido en el escritorio, tendría que estar descansando bien, debería estar en la cama. Me acerco y estoy por despertarlo, pero decido observarlo. Es tan lindo, paso mi mano acariciando su mejilla. Sonrío. ¿Qué es eso? Miro bien… observo lo que está escrito en el borde superior del cuaderno. Ese maldito ¿por qué tiene que haberle dado su número? Esto me enoja. Chisto al final y me levanto poniendo mis manos en jarra. ¿Eso es una servilleta? Me acerco para ver bien, hay una servilleta que sale del bolsillo trasero de Junho, hay algo escrito, se alcanza a ver eso. Le saco la servilleta despacio y leo lo que dice: “Junho, me gustaría conocerte mejor. Creo que me gustas. Espero tu mensaje, mi número es xx-xxxx-xxxx. Park Shin Hye”. ¡Diablos! A falta de ese Taecyeon, ahora esto… realmente, no tengo suerte alguna. Quiero que seas solo mío, observarte solo yo, nadie más. Pero eso es imposible aparentemente… eres perfecto Junho. Le acaricio la mejilla una vez más. Lo levanto en mis brazos y lo acuesto en la cama. ¿Por qué tiene que ser tan difícil esto? Le quito las zapatillas y lo tapo con la frazada. Sólo, quiero que me veas, quiero ser lo más importante para ti, me arrodillo junto a su cama y lo observo. Sé que es difícil, no sé si quiero arriesgarme a perderte. Sólo soy un amigo para ti, eso me queda claro y me parte el alma. Creo que se me están humedeciendo los ojos. Le beso la frente, muy suave. Te quiero, Junho. Me retiro de la habitación, con mi corazón un poco desgastado.
Mejor me voy a dormir…