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Un lazo que no pedí, aquella otra personalidad de mí por Almaschmetterling

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Notas del capitulo:

Quizás el episodio mas ¿serio? de esto. Lamento si demoro, gracias por los rewiws

Furihata estaba incomodo, pero no por la situación en sí, si no por lo que llevaba puesto ¿El padre del pelirrojo no se iría a molestar? Llevaba el mismo traje de boda que el que había llevado su difunta madre, su cara estaba tan roja como una manzana, temía arruinarlo, además le quedaba enorme en su cuerpo de apenas cinco años.

Akashi estaba vestido con el traje de novio que también le quedaba enorme  para su edad, pero no le importaba, iba a hacer su voluntad. Se acercó a Furihata con una leve sonrisa orgullosa y llena de suficiencia a pesar de corta edad tenía muy claro lo que quería.

Y quería a ese niño que era el único quien era el único que se le había acercado cuando  había perdido a su madre, su padre solo lo hacía trabajar inhumanamente como si fuera un adulto, no le daba cariño.

Según este tenía que comportarse como un hombre ejemplar. Un perfecto ejemplo de líder del clan de los leones.

—Cookie, quiero que seas mío, tal vez nos casemos en muchos años más, pero quiero que este árbol—Un árbol de cerezo enorme. —Te recuerde nuestra promesa, ese vestido lo llevaras la próxima vez en nuestra boda oficial.

—Mi nombre es Kōki. No Cookie. —Balbuceo Furi apenas entendiendo lo que el otro quería decir exactamente, si ese traje tradicional blanco se manchaba seguramente el padre de Akashi se enojaría mucho. — ¿Esta seguro que quiere casarse?

—Sí, siempre estaremos juntos. Eres el único que me hace feliz Cookie. —Seijūrō sonrió al ver las mejillas infladas del pequeño chihuahua, se veía lindo. —Está bien Kōki, no te enojes. Te daré un beso.

Kōki se sobresaltó ¿Akashi-san le daría su primer beso? Trago saliva, pero no se opuso aunque el corazón le llegaba a doler de lo rápido que latía, estaba muy nervioso mientras los labios color cereza de Akashi se acercaban.

— ¡Amo Akashi! ¡Su padre lo llama inmediatamente! —El ama de llaves había salido esta vez en busca del pelirrojo, temía la furia del hombre cuando le informaron que el pequeño Sei había sacado las ropas de matrimonio sin permiso. — ¡Sera mejor que vaya porque está muy enojado! —Miro al pequeño Kōki que estaba algo asustado. — ¡Y tu sácate eso inmediatamente! ¡Que atrevimiento! ¡¿Cómo se te ocurre ponerle a ese niño la ropa de..?!

—¡¡
KŌKI SE CASARÁ CONMIGO!! —Le rugió Seijūrō a la mujer ferozmente protegiendo a Furi quien ya se estaba sacando el traje quedando solo con la ropa que traía puesta ese día. — KŌKI SERA MI ESPOSO Y ME DARA CACHORRITOS.

Furi le entrego en silencio el traje blanco bien doblado a la señora con miedo.

—Akashi-san, no te expongas a un castigo, mejor ve. —Le digo con la voz más tranquilizadora que pudo en esa situación

Aunque Seijūrō estaba enojado casi para emprender contra quien sea, le dio la razón a Kōki asintiendo, no quería que su padre le prohibiese verlo por ejemplo de castigo así que hizo caso.

—Mañana nos veremos. —Le dijo con una sonrisa. Furi sonrió a su vez con timidez.

—Sí.

Kōki no sabía qué hacer, no sabía que sentimientos tan fuertes le embargaban en el pecho al casi sentir los labios de Akashi ¿Por qué se sentía tan feliz? No quería despegarse de Seijūrō  nunca y si quería ser su pareja.

Sin embargo al día siguiente…

—Es mejor que seamos amigos. —La forma de hablar del pelirrojo había cambiado por completo, parecía otro niño. —Además los amigos nunca te abandonan ¿Verdad?

Furi lo miraba extraño ¿Por qué? Aunque la fuerte sensación en el pecho se le había ido, no había sentido alivio, si no dolor.

—Sí, supongo que sí. Entonces solo amigos. —No  lloró sino hasta después de que Seijūrō se fuera, le dolía tanto. Era un dolor tan intenso.

Aunque intento fingir que nada pasaba no podía, se dio cuenta tarde después que siempre había estado enamorado de Akashi Seijūrō.








Lo besó apasionadamente acomodando su cuerpo al suyo, acariciando sus hebras color café oscuro correspondiendo a sus ansias de caricias y besos fogosos.

—Yo te amo Sei, siempre te he querido. No te vayas con Kuroko-kun por favor, ámame a mí. —Kōki abrazó más fuerte a Akashi atrevidamente haciendo que su olor llegara a las fosas nasales de este último.

—Kōki, yo solo te amo a ti, no podría irme con nadie más. —Acaricio sus labios y aspiro el olor de Furi haciendo que quisiera tomarlo como suyo allí mismo.

 Lo tomo en brazos y  lo llevo con él al dormitorio donde lo despojó de sus ropas e hicieron el amor con pasión que habían reprimido hacía mucho tiempo y marcándolo de una buena vez. Ahora Kōki era suyo y nada los separaría.







...
….
Así debía de haber sido….

Pero el plan no había funcionado.

Cuando se había volteado para ver a Akashi, Furihata vio a otra persona que se atravesó en su camino.

Un chico moreno que le daba la impresión de haber visto antes.

—Oi ¿Tú no eres el chico que estaba con Kise? ¿Sabes algo de él?

Furi no sabía ni entendía porqué, pero quería besar al moreno sin explicación alguna, se sentía enamorado. Era una especie de pasión ciega e irracional.

Se abrazó al policía dedicándole una mirada completamente perdida en ese instante.

— ¿Cómo se llama?

—Oi ¿No crees que te estas pegando demasiado?  Soy Aomine Daiki.

Ese nombre en ese instante y debido a la droga despertó miles de emociones en su corazón en ese instante.

—Lo amo Aomine-san—Se acercó  más a la pantera que lo miro incrédulo como Furihata acercaba sus labios a él.

—Aléjate de Kōki, Daiki—Seijūrō estaba furioso ¿Por qué Daiki se había atravesado justo en ese momento? Esto no podía ser cierto, ahora Kōki estaría 24 horas enamorado de una persona que no era él.

Le puso una mano en la boca a Furihata alejándolo de él  lo más que podía.

— ¡¿No ves que es él el que me acosa Akashi?! —El policía estaba algo irritado porque Furi estaba pegado a él de una forma muy amorosa y  si Kise se daba cuenta que tenía el olor de otro seguro se enfadaría más. — ¡Dile que me suelte!

Seijūrō se acercó y  abrazo de la cintura a Furi alejándolo de Aomine quien resoplo aliviado pero Furihata le gruño a Akashi muy molesto.

— ¡¿Qué quieres?! Tienes a Kuroko-kun Akashi-san y yo creo que estoy enamorado. —Se quedó mirando a Daiki embobado—Aomine-san ¿Tendría una cita conmigo?  Desde que lo vi tengo una pasión que no puedo contener… ¡Siento mucha pena pero ni siquiera puedo esconderlo! ¡Te amo y quiero que todos lo sepan!

Furihata no sabía porque se sentía tan desinhibido, quería incluso ser marcado por el moreno. Aomine no sabía cómo reaccionar, nunca le habían dicho esas cosas tan de frente y tan rápido. Akashi sostenía con toda su fuerza a Kōki quien  luchaba desesperadamente para lanzarse a los brazos de su supuesto nuevo “amor”.
 
Daiki no negaba que el chico era lindo y si no estuviera enamorado tal vez se lo llevaría a la cama, pero a quien amaba era a Kise  ¡E incluso pensar en meterse con ese chico estaba mal! Ah si Kise se enteraba seguro se enfadaría aún más.

Seijūrō suspiró, era doloroso escuchar estas palabras de Kōki, palabras de amor a otra persona que no era él. Ahora se daba cuenta lo doloroso que había sido para este cuando le decía que Kuroko le gustaba.

—Kōki, piensa un poco, si realmente estuvieses enamorado de Daiki ¿No crees que te costaría decir mucho las palabras que dijiste ahora mismo? Estoy seguro que irías más lento.

—Cállate Akashi-san. Déjame en paz ¿Acaso no es esto lo mejor? Yo me siento liberado ahora de ti ¡Estar enamorado de ti era una pesadilla al ser solo tu amigo!  Ahora que ya no te amo a ti ya no sufriré nunca más por tus indecisiones, seré feliz con Aomine-san, yo lo haré feliz como nadie puede hacerlo, estoy seguro de lo que quiero y lo quiero ahora es a él.

Akashi nunca se había sentido así de solitario, esas palabras le habían calado hondo, tanto el de ojo heterocromatico como el de ojos rojos sufrieron al oírlo. Sus dos personalidades parecían contrariadas, no había soltado a Furi, sin embargo se dijo que tal vez debía hacerlo, estuvo a punto de aflojar su agarre, cuando Takao se acercó a él y ayudo a sostener a Furi mientras el moreno mejor se alejaba, no entendía nada y la verdad le asustaba un poco la situación, al menos si tenía que ver con Akashi ese chico no era nada bueno.

Takao se iba a retirar pensando que todo había salido bien hasta que escucho los gritos del chihuahua sostenido por Akashi y tratando de colgarse del cuello de un policía. Kazunari se acercó a ayudar, seguramente las palabras dichas por Furi en  ese estado habían derribado en algo la moral del pelirrojo, pero todo eso era por causa de la droga.

 Tenía que hacer algo, si no Furi estaría persiguiendo todo el día al moreno y en algún momento este podría llegar a ceder.

—Furi-chan, cálmate, no digas esas cosas. Tengo una idea ¿Quieres tener el amor  de ese chico? —Akashi puso una mirada incrédula como si no pudiera creer lo que oía pero Takao le hizo un gesto de que le siguiese la corriente.

—Sí, claro que quiero…por eso debo ir con él. Quiero ser suyo.

Akashi resoplo ruidosamente, es que no podía creer que realmente dijera esas cosas, sabía que era efecto de la droga pero como le molestaba internamente.

—Vamos, ven conmigo Furi-chan, nos reuniremos con él—Le guiño un ojo a Seijūrō haciendo que soltara a Furihata quien si estuviese pensando racionalmente se preguntaría como rayos Akashi lo había soltado tan fácilmente.

Furi cayó fácilmente en la trampa que Takao le preparó, llegaron a un hotel de la corporación Akashi.  Y cuando Kōki entro en una habitación lo encerró con llave y Akashi dio la estricta orden que no lo sacaran de esa habitación por nada.

—Sera mejor dejarlo allí hasta que pasen las horas que dura el efecto, aunque me preocupan las otras habitaciones de ese hotel Sei-chan.

—No te preocupes, en esas habitaciones no pueden salir los sonidos, así que la mayoría los ocupa como…

— ¿Hoteles de amor?

—Exactamente.

—Bien pensado, llamaré a Shin-chan a ver que hacemos al respecto. Lamento este error, pero te ayudaremos créeme.

Seijūrō se sentía desolado, Furihata le había dicho prácticamente que el amor que había sentido era una carga.  No era consiente  lo sabía, pero no evitaba el dolor.

Odiaba tanto el no haber luchado antes por ese amor que sentía por Kōki, debió haberle dicho sinceramente a su padre que no le importaba nada excepto Furi, no haberse bloqueado de ese modo, no haberse duplicado en pensamiento, ahora estarían felizmente casados o tal vez no.

Fuera como fuese no puede cambiar el pasado, ahora es el presente lo que importaba


















Kōki esperaba pacientemente a Aomine desnudándose para que lo hiciera suyo, pero luego lo pensó bien, tal vez era muy rápido, primero quería que lo besara y lo mimara, despertó sus hormonas para que en cuanto lo viese no lo pensara mucho…

Aunque pasaban las horas y no llegaba ¿Qué habría pasado? ¿Le había pasado algo malo? Parpadeo dándose cuenta recién de lo ocurrido, llamó a la puerta esperando que le escuchasen y al número de la recepción del hotel pero lo ignoraban por completo.

Se cruzó de brazos molesto, esto debía de ser obra de Akashi. ¿Qué no podía entender que amaba a otro ahora? Ahora tendría que buscar el método de salir de allí solo.

Tenía una idea.





















—Te estoy diciendo la verdad. Oi Kise ¿Me estas oyendo?

El rubio se puso a ver el celular mientras se terminaba de comer un helado  bastante grande. Había accedido a la cita que Aomine le había pedido de mala gana sin escucharlo realmente, no iba a ceder y perdonarlo tan fácil

—Dije que vendría a tu cita, no que te oiría precisamente. —Kise hizo una mueca dejando de escribir  en el celular para mirarlo con fastidio— No estás preparado para una relación.

—No me vengas con eso, si quisiera podría hacer mi pareja a cualquier persona que se me diera la gana, hoy un chico dijo que se había enamorado de mi nada más verme.

Kise se rio tapándose la boca de manera burlesca.

—Claro, lo que digas y yo soy Napoleón Bonaparte, Aominecchi.

—Si es la verd…—El celular del moreno sonó en ese instante. Abrió un poco los ojos al oír el mensaje pero supo que no podía perder tiempo así que se levantó de la mesa. —Debo ir a hacer un trabajo, al parecer  hay un chico encerrado en un piso de hotel. Aunque no creas que te dejare solo, vienes conmigo.

Lo tomo del brazo y lo coloco de manera rápida en la moto donde irían juntos.

— ¿¡Que!? ¡Oye! ¡AOMINECCHI A MI ME DAN MIEDO LAS MOTOS NO JODAS!

— ¡Solo sostente fuerte y ya! —Le puso un casco extra que tenía y se puso a andar a toda potencia con Ryōta aferrado a él como si fuera una garrapata, muerto del miedo.


















Aomine no supo que cuando abriría con una llave especial aquella puerta de hotel se encontraría justo con el chico que lo había abrazado en la tarde arrojándose nuevamente a su cuello y  buscando besarlo.

—Oi, oi ¿Esto es una broma?

—Llegaste a salvarme Aomine-san, te amo—Dijo sacándose la mano del moreno que había puesto en su boca nuevamente. —Aprovechemos el lugar y hazme tuyo.

Lamio uno de los dedos de Daiki de una manera algo provocativa, lo cual cierto rubio conocido se irrito bastante al verlo. Aomine retiro su mano un poco anonadado que el chico no tuviera pudor alguno.

— ¡FURICCHI! ¡¿No se supone que estás enamorado de Akashicchi?!

Furihata miro entonces a Kise mientras se aferraba de un brazo a Aomine quien intentaba apartarlo como fuese.

—Lo estaba, pero ¿Sabes? Esta tarde apenas vi a Aomine-san me enamoré perdidamente de él, quiero ser su pareja…

—No sabes que estás diciendo Furicchi…— ¿Porque el chihuahua esa actuando tan irracional de pronto? Es como si fuera otra persona, incluso si realmente estuviese enamorado de Aomine. Eso no era normal en Furihata.

—Ya sé que soy muy sexy e irresistible  y mi cuerpo es algo que todos codiciarían tener en su cama ¿Furi? Pero yo er…a mí me gusta Ryōta —Tomo del brazo al rubio y lo apego a él.

—No lo recomiendo como novio Furicchi, él te dejará por sus idols.

— ¡Ya sabes que estoy arrepentido por eso! ¡Ryōta por favor! —Termino de apartar al castaño—Ya lo hemos hablado, no volverá a pasar.

A Kise se le ocurrió una idea, no es que quisiera hacerle caso a Aomine, de hecho hace poco lo quería ver lo más lejos de su vista, pero tal vez se le quitaría esa extraña manía con la pantera a quien empujo dentro de la habitación metiéndose con él y a Kōki dejándolo fuera de esta cerrando la puerta.

—Por fin me has entendido ¿Eh? —Hablo Daiki un poco arrogante sonriendo pensando que Ryōta le había perdonado.

—No es eso, aun no te perdono del todo, solo me preocupa Furicchi, es que no está actuando de manera normal, parecía un enloquecido. No sé qué  fue lo que le paso, pero  creo que debemos hacer que no te vea de momento.

—Vamos, ven acá…aprovechemos que estamos solos. —Aomine se acercó  y abrazó al rubio por detrás.

Kise alzó una ceja y luego las frunció.

—No creo que sea buena idea.

—Yo creo que es la mejor idea…así ese chico sabrá que solo somos tu y yo.

—Aominecchi…

















Akashi después de haber sido informado se sentó al lado de Furi que esperaba fuera de la habitación renuente a salir de allí por ningún motivo, le trajo mantas y algo para comer, Kōki solo quería ver a Aomine el efecto de las drogas aún no acababa, eran las 4 de la mañana.

—El no saldrá de allí, esta con su novio. No vendrá por ti Kōki—Le dijo de manera firme.

—Yo quiero esperarlo.

—No quiero que te enfermes.

—Haré lo posible Akashi-san…

Seijūrō solo miraba a Kōki que parecía un perrito esperando a que su dueño saliera, puesto que no quitaba su mirada de la puerta.

—Deberías ir a dormir Akashi-san—Sonrió un poco incómodo. —Aomine-san podría pensar cosas raras.

—Tu deberías descansar ¿No tienes trabajo mañana Kōki?

—No me importa

Akashi tenía los dos ojos rojos, había vuelto a ser el sencillo y torpe, el heterocromatico se había refugiado en las sombras, algo le decía que su “alter ego” No volvería en un buen tiempo.

Tal vez nunca.

Solo a las 6 de esta Furihata se había quedado dormido. Seijūrō cuando Kōki se durmió lo cargo en brazos hasta llevarlo a su casa y a su habitación de la mansión principal acariciando sus mejillas dormido

—Fue pésima idea haber recurrido a una droga  afrodisiaca…perdóname. —. Lo beso en los labios manteniéndose aferrado a él en caso de que Furi despertase antes y se quisiera ir, pero eso no paso, de hecho el castaño durmió todas las horas que había pasado en vela.

Y el efecto de la droga se había ido.

Cuando Furihata abrió los ojos, no recordaba nada de lo que había ocurrido desde que comió ese chocolate.


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