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Un lazo que no pedí, aquella otra personalidad de mí por Almaschmetterling

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Notas del capitulo:

Cuando dices que actualizaras luego y actualizas cada mil años juajuajuas. Me odio, pero aqui esta la actu.

Aquello parecía ser una mala coincidencia del destino, Kise trago saliva bastante intimidado por el aura oscura que Akashi emitía en ese momento, después de todo, Seijūrō era un animal mucho más poderoso y aunque Kise podía imitar algunas de sus habilidades  no era nada comparado con él, es por ello que Ryōta  retrocedió casi por instinto con el fin de que Akashi  entendiera  que por su parte no quería pelea.  

Furihata miro fijamente  a Akashi, quizás debería ser el momento de arreglar las cosas de una buena vez, debía hablar pero en ese momento se sentía bloqueado, no sabía qué hacer ¿Cómo debía explicar la situación? Realmente había tratado estar a solas con Kise, pero si Kōki lo decía corría el riesgo de empeorar la situación.

—Sei, no es lo que piensas…—Trato de hablar calmadamente aunque por el rostro de Seijūrō parecía que la sola frase  lo había enojado aún más.

—Esa frase siempre es cuando lamentablemente es lo que se piensa. —Miro a Kōki tratando de mantenerse calmado aunque no podía si no pensar algo malo si lo veía casi a escondidas con Ryōta Kise quien era nada más ni nada menos que un modelo reconocido por ser un imán de mujeres y Omegas sobre todo.  Era un chico con carisma, parecía bastante animado y seductor. —Si vas a decir algo dilo de una vez.

Pero no estaba bien desconfiar de Kōki, el mismo que había estado haciendo las cosas mal, sin embargo, solo la situación le enojo sin poderlo evitar, fue el instinto. Ambos Akashis estaban conectados en ese momento por un sentimiento mutuo y eran los celos, aunque en ese momento el heterocromatico estaba dominando ese cuerpo. Su instinto de león le pedía marcar territorio.

Furi por su parte tomo aire tratando de calmar sus nervios de una buena vez, pero enfrentar al heterocromatico era difícil, no era como hablar con el Sei torpe, aquel con quien hace pocos días tenían una conversación  de lo más normal, como amigos que se conocen de toda la vida. El del ojo dorado tenía un carácter casi imprevisible que lo hacía sentir casi al borde de un precipicio algunas veces, como una especie de mareo mental.  Trago saliva, mientras sentía el corazón acelerado  debido a sus propios nervios en ese momento.

—Sei, lo que pasa es…














A lo lejos,  desde un edificio bastante alto, se podía apreciar a un par de personas, las cuales observaban  atentamente la escena para cumplir el objetivo deseado en ese momento.  Todo era cuestión de tiempo,  solo un poco más y  obtendrían lo necesario.  El punto no era simplemente llegar y actuar sin miramientos, todo lo contrario, debían ser precavidos en cada acción, sino tendrían que cambiar la estrategia.

Pero ¿Cómo no iba  a resultar aquel plan? Si era absolutamente perfecto, si realmente había amor funcionaria, sin embargo, eran las medidas extremas las que resultaban que simplemente hablar, ya que la mayor parte de  veces se originaban malentendidos. No, era un buen plan lo que se necesitaba en esos momentos, algo radical con esa pareja.

Van a quebrar y sensibilizar uno de esos corazones, así es el único método en que se acepten, se amen y conformen su unión como siempre debió de haber sido.

Takao simplemente sonreía, ya tenía todo planeado desde el principio, ahora le tocaba a su amado Shin-chan lo siguiente.

No, el peliverde no era su novio, pero estaba enamorado de él y al parecer este también del de cabellos azabaches pero ninguno de los dos admitía o quería sincerarse con respecto a sus propios sentimientos, pero los demás sí que se daban cuenta de ello. Tenían demasiada sincronización. Llevaban unos pocos años en el negocio de unir parejas, pero  siempre tenían unos buenos resultados, antes eran simplemente francotiradores, sin embargo Midorima arrastro a Takao a unir parejas, puesto que su Oha-asa, su especie de “diosa” le había dicho que era buena idea y quería un compañero.

***//Flash Back//***

“Awww no quieres sentirte solito Shin-chan”

“Cállate Bakao”

El chico halcón sonrió de manera jovial.

“De acuerdo, si tu Oha-Maja lo pide a mí no me molesta Shin-chan, creo que hacemos un buen equipo”

El chico rana asintió sin querer admitir que había algo más que eso, una necesidad ferviente de no querer separarse del otro, algo que ni el mismo sabia definir, algo que no podía explicar en ese momento.

“Es Oha-asa, Bakao. Pero te agradezco que quieras unirte aunque no es que fueses tan relevante”

El halcón soltó una risita que no pudo evitar.

“Si Shin-chan, lo que digas”

***//Fin Flash Back//***

—El objetivo ya está en la mira —Hablo Midorima ya  con su cuerpo  a la normalidad y  en ese momento apuntando fijamente a quien iba a ser el objetivo—Solo un tiro y nuestra misión estará finalizada. Oha Asa no me falles ahora.

Apretó el gatillo y disparó.

Pero no consiguió su objetivo.















¿Qué había sido eso? ¿Quién había tratado de dispararle a Seijūrō? Kōki había empujado de manera impulsiva al pelirrojo antes que una bala  se incrustara en el corazón de este aunque ya se había apartado un poco.

Furi miro donde  creyó sentir el disparo  y aunque los tres sobre todo Ryōta y el mismo Kōki eran los más shockeados al respecto este último tomo  de las manos a ambos para  salir del lugar escuchando más  disparos  que   cada vez parecían más cerca ¿Quién quería dispararle a Sei? Y sobre todo ¿Por qué?

El mismo Akashi estaba sorprendido. Pero  no por eso dejaría que le pasaría algo malo a su pareja, claro que no. Parece que quien  disparaba solo lo quería a él. Así que tomo una apresurada decisión. 

Casi arrastro a  Furi y a Kise de las manos esta vez tomando el mando  y  doblando en un edificio que creía no llegarían los tiradores  miro a Kōki y a modelo rubio que  estaba casi histérico que no había dejado de gritar o chillar en todo momento desesperado.

Seijūrō en ese momento ignorando todo pues al cruzarse con la mirada de Furihata supo que era capaz de todo en ese instante por esa persona de ojos cafés, que ese sentimiento era más fuerte que cualquiera que hubiese podido sentir  por Tetsuya o por cualquier otra persona, era una sensación, algo que no se podría describir exactamente, había un lazo que los unía, un lazo invisible e indestructible, lo sabía. Estaba seguro que así era.

Se acercó al castaño y tomándolo del rostro beso suavemente su frente sintiendo esa piel suave y tibia  en sus labios al depositar ese acto suave y lleno de sentimiento. Este siempre lo había cuidado cuando él estaba en su etapa  torpe, ahora quería ser el quien lo cuidase a partir de ese momento y para siempre.

—Kōki, ve a casa por favor. Tratare de distraer a los francotiradores, ellos me quieren a mí.

— ¡No digas estupideces Sei! ¡No voy a permitir que hagas una locura! —Dijo el castaño enfadado. Odiaba que lo viese como alguien indefenso. Pero también odiaba que el pelirrojo  quisiera arriesgar su vida. No iba a permitir esa locura. —Vámonos  todos a casa por favor.

Furi hasta podía sentir que el corazón se le estrujaba de un dolor intenso de solo de pensar que la persona que amaba podría  morir.

—Vamos Kōki ¿Piensas que esos tipos realmente me pueden matar?

—No sé si hablo con el Sei normal o no, en realidad ni siquiera sé  cuál de los dos es el…bueno “el” verdadero, pero no creo que esto deba terminar de esta forma. Así no me gusta así no lo quiero.

El pelirrojo sonrió con suficiencia, el heterocromatico desplazo totalmente al otro Akashi, aquel que era llamado por de ojos bicolor como “erróneo”

Nuevamente estaban divididas aquellas personalidades.

 —Nadie nunca podrá matarme nunca. —Su sonrisa se convirtió en una depredadora dirigiéndose al lugar donde creía que venían los disparos esquivándolos con una habilidad digna de aplaudir y ovacionar incluso, puesto que los disparos parecían hechos con una puntería y precisión casi exactas. 

De pronto se escuchó un sonido de susto  de parte de Furihata, pero no es que le hubiesen herido a este ni a Kise que hace rato estaba en shock y ni podía hablar. Si no que una bala  cayó a un policía que se había  acercado al parecer a  hablar con el modelo y ahora yacía en el suelo ¿Muerto?

—Ah….A-A-Aominecchi ¡¡¡NOOOOO!!!! —Kise pareció reaccionar de pronto aferrándose al cuerpo supuestamente inerte del policía.

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—Shin-chan, creo que tendremos que cambiar de estrategia, si se enteran que le disparamos a un policía estaremos en aprietos…

—Ese imbécil tuvo que atravesarse, maldita sea a Akashi Masaomi no le gustara esta mierda. —Mascullo entre dientes el peliverde enfadado, puede que  pudiera ser educado frente a ciertas personas pero cuando se le soltaba la lengua podía ser bastante grosero sobre todo cuando estaba enfadado— Hay que cambiar al plan de las feromonas.

El  chico halcón alzo las cejas pero al mismo tiempo sonrió emocionado, esa estrategia no la habían usado puesto que el disparo siempre servía siempre para que creyendo que la otra persona estuviese muerta los sentimientos del otro se sinceraran y quedaran juntos. Claro esas balas no mataban de verdad, solo les daba un efecto de falsa muerte a sus víctimas.

—Si quieres puedes dejarme ese trabajo a mi Shin-chan, sabes que la gente se acerca más a mí, cuando ese cachorro agarre confianza  con que somos amigos ¡pum! Trabajo realizado.

—Sí, si lo que sea, ahora vámonos antes que manden policías a buscarnos.

—Ustedes dos ¿Qué pretendían disparándome? —Akashi Seijūrō estaba enfrente de ellos en aquel instante uno de sus ojos era completamente dorado e irradiaba un aura fiera.

 —Se armó la gorda. —Takao Kazunari  y Midorima Shintarō se miraron entre sí para después mirar al pelirrojo que se acercaba a ellos con esa peligrosa aura.















Furihata y Kise miraban el cuerpo del policía en el suelo hasta que luego de unos minutos el rubio soltó el cuerpo.

— ¡Bah! ¡No está muerto! ¡Vámonos Furicchi! — Tomo de la mano al chico que se quedo completamente confundido ¿Qué fue todo eso? ¿No esta muerto? Pero si vieron ambos que le llego un balazo a la cabeza del policía moreno, que ahora lucía un chichón en la cabeza al ser soltado tan bruscamente  por el rubio.

—Espera un momento tenemos que ver qué sucede ¿Y Sei?

El rubio hizo un gesto de indiferencia o más bien cansancio con la mano como si apartara una mosca imaginaria.

—Pensé que conocías bien a Akashicchi, Furicchi. —Kise puso un tono de voz como estresado, pero es que aquel moreno con el que se habían topado era la persona que menos quería ver el modelo en ese momento.  Aunque al pensarlo un poco después le mostro una sonrisa al castaño, no era su culpa lo de sus problemas sentimentales aunque bien que había tenido un día de mierda no quería arruinarlo más amargándole el día a otros.

Furihata se quedó pensativo por lo dicho por Kise. El conocía a Akashi en cierto modo, pero también se estaba dando cuenta de que había aspectos desconocidos del pelirrojo para él.

—Creía conocerlo…Ahora ni siquiera sé bien quién es él. Quisiera conocer que hay por su mente.

—Puedo ayudarte con ello Furicchi~—Hablo animadamente Kise con una sonrisa brillante.



















—No importa que estés aquí, me niego a decirte mis objetivos. —Hablo el peliverde de manera seria al pelirrojo desafiándolo directamente.

—No creo que sea buena idea desafiarme…—La voz del pelirrojo sonó más seria aun si podía.

El chico halcón pensó  en ese momento que quizás era más prudente invertir aquella situación que se veía tan absurda en aquel instante.

—Shin-chan, usa el cerebro. Esto nos podría convenir para realizar nuestro objetivo, después de todo—Hizo una ligera pausa para sonreír después—Esto nos conviene a los tres.

Se acercó a Akashi sin pudor y le tendió la mano amistosamente con una sonrisa. Este desconfió un poco, pero al ver el semblante del chico halcón termino dándole la mano.

—Un gusto, soy Takao Kazunari y mi  tonto compañero es Midorima Shintarō ¡Un gusto conocerte descendiente del clan león!  Nosotros podemos ayudarte a  obtener lo que quieres: El amor de Furihata Kōki.

Hizo una sonrisita de suficiencia, en vez de tener un enemigo lo mejor que era hacer en estos casos era tener un aliado, pero ¿Qué harían estos  tres personajes y como lograrían ese objetivo?

















En otro lado, lejos, pero no tanto, un chico fantasma planeaba su siguiente estrategia para que el tigre ya lo dejase en paz y este método si le resultaría de una vez por todas. No quería verlo, no quería saber nada más de él.

No importaba con quien arrasaba en ese momento y si hería a alguien con tal de conseguir un poco de paz.

Y su paz era librarse de aquel que volvía a remarcar sus heridas con solo su presencia, cada vez que lo veía sangraba de manera interna, le dolía el corazón.

Por eso mismo, lo mejor es que aquella persona regresara por donde vino.



 
 

Notas finales:

¿Continuara?


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