Llegó exhausto a su departamento, lanzando descuidadamente sus llaves sobre la encimera de la cocina y suspirando.
Park Chanyeol era su nuevo compañero de trabajo, y el hombre era toda una ironía. Era mestizo, mitad elfo y mitad humano. Era realmente hábil detectando magia y doblegando miembros de la hermandad de las brujas que se divertían jugando bromas pesadas a los humanos, y sin embargo era todo un caos en cuanto a asuntos humanos se trataba. Era capaz de hacer prodigiosas maniobras que el mejor oficial del Departamento de Regulación de Magia hubiese envidiado, pero era incapaz de mantener un bolígrafo en posición entre sus dedos, aparte de prenderle fuego accidentalmente a todo papel que se atreviera a tocar sus dedos.
Pasó sus manos entre su pelo, estirándose y haciendo crujir los huesos de su espalda. Solo en ese momento se percató del silencio que reinaba en el lugar.
Miró cauteloso a su alrededor.
-¿Jongin? -llamó vacilante, pero no hubo respuesta alguna.
El sobrino lejano de su tío preferido parecía no estar allí. Eso era malo. El tío Siwon iba a colgarlo definitivamente.
-¿Jongin? ¿Dónde estás? -la preocupación empezó a teñir su voz y una extraña desesperación lo movió a pisar con fuerza y con rapidez las baldosas, mirando a todos lados.
-H-Hyung... -fue un murmullo, casi tan inaudible que creyó imaginarlo.
Giró varias veces en su propio eje, mirando a todos lados.
-¿Jongin? Dime donde estas, por favor. -rogó, sus ojos buscando desesperadamente.
-Aquí abajo, hyung. -una vocecita llegó a sus oídos desde abajo y miró allí.
-Oh... Dios... mío... -susurró horrorizado cuando vio un diminuto oso que parecía de felpa y de color castaño, apenas más grande que la taza donde solía beber chocolate caliente en las mañanas, mirarle con sus adormilados ojitos- ¿Jongin? ¿Eres tú? -se agachó y lo tomó, colocándolo cuidadosamente sobre sus palmas.
-Hyung... -el gimoteo de el pequeño oso era idéntico al Jongin que gimoteaba todas las mañanas cada vez que Kyungsoo lo sacaba de la cama cuando el menor pretendía dormir hasta mediodía. Todos los días. Todos.
-¡¿P-Pero qué demonios ha pasado?! -inquirió preocupado.
«Baekhyun lo miraba con una sonrisa traviesa, sin importarle en lo mas mínimo su horror al verse convertido en un ser diminuto. “Thehehehe~ ve a conseguir un beso de verdadero amor cofcof*de Kyungsoo*cofcof, ¿de acuerdo? No hay necesidad de sentirte demasiado agradecido~” había canturreado el brujo antes de desaparecer entre una explosión leve de chispas coloridas y humo multicolor, dejándolo solo»
Jongin miraba al mayor avergonzado, y Kyungsoo maldijo a Baekyun.
-Ese jodido Byun entrometido... -masculló Kyungsoo- Bien, terminemos con esto con un-- -cerró los ojos y su rostro se acercó progresivamente al pequeño oso.
Jongin entró en pánico.
-¡NO! -chilló, volviéndose de espaldas y cubriéndose la cabeza con las patitas.
Kyungsoo se detuvo sorprendido a pocos milímetros de besar la pequeña colita temblorosa que se hallaba frente a él.
-¿Jongin? -preguntó, confuso, viendo al oso volver su carita hacia él.
-N-No... ¿Qué pasará si no puedo regresar...? Sabes lo que eso significa, ¿verdad? -gimoteó con los ojitos llorosos -¡Prefiero permanecer así para siempre que--! -Kyungsoo creyó necesario interrumpirlo con un suave contacto de labios, seguido de una ligera explosión del humo multicolor tan característico de la magia de Baekhyun.
Un sorprendido Jongin emergió de entre el humo multicolor y las leves motas brillantes de magia disipándose después de hacer su trabajo.
-¿Ves? Está bien. -le dijo con voz suave, su mano firmemente colocada en la nuca del menor que le miraba avergonzado, un notable furioso enrojecimiento esparcido entre su cara y sus orejas- Te preocupas demasiado, Jonginnie. -murmuró, tirando del menor para bajarlo a su altura y dando otro pico en sus labios.
Jongin gimoteó aun más avergonzado, con el rostro al rojo vivo, y se escondió en el hueco entre el cuello y el hombro del mayor.
-Jodido Byun... su ayuda no era tan necesaria. -murmuró Kyungsoo, riendo con suavidad y dejando que Jongin se acurrucara contra su cuerpo.
-¿Somos novios ahora? M-Me besaste... -Kyungsoo pudo sentir el caliente emanar de la cara de Jongin y chocar contra su piel.
Rió, y escuchó a Jongin quejarse con otro gimoteo.
-Sí, Jonginnie, somos novios ahora.
Jodido Byun entrometido...