Aquella mañana Dipper se levantó más temprano que de costumbre, en realidad no había dormido nada, después de lo ocurrido con Robbie, no dejaba de pensar en él, todo lo que habían pasado juntos, las peleas e incluso las veces que se habían ayudado, las cuales eran muy pocas, pero el castaño no consideraba eso tan importante como para pensar estar con él, nunca, ni en su peor pesadilla hubiera imaginado un romance con el chico que le había jurado tantas veces la muerte.
Sin que alguien notara su ausencia, camino saliendo de la cabaña cargando su mochila, había puesto un poco de comida en esta, pues gracias a la hora, nadie estaba para comer con él y era lo que menos quería, necesitaba ir a aquel bosque solo, era una locura lo que pensaba hacer, pero sentía la necesidad de volver a ir después de tantos años.
Solo le basto salir de la cabaña, tomar el auto de mini golf y sumergirse en el bosque, conduciendo hasta una parte lo suficientemente profunda como para tener que abandonar el auto y seguir su camino a pie, estuvo caminando aproximadamente unos 10 minutos, llegando así a una pequeña cueva que se había formado gracias a los arboles y matorrales, encontrándose con una estatua de piedra, la cual tenia la forma de un chico de traje de pinguino, un flequillo que cubría un ojo, ademas de un sombrero largo y un bastón, se había conservado con un rostro de enojo, pues fue cuando lo vencieron, sin embargo para Dipper, aquel rostro era el más hermoso que nunca había visto.
Solo saco su desayuno, pues comenzaba a morir de hambre, sentándose frente a la estatua, agradeció la comida y procedió a comerla.
-Volví apenas al pueblo... lo se, luzco más grande, pero quizá ahora no me veas solo como un estorbo, me veas como alguien a quien puedas... querer-
Continuo comiendo mientras observaba aquellos fríos ojos, sintiendo un escalofrió recorrer su espalda, junto a un tenue sonrojo en sus mejillas, recordaba las veces que había enfrentado a aquel chico, las veces que pelearon y las que se traicionaron, a diferencia de Robbie, estos recuerdos le eran gratos, soñaba con la vez que se volvieran a ver, quería que eso ocurriera, que aquella estatua recobrara vida y fuera Bill Cipher, aquel chico del que tanto se enamoro y le ayudo a ser más fuerte.
En alguna dimensión se encontraba atrapado el chico rubio, después de su ultima batalla con la familia Pines, fue encarcelado a una dimensión completamente blanca, no había escapatoria, mientras más caminaba, se daba cuenta que no había ningún limite, podía caminar durante horas y nada cambiaba, intento manchar el suelo con su sangre, pero esta rápidamente desapareció, fue recluido completamente solo, no había nadie que lo ayudara. Perdió la cuenta de los años que habían pasado, se le veía más cansado, podía seguir haciendo magia, pero esto no ayudaba en nada, todo lo que hiciera era rápidamente consumido por ese sitio.
Sin embargo ahora era distinto, una voz conocida invadió el lugar y su mente, era imposible que eso pasara, estuvo tantos años esperando que ese alguien regresara, por una parte, sentía la necesidad de vengarse de esa familia que lo había condenado a su prisión, pero al escuchar que se trataba del chico Pines y escuchar cada palabra que este le dedicaba, sintió como su corazón comenzaba a palpitar de manera rápida, al punto de dejarlo caer en el suelo, no entendía nada de lo que pasaba, haciendo un triangulo con sus manos y ocupando su magia lo más que ese lugar lo permitía, pudo observar al chico castaño sentado frente a él, le gustaba verlo nuevamente, era cierto que había cambiado, le gustaba como se veía, ademas le divertía el hecho de que dejara de usar pantalones cortos.
Quiso responder a todo lo que Dipper decía, incluso escapar de esa prisión, sin embargo era imposible, lo intento varias veces, pero nada parecía cambiar, se iba a dar por vencido, no tenia sentido intentar escapar, ni siquiera sus poderes lo habían conseguido, pero lo que vio después, fue la respuesta que necesitaba para romper con aquella cárcel.
Dipper estaba cruzado de piernas comiendo, aun platicando con aquella estatua que estaba ya siendo carcomida por el suelo y la humedad, pero sin notar en que momento el chico de cabello negro llego a su lado, tomando su mentón y dándole un beso en los labios, el cual fue terminado por Dipper alejándose, observándolo nervioso, su voz no sonaba molesta, solo un tanto nerviosa.
-¿C-Como me encontraste?-
-No es como si te gustaran los lugares concurridos, además dejaste marcado el camino del carro de mini golf y había huellas de tenis que llegaron hasta aquí-
-¿Estas siguiéndome?-
-Pff... claro que no, eso seria extraño...-
-Si claro...-
-¿Y que haces aquí? Ese sujeto da miedo... ¿No fue el que quiso destruir el pueblo?-
-Si, es él...-
-Cuando pensé que no podías ser más raro-
Dipper solo le dio un pequeño golpe en el hombro a Robbie, le calmaba aquella platica, quizá olvidar un poco sus diferencias seria bueno, el castaño solo se puso de pie y guardo las cosas de su comida, para después observar a Robbie, el cual sin previo aviso, tomo a Dipper por la cintura, obligandolo a sentarse sobre su regazo, dándole pequeños besos en el cuello.
-D-Detente Robbie, esto no es divertido-
-Lo seria si no fueras tan cabeza dura-
-Basta...-
Menciono Dipper bastante nervioso, ahogando un pequeño gemido en esa ultima palabra, algo que pocos sabían era que uno de sus puntos sensibles era su cuello, era algo que lo podía excitar al instante, cosa que Robbie noto, comenzando a aprovecharse de esto, logrando que Dipper soltará mas gemidos.
Dentro de aquella cárcel Bill no podía decir nada, ver como tocaban al chico Pines frente a él solo hizo que se enojara, al punto que su molestia fue tanta que aquel sitio comenzó a quebrarse, no perdonaría que alguien más tocara al castaño, sin previo aviso, la estatua del rubio comenzó a quebrarse, acaparando la atención de Robbie y Dipper. Sin darles tiempo de reaccionar, Bill se había liberado de su prisión, tomando del brazo al castaño atrayendolo a él, Dipper se quedo sin habla cuando este apareció, Robbie observo molesto a Bill, no permitiría que aquel ser le quitara a Dipper, pues ya había hecho suficiente daño, tanto como a Dipper como a su hogar.
-Aléjate de Dipper...- Menciono bastante molesto, sin dudarlo un segundo, se acerco a Bill tomando la mano del menor, sin embargo con su bastón alejo a Robbie sin ningún esfuerzo hasta lanzarlo a un árbol, logrando que se golpeara en este, tomando la barbilla de Dipper, le observo sonriendo.
-Ahora Dipper... ¿Que haremos primero?- Sin vacilar, atrajo al menor al punto de besarle.
-Aléjate Bill..- Menciono Dipper nervioso al notar que Robbie no se levantaba, alejó con fuerza al rubio y se acerco a Robbie, moviendolo con desesperación, no esperaba una reacción así por parte de Bill.
-Robbie... Reacciona...- Comenzó a mencionar de manera torpe esperando que el azabache despertara, estaba entrando en desesperación, no le agradaba el mayor, pero no tanto como para verlo morir en ese instante.
Mientras se concentraba en hacer reaccionar a Robbie, se olvido de Bill, el cual se encontraba caminando hacia ellos, estaba atrás de Dipper sonriendo, a punto de tomarlo por la camisa para así terminar con la vida de Robbie, pero un gancho se atravesó entre él y Dipper, levantando la mirada molesto, observo a Mabel y a Soos, los cuales se preparaban para pelear.
-Será después niño Pines...-
Menciono molesto, comenzando a tomar otra forma escapando del lugar rápidamente, no era conveniente pelear contra ellos tres, ya los había enfrentado una vez y no cometería los mismos errores nuevamente.
Mabel corrió hacia Dipper molesta, estaba segura de que su hermano tenia algo que ver en la liberación de Bill y estaba lista para reprenderlo hasta verlo llorar, sin embargo, al ver que estaba Robbie en el suelo, llamo a Soos para que cargara al azabache y salieran de aquel sitio.