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Among Dead por Ichi EXO

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Notas del capitulo:

Esto es lo que sale por estar viendo TWD mientras piensas en tu OTP. Muy random, lo sé.

“Apocalipsis” una palabra cuya definición BaekHyun nunca esperaba vivir, no creía que el fin del mundo fuese a ser real; no de ese modo, él solo había llegado a experimentarlo detrás de un mando de videojuegos, porque sí, a pesar que la idea se le hacía lejana, sus juegos favoritos iban sobre zombis y virus letales que acababan con el 80% de la población humana. Nunca pensó que el mando se convertiría en un arma real, tampoco que aquellos seres tras la pantalla los viera en vida real, y sin embargo estaba ahí, huyendo diariamente de ellos desde hacía varios meses.

BaekHyun había aprendido, de la peor manera, a vivir solo luego de ver como parte de su familia, e incluso sus amigos, volvían a la vida como seres “come-gente”, y podía dar parte del crédito de su supervivencia a sus largas horas como “gamer”, la otra parte a la lucha diaria que había tenido desde que el virus se expandió por el planeta. Al principio como una enfermedad extraña que iba matando a las personas y seguido esas personas volvían de la muerte, con su humanidad perdida.

Su lucha constante iba en búsqueda de comida y sobrevivientes, era una esperanza que permanecía con él día a día, la idea de no ser el único que vagaba por las calles, escondiéndose en zonas más aisladas, duchándose con poca agua, comiendo lo necesario.

Ahora se encontraba tras un auto, el cual le hizo pensar efímeramente en el pasado; probablemente lo conducía un chico como él, yendo a la universidad, esperando un futuro mejor, un futuro que él también había anhelado, con lujos, felicidad y salud. No ahí, ocultándose de cinco cadáveres que habían desviado su arrastrar para ir rumbo a él, todo por tropezar, como un jodido novato, con una lata que estaba en el suelo.

Estaba rodeado, su pecho subía y bajaba con una ansiedad irremediable, la misma que iba con él cuando más de dos caminantes muertos iban en su dirección, si lo atrapaban estaba perdido, dos por un costado, un par más por el otro y el restante al frente, uno más desagradable que el otro. Su puntería era casi perfecta, pero si no se movía rápido se uniría a los “no-muertos”. Se movió sigiloso, los zombis seguían el ruido y pocas veces se dejaban llevar por el sentido visual ¿Acaso se podría decir “sentido”? El tema es que estaban allí.

Con una bocanada de aire se hizo un lado y apuntó al primero “BAM” justo en el centro de su frente, lo que lo hizo desplomarse en el suelo como una masa inservible. Dos tiros más a los del costado, pero fue cuando se giró que casi quedó sin poder respirar, con un vacío en sus pulmones. Solo había uno, al que sin duda disparó, una bala en su cerebro, la única manera como no volvían a levantare ¿Y el otro? ¿Dónde estaba el otro?

El gruñido detestable provino de su espalda, en una milésima de segundo BaekHyun pensó en su vida, en lo que quería hacer y no pudo, en que había personas que buscaban la cura y no poder ver el nuevo mundo. No le iba a dar tiempo de cargar de nuevo, de quitar el seguro; las manos sin piel ya iban por él, iba a morir, como un idiota si no se apuraba.

Fue entonces, cuando sintió una pequeña munición cortar el aire cerca de él, dando justo donde correspondía al quinto zombi y acabar con este, sangre negra y espesa se asomó desde el hoyo entre sus cejas. BaekHyun se mareó a causa de la combinación de pánico, adrenalina y el zumbido en su tímpano, sus piernas se enredaron una contra la otra y perdió el equilibrio.

—Vamos, de pie. Vienen más —dijo una voz, la primera voz que oía en meses y casi sonríe por ello, de no ser por lo que había pasado-. Mierda, arriba.

BaekHyun se levantó como pudo, también con ayuda, y trotó al ritmo que indicaba la otra persona.

—El sonido de tu pistola los va a atraer hasta aquí, apura. —BaekHyun sintió que lo estaba regañando y habría refunfuñado en contra de no ser porque tenía razón.El arma que había conseguido entre las cosas de su padre no tenía silenciador y el ruido era obvio que les iba a dar su dirección.

Corrió, ya cuando cobró su sentido por completo, ya no necesitaba ayuda,el arma bien aferrada en su mano mientras sus ojos buscaban un lugar seguro. Desviaron varios “no-muertos” y dieron con una zona de apartamentos. Lo primero que hizo, y supo también que la persona a su lado hizo lo mismo, fue peinar la zona, el arma a la altura de su rostro, comprobando que estaba limpia de esos seres repugnantes. Entraron a uno, revisando por igual las habitaciones y, cuando se aseguraron que estaba limpia, pudieron respirar de alivio.

—Lo tenía, de verdad que lo tenía —es lo primero que BaekHyun pudo decir, aún con la respiración entrecortada, sin mirar a la persona que, aunque no quisiera admitir, lo había salvado.

—Sí, claro. Todo controlado —respondió, con una notoria risa sarcástica.

—¿Quién eres?

—Tu salvador.

Y fue ahí cuando BaekHyun se movió para verlo. Un chico de cabello medio largo y despeinado. Ojeras oscuras, pómulo marcado, rasguños sobre la piel de su rostro. La ropa estaba sucia, rota a la altura de sus rodillas y llena de sangre seca, a excepción de una chaqueta negra, seguro era por el color que se veía pulcra. Pero lo que llamó su atención, no solo era que podía calcular que tenía aproximadamente su edad, sino, además, que era extrañamente atractivo.

—Que ingenioso eres, señor salvador, aunque el nombre no te queda, yo podía solo.

—Sí, eso lo pude ver cuando tenías a ese muerto sobre ti. —El chico sonrío, mostrando sus dientes, que era de un modo raro derechos y blancos.

BaekHyun negó, buscando en su mochila uno de los dos envases que le quedaban de agua potable, bebió la cantidad necesaria y extendió el restante al otro chico, que ahora, en ese ofrecimiento, notó que era mucho más alto que él. Este aceptó y agradeció al tomar del recipiente mientras él movía la cortina para ver afuera, caminantes muertos congregándose en el patio, con su andar lento. Unos más descompuestos que otros, piel desprendida, huesos salidos de su lugar, cabello caído y BaekHyun sintió repulsión como siempre le ocurría cuando los veía.

—ChanYeol.

—¿Disculpa?

—Mi nombre… ChanYeol.

Se desconcertó cuando lo escuchó presentarse y ver su mano extendida, percibiendo como sus uñas, a pesar de estar cortas, tenían suciedad en ellas. Tomó su mano, sintiendo lo callosa que estaban y se presentó de igual manera, diciendo su nombre.

Quedaron así unos largos segundos. Era la primera persona que BaekHyun había tocado en meses y era cálido, se sentía bien; al fin otro sobreviviente. Sus ojos transmitían vida y no importaba que fuese un desconocido, lo importante para él en ese momento es que ya no se sentía solo; no era únicamente él contra los malditos zombis.

Si pudiera juzgarte por la delicadeza de tus manos sabría que no podrías solo con tantos zombis.

—Pues, estas manos han sabido tomar un arma y masacrarlos, para que lo tengas en cuenta.

ChanYeol soltó una risa al oír a BaekHyun y él convino que era uno de los mejores sonidos de la vida, entrañable, el sonido de la felicidad por parte de otro humano, ya no más gruñidos de muertos hambrientos, ni el de su arrastrar por el asfalto, tampoco el de su propia respiración o el de sus pasos, algo más que llenaba su sentido auditivo que no fuese el sonido de su pistola al disparar. Y fue por ello que se encontró sonriendo también.

—Bueno, BaekHyun, yo iré a revisar el apartamento de al lado, puedes tú quedarte en este. —ChanYeol ya iba a salir, cauteloso por la puerta, cuando fue detenido por el otro chico, su mano sosteniendo la chaqueta de cuero.

— No. —Dijo BaekHyun en voz baja.

— ¿No?

—Sé que eres un extraño y no te conozco. Puede que seas un tipo malo, un sádico que tomaría mis cosas y se iría dejándome expuesto a lo de afuera…

—No soy un sádico —otra vez esa misma risa que le hizo soltar todo aquello que decía.


—Lo que quiero decir es que… no es necesario que nos separemos, por hoy.

— ¿Quieres que me quede?

—Por favor, no hagas que responda a eso.

Es que ni él sabía porque había dicho eso, un completo extraño en las mismas paredes con él. ¿Qué quería al pedirle que no se fuera?

ChanYeol se giró hacia él y cuando sintió su mano sobre el cabello supo exactamente el porqué de su petición, era alguien vivo, solo quería poder disfrutar de la compañía de otra persona luego de tanto tiempo. Hablar, tal vez. Oír más de su risa, eso era seguro.

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Luego de que ChanYeol se quedara y se informaban un poco más el uno del otro, como, por ejemplo: la edad, donde vivían antes de que eso ocurriera y el cómo llegaron a disparar tan bien, comieron. Barras de cereal que BaekHyun siempre llevaba con él y fruta seca que, por su parte, ese chico alto comía constantemente.

— ¿Viste a tu familia ser llevada por el virus? —preguntó BaekHyun, sentado en el suelo, al acabar de hidratarse. Era un tema delicado y él lo sabía, revivir el pasado de ese modo, una vida que le fue arrebatada a él en un cerrar de ojos.

—Mi madre había fallecido dos años antes, un accidente de tráfico. En ese tiempo pensé que era lo peor que pudo pasarle, pero ahora pienso que fue lo mejor, para ambos. Al menos ahí murió al instante y no vio como el mundo se derrumbó por algo que nadie creía que podía pasar. Nunca conocí a mi padre —no había pena en su voz, tal vez el notable alivio que expresó con las palabras— ¿Y tú, pequeño gamer?

—Fue mi madre quién mató a mi padre. —Se hizo el silencio luego de eso y sintió la mano de ChanYeol sobre su brazo, un gesto de apoyo- No sabía que estaba haciendo, inclinada sobre él, sus dientes rasgando la piel y, por muchos juegos sobre zombis que haya jugado antes, no tenía ni idea que ella era uno, aunque sus ojos estuvieran grises, sin vida, su boca llena de lo que fue su esposo. Y yo hui, fue la primera vez que sentí tanto miedo en mi vida.El brote se extendió más rápido que en las películas… mis amigos, solo uno de ellos logró huir conmigo y, luego de un par de semanas lo agarraron, eran demasiado, más de los que me salvaste hoy.

— ¿Admites que te salve? —Comentó bromista ChanYeol, con el carisma que nunca había dejado su personalidad. Si bien un nudo se había formado en su garganta al imaginar por lo que tuvo que pasar el otro chico, no quiso aumentar el sufrimiento que estaba recordando en ese momento.

— ¿Qué? ¡No! No dije eso —exclamó, aunque con una sonrisa, una de tantas que había curvado este día.

—Eres muy valiente, BaekHyun, no pasé ni la mitad de lo que pasaste. El ver eso no debe ser nada fácil. Sin embargo, sigues vivo, también a pesar de tener ese cuerpo tan delicado.

Y fue cuando BaekHyun escuchó eso que se curvó hacia ChanYeol. Una vez más actuando por simple impulso, por la necesidad que tenía su cuerpo de compañía y calor. Primero lo abrazó y, aunque fuera tenue, le gustó que oliera a su antigua vida; una fina capa de perfume mezclada con sudor, tierra, como si fuese madera quemada, pero, lo más sustancial, era que no olía a muerte y putrefacción. Por ello continuó, sus labios buscando los ajenos, quería más y lo encontró, su boca sabía a manzana, relacionando ese sabor, de inmediato, con la barra de cereal que había comido antes, y sutilmente a sangre.

Supuso que ese chico alto con complejo de caballero de armadura lo alejaría, ahora era él quién iba a parecer un sádico, acercándose de la nada a una persona que recién conocía solo por su jodida gana de satisfacer un capricho; un mal argumento si existiese una corte para acosadores. Lo que no creyó es que sentiría una mano en su espalda baja, presionando para que ambos cuerpos estuviesen más cerca, ni que ChanYeol lo volviese desenfrenado y desesperado, incluyendo incluso su lengua y dientes.

—Aquí el tipo malo es otro, pequeño gamer… —susurró al alejarse, con una respiración entrecortada y llena de ansiedad.

—Puede que sea yo quién te distraiga para tomar tus cosas y dejarte expuesto a los peligros fuera de este lugar.

—No lo creo, BaekHyun. Y de ser así, seguro valdrá la pena.

Una vez más ChanYeol acercó al chico, esta vez con ímpetu, sus bocas casi en colisión, sus caderas chocando cuando BaekHyun se subió a horcajadas sobre él lo que hizo que el alto gruñera en deseo. Ese era el mejor de los gruñidos que el “jugador” pudo oír, y quería obtener más, este era un sonido distinto, mejor.

Hubo manos, que en un comienzo iban con delicadeza. Sin embargo, a medida que el calor iba en ascenso, las del más alto se posicionaron sobre sus muslos, y él se estremeció, anticipando cualquier acción. Lo sostuvo, con fuerza, y lo llevó hasta la cama, que al menos estaba lo suficientemente limpia; y aunque no lo hubiese estado para ellos iba a ser lo de menos.

ChanYeol se inclinó sobre BaekHyun y de nuevo éste experimentó el sabor del cual no se cansaría, menos en ese momento.

Bajo las capas de ropa, ChanYeol era duro, delgado sí, pero los músculos se definían en cada sección importante, su abdomen, sus brazos, la espalda. Y cuando quedó desnudo ante él vio cicatrices que quiso tocar, las quería grabar bajo sus yemas y supo en seguida que él haría lo mismo con las suyas, no solo con los dedos, también con los labios, porque besó las pocas que tenía. Sobre su clavícula, en las costillas, sobre el vientre, cada una con una historia distinta que podría contarle, en un futuro, si esa no era la última vez de ellos juntos.

Puede que al día siguiente algo sucediera, tomaran caminos separados o hubiese otra emboscada como la hubo con su último compañero, por ello en ese momento no había arrepentimiento, si iba a morir llevaría algo bueno con él, lo mejor que le ha pasado incluso desde el mundo antes del apocalipsis. El anhelo vibraba en cada centímetro de su cuerpo, el placer era mutuo y nunca se había sentido deseado por ninguno de sus amantes pasados.

ChanYeol era vida, su corazón acelerado golpeando cerca del suyo se lo aseguraba y cuando se hundió en él, luego de una preparación calmada, sintió una conexión distinta, no era un simple desconocido, le había salvado la vida.

—Gracias —dijo BaekHyun, entre acallados gemidos mientras se arqueaba por más contacto.

Y ChanYeol supo en seguida de que hablaba, por ello, al tiempo que se movía contra él, logró responder un: —Lo haría de nuevo.
Notas finales:

Nuevamente gracias a mi mejor amiga por revisar esta cosa rara y a nessy, que, aunque aquí no pueda poner su portada, sigo sintiendome agradecida. 


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