…Quinto día
Muchas personas me han venido a visitar al hospital, entre ellos mis papás, mis hermanas y personas que se dicen llamar mis amigos, no lo sé, no lo recuerdo…
Los médicos vienen cada día y checan mi progreso, al parecer es nulo, me han dicho que con el accidente perdí la memoria, pero no cualquiera, sino de hace 6 años hasta el accidente…
De todos los “amigos”, hay dos que llaman mucho mi atención, una chica llamada Elizabeth, la cual no entra a platicar conmigo, solo me observa desde la puerta, cree que no lo sé, pero percibo su tristeza; y un chico llamado Ángel, viene todos los días y al dar dos pasos dentro de la habitación (créeme, los he contado), se suelta a llorar (siempre me sorprende como tiene tantas lagrimas) y me abraza durante un rato, es un chico agradable e intenta hacerme recordar diciéndome “recuerdas cuando fuimos al parque, o cuando ibas a mi casa…”, yo solo niego con la cabeza y he estado muchas veces a punto de decirle “ni siquiera me acuerdo de ti”, pero sé que si se lo dijo llorara más y no me gusta…
-¡Hola Lai!
-Hola Yel- lo observo, y sus lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas
-¿Qué pasa, que dije?- camina lento y se sienta junto a mí, sollozando
-Es que… te acordaste de cómo… de cómo me decías…
-… Jajaja, ¡lloras por eso!, deberías irte acostumbrando a que recupere la memoria, si no siempre estarás llorando Ángel
-¡Hay, siempre eres tan mala conmigo!- Se limpia las lagrimas
-Ven, vamos a caminar por el hospital, es aburrido estar tanto tiempo aquí
Salimos del cuarto, dirigiéndonos al patio y me percate de que el pasillo estaba vacio
-Oye Yel, ¿conoces a Elizabeth?
-Elizabeth… Algo así
-¿Cómo que algo así?
-Bueno es que nunca he hablado con ella en persona, solo por internet, aunque tú me contabas mucho de ella, es tu mejor amiga o… ¿No la recuerdas?- asiento con la cabeza –Bueno pues ahora me siento mejor, al menos recuerdos algo de mi
-Jajaja, te pasas Yel
-Jajaja, lo sé, ¡es que de convivir se pega!
Sin darnos cuenta ya habíamos llegado al patio, no dirigimos a una banca y nos sentamos, después de charlar y reír un rato
-Yel, tengo hambre
Volteó a verme con cara de “ay no quiero”
-Jaja, anda ve por algo de comer, onegai (por favor)
Se levanta -¿Y porque no vienes conmigo?
-Porque no quiero, jajaja- intenta fulminarme con la vista
–Ja, sabes que lo digo porque te quiero
-Aish bueno, ya vengo- comienza a caminar, se detiene y me mira
-Te quiero Lai- se aleja.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-¡Ash no puedo!
Volteo la mirada hacia donde previno la voz, veo a una niña de unos 11 años que esta doblando hojas de colores y me acerco
-Hola, ¿Qué haces?
-Uff, ¡intento hacer origami pero no puedo!
-¿Quieres que te ayude?- me ve emocionada -¡Sí!, por favor
Me siento a su lado, tomo el libro de origami y lo empiezo a hojear
-Ah, perdona, no me he presentado, me llamo Laila ¿y tú?
-Dhamara, de hecho hace un momento estaba observando que estabas con un chico, ¿es tu novio?
-No, bueno no que yo sepa
-Jaja, realmente parece tu novio
–Supongo que sí, no lo recuerdo como tal…
-Oh, ¿estás aquí porque perdiste la memoria?- me ve muy interesada
-Sí, ¿por qué lo dices?
-Es que en el área infantil, llego el rumor hace unos días de que una chica había llegado, y que había perdido algo de memoria- asentí con la cabeza –Y bueno, yo quería conocerte desde ese entonces
Sonrío –Me alagas, eso no es algo que escuche todos los días… Mira- le muestro el origami que había hecho durante la conversación
-Waa está muy bello, es una… ¿Grulla?, ¡eres muy buena haciendo origami!
-Sí lo es, ¡gracias!
-Lai, ya regrese, dejé la comida en el cuarto…- se nos queda viendo
-Mira Dhamara, el es Ángel, Ángel, Dhamara- se saludan
-Nos vemos después- le doy la grulla y me encamino hacia el cuarto con Yel.