Ambos amigos sin la más mínima idea de donde estaban empezaron a buscar objetos útiles para crear un refugio o algo similar para pasar la noche ya que estaba al anochecer... buscaron diversos tablones y con la sabia de un árbol empezaron a pegarlas dándole forma a una pequeña choza, pero ya con media choza construida el príncipe Gumball recordó que en su bolcillo llevaba una capsula la cual se transformaba en una pequeña casa en comparación a su palacio en la cual habían provisiones y otras cosas que gracias a la ciencia podía transportar en su bolsillo, al Marshall notar que Gumball tenía tal artefacto y le hiso trabajar en vanó se puso algo irritado y miraba a Gumball con algo de ira pero que al ver el rosado rostro se transformaba en un sonrojo al notar la tierna mirada de su rosado amigo y lentamente se acerco al rosado y entraron a la casa semi-mansión la cual era de un color rosa muy claro lo cual no era raro para Gumball pues todos sus objetos son de dicho color.
-Gumball, eres muy cruel ¿sabes?- dijo mirando a Gumball a los ojos con los cachetes inflados.
-¿Por qué dices eso Marshall?- sonrojándose al ver la cara de Marshall que reflejaba una gran rabieta oculta.
-Porque tenias ese artefacto y no me lo habías dicho antes de que empezara a sudar, ahora tendré que ducharme y deje mi patito de hule en casa y sabes que sin mi patito no me entro a la tina, así que te toca hacerle de patito.- dijo mientras veía a Gumball sonrojarse inmensamente bajando la mirada tratando de evitar ver a Marshall a los ojos.
-¿Estás loco? No nos podemos bañar juntos siendo los dos hombres y además...- sin palabras quedo al sentir el dedo de Marshall que le dejaba sin palabras.
-Nada de eso tiene que ver, el ser hombres no afecta pues ni que vayamos a tener relaciones, es a ducharnos juntos como amigos, después de todo cuando fuimos a tokygoma nos duchamos juntos en las aguas termales del volcán caramelo junto con el príncipe desayuno y el príncipe mora.- se acerco a Gumball que ya parecía tomate de tanto sonrojo y que minutos después asintió en señal de que si se ducharía junto a Marshall.
Ambos caminaron hacia una habitación al fondo de un largo pasillo de la cual salía humo con olor a rosas salvajes y caminando hacia el cuarto de baño ambos cruzaron la puerta para después, desnudarse y meterse a la tina caliente con un leve sonroje que se notaba en ambos rostros al estar uno frente al otro en la amplia tina, Gumball intentaba untarse el champo en su rosa cabello de chicle pero se sonrojo más aun al sentir las manos de Marshall frotando su cabello y dando suaves masajes en el cráneo del dulce príncipe, Marshall también paso sus manos por la espalda de Gumball y le tallaba con una suave esponja.
-Esto es vergonzoso Marshall, no me podrías dejar hacerlo por mí mismo, ¿sabes que esto es cruel?- decía mientras encogía sus hombros y agachaba la mirada.
-Esto no es para nada cruel, incluso creo que lo disfrutas Gumball. –Le susurro Marshall al oído mientras tomaba un poco de agua en sus manos y la dejaba caer por el cuerpo de su delgado amigo rosado.
Después de un largo rato ambos estaban con jabón y champo por todas partes, Marshall suavemente lanzo agua a la cara de Gumball que respondió con la misma acción y entre risas y chapoteos no se dieron cuenta de que el tiempo pasaba y la noche empezaba a notarse más que en cualquier otro lugar de Aaa pero los amigos solo pensaban en divertirse pues para ambos era un sueño el pasar esos momentos al lado el uno del otro, pero Gumball intento levantarse y en dicho momento se tambaleo hacia delante cayendo en el regazo de Marshall rosando su rodilla con la entrepierna del vampiro y juntando los labios sin saber que estaba haciendo Gumball solo se sonrojo dejándose llevar por sus instinto y sus emociones, después de unos minutos besándose Marshall se separa de su amigo con sus mejillas muy sonrojadas.
-Eres el que decía que no debíamos hacer cosas malas y tú me besas, ¿sabes que no debes hacer eso además teniendo a tu novia Fionna porque lo hiciste? Acaso ya no te importa el que seamos hombres.- dijo sonrojado mientras veía a su rosado amigo que se avergonzaba al escuchar las palabras de su amigo.
-Todo eso fue un accidente y tú eres el menos indicado para hablar estando comprometido con Marceline y no hiciste mucha resistencia que digamos solo te dejaste, como si te gustara que ese accidente hubiese sucedido.- dijo sonrojándose con cada palabra.
-Y... yo s...solo te seguí el juego y no es que me haya gustado que pasara ese accidente, como tú le llamas pues si es un accidente para ti para mí también.- se sonrojaba pensando << acaso no se da cuenta de que lo de Marceline era solo un disfraz para ocultar mi amor hacia el >> suspiro mientras miraba hacia otro lado.
-Seguirme el juego. ¿Pero de que hablas? En primer lugar fue un accidente no más así que no te creas que el beso fue porque mis labios lo de...deseaban.- tartamudeo mirando de reojo a Marshall <<¡¡¡Si que lo deseaba!!!¿Que estoy hablando? Esto es una locura absoluta, pero si él no estuviese comprometido y no fuese tan machista yo... no, no, ya deja de pensar esas cosas>> se halo los mechones rosados con fuerza tratando de sacarse esos pensamientos.
-¿Por qué te haces así Gumball? Me empiezas a preocupar principalmente con tu tartamudeo cuando hablaste al final...-bajo la mirada y se acerco al rosado para quitarle suavemente las manos del cabello y besar su frente para después empezar a secarle con una toalla de color rosa que estaba en un toallero. –Dejemos ya de pelear, no me gusta estar peleando contigo mi Gumbi...- Gumball al escuchar esas palabras se sonrojo aun mas y miro a Marshall quien pasaba la toalla por las piernas del tembloroso príncipe que en un momento desesperado se movió y la toalla pequeña que tapaba su entrepierna se cayó y dejo ver una erección lo cual hiso sonrojar al vampiro. -¿Por qué la erección Gumball?
Gumball avergonzado corrió hacia la puerta y salió de la habitación muy apenado por la escena y rápidamente entro a su recamara aun desnudo poniendo su cabeza sobre la almohada llorando por la gran vergüenza que sentía. << ¿Por qué delante de el? ¿Por qué delante del chico que amo? Mi vida es un desastre con tanta gente en Aaa tuve que quedar atrapado aquí con Marshall y para colmo excitarme y el darse cuenta>> de repente escucho un suave toque en la puerta.
-Lo siento Gumball, No fue mi intención el hacerte tener una erección, de verdad lo siento, no sabes la vergüenza que me da el haberte hecho pasar por un momento así, si lo que quieres es estar solo yo puedo irme a vivir a otro lado... Gumball quiero que sepas que tu...- no termino de decir la frase cuando escucho el movimiento de la perilla que indicaba que el rosado saldría para conversar con él.
-Es que fue un descuido de mi parte por aceptar el tomar una ducha contigo sabiendo que esto podría pasar. Pero sabiendo pasaría acepte en lugar de darte otro pato de goma, lo siento- se abrazo a Marshall, Gumball ya vestía unos shorts algo ajustados y una camiseta de color verde que marcaba su abdomen, con un aroma a rosas dejo al vampiro muy cegado por el dulce aroma de Gumball.
-Gumball yo quería decirte que... bueno olvídalo mejor olvidemos este día y vamos a la cama, ya se me ha ido el apetito.
Infla sus cachetes y lo mira a los ojos. –yo esperaba que tú me preparases la cena pues tengo mucha hambre después de todo no he comido en varios días y después de todo esto me ha dado más hambre de lo común.
-pues guíame a la cocina, te preparare algo muy rico para que tu barriga este llena y podamos continuar jugando.- acaricio la barriga de Gumball el cual se sonrojo y a la vez enojo recordando lo pasado y le pego suavemente a Marshall en la cabeza.
-si continuas haciéndome esas cosas pensare estas enamorado de mi.- miro a otro lugar mientras notaba el sonroje de Marshall quien se lanzó contra Gumball poniéndolo contra el muro y besando suavemente su cuello para después pasar su lengua por el cuello de este.- ¿no pensaras morderme verdad?