Su vida desde que tenía uso de razón había sido difícil y se volvió mucho más difícil cuando su padre los abandono, para una sociedad como esta que un omega fuera reclamado y negara ese derecho al macho era imperdonable, de igual manera era si esta dejara a su pareja solo y preñado empeoraba las cosas, para esta utopía habitada por alfas, betas y omegas. Un omega marcado, preñado y desechado era algo inaudito y desagradable una clara señal de ser inservible nuca en la historia de la humanidad había pasado esto se supone que cuando eres reclamado y la unión se formaba esta era para siempre, no se podía romper todos lo sabían.
Pero al parecer algunas cosas si podían destruirse y la unión era una de ellas, lástima que su familia tenía que experimentarlo de primera mano.
Conforme pasaba el tiempo se dio cuenta que su existencia estaba destinada al sufrimiento no era el simple hecho de que a donde fuera era señalado y molestado con miradas y susurros maliciosos e hirientes quienes le recordaban constantemente la ausencia de su padre, ese hombre que jamás conoció pero sabía que era el responsable del constante sufrimiento de ambos. Francamente no le importaba lo que digieran a sus espaldas, él sabía que su madre no era responsable de nada, eran las circunstancias las responsables de su actual desgracias, porque para Daniel Larusso esa mujer, esa hermosa y maravillosa mujer era la mejor beta del mundo amorosa, valiente y llena de autoestima y por eso cuando le informo que se mudarían a california el simplemente lo acepto.
Quien hubiera dicho que ese lugar se convertiría en su infierno personal, desde el primer momento en que puso un pie en ese sitio supo que había sido un tremendo error, debía aceptar que cuando fue a esa playa y contemplo a la hermosa beta de prominentes curvas, piel clara y cremosa, mejillas llenas de pequeñas y lindas pecas y sonrisa luminosa pensó ingenuamente que todo comenzaría a cambiar, que su vida ya no sería dolor y tristeza constantes.
¡Que equivocado estaba!
No sabía cómo ni porque pero de un momento a otro toda esa atmosfera perfecta que ambos construyeron en cuestión de segundos se disolvió dejando a su paso caos y desconcierto, su persona era sostenido violentamente por un furioso y colérico alfa de dorados cabellos, piel blanca, mirada azul penetrante y perfecta dentadura quien por alguna extraña razón lo miraba con desprecio y muchas ganas de golpearlo hasta la muerte.
En un punto del momento en el fondo escuchaba los gritos de Ali, seguida de los gruñidos y rugidos que ella y sus amigas soltaban y claramente era dirigidos así el alfa frente suyo, se suponía que los alfas protegieran y cuidaran esa era la ley natural pero en su caso, simplemente toda la situación era extraña. En primer lugar no conocía a ese chico y en segundo ni siquiera sabía porque estaba actuado como lo estaba haciendo ¡vamos! Solo había estado en el lugar unos minutos a lo máximo muy poco tiempo para enfadar a alguien.
Pero ese era el menor de sus problemas para ser honestos, el olor que desprendía ese hombre simplemente lo cautivo por completo, con cada movimiento el aroma almendrado llenaba sus pulmones dejando a su paso sentimientos que simplemente no podía explicar pero que le trasmitía paz y serenidad, él no sabía si en un futuro podían relacionarse a pesar de este comenzado violento pero anhelaba que cumpliera su pensamiento.
Algunas semanas después ya no estaba seguro de ese pensamiento, su vida era una telenovela en su máxima expresión porque a cada instante sin importar donde fuera era acosado por Johnny, el alfa que hace algunos días lo cautivo, no entendía porque seguía atormentándolo, acosándolo y lastimándolo no era su culpa de que Ali hubiera terminado su relación de dos años él no la obligo ni la persuado, fue ella quien tomó esa decisión y él era quien paga por eso.
Nada nuevo.
Aun así era terrorífico, no solo porque con cada encuentro el terminaba lastimado física y emocionalmente sino que Lawrence degustaba su merecía y sufrimiento constante sobre todo si era el quien lo provocaba y no uno de sus seguidores, no sabía porque el alfa lo trataba así el no había hecho nada para merecer su desprecio, ni porque el simplemente lo permitía que más podía hacer él no era fuerte ni rápido además por lo que Ali le había contado Johnny estudiaba karate y era realmente bueno en ello.
Pero un día todo cambio y no fue para bien.
Había dejado su bicicleta en casa creyendo no utilizarla debido a que Susan se ofreció a darle un aventón, lo que no contaba era que ese día el profesor de historia lo re tenería por tres largas y tediosas horas platicándole con demasiado pacían en su opinión de la constante evolución de la civilización norteamericana cuando por fin había sido liberado ya eran altas horas de la tarde, no había ni un alma en el instituto, estaba desierto.
Así que en contra de su juicio, decidió hice caminando.
Lamento su decidió exactamente media hora más tarde al ser acorralado por el alfa, por más que lucho y grito no podo con la fuerte y destreza del rubio, con cada golpe y toque recibidos lo invadían fuertes náuseas y podía sentir como una mancha sale de él, inundándolo de verdadero pánico, al no saber qué hacer o cómo actuar ante esta situación, todo eso evito que viera el golpe acercarse el cual lo envía directo al piso.
Aunque estaba algo aturdido siente como un peso se instala en sus caderas, seguido del crecimiento vigorizante de la mancha la cual no para de extenderse y humedeciendo su ropa, su respiración se acelera y sus sentidos enloquecen por el aroma almendrado del alfa que comienza a inundarlo, registra vagamente como este aprieta sus muñecas pegándolas dolorosamente en el frio suelo.
Sus miradas se conectan por algunos segundos, Daniel trata de descubrir su garganta para mostrar su sumisión y poder suavizar la situación, mientras que Johnny presiona cada vez más fuerte las pequeñas y delgadas muñecas contemplando en silencio los rasgos de ese juvenil rostro, la forma de la frente, las cejas algo poblada pero no por eso menos atractivas, esa pequeña nariz que encaja tan deliciosamente en toda esa anatomía, todo forma un conjunto exquisito.
Por reflejo se inclina un poco más siendo sacudido por el dulce aroma del omega, ese aroma era tan distinto a todo lo que ha conocido hasta ahora era una deliciosa mezcla de rosas y vainilla tan diferente al de Ali e incluso mejor, no paso desapercibido el leve temblor que aumentaba ante su cercanía.
-Po-por fa-vor ya n-no me lastimes.-susurra al fin el castaño.
Solo obtiene la suave risa llena de maldad del alfa como respuesta seguido de un prolongado silencio que es roto por el rubio.
-¿Por qué debería complacerte? Eres lo más divertido que me ha pasado en mucho tiempo, además tú eres el responsable de mi rompimiento con Ali y te are pagar caro por ello.-gruñe mientras se desliza hacia su estómago, empujando aún más hacia abajo.
-No fue mi culpa, yo no hice nada.-dice con bastante esfuerzo sintiese más débil a cada minuto, de un momento a otro siente el cambio en sus muñecas. Pero antes de que comprenda lo que está pasando siente los dientes hundiéndose en su cuello.
-¡No! ¿Qué estás haciendo? ¡Basta!.-grita retorciéndose bajo el cuerpo contrario, tratando de escapar, por desgracias eran inútiles sus intentos, era claro que Lawrence era mucho más fuerte, pero aun así no se rinde no quiere esto, no lo desea al poco tiempo arto del movimiento innecesario el alfa hunda más profundamente los dientes en un claro acto de dominación.
Obtiene un gruñido de dolor por parte del omega, satisfecho por el logro libera las muñecas junto con el cuello contemplando satisfactoriamente como el pequeño cuerpo se sacude intensamente. El cuerpo frente suyo esta reaccionando a la mordedura modificando rápidamente sus hormonas para complacer al alfa, excretando feromonas y sustancias químicas amoldándose a futuras demandas y necesidades.
Daniel puede oler el aroma posesivo que está emitiendo Johnny, listo para aparearse era como si estuviera ebrio, todo su entorno estaba borroso y el ambiente alrededor se calentaba a cada segundo sin olvidar el creciente dolor que se esparcía por su vientre.
De inmediato y sin esperar la reacción del niño, el rubio sujeta fuertemente el cabello de Dani exponiendo más su garganta mordiendo una vez más la suave piel cerca de la vena yugular, escuchando en el fondo los gemidos de placer del castaño.
Sigue mordiendo el cuello, ordenando en un susurro que abra las piernas como era de esperarse es obedecido, baja lentamente el pantalón junto con los interiores relevando la suave piel que se enchina al ser acariciada por el viento, el aroma inunda el aire esa suculenta y adictiva fragancia de un omega desacoplado es instantáneo e irresistible.
-Eres mío.-gruñe el cobra kai, acariciando con rapidez el cuerpo ajeno mientras lo besa bruscamente imponiéndose y dominándolo.
Larusso no pude hacer nada más que rendirse, con impotencia abre la boca permitiendo que asese la ágil y ansiosa lengua del rubio, mientras que este araña su parte inferior, esparciendo la mancha por todo el lugar empujando al mismo tiempo dos dedos en su apertura haciendo que gima de placer.
Excitado a no más poder, a causa de todo el escenario Johnny librera su erección de las ataduras de sus pantalones dirigiéndola hacia la entrada rojiza, restregándolo por algunos segundos viendo con satisfacción como esta se contrae, sin más comienza a empujar introduciéndose poco a poco en ella.
El omega instintivamente abre más las piernas aumentando el espacio para que el hombre frente suyo pueda moverse libremente, sin ser consciente se aferra como si de un apoyo se trataran de los antebrazos del alfa.
-Johnny.-murmura suavemente.
Obteniendo como respuesta una fuerte embestida que le provoca un grito de dolor puro seguido de una descarga que le atraviesa por completo, después de eso se inicia constantes golpes a su parte trasera los cuales forman un ritmo brutal y salvaje, los únicos sonidos que llenan el ambiente.
Son los gemidos y gruñidos mezclándose fabulosamente, eran música para los odios del alfa, quien acelera el ritmo importándole muy poco si lastimaba al omega.
-D-duele.-gime lastimosamente al sentir el cambio en las envestidas.
Pero al ser ignorado trata de moverse para suavizar los golpeteos obteniendo un gruñido de advertencia por parte del rubio, Daniel involuntariamente descubre una vez más su cuello mientras cierra fuertemente los ojos.
Satisfecho con la reacción Johnny reanuda las estocadas.
Las envestidas al poco tiempo se vuelven más frenéticas y desesperadas, taladran sin piedad las entrañas del omega el cual no ha dejado de gemir y templar por el incesante movimiento dentro suyo, en algún punto del momento Daniel vierte su espera esencia entre ambos vientres, mientras sujeta fuertemente los brazos del alfa ocultando instintivamente su nariz entre el cuello y hombros, sus paredes internas se contraigan simultáneamente apretando deliciosamente el miembro del rubio quien al sentir el cambio acelera sus estocadas convirtiendo el ritmo violento y fuerte en irregulares estocadas vertiendo su blanquecina esencia en la abertura del castaño, formando un nudo.
-Mío, solo mío.-dice posesivamente mientras mordiere las glándulas del chico extrayendo un poco de sangre en el proceso, escuchando a la distancia el suspiro de satisfacción del omega.
Todo había terminado algunos minutos despues el silencio inundo el lugar dejando que la conciencia volvia poco a poco al castaño y cuando esto sucedio Daniell comprendio que acababa de acoplanser con el hombre más peligroso que alguna vez había conoció en su vida y claramente este nunca lo dejaría.
Pues anqué no quisiera aceptarlo se habían vinculado de ahora en adelente ambos se pertenecian y complementaban, mucho a su pesar el era su todo ahora y nada cambiaria ese hecho.