Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

CUERPO EQUIVOCADO por Princesa Doll

[Reviews - 125]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disculpen si está mal narrado, no me encuentro en las mejores condiciones

Santuario Fushimi Inari…

-eh?, pero este templo está dedicado a la Diosa del arroz, Inari-sama… ¿por qué unos documentos tan valiosos estarían aquí?- dijo el zorro de cabellos castaños.

-nadie sospecharía de este lugar, es por eso que lo escondieron aquí, solo los chamanes y sacerdotisas de alto rango lo saben.- fue la respuesta del menor.

Avanzaron hasta la entrada encontrándose con miles de Torii (arco tradicional que suele encontrarse a la entrada de los santuarios sintoístas, son de color rojo o bermellón, que marca las fronteras del espacio profano y el sagrado).

-son muchos, Lilium, no hay otra manera?-

-deja de ser cobarde, no hay otra puerta al mundo espiritual- dijo el pelirrojo mientras caminaba decidido hacia el interior de aquellos arcos rojos siendo seguido por Chou, antes de dar otro paso se volteó hacia el espía y habló. –debes ser firme, Chou… si muestras debilidad… habrá consecuencias… por favor, hazlo por nuestro Príncipe-

Chou se puso firme y armándose de valor continuó su caminar. –por nuestro maestro-

Ambos kitsunes se perdieron en el interior de aquella entrada.

 

………………………………………………………………………………

 

Se podía ver a lo lejos el templo de Toshogu a lo lejos, aquel kitsune enmascarado paró su caminar, de sus mangas sacó un par de guantes y se los colocó cuidadosamente, acto seguido se arrodilló y murmuró unas plegarias en muestra de respeto a los mensajeros de Kami (a los tres monos sabios). Al terminar se puso de pie y continuó su caminar.

-waf, waf! se escuchó un ladrido y algunos gruñidos tras su espalda, el kitsune enmascarado se volteó encontrándose con cinco perros.

-no puede ser…-murmuró antes de echarse a correr siendo perseguido por aquellos perros salvajes.  El kitsune aceleró sus pasos y comenzó a dar brinco de rama en rama, pero no pudo perder a aquellos canes, pues cuando creyó que se deshizo de aquellas bestias, un perro se paró frente suyo y fue emboscado, por lo visto esos perros eran….

-inu´s…-murmuró al darse cuenta que se trataba de yokai´s. Desenfundó su katana empuñándola contra aquellos perros frente suyo, el que le cerraba el paso por el frente atacó abalanzándose sobre él. Lo esquivó y con el filo del arma hirió al animal, seguido de aquel que habia caído muerto al suelo le siguió otros dos más, el primero lo distrajo mientras que el segundo mordió su pierna haciéndolo caer.

-ah!, tks…-se quejó por aquel ardor que comenzaba a carcomer su carne, de un rápido movimiento cortó su cabeza y luego asesinó al que estaba frente suyo. Se puso de pie torpemente viendo como su herida sangraba, fue entonces cuando sintió un ruido de una rama quebrarse sobre su cabeza, al levantar la mirada se encontró con otro de aquellos animales sobre una rama, el perro se dejó caer dispuesto a arrancarle la mascara cosa que no logró pues el kitsune de cabellos grises lo incineró con fuego de zorro, aquellas llamas negras comenzaron a quemar a aquel yokai, solo quejidos lastimeros se escuchaba, volteó su mirada hacia el ultimo can, pero este huyó.

El samurái enmascarado se dejó caer, aquella mordida contenía veneno que poco a poco iba esparciéndose por su cuerpo. –demonios…tks!...- volvió a maldecir, con la ayuda de la funda de su arma se incorporó y caminó tambaleante hacia aquel santuario, sentía como la visión se nublaba, cayó al suelo por el cansancio, era solo cuestión de tiempo para que el veneno fuera eliminado de su cuerpo.

 

………………………………..

 

Todos estaban formados para la excursión, habían acordado que la clase diurna harian el primer recorrido ese dia, mientras que la nocturna se encargarían de preparar el almuerzo.

-Zero-sama… durmió bien?-preguntó Sakura acercándose al peliplata con una sonrisa.

-si, aquí se siente muy a gusto- respondió, todo esto era observado por cierto castaño sangrepura que sentía la sangre hervirle por la confianza que se tenían.

-“maldita zorra, el es mi Zero”- pensó –“¿qué?...no, no , no… estoy confundiendo las cosas ese niño no es mi Zero… el no es él…”- debatía consigo mismo.

-Kaname… pasame aquella bolsa- pidió el menor haciendo salir al Kuran de su riña mental.

 

Mientras que afuera se encontraba Kuroshi y Momo recogiendo algunas hiervas comestibles que ellos usaban muy a menudo en sus comidas tradicionales.

-Kuroshi-dono- llamó el menor –mire- indicó un bulto tirado cerca de donde ellos estaban.

-quedate aquí, iré a ver de que se trata- dijo el pelinegro para así bajar hacia el otro camino, al acercarse pudo ver a un chico con ropas de samurái, y con rasgos de kitsune…aquel color de cabello le pareció sumamente extraño, nunca había visto un zorro de tal color, pero aquello fue dejado de lado cuando el aroma a sangre invadió sus fosas nasales, ¿estaba herido?, sus verdes ojos notaron aquella herida que cicatrizaba lentamente, sin pensarlo dos veces lo cargó notando aquella mascara, lo cual le extrañó aun más, luego se encargaría de averiguar el por qué de aquella mascara.

-Momo, llama a mi hermana, dile que busque plantas medicinales, esto es urgente- dijo autoritariamente haciendo que el menor obedeciera.

Se dirigió rápidamente con aquel peligris en sus brazos hasta donde se estaban hospedando, al llegar allí todos lo miraron muy curiosos.

-Kuroshi…-murmuró al ver así a su hermano.

-trae lo que te mande a pedir-

-hai-dijo llendose rápidamente a los campos.

-demonios!- murmuró, no podía quitarle aquella mascara, estaba bien amarrada, asi que se la dejó, al cabo se un momento llegó la sacerdotisa con el pedido. Pero cuando estaba por comenzar el tratamiento se encontraron con que la herida estaba sana, como si nunca hubiese estado allí.

-sana demasiado rápido para ser un Kitsune- dijo Sakura.

-tienes razón, cuando despierte hay que averiguar de quien se trata… además este color de cabellos es demasiado extraño- contestó el pelinegro.

-yo tampoco lo he visto nunca…-murmuró la pelidurazno.

 

 

…………………………………………………………..

 

Hace una hora que se encontraban caminando por aquel sendero que era marcado por los torii, la niebla era  densa…pero poco a poco se podía apreciar un templo al fondo del sendero.

-allí es- indicó el pelirrojo siendo seguido por el espía hacia aquel lugar.

-seguro?-

-claro- ambos se acercaron hacia aquel templo, se adentraron, era como una enorme biblioteca, lleno de pergaminos y libros antiguos, algunos nuevos, otros viejos…

-¿Cómo sabremos cual es el que buscamos?-preguntó Chou.

-no está aquí… esto solo son sobre Inari-sama- contestó para asi dirigirse mas al fondo, ambos se encontraron con un pasillo de madera, al caminar se escuchaba el crujir de los tablones bajo sus pies. Siguieron aquel sendero que parecía interminable dando con otra nueva entrada, esta daba a una especie de jardín.

-nos perdimos- murmuró el castaño, pero fue ignorado, el chamán solo continuó el camino hasta llegar a un estanque de aguas cristalinas, allí estaban, al fondo donde nadaban aquellos peces koi. En el fondo de aquel estanque estaban sumergidos.

-los sacaré…-habló el castaño pero fue detenido por el mas bajo.

-quieres desintegrarte?-

Lilium murmuró unos rezos, las aguas comenzaron a separarse de aquellos pergaminos viejos y en cuanto estos estuvieron secos los tomó entre sus manos. Y los observó con una sonrisa zorruna. El agua volvió a su lugar.

-eso es lo que buscamos?- preguntó.

-si así es… ahora debemos volver a la academia y averiguar sobre la tumba- respondió el pelirrojo dándose vuelta dispuesto a irse siendo seguido por el castaño.

 

 

…………………………………………………………………………..

-mnnn…-murmuró aquel samurái mientras se removía, podía sentir una acogedora calidez, ¿dónde estaba?, eso era…¿un futón?...se incorporó rápidamente, sintió un mareo por la brusquedad por lo cual se tomó la cabeza con una mano. Las puertas corredizas se abrieron.

-ya has despertado- se escuchó hablar a aquel desconocido, tenia el cabello negro y usaba un yukata morado azulado de color oscuro.

-¿te encuen…-

-quién eres tu?!- dijo fríamente el enmascarado.

-soy Kuroshi…-

-¿dónde estoy?, contesta, tu…tu hueles diferente, ¿eres un asqueroso Inu?-

-no, yo soy…-

-tks!, maldita sea!... –masculló molesto. -¿dónde demonios estoy?-

-en el santuario de Nikko- respondió el pelinegro mientras se adentraba en aquella habitación. –dime, ¿qué haces aquí?-

-eso a ti no te importa- contestó de mala manera mientras se ponía de pie, aquella herida estaba completamente sana y el veneno fue eliminado de su cuerpo.

-que testarudo!...¿tienes hambre?-

-no, no ten…- el rugido del estomago del peligris se dejó escuchar a lo que el enmascarado se volteó apenado.

-vamos… ven conmigo- dijo tomandole de la mano y jalándole hacia el comedor.

La clase nocturna estaban reunidos en el comedor y se encontraban almorzando, los estudiantes de la diurna aun no habían llegado.

-¿son kitsunes?- dijo el samurái.

-así es- contestó Kuroshi.

-¿qué clan?-

-Kitsuki, ¿por qué?- habló esta vez Sakura mientras se acercaba al recién llegado.

-“los encontré!”- pensó el peligris.

-tranquilo, sabemos que tu tambien lo eres- dijo Momo acercándose con un tazón de comida en su mano –ten…- le ofreció.

-“dónde estará su Principe?”- pensaba…

-sientate, come todo lo que gustes- intervino esta vez Takuma.

Por un largo momento el clan Kitsuki se le quedaron viendo al enmascarado quien no daba señas de querer comer.

-n-no sea vergonzoso…coma- insistió Ren.

-no puedo comer con ustedes mirándome…- contestó molesto. –nadie debe ver mi rostro-

-¿por qué?-

-qué les importa-

La puerta se abrió dejando ver a Zero y a Kaname junto con Yuuki entrar allí, inmediatamente el clan  de kitsunes y los nobles dirigieron su vista a ellos.

-Zero-sama- dijeron mientras hacían una reverencia.

-“Zero-sama?...él es… muy hermoso”- pensó sin poder apartar su mirada de aquel niño. –“como la luna plateada”-

-¿él es su líder?- dijo poniéndose de pie y acercándose al peliplata.

-si, es nuestro señor- contestó Minako.

-ya veo- fue lo único que murmuró el peligris, mas no hizo reverencia. Aquello en cierta forma molestó a los espíritus zorros, más no dijeron nada.

-¿quién es él?-preguntó el menor.

-lo encontramos herido esta mañana, Zero-sama- dijo Momo.

-¿cuál es tu nombre?- preguntó el de ojos amatistas acercándose al desconocido.

-M-Miharu…-respondió.

-Mucho gusto Miharu-san… ¿por qué llevas máscara?-

-no…eso…es mi castigo, disculpe- dijo el samurái para acto seguido salir de aquel lugar.

Necesitaba de salir de aquel lugar, ¿todos ellos eran del clan Kitsuki?...el Principe de la luna de Plata estaba vivo?, eso era imposible… se detuvo y recargó su espalda en el tronco de un árbol.

-Zero-sama…usted…- murmuró mientras levantaba su mirada al cielo observando a la pequeña luna que apenas se veía por la luz solar.

-Tsukuyomi-no-kami-sama…arigatou…-susurró… -“será mejor que me aleje de ellos”- pensó, pero cuando estaba a punto de volver a su carrera apareció aquel extraño kitsune negro.

-aguarda ¿adónde vas?-

Aquella voz hizo que se sobresaltara y volteara a ver al de ojos verdes.

-lejos de aquí- trató de irse pero su brazo fue sujetado. Para luego ser cargado como un saco por Kuroshi.

-oe!, bájame, idiota, bájame!!- decía mientras daba patadas.

Miharu solo sintió como era arrojado al suelo por el mas alto.

-oye!, desgraciado-

-deja de comportarte como un niño, es una vergüenza para tu nivel- regañó –dime, ¿qué raza eres?-

Miharu :-ninguna…solo soy un kitsune-

Kuroshi:-que inútil, entonces dime tu nivel y tu rama entonces-

Miharu :-nivel F, samurái …y no pertenezco a ninguna rama-

Kuroshi:- deja de mentir y dime la verdad, no existe ningún kitsune que no haya nacido bajo una rama-

Miharu:-pues yo sí…soy el único estúpido zorro que nació sin luna, por eso me largo de aquí ¡¿feliz?!, pues me voy-

Kuroshi:-claro que no, tu te quedas, has faltado el respeto a mi señor, eres muy sospechoso- dijo agarrándole nuevamente del brazo.

-Kuroshi, basta…-dijo Zero quien había escuchado aquella riña.

El enmascarada se soltó del agarre y se acercó al menor mientras se quitaba el guante que cubría sus manos.

-no quería hacer esto, Principe… pero no me han dejado elección…- dijo acercando su mano hacia el peliplata para así rozar la mejilla de Zero. El de ojos amatistas trató de apartarse pero no podía, su cuerpo estaba siendo paralizado por completo.

Los de la clase nocturna y los kitsunes salieron, Kaname abrió los ojos al ver como aquel pequeño peliplata cayó al piso inconsciente.

-Zerooo!!!- gritó Kaname acto seguido corrió hacia aquel niño.

-¡¡maldito!!- dijo Kuroshi dispuesto a atacarle pero una onda de color negra lo mandó a volar haciendo que chocara en un árbol.

El samurái se acercó lentamente hacia aquel kitsune pelinegro.

-es por eso que quería irme… mi maestro ya sabe que los encontré…ahora haré que te arrepientas por haber impedido que me fuera- Miharu se acuchilló quedando frente a frente del inmóvil guardian.

El peligris subió un poco aquella mascara negra dejando a la vista su boca, su piel lucia como la misma porcelana y su labio inferior tenia un tenue rosa palido dándole color.

Kuroshi sintió como sus labios fueron apresados por lo del contrario en un contacto calido y suave.

Aquello le pareció demasiado agradable pero descartó la idea.

-disculpame… esta es la única manera…- murmuró agitadamente el samurái, era como si le faltara el aire, Miharu se puso de pie mientras se acomodaba la mascara, poco a poco su cuerpo se disolvió en pétalos negros.

-Kuroshi…Zero-sama…ayudame!!-gritó la pelidurazno de manera desesperada.

Inmediatamente el pelinegro se puso de pie y corrió hacia el príncipe.

-demonios…ahora no se encuentra Lilium…-murmuró al ver a su líder en aquel estado.

-está respirando correctamente, solo está desmayado- dijo aliviada Sakura. –pero… su energía lunar se debilitó-

-¿energía lunar?-preguntó el Kuran.

-si, verás nosotros tenemos energía lunar dependiendo en que luna nacimos…pero…esto es extraño, ¿cómo fue que hizo eso? Eso es imposible incluso para Zero-sama-dijo la de ojos verdes. Kaname cargó a Zero y se dirigió al cuarto que compartían ambos, siendo seguido por Kuroshi y Sakura.

Abrió la puerta y se adentró para acto seguido recostar al peliplata en aquel futón.

 

-Kuroshi…Cross ya llegó, debemos avisar sobre esto.- dijo su hermana, el pelinegro solamente asintió.

-Kaname…-

-vayan ustedes, yo lo cuidaré, no se preocupen- fue la cortante respuesta.

-hai, muchas gracias- dijeron ambos kitsunes para irse.

 

 

……………………………………………….

 

Hacia horas que había caminado por aquel bosque, la oscuridad había abrazado la tierra, las estrellas tiritaban y la luna invernal alumbraba tenuemente.

-de…demonios…¿p-por qué hice eso…ah?- decía entrecortadamente aquel kitsune de cabellos grises, cayó de rodillas sintiendo su espalda arder.

-l-lo siento… Osamu-sama, se me es imposible traicionar a Zero-sama… soy… una deshonra discúlpeme…pero… ah…ya no puedo servirle más…ya tengo un nuevo amo…-murmuró pesadamente, sin resistirlo más cayó al piso inconsciente.

 

 

CONTINUARÁ…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).