En aquellas tierras desbastadas, en el templo en ruinas de aquel clan cierto kitsune alvino de ojos violetas oscuros se encontraba más que molesto, arrojaba todo lo que estaba a su alcance haciéndolo trizas.
-Osamu-sama, esto se puede remediar, si tan solo…-
-Callate Touya!!!- le gritó a la ancana. –date cuenta estúpida chamán…Miharu rompió el contrato de amo y esclavo para conmigo…el muy desgraciado aceptó ser el familiar del enemigo por voluntad propia-
-l-lo sé… pude verlo…-murmuró temerosa por la reacción de su señor.
-hay manera de romper su nuevo contrato?-
-no, lo siento, el sello ya se ha formado en el cuerpo de ambos, además… fue su decisión, por eso… no podemos hacer nada, ambas almas se han conectado por que son complementos entre ellos- respondió la anciana.
-¿cómo puede haber un complemento para Miharu?, él es un kitsune de destrucción, es pura oscuridad…-
-usted mismo lo dijo, es un kitsune de oscuridad, su nuevo amo es un kitsune de las penumbras… ambos se complementaron perfectamente, oscuridad y penumbras…-explicó.
-eso significa que….-
-así es señor…Miharu al no haber nacido bajo una luna y al no pertenecer a ningún clan le da el derecho a elegir a su amo y a su gobernador… además usted más que nadie sabe perfectamente lo que ocurrirá ahora-
Un suspiro derrotado se escuchó salir de sus labios, se sentó sobre la madera y pareció procesar aquella información.
-se supone que Zero había muerto al nacer hace trece años gracias a que Miharu nació tres años antes…-
-hay cosas que no se pueden evitar, sabes?-
-¿cómo qué, anciana?-
- como la mascara de retención que le impusieron a Miharu al haber nacido sin Luna… eso no se pudo evitar, tampoco el hecho de que Zero-sama estuviera con vida… debemos buscar otra manera para conseguir lo que buscamos.-
-lo sé, lo sé…encárgate de que Miharu regrese aquí…- ordenó, la chamás hizo una reverencia y se fue de allí.
-…si su rostro es visto por su nuevo amo, entonces…-murmuró el albino para si mismo.
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-Zero?...-preguntó el castaño al ver como el pequeño peliplata abria aquellos lindos ojos amatistas.
-¿Kaname?...¿qué ocurrió…?-preguntó intentando levantarse, pero el sangrepura se lo impidió.
-…eso quería preguntarte a ti, ¿qué fue lo que ese sujeto te hizo?-
-…no lo sé… no podía moverme, y cuando el me tocó me comencé a sentir débil, era como si mi energía fuera absorbida por completo-
La puerta se abrió dando paso a los kitsunes acompañantes los cuales entraron.
-Zero-sama- llamó Sakura alegremente al ver que la energía lunar de su príncipe habia regresado.
-¿está bien?...- preguntó Kurohi.
-Hai, Sakura-san…- respondió Zero.
-Kaname-san, Zero-sama, el director nos avisó que dentro de una hora saldremos de excursión- avisó la sacerdotisa.
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El sol golpeó su mascara haciendo que se despertara poco a poco, el trinar de los pajaros se escuchaba claro y fuerte, se incorporó viendo el paisaje natural a su alrededor, parecía como si fuese primavera.
Se puso de pie y comenzó a caminar un poco tambaleante, ya no sentía aquel dolor perforar su espalda, y con la energía robada de Zero podía moverse libre. Al cabo de unos minutos llegó a un pequeño lago cristalino de aquellas montañas sagradas.
Observó los lados para verificar que no hubiera nadie mas allí, no había nada…
Comenzó a desarmar el nudo de su haori himo, para a continuación quitarse su hamaka, el haori, y sus calzados quedando únicamente en una nemaki casi transparente.
Comenzó por adentrar su pie en aquella agua, observó su mascara en el reflejo para acto seguido palparla con sus manos.
Comenzó a deslizar la ultima prenda que tenia, dejándola caer un poco hasta la mitad de sus brazos.
Se pudo observar la imagen oscura de tres semi círculos que se daban la espalda ubicados en forma piramidal. (símbolo del eclipse).
-el símbolo …ha…aparecido…- murmuró a la nada.
CONTINUARÁ…