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CUERPO EQUIVOCADO por Princesa Doll

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Notas del capitulo:

aqu´el otro cap, jiji

Sus ojos color vino se abrieron de par en par, se puso de pie bruscamente sin apartar su mirada de aquellos viejos pergaminos.

-¿pasa algo?- el chico de ojos amarillos lo observó extrañado por el comportamientos del chamán.

Lilium miró a Chou y volvió su vista a los documentos, llevó su dedo pulgar a su boca y mordió su uña pensativamente.

-Lilium-san?- preguntó el espía sin comprender la situación.

-Chou…necesito pedirte un favor, y aprovecharé el que no hay nadie aquí- dijo el pelirrojo cerrando sus ojos y dejando los pergaminos en la mesa.

-¿de qué trata?- preguntó el castaño.

-el director Cross tiene registro de estudiantes aquí, y según lo que oí el otro día de los vampiros…-comenzó a hablar. -…uno de los estudiantes de aquí, el hijo adoptivo del director, llevaba el nombre de “Zero Kiryuu”-

-mnn…-murmuró Chou incorporándose.

-he oído que “ese” Zero, puede que sea “nuestro” Zero… si hayo relación entre ambos, o al menos una pista podremos descifrar esto!- dijo emocionado, ambas manos frente suyo juntas y cerradas en puño y en su rostro una mueca infantil y sus ojos con estrellas.

Chou suspiró ante esto y sonrió levemente. –vale, vamos- dijo para así acercar su mano y desordenas aun más aquellos rebeldes cabellos rojos.

 yay~!!- exclamó dando un brinquito, Chou caminó hasta la puerta adelantándose. El chamán con una sonrisa en su rostro tomó apresuradamente los pergaminos y salió apresuradamente tras el espía, sin darse cuenta que uno de los pergaminos cayó al piso.

 

 

 

…………………………………………………………………………….

 

 

En las calles de aquel pueblo desbastado se podía ver una figura de un hombre alto, cabellos blancos largos y vestía un kimono masculino de color negro. Sus manos las resguardaba bajo sus mangas anchas, mantenía sus ojos cerrados y caminaba elegantemente sin detenerse.

-maldito mocoso…- susurró apretando los dientes, su expresión relajada tomó una mueca de total disgusto. Abrió sus ojos mostrando aquel violeta oscuro.

Caminó saliendo de aquel pueblo deprimente, movió sus orejas zorrunas un poco mientras seguía su camino, no le había quedado de otra que hacer él mismo el trabajo, el samurái de la máscara lo haba traicionado, la estúpida anciana ni siquiera lo ayudaba como se debía, y qué esperar de aquel pueblo que más parecía de fantasmas… él como emperador haciendo el trabajo sucio, que bajo había caído…

Suspiró resignado, después de todo no podía negarse a su dios…si su dios deseaba al príncipe no le quedaba de otra más que cumplir aquel caprichoso deseo de su kami.

-príncipe de la luna plateada….-susurró observando el cielo mañanera. –me pregunto para qué lo quiere?-murmuró más para sí.

 

……………….NIKKO………………..

 

Zero se encontraba algo aturdido por lo ocurrido con Kaname. Sabía que hacer esas cosas estaba mal, él era un príncipe kitsune…el castaño podría decirse que era “el rey vampiro”, un “despreciable vampiro” como dirían su gente. Después de todo, los vampiros eran criaturas oscuras, llena de deseos y lujuriosos…

Cerró sus ojos suavemente tratando de pensar con claridad, ¿ahora qué haría?, si sus compañeros se enteraban lo que Kaname hizo de seguro irían tras su cabeza…

Para un zorro las costumbres y tradiciones y más si de religión se tratase eran muy apasionados a tal punto de dar su vida por defenderlas… una de ellas la conocía perfectamente, si Sakura le había enseñado primeramente esa regla en un “Príncipe” y esa era:

“La castidad de la realeza debe mantenerse intacta”

Y Kaname…él lo había tocado, y para empeorar las cosas …¡le había gustado!.

Ante aquel pensamiento se sonrojó furiosamente y comenzó a sacudir su cabeza para borrar sus pensamientos, llevó ambas manos  cubriendo su cara, sintiéndose avergonzado.

-que horror….- dijo en balbuceó.

Entonces fue cuando recordó lo que Kaname le había dicho: “tu eres Zero Kiryuu”.

Aquello lo hizo reflexionar, después de todo esa academia estaba ligada a su pasado, esa tumba que tanta tristeza le causaba. ¿y si cabía esa posibilidad?.

Se puso de pie, debía apurarse e ir al templo a consultar su duda antes de que todos despertaran. Observó el futón perfectamente arreglado, Kaname no había vuelto en toda la noche, aquello lo hizo sentirse culpable, pero desechó eso, no era momento de preocuparse por otras cosas.

Con su nemaki y descalzo caminó hasta la puerta corrediza y la abrió, salió de allí sin ser visto y comenzó a correr apresuradamente, debía darse prisa, comenzó a correr a toda la velocidad que podía.

 

 

No había tardado mucho en llegar a las cercanías del templo Toshogu, paró en seco cuando captó el sonido de hojas secas ser pisadas. Arqueó levemente su oreja derecha dando la espalda al arbusto que estaba tras de sí, cerró sus ojos y olfateó.

-vaya, vaya, vaya…¿pero qué tenemos aquí?, otro zorro- se escuchó una voz gruesa hablar.

-mira esto, su pelaje es plateado- dijo otro con voz divertida mientras se acercaba.

-sería un buen sacrificio, ¿no lo creen?- habló un tercero.

Zero al escuchar eso dio un suspiro en forma chibi y se volteó observando a los youkai que lo rodeaban, eran tres Inu´s, sus ojos amatistas parpadearon al verlos, más no se apartó.

-grrh!-gruñó quien parecía ser el líder, era un inu grande de color beige y ojos completamente rojos con extrañas marcas negras y purpuras en parte de sus mejillas y patas.

Zero llevó su mano derecha a la altura de su mentón y sin proponérselo hizo una cara tierna y ladeó su cabeza hacia un costado.

Los perros lo observaron fijamente y un pequeño sonrojo se vió en sus mejillas.

-q-que lindo!-exclamaron a unísono.

Zero parpadeó, sonrió satisfactoriamente tras su ancha manga y fingió incredulidad. Sus ojos se pusieron algo llorosos y un lindo sonrojo se acentuó en sus pálidas mejillas.

-n-no iban a comerme?- dijo fingiendo miedo mientras agachaba sus orejitas y cola.

-e-eh?, c-claro que no- dijo uno de ellos.

-no te haremos nada, retiramos lo dicho- habló el otro.

Zero aprovechando su apariencia tierna y muy apegado a su papel, dio unos pequeños aplausos como si de un niño pequeño se tratase, con sus ojitos cerrados y una linda sonrisa en sus labios.

El inu de pelaje color crema tomó forma humana, mostrando así a un muchacho alto y varonil, vestía ropa ajustada de color negro, su cabello revuelto de color beige y esas marcas que le daban aire de rebeldía y sus ojos rasgados de color carmín.

El segundo en transformarse fue el inu de color marrón y ojos verdes jade, tomó la forma de un chico, unos centímetros menos que su líder pero de buen parecer, vestía de blanco y con ropa al cuerpo, y el último en tomar forma fue el inu de color negro, mostrándose un chico más alto que los demás, de apariencia atractiva y algo robusto pero sin llegar a exagerar, cabellos negros y ojos azul zafiro y vestía de azul oscuro.

Zero parpadeó incrédulo y dejó caer sus manos a sus costados.

-mi nombre es Kyo- dijo con una sonrisa amigable el de cabellos color beige acercándose y haciendo una reverencia ante el kitsune.

Los otros dos se acercaron también e imitaron al primero.

-me llamo Ao- dijo el de cabellos negros con una leve sonrisa, casi imperceptible.

-y yo soy Kaeru!- exclamó animadamente el castaño casi saltando sobre el pequeño kitsune que instintivamente se hizo aun lado dejando que el de ojos jade diera de lleno al piso. Esto causo risa ante los otros youkai.

Kaeru en forma chibi comenzó a llorar como cascada mientras hacia berrinches -¡no es justo!, se veía adorable waaaa!!!-

-ya idiota…-dijo Ao con una gotita en la sien.

-¿y como se llama usted, lindo kitsune?- dijo caballerosamente el de ojos carmesí mientras se arrodillaba cual caballero y tomaba la mano derecha de Zero delicadamente como si de una doncella se tratase.

-me llamo Zero Kitsuki- respondió el peliplata.

-es un gusto, Zero- dijo galante, cuando estuvo a punto de besar la mano del pequeño, éste la arrebató sin llegar a ser brusco.

-disculpen, pero en éstos momentos llevo algo de prisa- dijo el peliplata para así dar media vuelta y comenzar a caminar tranquilamente.

 

-oiga!, aguarde lo acompañamos- dijeron para así seguir a Zero.

-es muy peligroso que un niño ande solo- dijo el de ojos azules.

- se cuidarme solo- contestó neutro el zorrito.

-y ¿a dónde va con tanta prisa?- preguntó el líder.

-….templo Toshogu- respondió.

Ante la respuesta del niño, los tres pararon en seco con expresión sorprendida. –disculpe…pero no puede ir a ese lugar…-habló el de ojos carmesí.

Zero detuvo sus pasos y se volteó -¿por qué?- preguntó.

-anoche… hubo un ataque…no sabemos exactamente de quién, pero el templo ha sido…- djo el líder mirando hacia un costado apretando sus dientes y puños.

-…destruido- completó el castaño.

Zero abrió los ojos de par en par quedando en shock –c-cómo es posible?...-balbuceó, dio unos pasos retrocediendo aun aturdido por la información.

-además, solo sentimos una presencia abrumadora….pero no nos dimos cuentas hasta que el ataque acabó, los mensajeros de los kami´s huyeron…y nosotros solo migrares por otro templo al cual proteger…no tenemos ya motivos de estar aquí- habló el de cabello negro.

La mirada de Zero se ensombreció ante esto…caminó hacia Kyo y sorpresivamente lo jaló hacia su altura del cuello de la camisa y lo miró fijamente con sus amatistas penetrantes.

-me dirás todo lo que saben, y me ayudarán en mi trabajo ¿les quedó claro?- habló demandante.

-¿por qué deberíamos?- dijo el castaño. Zero soltó el agarre del líder de los inu y se acercó quedando frente del de ojos jades.

-porque Zero Kitsuki, Príncipe de la luna de plata lo ordena- dijo.

-ja, ere el príncipe de kitsunes no de…-

-calla Kaeru.- dijo el de ojos carmín, el castaño solo obedeció.

-usted es…- murmuró el de cabellos beige.

 

 

 

………………………………………………………………………………………….

 

 

En el hostal todo era un lío total, un caos por donde se volteara. Los kitsunes, incluso los vampiros por órdenes de Kaname se encontraban buscando a Zero, quien había desaparecido sin dejar rastro.

-¡¿cómo puede ser que tú no sepas nada?!- dijo histérica la pelidurazno al Kuran.

-hubo …una “discusión”- contestó el vampiro.

-Sakura-san, Kaname-san, no es momento de buscar culpables, nuestra prioridad es encontrar a Zero-sama- dijo Minako preocupada.

-calla Minako-san- dijo la de ojos verdes sin apartar su mirada molesta del castaño.

Entre todo el revuelo del lugar, se vió entrar a Kuroshi quien quedó estupefacto por el caos, vampiros nerviosos buscando como locos algo que no sabia de que se trataba, y sus compañeros casi como si le diera un infarto.

-¿qué pasa aquí?- habló fuerte el pelinegro para que todos oyeran. Y funcionó ya que el lío cesó.

-¡Kuroshi-san!- exclamó la rubia para así correr hasta el kitsune negro y abrazarlo.

-Minako-san, ¿qué ocurre?- preguntó.

-nuestro…-cuando estuvo de responder sus ojos celestes se fijaron en la persona que estaba tras de su superior.

-tú!- dijo molesta al reconocerlo y recordar lo que le hizo a su príncipe.

Los kitsunes fijaron su mirada hacia la persona tras Kuroshi, abrieron sus ojos sorprendidos al reconocerlo, cual había sido su sorpresa, que esa persona era nada más ni nada menos que aquel samurái enmascarado.

-¿qué rayos hace aquí?- dijo enfadada Sakura mientras se acercaba amenazante, hizo un grácil movimientos con las manos haciendo aparecer una sombrilla japonesa de color rojo intenso. La tomó con maestría aquel objeto y apartó a su hermano menor y apuntó amenazantemente al samurái.

-en que rayos estás pensando para dejarlo entrar aquí?- habló de manera dura la sacerdotisa.

-él no ha hecho nada así que déjalo tranquilo- habló de manera seria poniéndose frente a Miharu protegiéndolo.

-K-Kuroshi-san yo…- tartamudeó el peligris.

-calla Miharu, no dejaré que te haga daño- contestó sin mirarlo. El de la máscara solo agachó la cabeza.

-Momoko- llamó la sacerdotisa.

La rubia asintió y de las mangas de su kimono sacó un abanico de color rosa con delicados detalles y lo abrió grácilmente, su mirada azulina fija en el samurái.

Ren hizo lo mismo e hizo aparecer unas garras metálicas en su mano, su mirada alegre se volvió en una fría y calculadora.

El único que se quedó estático fue el kitsune de cabellos rubios cenizos y mirada anaranjada.

-Miharu no es una amenaza- dijo el zorro negro seguro de lo que decía.

-Kuroshi-dono-murmuró Momo algo asustado, pero nadie lo escuchó y siguieron con su discusión.

Sus ojos anaranjados se fijaron en el samurái notando que no haba aura amenazante. Eso era raro ¿entonces por qué lo acorralaban así?. Cerró sus puños y se acercó hasta su maestro.

-Kuroshi-dono tiene razón, éste samurái no es una amenaza- dijo con sus ojos afilados.

 

Los vampiros no parecían querer meterse en esa discusión, Takuma miró hacia Kaname notándolo algo extraño, parecía como si en cierta manera viera algo en el enmascarado, lucía pensativo.

El rubio observó la escena, no le gustaba aquello, apretó los puños y dio un paso en frente.

-¿qué les ocurre a todos?, si se ponen violento esto …-dijo Takuma, más no pudo terminar,  Sakura se volteó y miró al de ojos esmeraldas con el seño fruncido intimidándolo con aquella verde mirada amenazante que hizo que se callara.

La puerta se abrió mostrando a tres personas que ingresaban, Cross, Yagari y Kaito se detuvieron y miraron la escena que estaba dándose frente a ellos.

-¿Qué está ocurriendo aquí?- dijo Cross. –basta, la violencia no…- más no pudo terminar ya que la pelidurazno habló:

-los asuntos de nuestro clan no necesita de la intervención de otras razas, así que no te metas- dijo Sakura de manera desafiante a los “intrusos”.

 

 

El sonido de la puerta abrirse de golpe se escuchó, y todos los presentes quedaron atónitos.

-con que no es asuntos de otras razas, ¿eh?- esa voz era demasiada conocida para ellos. Frente suyo estaba Zero, lucía su enfadado, su mueca era de temer, y se encontraba sobre el lomo de un youkai inu de pelaje beige. Y al lado del perro estaban otros dos más a cada lado, uno marrón y el otro negro.

Zero se bajó del inu y caminó elegantemente hasta Sakura.

-las reglas cambiaron, Sakura-san- dijo seriamente.

-p-pero, Zero-sama-dijo la sacerdotisa.

-Zero-sama…-dijo Kuroshi al ver la apariencia de su príncipe, vestía su nemaki desarreglado y algo sucio, muy indigno para alguien de la realeza.

-he decidido que si las reglas no cambian…las contiendas irracionales en nuestra raza seguirán persistiendo.-dijo a medida que se acercaba a sus acompañantes.

Zero miró al samurái, apartó a Kuroshi bajo la atenta mirada de todos los presentes.

-tu eres el de la otra vez- habló el peliplata tomando la mano del enmascarado – soy Zero, y bienvenido a nuestra familia-dijo con una sonrisa sorprendiendo a todos.

-s-soy Miharu- dijo algo apenado el peligris.

-lo sé- susurró el de ojos amatistas. Soltó delicadamente la mano del peligris y se volvió encarando a sus seguidores –hoy fui al templo…y me hallé con la desgracia de que éste había sido destruido- informó.

Los presentes quedaron atónitos.

-Kyo, Ao, Kaoru, acérquense- ordenó el kitsune de plata. Los canes se acercaron tomando forma humana sorprendiendo a los demás fuera de los kitsunes.

-ellos me han informado las circunstancias- sus ojos amatistas se fijaron en los demás kitsunes –y me he enterado que muchos de ellos han sido asesinados por ustedes…ustedes saben muy bien que estas montañas estaban siendo protegidas por youkai inu´s, pero aun así los han atacado cuando solo bastaba que entablaran lazos de amistad con ellos o simplemente intercambiar palabras- dijo en forma de regaño el pequeño príncipe.

-al llegar a la academia les impondré castigo…-luego observó a Sakura y dijo –esto no solo es asunto de nuestro clan, sino que también de los demás youkais, vampiros, humanos entre otros…el que destruyó el templo y obligó la huida de los mensajeros de los kami´s no fue cualquier ser, sino que…un dios-

Todos abrieron los ojos por la sorpresa.

Zero volteó hacia el director y dijo –disculpe el alboroto, Cross-san…pero necesito pedirle que sino es mucho pedir, mañana mismo regresemos a la academia…no me arriesgaré a que ningún ser sea herido nuevamente.-

-h-hai- dijo el rubio.

Con esto dicho, el peliplata caminó hasta  donde se encontraba Kaname y le dedicó una pequeña sonrisa y susurró suavemente. – luego hablaremos, Kaname-

El castaño parpadeó y vio como Zero se iba del lugar siendo seguidos por los inu´s.

-Zero…-susurró. Esa mirada…no había duda, era la misma que ponía su Zero, sonrió levemente. Él también debería cambiar sus reglas, antes estas habían sido un obstáculo y por culpa de las mismas había perdido a Zero, ahora estas debían reformarse, romperse y crear un nuevo mundo.

Kaname detuvo sus pensamientos y parpadeó un par de veces para luego voltear y mirar por la ventana, al hacerlo frunció su seño y apretó los labios molesto.

El aura oscura ya se sentía en el aire y el aroma a peligro ya se hacia presente.

 

 

 

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

espero les haya gustado, hora de la discusión mental, ¡formar parejas! 0_0


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