Chou se encontraba hurgando los papeles que habían en el despacho del director, esto había resultado ser mucho más complicado de lo que esperaba. ¿Cuántos alumnos humanos había allí?, ¡eran demasiados!, estuvieron toda la mañana allí metidos.
-¿encontraste algo?-dijo el pelirrojo observando curioso al espía.
-oye ponte a hacer algo!, no ayudas en nada-reprochó el castaño.
Lilium hizo puchero y dijo-mo~ ¿cómo puedes pedirle a un doncel tal cosa?-
¬_¬ -eres de lo peor- dijo el kitsune marrón anaranjado.
El de ojos color vino caminó hasta el escritorio y abrió uno de los cajones –era el hijo del director después de todo…-habló llamando la atención de Chou –él no pondría tales papeleos en cualquier lugar- dicho esto sacó de allí unos documentos que decían “Kiryuu Zero” en donde estaba cada información del estudiante. ¡cuán grande fue su sorpresa al ver la fotografía!.
-n-no puede ser…-murmuró el chamán estupefacto.
-¿qué cosa?- preguntó el de ojos ámbar acercándose, al ver la foto quedó sorprendido por lo que veía.
-esos ojos…no hay duda…-dijo Lilium poniendo su mueca seria, guardó los archivos de aquel estudiante y los guardó bajo su manga.
-Chou…borra nuestro rastro de éste lugar o se darán cuenta- dijo el pelirrojo para así sacar una hoja de árbol de tamaño grande. –no deben darse cuenta que estuvimos aquí- con esto dicho una capa de humo blanco envolvió la hoja, al desaparecer se vió las copias exactas del documento “robado”.
El chamán caminó hasta la puerta, se volteó hacia su compañero antes de salir y mirándolo fijamente y con su mueca seria asintió, el contrario copió el gesto.
El kitsune de hizo unos sellos con sus manos borrando cualquier rastro que los identificara, una vez listo, Chou caminó hacia afuera donde se encontraba el pelirrojo y ambos se alejaron del lugar, directo a los dormitorios de la luna.
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Un zorro de cabello blanco se encontraba parado frente a los escombros del templo de Nikko, hizo una mueca de disgusto mostrando enfado. ¿quién se había atrevido a hacer algo tan ruin como eso?, destruir un edificio como ése obligando a los mensajeros de los kami´s a huir, profanar las montañas sagradas y ver obligados a los youkai´s inu´s guardianes a migrar a otro santuario, eso era imperdonable.
Se acercó y tocó los escombros sorprendiéndose por esto…
-n-no puede ser…-murmuró sorprendido. –esto es obra de….un Kami…-
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Habían empacado todo, y en esos mismos momentos se encontraban acomodándolas en las micros.
-Zero-sama?- habló una voz tras sus espaldas, el nombrado se volteó encontrándose con Kyo.
-si?-
-lo ayudo- se ofreció este mientras se acercaba y tomaba las maletas del príncipe.
Kaname, quien se encontraba a unos pasos cerca de allí, al ver la cercanía entre el perro y SU zorrito frunció el seño, y su molestia aumentó al ver como el de cabellos beige tomaba la mano de SU Zero e iba a besarla. Caminó a pasos firmes y tomó de la mano izquierda al peliplata jalándolo y apegándolo a él.
-déjate de coquetería- dijo el castaño con el seño fruncido mientras apegaba más al kitsune a su pecho. Zero se sonrojó ante la acción del vampiro.
-no te metas en estas cosas sanguijuela mutada- insultó el can.
A Kaname le dio un tic al escuchar como había sido llamado -¿QUÉ HAS DICHO?- habló con voz de ultratumba haciendo que al can le diera un escalofríos.
-Kaname-san, basta, y tu también Kyo- regañó el menos mientras se apartaba del castaño.
-eh?!, pero este tonto comenzó-dijo el inu señalando a Kaname.
-tu estabas cerca de MÍ Zero- dijo enfadado.
-¿tuyo?, ja!, no me hagas reír, no veo tu nombre escrito en él- dijo de manera triunfante mientras se cruzaba de brazos.
Ante esto Kaname sonrió de manera maliciosa y tomó a Zero de la cintura acercándolo a sí mismo y con su otra mano tomó delicadamente el rostro del menor haciendo a un costado su cabeza y acercó su rostro al pálido cuello del kitsune.
-K-Kan mngh- murmuró Zero al sentir como los labios de Kaname se posaban en su cuello besaban delicadamente esa zona para luego succionar un poco.
Zero se estremeció y se sonrojó al sentir aquella sensación, Kyo estaba estupefacto al ver lo que el vampiro le estaba haciendo frente suyo.
Kaname se separó una vez logrado su objetivo y sonrió de manera divertida. El kitsune se apartó bruscamente aun aturdido por lo que había ocurrido.
-c-como te atre…-articuló el un.
-ahora tiene MI marca de PROPIEDAD-recalcó las palabras el castaño. Al escuchar esto Zero se puso aun más rojo y llevó su mano hasta donde Kaname le había dejado esa marca de beso.
-tuuuu- exclamó el inu con sus ojos completamente rojos y gruñéndole al castaño, estaba realmente enojado.
-oigan, basta los dos- dijo Zero después de reaccionar.
-no dejaré que te atrevas a manchar a una criatura tan pura como Zero-sama- dijo enojado el can.
-quiero ver que lo intentes- retó el castaño.
Se estaba enojando, aunque sin entender muy bien la razón también estaba sorprendido, era la primera vez que veía a Kaname actuar tan infantil, pero aquello no lo detuvo a que caminara y se parara en medio de ambas.
-o acaban esta MALDITA DISCUSIÓN…-advirtió el peliplata con una “sonrisa tierna” que llegaba a helar los huesos –o juro que yo mismo me encargaré de castigarlos a ambos.-amenazó.
El inu se estremeció ante lo dicho, se puso firme y tomó las maletas de Zero y djo atropelladamente –no volverá a ocurrir, disculpe Zero-sama- y fue directo al interior del vehículo.
Zero suspiró aliviado, justo cuando estaba por irse Kaname le tomó de la cintura y se acercó a su oído susurrando lentamente –entonces castígame, Z-e-r-o-
Sentir el aliento de Kaname hizo que a éste le recorriera un escalofrío, reaccionó ante esto y se apartó bruscamente, sus mejillas sonrojadas y su seño fruncido –d-déjate de juegos, chupasangre- dijo molesto. –pmf- bufó, dio media vuelta y caminó hasta la micro junto a su clan.
Kaname soltó una risita divertida y caminó hasta los vehículos sin borrar su sonrisa.
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-no hay duda- habló el pelirrojo sin dejar de mirar la fotografía del Kiryuu. –es Zero-sama donde quiera que lo vea, solo que con una apariencia más adulta.-
Chou no articulaba palabra alguna y solo observaba la fotografía.
-“Zero-sama”-pensó el castaño al ver que lo que Lilium decía era cierto.
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El viaje había sido agotador, Zero ni siquiera había prestado atención en todo el viaje, ni tampoco le importó el tiempo que estuvieron allí, cuando llegaron ya estaba todo oscuro.
Las micros estaban estacionadas fuera de la academia y los estudiantes comenzaban a tomar sus cosas y a dirigirse hacia sus dormitorios mientras charlaban animadamente.
En el autobús, los de la clase nocturna aun se encontraban sacando sus maletas. La sacerdotisa se acercó al durmiente peliplata dispuesta a llevarlo a su cuarto, más algo la detuvo…
-Zero-sama…-murmuró Sakura sorprendida, retrocedió por lo que estaba viendo. En el blanco cuello de su señor, se veía una marca de beso.
-Kuroshi. ¡Kuroshi!- exclamó alertada, el nombrado se acercó preocupado hacia su hermana.
-nee-chan ¿qué ocurre?- preguntó, la chica no respondió y solo señaló la marca en el cuello de su príncipe, esto causó gran impacto en el pelinegro.
-esto es….-
-alguien a….-dijo Sakura.
-mmm- murmuró el peliplata mientras se acurrucaba y seguía durmiendo, ambos hermanos suspiraron, después de todo no podían hacer nada. Sakura cargó cuidadosamente a Zero y Kuroshi tomó las maletas para salir del lugar.
Todos entraron hacia los dormitorios, en cuanto lo hicieron se detuvieron en la sala al ver a Lilium y Chou sentados en el sillón con mueca seria, del castaño se podía tomar como normal. Pero cuando Lilium se ponía serio era que algo importante acontecía.
-Lilium-san?- dijo extrañada la sacerdotisa.
-hemos averiguado algo.- dijo el pelirrojo mientras se ponía de pie.
-q-que cosa?- dijeron al unísono Sakura y Kuroshi.
-Zero-sama, antes era “Zero Kiryuu”-
Justo en ese momento la puerta se abrió dejando entrar a los vampiros quienes oyeron eso.
Su expresión era de asombro ante lo escuchado, todos menos dos personas quien ya lo sabían de antemano. Kaname y Takuma.
CONTINUARÁ…