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Destinados por MAGG1827

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Notas del capitulo:

Lo sé, esto no tiene perdon. Fue la espera mas larga del mundo, se que mas de uno me ha mentado la madre y ha pensado que estaba muerta pero bueno... es que la inspiracion no me llegaba y me habia quedado practicamente en blanco pero hace dos dias me llego como una luz celestial llena de divinicencia mi inspiracion y... aqui esta.

Espero que disfruten el cap. A mi parecer quedo decente.

Adevertencias: Lemon, angustia, felicidad.

Dsifrutenlo!! xD

Los jadeos en aquella habitación parecían nunca cesar, el colchón  destrozado sobre el suelo había perdido hace mucho las posibilidades de ser reparado, la pareja Destinada y finalmente vinculada se encontraban en el ultimo y quinto día de Celo en su continuo coito mezclando y entrelazando sus cuerpos y esencias con frenesí y por todos los dioses, debían asegurar el embarazo del rubio a como diera lugar.

El cansancio en ambos era tan evidente que ya no podían liberar sus transformaciones, Saitama nunca pensó que su joven Emperatriz fuera tal fiera exigente, orillando al Rey a límites que jamás ningún compañero de cama había logrado, desde el tercer día se le había hecho difícil liberar su transformación pero a principios del cuarto ya no pudo transformarse más. Esta última unión a pesar de que quería estar seguro de que tendría a un cachorrito creciendo en Genos al finalizarla se le hacía difícil continuar con la faena, su cuerpo no parecía estar de acuerdo con la fuerza que le exigía.

Pero que se quemara en el infierno sino terminaba de complacer a su esposo.

El calvo abrió los ojos y busco los abisales pozos azules del rubio consiguiéndolos enseguida, sus corazones latieron sincronizados con una calidez abrazadora recorriéndolos como una ola de plenitud, había locura, desenfreno, amor y pasión transitando a ambos en su vinculo, Genos estaba tan rojo y sudoroso, retorciéndose, gimiendo, gozando y el ego del Rey se llenaba con cada quejido que lograba arrancar de aquella elegante y marcada garganta.

Por ser Cambiaformas los moretones en el cuello de Genos desaparecerían en algunas horas pero su marca de pertenencia seria imperecedera, jamás se borraría y ese conocimiento los llenaba a ambos de felicidad. Los músculos del calvo flaquearon y sus piernas con las cuales se ayudaba en la continua penetración no parecieron dar más, el Leopardo soltó un quejido lastimero por la falta de estimulación moviendo los brazos y encerrando el rostro de Saitama entre sus manos, el Omega gruño apretando el rostro de su esposo y pareció tener toda la intención de hacer sufrir a su Alfa con la mirada sino continuaba.

Saitama había escuchado muchas historias en su juventud sobre Omegas que podían llegar a matar a sus Alfas o peor aun escapar de la habitación para buscar a otro Alfa que lograra complacerlos en medio del intenso Celo porque su compañero era incapaz de lograrlo y con ese pensamiento en mente forzó sus músculos cansados a seguir cumpliendo en embestidas a su Consorte.

Jamás dejaría que el animal interior de Genos siquiera por un segundo pensara en algo tan atroz como buscarse a otro. Jamás.

Tomo con fuerza la parte posterior de las rodillas del muchacho abriéndolas de par en par llevando el cuerpo del cachorro al límite de su flexibilidad y con la nueva posición reanudo las salvajes embestidas apoyando su peso en el rubio para que así todo fuera más intenso y pasional. Genos soltó un quejido ligado con un ronroneo y sus labios formaron una enorme sonrisa al soltar nuevamente una sinfonía de gemidos.

La unión de sus pieles, el sudor perlándolos, el calor, el olor, la fricción, todo era cadenciosamente divino. El placer era desbordante. Cada roce pulverizaba los sentidos del contrario.

Se observaron directo a los ojos y compartieron otro beso desordenado lleno de necesidad, las piernas de Genos se tensaron escapando del fuerte agarre de su Alfa y se cerraron como candados alrededor de la cintura de su marido, el Omega rasguño los hombros de Saitama y este con sus manos libres solo atino a acariciar la piel tersa de su cachorro, amasando ese hermoso pecho y piernas gruesas brindándole placer y amor al mismo tiempo.

Ya ambos podían sentir que el nudo comenzaba a formarse. Unas pocas embestidas verdaderamente profundas se hicieron presentes, lo suficientemente duras como para hacer gritar al rubio separándose del beso y el nudo termino de formarse pegando a los esposos nuevamente.

Ambos soltaron jadeos cansados, Saitama por poco se derrumba sobre su dulce cachorro logrando con esfuerzo sostenerse con sus cansados brazos, el Alfa se acerco hasta apoyar su frente sudorosa con la de su esposo viéndolo fijo con todo el amor que sentía por él, Genos sonrió sintiendo todas aquellas emociones que recorrían a su Rey a través de su vinculo completamente formado y se besaron nuevamente con lentitud, cariño, pasión y amor.

Se separaron y el rubio acaricio su nariz con la del calvo en un gesto juguetón y cariñoso viéndose como un tierno gatito, Saitama sonrió con sus ojos brillando en adoración, ese chico era todo lo que había estado esperando todos sus años de soledad, era todo y hasta más de lo que pudo imaginar alguna vez.

El Alfa se sentía tan completamente enamorado que no le importaba parecer un retrasado con esa sonrisa boba en el rostro.

El mayor pegó su nariz a la piel del pecho de Genos y un sentimiento de plenitud total lo lleno al sentir su esencia de Alfa impregnando la piel de su Omega. Se maravillo de todas las marcas que abrazaban la tersa piel del rubio, los moretones con la forma de los dedos de Saitama en sus caderas y piernas, los chupones dispersos en todas las superficies y las ligeras mordidas coloradas de rojo.

Nadie podría nunca poner en duda la pertenencia que se tenían entre ellos. Genos sonrió cansado, acariciando la calva de su marido y esperando que el nudo se desvaneciera, el Alfa respiro con más fuerza el olor de Genos tratando de captar algún indicio que indicara el embarazo en su cachorro pero su propio olor era tan fuerte que no lo dejaba sentir ningún otro.

Solo después de un baño sería capaz de inspeccionar con su olfato el olor de Genos.

-Creo que sí estoy embarazado, mi Señor-Saitama subió la vista y compartió un beso corto con su cachorro. Era más que seguro que el rubio había sentido a través de su vínculo sus ansias por saber si había impregnado apropiadamente a su Omega. Su ego de Alfa lo obligaba a asegurarse de haber logrado el embarazo en su Omega.

-¿Estás seguro?-

-Si… bueno, no sé, es algo extraño, solo lo sé-Hizo una pausa como buscando explicarse mejor jugando con sus dedos y viéndose precioso a ojos del Dragón-Siento algo diferente en mi y algo me dice que es el cachorrito creciendo.

Un presentimiento.

No era algo para despreciarse y desacreditar de inmediato.

Saitama no pondría en duda lo que sintiera o dejara de sentir Genos. Los Omegas tenían sus propios trucos y presentimientos. Existían algunos que podían asegurar estar embarazados sin necesidad de ninguna herramienta.

¿Quién era él para ponerlo en duda? La noticia hacia que su lado más animal junto a sus instintos se regocijaran por saberse capaz de preñar a su pareja pero su otra parte, la racional, aun no quería alegrarse, debían hacerse las pruebas pertinentes con el viejo Kuseno para tener un veredicto absoluto y confiable.

Sin necesidad de un vinculo podía ver la emoción en ese hermoso rostro risueño por saberse embarazado. Esperaba haber logrado su cometido porque no podría aguantar ver la decepción y tristeza en su joven cachorro si se daba el caso de no haber quedado impregnado. La culpa seria de Saitama si eso ocurría. Genos era joven, despampanante, fértil y hermoso. Tenía todos los atributos que se necesitaban para quedar embarazado. El Cambiaformas Dragón, por el contrario, era viejo.

Las manos tersas del rubio acunaron el rostro de Saitama e hizo que se vieran fijamente a los ojos.

-No se preocupe mi Señor, sé que todo salió perfecto-Le regalo una sonrisa transmitiéndole toda la calma y seguridad del mundo pero el calvo no podía aceptarlo, simplemente no podía dar por sentado un embarazo, debía hacerse pruebas primero.

Desvió la mirada y la enfoco de nuevo en aquel vientre plano.

-No saltemos a las conclusiones tan rápido Genos-Hizo una pausa y poso una de sus manos sobre el estomago del muchacho-Puede que yo no haya lograd…-

-Estoy embarazado Saitama-Las palabras fueron rudas y fuertes, el rostro normalmente risueño del Omega ya no era tan risueño y la convicción estaba marcada en cada uno de sus gestos.

“Nunca le lleve la contraria a un Omega si el argumento es sobre uno de sus hijos, no lo olvide Joven Maestro”

Las palabras del maestre más viejo que le impartió clases resonaron en su mente y solo le quedo suspirar y esperar lo mejor. Solo debía esperar lo mejor.

-De acuerdo-Se acerco con lentitud y beso la mejilla del muchacho sonrojándolo en el acto-Lo siento, pero sí debes admitir que estoy viejo-

Un silencio envolvió la habitación por instantes, el Alfa aparto la vista y la enfoco en las puertas dobles que llevaban al balcón, ya el astro Rey hacia su aparición llenando el firmamento de colores cálidos.

-… N-No lo está mi Alfa-El calvo fijo su vista en Genos y el sonrojo que tenía el muchacho lo hacía parecer un tomate maduro-U-Un viejo no podría haberme… hecho sentir todo lo que usted me hizo sentir-El rojo era intenso en el rostro del Omega y su nerviosismo y jugueteo con sus dedos era demasiado hermoso.

Su interior se llenó de un cálido sentimiento al saber que su Destinado decía todo eso para subirle el ego y que dejara de pensar en las posibilidades de no haber logrado impregnarlo, se le hacía demasiado adorable, cada gesto del rubio era tan precioso.

-Eres absolutamente entrañable, Genos-Ya podía sentir como el nudo comenzaba a bajarse así que pudo comenzar a separarse, no sin antes besar larga y delicadamente los labios cerezas que se le ofrecían con deleite y calma.

-… Gracias, Saitama-

Una vez separados el mayor no perdió tiempo y tomo en brazos a su joven esposo llevándolos a ambos al baño, aunque le gustase la idea de que su olor estuviese fuertemente impreso en la piel de Genos sería un descaro hacia los reyes padres al faltarles el respeto así  y también a su esposo mostrándolo como si fuese un premio que se había ganado y que desfilaba como acostumbraban a hacer los viejos Alfas cuando Saitama era joven por haber montado a una hembra y haberla embarazado. No, el calvo nunca haría eso.

Genos no era un premio, era su Alma Gemela.

Por mucho que sus instintos más bajos quisieran demostrarle al mundo que había marcado al muchacho dejándolo con su olor a semen en la piel por días no podía hacerlo, sería demasiado denigrante y su hermoso Consorte jamás pasaría por algo de ese estilo.

°°°°°°

Para Genos todo lo que estaba pasando desde hace 5 días parecía un sueño, el propio chico estaba esperando despertar porque era simplemente demasiado bueno todo lo que ocurría, primero su enlace había sido ofrecido frente a los Dioses en aquella ceremonia ancestral, luego su Señor lo había reclamado de forma pasional y amorosa y ahora estaba seguro de que en su estomago estaba creciendo un cachorrito ¡Era fantástico! ¡Irreal! ¡Hermoso!

Se relajo en aquella bañera llena de sustancias aromáticas y flores flotantes apoyando su espalda contra el pecho del calvo, soltando un suspiro y acurrucándose lo más que podía al hombre detrás de él, todo era tan perfecto.

Extrañamente se sentía muy necesitado de atención, algo dentro de sí clamaba por ser mimado por el Alfa, Genos no estaba seguro si era porque estaba embarazado o porque había recién salido de su primer Celo con Saitama pero lo cierto era que no quería separarse de su Señor. Quería que permanecieran pegados por días, meses… años enteros.

Llevo ambas manos a su vientre y palpo un poco buscando sentir algo distinto, estaba seguro, 100% seguro de que estaba embarazado, algo en su interior se lo decía.

-Mi Señor-El Rubio se dio media vuelta para quedar de costado y poder ver al calvo a los ojos, el Dragón lo abrazo pegándolos si era posible aun mas y teniendo cuidado con ese pequeño vientre, no quería apretarlo mucho por accidente y que ocurriera una tragedia, Genos suspiro contento por la atención y Saitama se regocijo por todo lo que con simples y tiernos toques le hacía sentir a su pareja, Saitama no tenía problemas en mimar y consentir a Genos todo lo que el rubio quisiese.

-Dime-

-No me huela ¿Si? Quiero que sea una sorpresa cuando confirme mi embarazo.

Saitama dudo. ¿Qué no quería que lo oliera? ¿Cómo podría hacer eso? Saitama olía todo en un radio de 200 metros, sería una odisea de su parte respetar los deseos de su Leopardo. Estuvo a punto de declinar porque los instintos básicos del Dragón no parecían nada contentos de que lo privaran de conocer por mano propia si había sí o no preñado a su pareja pero Saitama no podía negarle nada a esos bellos ojitos así que con un suspiro de derrota acepto la condición de su joven esposo.

El calvo asintió porque sabía que si abría la boca saldría un gruñido y el Omega sonrió demasiado feliz y contento.

Genos estaba tan contento y lleno de felicidad que con mucha maestría estaba ignorando los pequeños detalles que al animal interior de su marido no parecían gustarle.

-Solo espere mi Señor, estoy seguro, estoy embarazado ¡Vamos a ser papás!-Lo abrazo besando a su esposo y Saitama no pudo evitar perderse en la dulzura de su marido.

Papá.

El mayor sonrió en medio del beso con solo esa palabra. Su corazón latió lleno de gozo y la realidad de que quizás tendría una familia dentro de poco. No. Genos le había dicho que estaba seguro. No era un quizás. Tendría una familia.

Una familia con su Destinado.

Nunca creyó que algo tan hermoso podría pasarle a él.

Apretó al muchacho entre sus brazos y supo que solo los besos y las palabras no serian suficiente para expresarle a su Consorte lo feliz que lo estaba haciendo, todo era perfecto, con su pequeño heredero creciendo en ese tierno y pequeño vientre, todo era perfecto con la sonrisa y amor de su Omega… era el epitome de la perfección. El mundo del Rey de Oriente siempre estuvo plagado de soledad y tristeza y ahora, ahora por Genos todo era cálido y luminoso.

El Leopardo se sonrojo al sentir todas aquellas hermosas emociones tan asfixiantes y preciosas que recorrían a su esposo y se reafirmo que debía ir pronto a la sala del anciano Kuseno.

El rubio con mucho esfuerzo dejo ir a su esposo, sus instintos más básicos estaban verdaderamente necesitados de atención de parte de su macho pero el Omega se reafirmaba firmemente que quería que cuando Saitama lo oliera después de que fuese a ver a Kuseno todo estuviese tan claro como el agua. Que el mismo le afirmara a su Alfa su embarazo y que este pudiera legitimarlo con su poderoso olfato.

El Consorte del Rey de Oriente espero a que Saitama se vistiera y saliera de la habitación para el mismo comenzar a salir de la bañera, gracias a todas aquellas mezclas aromáticas y flores el Rey no pudo percibir su olor a embarazo y así lo quería Genos, debía ser una sorpresa, tenía que ser una sorpresa.

Salió de sus cámaras y declino con educación al sequito de Betas que lo estaban esperando.

Era una tradición que al terminar el celo esperaran un grupo de Betas a que saliera el Omega para poder acompañarlo a su verificación de estado pero Genos no quería eso, no quería que ellos lo supieran antes que Saitama y que de una vez comenzaran a esparcir la noticia por todo el reino antes de que él mismo tuviera la oportunidad de decirle a su Alfa.

Genos quería ser el primero que se lo notificara a Saitama y nadie le quitaría ese privilegio.

Con cuidado y relativa lentitud avanzó hacia la parte más alta del castillo, Kuseno era un anciano verdaderamente gentil, era como un abuelo para Genos y el muchacho siempre le tuvo un cariño especial al viejo Beta así que nunca le molesto tener que recorrer tanta distancia para ir a verlo y más ahora que sabía que el viejito lo ayudaría con sus pruebas. Subió las escaleras y toco las grandes puertas pesadas antes de empujarlas abriéndolas en el acto.

La vista que lo saludo era una muy normal. El viejo Kuseno estaba atendiendo las pequeñas heridas y laceraciones de un par de Betas de la guardia del castillo, seguramente se habían tomado demasiado enserio el entrenamiento. Los tres inclinaron la cabeza ante la presencia del rubio, los guardias con mas rigidez que Kuseno.

-Oh Genos, muchacho-El Beta Búho se acerco al Omega y lo abrazo con cariño paternal-Me alegra tanto verte, déjame ver esa Marca-Al joven le recorrió un poco la pena pero aun así estiro su cuello mostrando su Marca a los ojos de los espectadores-Esta perfecta Genos, los colmillos del Rey han de ser considerables-Kuseno sonrió y se acomodo su particular sombrero mostrando su satisfacción-Seguramente estas ansioso de saber si estas gestando-El Leopardo sonrió afirmando emocionado aquellas palabras-Por lo que he escuchado de la servidumbre en estos días tu coito fue todo un éxito.

Genos trago grueso y un intenso rojo ataco sus mejillas. Jamás se le paso por la mente que Kuseno podría hablar así de su intimidad con su esposo pero luego pensó que era normal, el anciano era un sanador, no podía ni debía tener ningún pelo en la lengua.

-Déjame terminar de remendar a estos dos y te preparo la pócima de comprobante-El Cambiaformas se dirigió de nuevo hacia sus pacientes y Genos noto que quizás le tomaría algo de tiempo y él estaba desesperado por tener una confirmación en ese mismo instante.

-No, no se preocupe maestro, yo puedo prepararla, usted me enseño ¿Recuerda?

Kuseno pareció pensarlo un momento pero las palabras de Genos eran ciertas, él le había enseñado muchas cosas al chico cuando era un pequeño príncipe curioso así que seguramente aun recordaba cómo hacer una pócima de comprobante a la perfección, le dio su positivo al rubio y se volvió para continuar en su trabajo con esos dos Betas entusiastas.

Genos se perdió entre aquellos altos estantes tomando los ingredientes que necesitaba, siendo algunos plantas molidas y otros líquidos de los cuales no sabía su procedencia ni la quería preguntar, la última vez que pregunto al Búho que era una de esas sustancias el anciano muy campante le contesto que era orina añeja de un viejo buey de los altos palmos de las montañas y eso fue suficiente para que el rubio no quisiera preguntar de nuevo la procedencia de algunos de esos líquidos.

La pócima de comprobante no era difícil de hacer en opinión de Genos, solo debía poner los ingredientes juntos, mezclarlos por algunos minutos y entonces se formaría una sustancia homogénea transparente. Eso era todo, nada del otro mundo.

El Omega alzo la vista poniéndose de puntillas para alcanzar uno de los ingredientes, tenía la etiqueta gastada y casi no se veía lo que decía pero Genos estaba seguro de que era cardamomo. Observo el frasco una vez lo tuvo entre sus dedos y se confirmo así mismo de que ese era el cardamomo que estaba buscando, ni siquiera tenía que olerlo para ratificar, estaba seguro.

Llevo todos sus ingredientes a la redonda mesa de Kuseno y tomo un recipiente hondo para comenzar a mezclar todo, algo le decía que estaba olvidando algo y se volvió a los estantes para buscarlo.

-Maestro-Llamo perdido entre aquellos anaqueles-El suero de almendra ¿Era gris o transparente?

-¿Qué cosa?-El anciano subió la vista de su trabajo buscando a Genos y tal fue su movimiento brusco que termino lastimando al pobre guardia que dejo escapar un lamento-Oh, disculpa jovencito estas manos ya están muy torpes-

-No se preocupe Maestro, fue un accidente-El anciano suspiro para volver a enfocarse en unir la piel del muchacho con hilo y aguja hasta que Genos volvió a llamarlo.

-¿Maestro? ¿Logro escucharme?-El anciano recordó que Genos le había preguntado algo y respondió casi que sin pensar.

-Es el gris, muchacho-

-Gracias-Soltó casi como si estuviese cantando y se dirigió de nuevo a la mesa, con todos sus ingredientes y comenzó a mezclarlos como recordaba que era apropiado, primero las plantas, las molía hasta hacerlas casi polvo, luego el liquido rojizo que creía que era algo parecido al acido por como desintegraba lo que quedaba de las plantas, después el poquito de liquido azul, no quería saber que era, la mezcla se iba aclarando poco a poco, después el suero de almendra y siguió mezclando por largos minutos.

El joven muchacho no pudo evitar perderse en sus pensamientos mientras mezclaba esa cosa, a opinión de Genos en realidad no debía de prestarle tanta atención a la mezcla, sus nervios eran más grandes.

¿Cómo sería su cachorrito? ¿Se parecería a él o a su esposo? ¿Qué tipo de Cambiaformas seria? ¿Leopardo? ¿Dragón? ¿Niño? ¿Niña? ¿Alfa? ¿Beta? ¿Omega? ¿Rubio? ¿Azabache? ¿Ojos cafés? ¿Azules?

Se mordió el labio inferior y tembló de emoción en su asiento, no podía esperar para tener en brazos a ese bebe. Suspiro para serenarse y trato de recordar todas las clases sobre maternidad que le habían dado. Su tiempo gestando debía ser sereno y tranquilo, tendría algunos malestares lo cual era normal y pequeños cambios de humor, su olor cambiaria y seria mucho mas relajante, querría comer mas y de seguro se pondría como un globo pero algo en su interior le decía que mientras más inflado se viera por el cachorrito creciendo en su vientre, más orgulloso se sentiría su Alfa.

¡Oh su Alfa! De seguro se pondría muy territorial, buscaría cualquier excusa para poder acariciar su estomago y pegaría su oreja de su vientre tratando de escuchar al bebe creciendo. ¡No podía esperar para sentir el rostro de su Alfa pegado a su estomago! Sonrió lleno de emoción y dejo de mezclar el comprobante, seguramente ya estaba listo y no era como si Genos pudiese esperar más. Tenía que hacerse esa prueba ya.

La pócima finalmente preparada debía ser incolora e inodora.

 A Genos le quedo con un pequeño destello amarillo y parecía tener olor pero el muchacho en realidad no le estaba prestando atención. Tomo un poco de la mezcla en otro recipiente un poco más pequeño e hizo su camino hacia el baño deteniéndose antes de llegar por Kuseno.

-¿Ya está listo? ¡Qué rápido eres Genos!-El Omega le devolvió una sonrisa.

-Ya vuelvo-Cerro la puerta tras de sí.

-Aquí te esperare-

Solo debía orinar un poco dentro de ese potecito y ya. Confirmaría su embarazo, los nervios lo golpearon y se sintió ansioso pero él no tenía nada por lo cual sentirse ansioso, estaba embarazado, eso era un hecho, esta prueba solo era para reafirmar lo que ya sabía.

Tendría que pedirle a su madre que volviera a darle algunas clases sobre cuidados de bebes y también que le diera muchos consejos. ¿Sería un bebe tranquilo o de los que no lo dejarían dormir nada? No importaba eso, sabía que amaría a su bebe. Bajo sus pantalones y orino un poco en el potecito. Espero y…

Nada.

Espero un poco más.

Nada.

-¿Genos? ¿Pasa algo? ¿Por qué no has salido?-Los pequeños toques de Kuseno se hicieron presentes en la puerta y Genos entre una mezcla de miedo, desesperación y pánico le pregunto al anciano la veracidad de esa pócima-Recuerda que se tornara azul cuando orines en ella-Esa cosa seguía igual, asustado volvió a orinar un poco más.

Nada.

-¿Cuánto tarda en ponerse azul?-

-¿Tardar? Se torna azul de inmediato… ¿Genos?-

La puerta se abrió de repente y un asustado Omega emergió de la habitación. Algo había salido mal, quizás no había orinado correctamente o había tomado muy poco de la pócima. Corrió hacia el recipiente y tomo un poco más y regreso al baño desesperado. Sentía una gran presión apretando su pecho de una forma tan insoportable que se le estaba haciendo difícil respirar.

Volvió a orinar.

Nada.

Las lágrimas comenzaron a invadir sus ojos. No. No podía estar pasando eso ¡El estaba seguro! ¡Estaba embarazado! Dejo caer el recipiente que se hizo añicos al impactar en el suelo y se tomo el rostro entre sus manos ¡No! ¡No! ¡No! ¡El estaba embarazado!

¡Estaba seguro!

-Oh Genos…-Kuseno se acerco con cautela ya sabiendo todo lo que ocurría y la tristeza también se apodero de él-No estés triste muchacho, hay veces en que solo el celo no es suficiente, muchos Omegas necesitan al menos otros días de intimidad con su Alfa para embarazarse-Aquellas palabras no surtían efecto en Genos, el pobre cachorro no estaba escuchando nada.

No estaba embarazado, algo en su interior se derrumbo, crujió, se rompió. Todo lo que había estado pensando desde que salió de su habitación no… no se haría realidad. No tendría un bulto creciendo en su estomago, no tendría un olor maternal, no… dejo escapar un sollozo con su cuerpo temblando de pies a cabeza, no tendría a un bebe en sus brazos.

Sentía su corazón contraerse haciéndose pequeñito y dejo escapar un alarido ¡¿Qué clase de Omega era?! ¡Todos esos años de formación y educación para que a la hora de la verdad no pudiera embarazarse! ¡Todos esos cuidados para nada! ¡Para no poder cumplir con lo único que lo hacía especial! ¡Con lo único por lo que las personas lo veían especial! ¿¡No se supone que tendría hijos?! Ahora su Alfa…

Su Alfa.

Dejo de temblar y un frio desértico lo recorrió… ¿Qué iba a decirle a su Señor? ¿Cómo iba a disculparse? ¿Cómo podría decirle? Su pecho se contrajo de dolor al recordar esa hermosa sonrisa y esos brillantes ojos cafés cuando le dijo que serian padres. Le había mentido, lo había ilusionado. Soltó un sollozo y se derrumbo de rodillas, Kuseno no tardo nada en estar a su lado tratando de tranquilizarlo.

-Genos tranqui…

-¡No!-Grito con dolor en medio de su bruma de pensamientos tóxicos-Ser Omega es lo único que me…que me hacia especial, poder tener hi-hijos y ahora sniff ni-ni siquiera puedo tenerlos yo, yo… sniff.

Era un fracaso de Omega.

No se merecía a su Alfa.

Era un fracaso.

°°°°°°

Saitama había estado jugando Damas Chinas con Bang después de que termino de desayunar y atemorizar al traidor de Mumen, le había dado mucha gracia notar la expresión mortificada del Búho al verlo aparecer pero el Rey de Oriente estaba tan contento por el embarazo de su Omega que no se le había ocurrido ninguna penitencia para el Búho, después le vendría alguna a la mente. No lo volvería rodajas pero quizás si le arranque algunas plumas.

Fijo su vista en el tablero concentrándose y hasta ahora el mocoso de Bang estaba siendo un muy buen contrincante, tenia estrategias muy buenas para su corta edad, Saitama movió una de sus piezas y una presión molesta se apodero de su pecho.

Sus instintos básicos se activaron en una ráfaga de desesperación.

Soltó la pieza y alzo la vista, algo malo le estaba ocurriendo a su cachorro. Su unión se lo estaba gritando, algo le había pasado a Genos.

Como una centella salió disparado de aquel comedor sin dar explicaciones a nadie, agudizo sus oídos buscando algún sonido que pudiera ayudarle a ubicar a Genos y unos sollozos llegaron desde el cielo. Arriba, tenía que subir.

En menos de 10 segundos ya Saitama había abierto la puerta y su corazón se rompió al ver a su precioso Genos de rodillas en el suelo llorando como un niño, el rubio alzo la vista y al verlo comenzó a llorar con más intensidad.

Todas las emociones del Leopardo lo golpearon. Ira. Tristeza. Desazón. Decepción. Vergüenza.   

-Mi Se-señor lo-lo sien-to… perdóneme, perdóneme-

La realidad golpeo al Alfa de frente y… se sintió horrible, eso era lo que él no quería, por eso no había querido dar por sentado el embarazo, por eso no quería que Genos se esperanzara tanto, sabía que existían posibilidades de que su nudo no funcionara, que no lo hubiera logrado. El rostro precioso de su cachorrito estaba deformado por todo el dolor que lo estaba recorriendo, avanzo hacia Genos arrodillándose y lo atrapo entre sus brazos, el rubio lloro aun más y suplico con desesperación por su perdón.

Su animal interior se paralizo de tristeza y luego lo golpeo la ira.

La culpa no era de Genos, la culpa era suya.

Sintió como sus ojos se humedecían porque… porque esa misma mañana se había dado cuenta de que el solo pensar tener una familia lo había hecho inmensamente feliz, de que tenía muchas ganas de ser papa, de tener hijos con Genos, de que unos cachorros idénticos a su esposo corrieran por ahí y lo llamaran a gritos diciendo “Papá”

Y ahora, ahora sabía que no era posible.

-Salga de aquí-Kuseno no necesito mas ordenes, sabía que Genos necesitaba mucho consuelo en ese momento. La puerta se cerró y Saitama con paciencia comenzó a arrullar a su pequeño.

Su pobre muchacho no merecía estar pasando por ese dolor, Genos debía ser feliz, todo el tiempo, a todo momento…

-Lo sien-to-Sus sollozos entrecortados le dolían a Saitama y la tristeza en ambos crecía cada vez más. No tendrían una familia.

-No es tu culpa, no llores, está bien-

-Nooo… no está bien, yo-yo no pude y usted quería y-y soy ¡Soy una vergüenza!-Tomo entre sus manos aquel rostro y trato de quitar esas lagrimas pero fue en vano.

-No, Genos no, eres perfecto. Eres perfecto-Repartió besos sobre su rostro y mejillas, no quería que siguiera llorando, el dolor de Genos era demasiado para él.

-Pero no estoy… embarazado-

-Eso no es tu culpa. Es mi culpa-Acerco sus frentes y las unió cerrando los ojos, no podía ver los abisales pozos de su esposo sabiendo la patética excusa de Alfa que era, con un nudo que no funcionaba. La vergüenza ahí era él.

Una gran tristeza lo recorrió junto con un odio hacia sí mismo. Era su culpa, era suya y ahora por su discapacidad estaba haciendo sufrir a su Omega, privándolo de poder tener cachorros. Se odio a sí mismo, odio el dolor que estaba haciendo pasar a Genos pero más que todo odio al Destino.

El maldito Destino había jugado con Genos al haberle dado de pareja a Saitama, le habían dado una burla de Alfa. ¿Por qué no lo habían enlazado con un Alfa de su generación, con más carisma, más tacto, que demostrara más cariño hacia él? Que lo cuidara, que lo hiciera feliz a cada segundo y sobre todo, que pudiera darle hijos al intimar.

No, en cambio lo enlazaron con un Cambiaformas viejo, negligente, estéril y totalmente inapropiado. Demasiado mayor, demasiado holgazán, sin cabello y nada de encanto.

Un Alfa con un nudo defectuoso que no funcionara era lo peor que podía pasarle a uno de su clase. Lo más bajo, lo más humillante.

Todo era su culpa, Genos merecía un mejor Alfa.

Al Omega le ocurrió algo que jamás pensó que sería posible, los pensamientos, o al menos, algunas palabras de lo que pensaba Saitama se lograron registrar en su mente y un agujero se abrió paso en su corazón.

-No, por favor, no piense así… yo lo amo-Los ojos del mayor se humedecieron aun mas y beso con cuidado la frente de Genos.

-Yo también te amo-Acaricio ese tierno rostro entre sus manos-Ya no llores

-Pero…

-Ya…-Lo arrullo con calma y voz baja balanceándolos a ambos en una melodía inexistente pero que cumplía su función de tranquilizar al Omega-No es tu culpa. Eres hermoso, joven, fértil. Eres precioso, el Omega más maravilloso que he conocido, ya no llores, no es tu culpa.

-Pero tampoco es culpa suya, mi Señor-El Alfa ignoro eso y ayudo al chico a levantarse.

-Ven, vamos a la habitación, pediré que te traigan esos dulces que tanto te gustan.

-Mi Alfa-Algo dentro de Saitama se resquebrajo al escuchar esas palabras. No se merecía ser llamado así por un Omega tan extraordinario como Genos.

-Ven-Lo tomo en brazos y bajaron las escaleras que llevaban a la torre de Kuseno. Nadie se atrevió a cruzarse en el camino de la pareja, ya algunos rumores habían comenzado a circular y ya la servidumbre había comenzado a esparcir la noticia del embarazo fallido por todo el reino, pobre Reina, no había podido quedar embarazado.

Saitama dudo en entrar en aquella habitación donde habían consumado el celo pero no tenía ninguna otra a la cual ir y a pesar de que el recinto le traería recuerdos bastante amargos a su cachorro también era el lugar donde Genos podría sentirse más seguro y a gusto por el olor del Alfa impregnando todo el lugar. Una parte de él no quería entrar allí pero otra le afirmaba que era la mejor opción. Abrió la puerta y el calvo noto como habían remplazado la cama y en su lugar había una nueva matrimonial amplia que hasta se notaba de mejor calidad y durabilidad.

No había por qué darle una cama nueva, seguramente Genos no querría tener intimidad con él sabiendo que su nudo no funcionaba.

Dejo con suavidad al rubio en la cama y se sentó a su lado, el chico de inmediato se abrazo con todas sus fuerzas de su cuerpo y ya con más calma pudo hablar con normalidad.

-Lo lamento mi Señor-La voz del Omega salió ahogada y baja pero el Alfa pudo escucharlo perfectamente.

-Genos-Lo llamo buscando su rostro con sus manos para que el chico no huyera de su mirada-Ya dije que no es tu culpa, no hiciste nada malo. No te disculpes.

-Pero no pude ten…-

-Eso no es culpa tuya-Jugo con los rubios cabellos colocando un mechón detrás de una de sus orejas-Es mía. Ya estoy muy viejo, mi nudo no funciona-Dejo escapar un suspiro con la derrota y la vergüenza recorriéndolo, quizás ya el joven muchacho no querría que él lo tocara nunca más-En realidad, el que debe disculparse soy yo. Yo soy el que no pudo embarazarte.

Genos se quedo en silencio, sabía que si volvía a negar y reafirmar que era su culpa y no de su esposo nunca saldrían de esa discusión, él estaba seguro que el nudo de su Alfa si funcionaba, lo había sentido palpitar dentro de él mientras lo llenaba de semen, estaba seguro de que si funcionaba pero algo salió mal… quizás era como Kuseno decía, quizás no siempre se logra a la primera oportunidad.

-Vamos, mi Alfa-Abrió los brazos mientras se recostaba en la cama nueva-Descansemos-El mayor estaba igual de triste que Genos así que no declino la oferta, ese chico era demasiado entrañable, lo adoraba, lo amaba. Genos no lo estaba rechazando ni pidiéndole que se fuera por su humillante discapacidad como lo haría cualquier otro Omega, ese cachorro era uno en miles de millones.

Los esposos se recostaron en aquel nuevo lecho y se abrazaron mutuamente, se consolaron mutuamente. Tal vez era el destino y no debían tener hijos, quizás era Saitama que ya no podía fecundarlo, quizás era Genos que tenía un problema en su vientre pero no importaba.

No importaba que no pudieran tener hijos. Se tenían mutuamente y ambos estaban seguros de que no dejarían al contrario. Nunca abandonarían a su Pareja Destinada. A su Alma Gemela. A su otra mitad.

°°°°°°

El anciano Kuseno volvió a su torre con los ánimos totalmente desinflados. Pobre muchacho, se veía tan ilusionado con el pensamiento de ser madre, su sonrisa era tan esplendorosa y…

Se sentó frente a su mesa redonda y dejo escapar un suspiro, Genos había sido siempre tan recatado, ocultando su lado Omega como mejor podía para demostrar autonomía. Desde que había llegado el Rey Saitama el chico se veía tan lleno de vida y felicidad, dejaba a todos ver su verdadera naturaleza y parecía brillar en miles de colores todos los días, ese Alfa con solo su presencia volvió loco de amor al rubio y ahora tal vez no puedan formar una familia.

Era un sanador, sabía que era muy raro que un Alfa no lograra preñar a su pareja a la primera vez pero sí habían algunos casos así, sabía que tal vez alguno de los dos estaba teniendo problemas con sus órganos reproductores. Se levanto y comenzó a buscar en libros brebajes que ayudaran a estimular la fertilidad de ambas partes, aunque fuera lo último que hiciera ayudaría a Genos a hacer su sueño realidad.

Coloco tres tomos gruesos sobre fertilización sobre la mesa y abrió el primero, había algo de polvo pero no era mucho. Se perdió por largo rato en las palabras pero había algo que lo molestaba. Un olor dulce.

El no tenia dulce ahí ¿Por qué olía eso?

Puso más atención y aspiro más, era un Cambiaformas Búho, su fuerte no era el olfato pero pudo detectar que no solo era un poco dulce el olor sino que también tenía unas pocas pizcas de picante, un picante de buen olor. Busco y busco hasta que… consiguió el brebaje que Genos había preparado.

Observo el recipiente y esa cosa estaba un poco amarillenta. Eso no debía ser así. Olio con fuerza sobre la mezcla y todas las piezas cayeron en su lugar.

¡Esa mezcla estaba mal hecha! ¡No era inodora e incolora! ¡Era amarilla y olía a canela dulce!

Rápidamente comenzó a buscar todos los ingredientes y los comenzó a mezclar como era debido ¡Oh Genos! ¡¿Cómo pudo ese muchacho haber preparado mal su comprobante de embarazo?!

°°°°°°

Unos toques apresurados e insistentes despertaron a la pareja, Saitama observo su alrededor y se percato de que ya debía de ser muy tarde ¿Quién sería el lunático que estaba intentando tumbar la puerta a esas horas? Genos se removió y lo que Saitama menos quería era que el rubio despertara, no quería que siguiera llorando así que aspiro hondo por su nariz para identificar al Cambiaformas del otro lado de la puerta y se desconcertó al captar el olor de Kuseno.

¿Qué querría?

Se levanto de aquel lecho y abrió la puerta con el suficiente silencio como para no despertar a su exhausto esposo. Fue un día difícil para ambos.

-Su eminencia-Kuseno se veía realmente ansioso y tenía un recipiente con un liquido transparente entre las manos-Disculpe que venga tan tarde pero es que ya sé lo que ocurrió.

-¿Lo que ocurrió de qué?-No entendía de que hablaba el anciano.

-Genos preparo mal el comprobante de embarazo por eso el brebaje nunca se torno azul-

La información fue procesada a la velocidad de la luz y el Rey no podía creerla.

-¿Estás diciendo que Genos quizá si esta embarazado?-Las intenciones de Kuseno eran claras, había traído la verdadera mezcla para que Genos se hiciera de nuevo la prueba pero… ¿Y si resultaba de nuevo negativo?

El mismo Saitama tuvo miedo de aspirar aire y ponerse a olfatear el aroma de Genos, desde que lo vio llorando subconscientemente había evitado buscar algún olor a embarazo en el Omega y aun no quería olfatear nada ¿Y si buscaba y no encontraba nada? Su animal interior se retorcería de vergüenza.

-Por favor Señor, déjelo hacerse la prueba de nuevo-El calvo se quedo en silencio y observo desde la puerta a su esposo durmiendo, si la prueba resultaba positiva el rubio estaría colosalmente alegre pero si…

Temía mucho la reacción del Omega si volvía a salir negativo. Respiro hondo y se decidió en que, si iban a sufrir, lo harían juntos y era mejor que todo fuese en un mismo día para así a partir de la mañana del siguiente poder comenzar a curar las heridas que tuvieran.

-Adelante-

Kuseno despertó a Genos con cuidado y con el Omega medio dormido lo convenció de que necesitaba que orinara ahí para poder hacer una prueba, sin decirle que se estaba haciendo el comprobante de embarazo de nuevo, así era mejor, quizás si le decía al chico lo que era el rubio se negaría a tomar la prueba. Avanzo medio dormido al baño y tardo en salir.

Saitama pudo escuchar desde su asiento en la cama como su esposo comenzaba a sollozar. Era negativo. La culpa lo recorrió de nuevo y trato de tranquilizarse porque Genos necesitaba que él fuera su roca solida mientras estaba tan vulnerable, necesitaba que su Alfa velara por él mientras estaba tan desilusionado.

La puerta se abrió y el rubio no paraba de llorar mientras sostenía entre sus manos el recipiente teñido de azul con la prueba de su embarazo.

-Es-toy embarazado ¡Estoy embarazado!-Lanzo el recipiente volviéndolo añicos y corrió hacia Saitama que lo atrapo en el aire entre sus brazos-¡Si estoy embarazado! ¡Estoy esperando un bebé!-Las lagrimas de felicidad y alivio recorrían su rostro y el orgullo y satisfacción se adentro en Saitama como un tsunami.

Si. Aun no estaba tan viejo.

El Alfa se arrodillo y pego su nariz del estomago del rubio aspirando fuertemente y consiguió lo que buscaba… ese dulce olor maternal. El Dragón dentro de él rugió con orgullo. La emoción era demasiado descomunal. Iba a ser papa. Serian padres.

¡Su nudo si funcionaba!

°°°°°°

La noticia se esparció como pólvora y para el medio día todo el reino sabía que Genos había quedado impregnado, el chico sonreía como nunca antes lo había hecho y se mantenía siempre pegado al lado de su Alfa, fueron solo los padres de Genos y Lairon los únicos que pudieron acercarse lo suficiente como para poder sentir el olor de Genos, Saitama no quería a nadie cerca, quería que todos los mocosos Alfas que estaban allí se fueran de una vez porque no soportaba sus presencias ni sus olores.

Atomic había pasado por algo parecido a lo que estaba enfrentando Saitama, la posesividad y territorialidad al saber que su pareja estaba esperando crías hacían que el Alfa se volviera paranoico pero a Atomic le había ido mucho mejor, en su fortaleza en Fukuoka estaban solo Lairon y él junto a todos los sirvientes Betas. Saitama estaba rodeado de Alfas, Betas y dos Omegas…

El calvo estaba muy paranoico.

Quería que la tierra se los tragara a todos, si, a los padres de Genos también, aunque eso nunca lo dijo en voz alta. Las manos del mayor se mantenían firmes sosteniendo el estomago de Genos y nadie, absolutamente nadie tenía autorización para poder tocar ese vientre, por todo lo que restara del embarazo ese estomago seria total y absoluta propiedad del calvo.

Genos comenzó a vomitar en la mañana, algo que ya todo el mundo se esperaba. Kuseno no tardo nada en hacerle todos los brebajes que necesitara, tanto para menguar las molestias mañaneras como para darle vitaminas y nutrientes al bebe. A Genos no le gustaba el aceite de pez en la mañana junto con el hígado de res pero si eso hacía que su cachorrito naciera fuerte y sano haría de tripas su corazón.

El primer mes paso lento, todo era lento, literalmente lento, Genos se dedicaba a caminar con suma precaución por los pasillos y cuidaba de no recorrer distancias de más de 150 metros, tomaba descansos y luego reanuda el camino, se tardaba milenios en poder llegar a cualquier lugar al que quisiera ir. A Saitama le resultaba mucho mas cómodo y practico carga a su esposo cual princesa.

-Mi señor…-Llamo a su marido en esa tarde en el jardín, el Alfa estaba muy entretenido con su cabeza pegada del estomago de Genos escuchando a su hijo crecer-¿Qué cree que será?

-Alfa-Saitama contesto sin siquiera pensarlo, el rubio frunció el ceño.

-¿Cómo esta tan seguro? Puede ser un lindo Omega.

-Si es un Omega no dejare nunca que ningún Alfa lo toque-Genos soltó una risita mientras acariciaba la calva del mayor.

-No ha nacido aun y ya lo estas celándolo… pobre de mi pequeño-Saitama observo mal a Genos y se puso de pie para atacar con cosquillas y mordisqueas a su pareja haciéndolo caer sobre el césped con él encima, el rubio se retorció y pidió clemencia cuando se quedo sin aliento-Jaja…-soltó sus últimas risas y respiro hondo, subió la mano y acaricio la mejilla de su marido-No me ha contestado ¿Cómo esta tan seguro?-Saitama beso la palma de Genos y contesto.

-Porque el primogénito de un Alfa siempre es otro Alfa-

Los gustos de Genos no se habían vuelto extraños, comía lo que era normal, no había pedido nada raro. Lo que si había aumentado en demasía era su ingesta de dulces, podía comerse hasta cuatro porciones de pastel diario y había comenzado a tenerle una terrible aversión al olor de la sopa de pollo. La muy maldita lo hacía querer vomitar pero no había nada más que fuera extraño.

En el segundo mes Kuseno le pidió a Genos que convenciera a su Alfa de dejar que alguien más lo revisara porque a duras, muy duras penas el Rey dejaba que Kuseno se acercara al hermoso bulto que había en el estomago del Omega.

Lograron traer a una Cambiaformas Delfín que fungía como Sanadora para que con sus sentidos acuáticos pudiera sondear el vientre del Omega como si de un eco se tratara y así conocer las condiciones del bebe.

No hizo falta decir que Genos tuve que pedirle a Saitama el permiso por dos días enteros para que el Alfa cediera. Era por la salud de su cachorro, se decía una y otra vez mientras veía como las escuálidas manos de esa sardina se posaban en el estomago de Genos, era por la salud de su cachorro, era por la salud de su cachorro, era por la salud de su cachorro. Lo convertiría en un mantra.

La Sanadora dejo escapar una exclamación y se llevo las manos a la boca para cubrirse. Todo el mundo en la sala se quedo en silencio asustados y esperaron con miedo a que la mujer les dijera que era lo que había mal con el bebé.

-¡Es un regalo de los Dioses! Su majestad es maravilloso-La mujer abrazo a Genos y por sus exclamaciones ya sabían que no había ocurrido nada malo pero aun así, querían saber que había pasado, mas aun la madre primeriza-Son dos, su majestad ¡Son gemelos!

Los ojos de Genos se llenaron de lágrimas.

A Saitama una sonrisa pareció partirle la cara y no pudo evitar acercarse hasta su Omega y tomarlo en brazos para transmitirle toda la felicidad, orgullo y alegría que le estaba regalando, tener gemelos era exótico, casi imposible, increíble, era…

Un regalo de los dioses.  

CONTINUARA…

 

Notas finales:

Son gemelos los primeros!! Kyyaa!! 

Voy a llenar a estos dos de bebes, ya lo veran.

Y otra cosa, creo que el proximo es el ultimo :)


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