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Destinados por MAGG1827

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Notas del capitulo:

Si, se que creyeron que habia muerto y me habia aplastado un camion y seguro mas de uno quiso calcinarme viva por no actualizar pero tan tan taaaan! 

Aqui esta! Se que les comente que este seria el ultimo pero resulto que me inspire demasiado y tuve que dividir el cap en dos porque fueron casi 15.000 palabras y seria muy larga asi que... este es el penultimo.

Quiero darle las gracias a Lucia por haberme dado esa ayudita con lo que ella sabe (No puedo decirlo porque sino el chiste del asunto se perdera) Y tambien a mi best friend Enma00 por ser la persona que siempre me presta su wi-fi ¡No me cobra! Eso hacen los amigos xD

Comenten si quieren el proximo!

A leer!

Contrario a la violenta necesidad y posesividad que siente un Alfa por su Omega la primera vez que lo encuentra el asunto es muy diferente cuando tiene que ver con las crías.

Si, el Alfa se torno muy territorial y posesivo con sus crías pero también ocurre un espectáculo que solo el Omega puede presenciar en los nacimientos.

La sumisión de un Alfa.

No es la sumisión que tendrían contra un oponente, ni ante las leyes de la naturaleza o Cambiaformas, es la sumisión paternal. El simple hecho de ver por primera vez a su bebe hace que los instintos encerrados mas cariñosos y protectores salgan a la luz.

Esto ocurre durante la mayor parte del embarazo pero se intensifica de manera significativa, violenta, agresiva e irracional  con el paso de los días y cuando el momento llega hay que apartar al Alfa de su Omega cuanto antes por medidas de seguridad, no solo hacia las personas que atiendan el parto sino también para él Omega.

Atomic no supo con exactitud qué fue lo que le paso, en un momento estaba teniendo un ligero, pausado y muy tranquilo paseo con su adorado Lairon y su vientre abultado de casi 9 meses por el bosque aledaño al castillo, y de pronto estaba siendo mandado a volar por la ventana del balcón de la habitación de Lairon, no recordaba bien que había pasado en el medio de esos acontecimientos.

La misma Cambiaformas Delfín que había checado al Consorte Genos también había comenzado a llevar un control de la salud del Cambiaformas Gato. Se suponía que aun tenían una semana antes de prepararse para recibir al bebe.

Tenía que reconocer que Lairon había estado muy renuente a ese paseo, el joven muchacho no quería salir de su nido, el cual estaba conformado por muchas, muchas mantas, almohadones, cojines y futones junto con ropa, mucha ropa limpia y usada de su Alfa, la habitación era un completo desastre pero para Lairon su nido estaba perfecto, quería tener a su pequeño ahí y nadie le haría cambiar de opinión.

Pero cuando Atomic fue a buscarlo para ese paseo que la Sanadora había dicho era bueno para la salud del cachorro y de la misma madre no tuvo argumentos en contra, si, era claro que no quería dejar su nido, era cálido, cómodo, en un espacio cerrado, con todo lo que él se sentía a gusto y confortable en la oscuridad y lo mejor, con el olor de su Alfa pero si le aseguraban que esos paseos le harían bien a su bebe no dudaría en darlos.

Fue a mitad del paseo cuando un horroroso dolor ataco al Omega en el vientre, se doblo y un alarido agónico rosona en su garganta, las alertas en la mente de Atomic se dispararon y supo de inmediato que pasaba, tembló de nervios y quiso gritar, por supuesto que había entrado en pánico, mucho pánico pero si no hacia algo para menguar el dolor de Lairon jamás se lo perdonaría.

Su unión emocional le llego al Alfa también y los espasmos de dolor comenzaron a atacarlo de forma más sutil que a Lairon pero aun con la suficiente intensidad como para hacer que soltara quejidos. Debía apresurarse, debía hacer algo.

Tomo en brazos a su joven esposo y corrió lo más rápido que pudo de vuelta al castillo ignorando como podía la humedad en la parte baja de la ropa del rubio y los quejidos que soltaba, Lairon se retorcía, arqueaba, lloraba y gritaba pidiendo que sacaran al bebe, gritaba pidiendo ayuda a su Alfa y este en medio de su desesperación solo podía correr aun mas rápido para alcanzar su meta. Aparto a todo el mundo para llegar con los Sanadores y entonces se vio en medio de un conflicto emocional.

Una parte de él, una gran parte de él se negaba a que esos insípidos Cambiaformas pusieran sus sucias manos sobre el terso, hermoso y agónico cuerpo de Lairon y quiso, aunque fue solo por unos escasos segundos, llevarse a su pareja de ahí pero entonces su raciocinio apareció y acepto que no tenia ningún conocimientos para ayudar al rubio y solo le haría daño a él y al bebe si intentaba interponerse.

Pero era tan difícil, se aparto como pudo pero aun podía ver como el rubio se retorcía y lloraba, era tan difícil, cada grito de agonía de Lairon hacia que su instinto protector se intensificara mas, su unión le hacía sentir el dolor que estaba pasando el rubio, no podía soportarlo, Lairon soltó otro grito y algo pareció irse apagando en la cabeza de Atomic y cuando uno de los sujetos comenzó de desvestir al chico para prepararlo en su labor de parto no pudo evitar que su lado más animal saliera a flote. Todo para Atomic se nublo y su Gorila fue el que tomo su lugar.

Sujeto al sanador por los hombros y se lo llevo al suelo comenzando a golpearlo, lo golpearía una y otra vez hasta hacerlo sangrar porque ese sujeto estaba haciéndole daño a su Destinado, la sala se volvió, si es que era posible, un caos aun más grande.

Todo los sanadores comenzaron a correr despavoridos en busca de ayuda y Lairon cada vez gritaba con más dolor, sus instintos podrían estarle gritando que pujara para sacar al bebe pero su miedo a hacer algo mal por ser primerizo lo paralizaba y solo podía soportar el dolor, no quería dañar a su bebe, tenía miedo de hacer algo que lo perjudicara, estaba completamente ignorante al hecho de que si no pujaba terminaría matando al cachorrito.

Atomic en su bruma animal creía que las pocas personas que se querían acercar a Lairon estaban dañando a su amado muchacho por lo que se interpuso entre ellos y el Omega.

Toda la habitación se puso de cabeza, necesitaban empezar el parto o el bebe moriría, lo intentaron, gritaron, trataron de acercarse y decirle sus argumentos al Gorila de Espalda Plateada pero era en vano, no los escuchaba, lo único que sus oídos procesaban eran los sollozos entre cortados de Lairon a su espalda. Sino lograban hacerlo desistir no solo perderían a la cría, también perderían a la madre.

Y eso sería lo peor, porque cuando Atomic saliera de su trance y se percatara de que fue su culpa todo lo que paso, cuando viera que sin querer, creyendo que estaba protegiendo a su esposo lo que había conseguido fue matarlo, se volvería loco y moriría él también antes del anochecer.

Fue entonces cuando el anciano Kuseno apareció en la puerta con su único y fundamental refuerzo. El Rey de Oriente. Atomic al sentir el olor de otro Alfa en su territorio y lo peor, cerca de su indefensa pareja se volvió loco, comenzó a transformarse en medio de la habitación, el suelo de azulejos comenzó a ceder cuarteándose y los pilares que soportaban la estructura amenazaron con romperse.

Saitama frunció el ceño molesto, Kuseno había llegado despavorido, casi sin habla a interrumpir su tiempo de calidad con Genos y su hermoso vientre para que lo ayudara a controlar a un animal sarnoso e idiota que no se percataba que sus propias acciones eran las que causaban dolor en Lairon. Era un completo estúpido ese gorila descerebrado.

El calvo apretó los puños, corrió desapareciendo de la vista de cualquier Beta en la habitación de lo rápido que iba y cuando su puño impacto contra el rostro del gorila mandándolo a volar por la ventana una sonrisa de total satisfacción se le dibujo en el rostro al Dragón. Tenía meses deseando golpear a ese desgraciado.

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Cuando toda aquella faena se acabo Lairon cargo entre sus brazos por primera vez a su hijo, el pobre rubio se había desmayado en el parto y logro recobrar su conciencia 20 minutos después, no noto la falta de su Alfa, ni siquiera pareció importarle, cuando despertó lo primero que se le vino a la cabeza fue su bebe. Se sintió desesperado al no saber en dónde estaba.

Una de las sanadoras, previendo esa conducta acerco rápido al recién nacido lloroso a su madre y cuando se produjo ese primer contacto el bebe detuvo su llanto y observo con sus lindos ojitos a Lairon, todos los presentes comenzaron a abandonar la habitación y dejaban solo a la madre con su bebe, ese momento era fundamental, era el reconocimiento. La aceptación.

Lairon dejándose llevar por su maternalidad comenzó a olfatear a esa linda bolita rosa reconociendo su olor y parte del de Atomic en él, junto con lo que sería el olor propio del bebe y cuando se froto contra el infante provocando en él una risita el lazo maternal se conformo y afianzo, el bebe sabía que Lairon era su madre por lo que se acurruco contra él y el joven muchacho sostuvo de la forma más cuidadosa a ese regalo que le habían otorgado los Dioses. Las lagrimas de felicidad no se hicieron esperar, ahí estaba, tenía en brazos a su nene.

Lo detallo lo mejor que pudo, tenía el cabello negro con algunos pocos toques de rubio un poco más oscuro que él suyo, su piel tan rosada lo hacía ver hermoso y el hecho de que estuviese pachoncito solo aumentaba el amor del rubio por su hijo, hasta donde podía ver tendría los ojos oscuros, acerco aun mas al bebe y aspiro su aroma, era fuerte, como el olor que desprendería un Alfa, soltó una risita cuando el bebe levanto sus bracitos y movió sus manitas intentando agarrar el rostro de Lairon, era un cachorrito curioso, de seguro su olor se afianzaría en unos meses y seria declarado Alfa.

Aun era muy temprano para saberlo y todavía era demasiado pronto para conocer su animal interior. Tendrían que esperar un poco. Subió la mano para acariciar la naricita del pequeño y entonces recordó el nombre que había elegido junto a su esposo para el cachorro.

-Bienvenido, Kuro-

La puerta se abrió con lentitud y por ella entro el padre Alfa, Lairon no le prestó atención a la mejilla amoratada de su esposo, solo quería que Atomic se acercara y viera al bebe y ahí se produjo por primera vez para el Gorila su sumisión paternal.

Se acerco con paso cauteloso, no quería que el bebe se asustara e hiciera un escándalo y se aseguraba a si mismo que sí se aproximaba de manera muy brusca lo iba a atemorizar cuando en realidad el único asustado en la habitación era el mismo, se arrodillo cuando llego a la cama y desde su posición observo todo lo que pudo del bebe.

Su parte animal ansiaba captar el olor para así dictaminar como positiva su descendencia, tenía que oler al niño.

Se levanto cauteloso y acerco su rostro al del pequeño, el bebe se quedo quieto, reconociendo a su padre, en alguna parte de su pequeño cerebro sabía que su padre era distinto de su madre, en algún lugar de su mente sabía que su padre lo estaba examinando y que debía permanecer quieto. Atomic olfateo y olisqueo al bebe y cuando su animal interior estuvo satisfecho con la inspección se permitió mover la mano y tocar el rostro del bebe.

Era tan suave, tierno, indefenso. Necesitaba protegerlo, los sentimientos más puros que puede tener un padre por su hijo nacieron ahí, la devoción, entrega, sacrificio, Atomic se juro que si tenía que morir protegiendo a su hijo lo haría. El Alfa se relajo totalmente y acerco su frente a la del pequeño.

Kuro no soltó una risa alegre como con su madre, en cambio, cuando Atomic se separo y lo observo detenidamente el pequeño arrugo el rostro tratando de verse amenazante mostrando sus encías sin dientes y soltó un gruñido que a oídos de Lairon fue todo menos amenazador. Un claro signo de reto, un signo de jerarquía y dominancia. Atomic jamás se había sentido más orgulloso por el hecho de que alguien le gruñera.

Su lazo paternal se formo y afianzo.

-Es Alfa-Declaro con voz cariñosa y una sonrisa llena de orgullo tomo lugar en su rostro, no le importo que su mejilla doliera por el golpe de Saitama, estaba demasiado feliz-Es Alfa, Lai.

-Sí… estoy casi seguro pero seguramente querrán hacerle la prueba ABO* para confirmar- El rubio acaricio al pequeño perdiéndose en lo lindo que era su hijo-Es hermoso-Ambos se sonrieron y compartieron un beso.

-Ambos son hermosos-

Juntos tomaron lugar en la cama con el pequeño Kuro en medio. El rubio notaba la mirada perdida de Atomic en su hijo, veía la adoración y cariño que sentía por él solo con haberlo visto recién nacido y por un momento se pregunto qué tan sumiso se volvería su esposo si hubiese tenido un Omega en vez de un Alfa. Hay historias que relatan el amor puro y rendición total que tenían algunos Alfas frente a sus crías Omegas, quizás su esposo era uno de esos Alfas que amaba con locura a sus hijos.

También se pregunto, por un ligero momento y antes de caer dormido como seria el Rey Saitama con una cría Omega.

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A partir de ese momento y con todos los acontecimientos que tuvieron lugar en el nacimiento de Kuro los sanadores estaban bastante asustados de atender el parto del Consorte Genos, sabían que si el Rey Saitama llegaba a perder la cordura como lo habia hecho el Emperador de Fukuoka nada los salvaría, por eso se comenzaron a emplear algunas tácticas para cuando el momento llegara, como sedantes, olores fuertes y unos tapones para los oídos.

Todos sabían que lo que habia ocurrido habia sido causa de la misma negligencia de los sanadores pero es que tenían tanto que no atendían un parto y mucho menos uno de una unión Alfa-Omega que habían olvidado que tenían que separar al Alfa del Omega lo antes posible, ahora tenían a uno de sus miembros, golpeado y casi con los dos brazos rotos con esa idea muy presente.

El día mas feliz para Atomic fue cuando mostraron a un Kuro de dos semanas de vida al la gente del castillo y el bebe en el momento que sintió el olor potente de Alfa de Saitama hizo lo mismo que había hecho con su padre, arrugo la cara y soltó un gruñido pero este no era un gruñido para demostrar que era digno de ser hijo de Atomic, no, este era un gruñido que iba con la clara intención de demostrarle a Saitama que no tenía que acercarse a él o a su madre.

Atomic jamás se había sentido más orgulloso y aunque el asunto ofendió a Saitama por un momento opto por soltar una risita, ese mocoso era Alfa, no necesitaba que le hicieron ninguna prueba ABO. Estaba seguro.

Los meses fueron pasando rápidamente con Kuro como mayor distracción, el pequeño bebe a sus dos meses fue declarado Alfa por la prueba de sangre ABO. Era una prueba muy sencilla, tomaban un poco de la sangre del pequeño y dependiendo de la coloración que tomara la pócima se sabía que tipo era, si salía verde era Omega, si era amarillo seria Beta y si resultaba roja seria Alfa. La prueba de Kuro fue roja.

No había segundo en el día que no estuviera siendo mimado por Lairon, el rubio a pesar de que aun estaba un poco adolorido por el parto quiso tener más bebes, era una extraña querencia, quería darle compañeritos de juego a Kuro, no quería que su primogénito se sintiera solo, sentía que debía tener más hijos, le comunico su deseo a su Alfa pero los sanadores habían dejado muy claro que Lairon no podría tener intimidad con su esposo hasta el próximo celo, es decir, en dos meses más.

Con todo lo que había ocurrido y con solo ver lo hermoso, tierno y lindo que era Kuro, Genos se moría porque los tres meses que le faltaban pasaran rápido porque él en serio necesitaba tener a sus bebes. Por supuesto que Lairon dejaba que Genos se acercara a su hijo pero no quería que nadie lo tocara y el Consorte entendía, él también seria terriblemente protector con sus hijos.

Kuro era un bebe grande, con solo 4 meses parecía un bebe de un año, no podía gatear aun pero hacia su mejor esfuerzo retorciéndose como gusanito para avanzar de un lado a otro en el jardín junto con su madre y cuando por fin comenzaron los síntomas de celo para Lairon, Genos entro en labor de parto.

Se supone que aun faltaban 3 semanas pero los dolores habían comenzado y no había vuelta atrás.

Había estado comiendo su almuerzo junto con Saitama, los Alfas y los reyes padres cuando un dolor agónico lo comenzó  a molestar, soltó de golpe el cubierto y sintió como sus piernas se llenaba de líquido. Había roto fuente.

Todos en la sala sabían lo que estaba pasando pero nadie quería moverse, nadie podía acercarse, Saitama estaba justo a un lado de Genos, con sus ojos abiertos cuales platos viendo fijamente al rubio y parecía que hasta estaba petrificado, nadie sabía que reacción podía tener el Dragón y no querían repetir lo que había pasado con Atomic.

Saitama se levanto de su asiento y todos los presentes saltaron hacia atrás tumbando los propios, subconscientemente estaban más que alertas para defender sus propias vidas y entonces el Rey de Oriente tomo en brazos a Genos desapareciendo en un instante, todos corrieron detrás de ellos suponiendo que se dirigían hacia la sala del anciano Kuseno y la noticia del nacimiento doble fue impartida de boca en boca entre los sirvientes.

Cuando los sanadores y Kuseno abrieron la puerta se quedaron paralizados ahí, aun no sabían que reacción podía tener Saitama si se acercaban mucho y ellos de verdad que no querían arriesgarse con un Cambiaformas tan mortífero como el calvo.

El Rey estaba de rodillas acariciando el cabello rubio de su cachorro y susurrándole cosas al oído, el muchacho con el rostro contraído en una mueca adolorida y un tono rojo en su piel asentía con dificultad a lo que sea que estuviese diciéndole el mayor, el calvo se levanto viendo fijo al rubio y entonces soltó un suspiro cerrando los ojos fuertemente y apretando los puños antes de hablar.

-No soy tan imbécil como Atomic, si me quedo solo voy a causar problemas, me iré lo más lejos que pueda-Dio vuelta sobre sus talones y camino hacia la ventana de piedra de la habitación-Cuiden de mi Consorte y de mis hijos-El calvo le dio una mirada larga y anhelante al rubio antes de apretar su mandíbula con rabia como si estuviese haciendo un esfuerzo titánico al alejarse y entonces salto por la ventana, en seguida escucharon el rugir de un Dragón junto al aleteo característico alejándose, todos los sanadores soltaron un suspiro respirando con normalidad y en seguida estuvieron todos sobre el rubio para ayudarlo.

Genos estaba horrorosamente asustado, se sentía débil, vulnerable, cansado, muy adolorido y extrañamente abandonado. Sabía que Saitama no lo había abandonado, el Dragón se lo había dicho antes de irse, que cuidaría de él en las alturas del cielo, que si se quedaba seguramente algo saldría mal, que lo amaba y que todo estaría bien. Le había hecho prometer que sería fuerte por él y por los niños y Genos estaba muy enfocado en eso a pesar de que sentía que la situación lo sobrepasaba.

Su dolor era mucho más intenso al que sentía Lairon puesto que su estomago estaba albergando a dos bebes, parecía que los pequeños querían salir, los podía sentir moverse, rasguñar, Genos juraría que parecía que querían abrirle el estomago. El dolor era insoportable, sentía como sus caderas parecían abrirse para que los bebes salieran y por mucho que había prometido que sería fuerte comenzó a llorar de dolor y de miedo.

Por mucho que quisiera parecer fuerte y experimentado no lo era, solo era un joven Omega primerizo de 18 años teniendo que soportar el horroroso pavor y dolor que estaba sufriendo. Interiormente deseo que Saitama estuviese ahí.

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A una isla de distancia, en una playa desolada Saitama trataba de no perder la cabeza, cada aleteo que había dado lejos de Genos había sido un puñal ardiente clavándose en su pecho, por momentos creyó que caería al agua del dolor, su unión lo hacía sentir, a esa considerable distancia todo el malestar que estaba atravesando Genos pero no podía volver, si llegaba a perder la cabeza y se ponía territorial y estúpido como Atomic nadie podría detenerlo, terminaría matando a su Consorte y a sus hijos y eso sería imperdonable. Tenía que resistir, debía resistir.

Debía ser fuerte.

Una corriente de dolor lo recorrió de pies a cabeza y se tomo fuertemente la cabeza entre sus manos cuando cayó de rodillas, apretó su cabeza y resistió, no debía ir, no debía ir, no debía ir. Podía sentir como Genos clamaba por su presencia y entonces unas solitarias lagrimas comenzaron a escapar de los ojos de Saitama, estaba en un conflicto, si volvía pondría en peligro a todos pero sino lo hacia Genos nunca dejaría de estar tan asustado.

Podía sentir lo vulnerable que estaba el rubio y por un instante, cuando se levanto con toda la intención de volver decidió nuevamente que no debía hacerlo, se sentó con rabia en la playa y con mucho esfuerzo comenzó a consolar mediante su unión al Omega, Genos estaba escuchando las indicaciones de los sanadores, todos le pedían pujar, un sudor frio lo recorría, una gran presión asaltaba su cabeza y un dolor lacerante lo atacaba en su zona baja, las mantas que quitaban llenas de sangre le hacían tener mucho miedo de seguir pujando.

-¡No puedo! ¡Me duele!-Apretó con fuerza el metal de la camilla y las lagrimas nublaron su vista, no quería seguir escuchando a los sanadores, podía sentir como todos se desesperaban, tenían que hacerlo pujar o morirían los cachorros pero nadie era capaz de sacar al Omega de su terquedad, el muchacho estaba demasiado aterrorizado-¡Quiero a Saitama!

Grito sus demandas y ni siquiera el ligero toque de consuelo que sentía por su vinculo lo hacía cambiar de parecer, estaba decidido a que no pujaría nuevamente si el Rey no aparecería por esa ventana, contrario a lo que todos pensaban fue la puerta la que se abrió y por ella entro la Reina Madre. Genos se quedo un momento viéndola sin saber lo que la susodicha estaba haciendo ahí hasta que sintió como le daban una cachetada en la mejilla.

-¡Puja! ¡Tu Alfa está haciendo su mejor esfuerzo para que puedas tener a mis nietos! ¡Puja Genos! ¡No dejes que los bebes mueran!

El lado animal de Genos con sus instintos maternales se activo con ese estimulo tan contundente y entonces comenzó a pujar de nuevo, tenia razón, su Alfa estaba haciendo su mejor esfuerzo dándoles esa ventana de oportunidad para atender el parto, el también debía dar su mejor esfuerzo para traer a los bebes al mundo, pujo y pujo y entonces el primer llanto se escucho en la sala.

Genos cayó sobre su espalda sintiéndose un poco aliviado pero no totalmente, aun sabía que debía pujar para sacar al otro bebe. Abrió los ojos y enseguida comenzó a buscar con la mirada a su hijo, unos sanadores lo tenían y lo estaban limpiando y revisando pero él quería que se lo dieran, no pudo comunicar su deseo cuando sintió nuevamente otro calambre de dolor atravesándolo, tenía que sacar al otro bebe.

Se lleno de valor y se dijo a si mismo que ya había traído al mundo a uno, debía traer a l otro también, debía hacerlo bien, solo una vez más, con su máximo esfuerzo.

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Ya habían pasado unos pocos minutos desde que había tenido al otro bebe, estaba cansado, adolorido, pegajoso y sudoroso pero escuchar esos lloriqueos lo hacían sonreír, podía ver como limpiaban a los bebes y los vestían para después llevarlos ante él, con sumo cuidado sostuvo a cada uno en cada brazo viendo y maravillándose al notar como poco a poco el llanto cesaba. La sanadora sonrió cuando Genos apretó con ligereza a sus hijos.

-Son dos niñas, Alteza. Están sanas y son hermosas.

El rubio sintió como comenzaba a llorar, con dificultad y cuidado bajo una de las mantas para ver uno de esos rostros tiernitos y cuando pudo divisar esa pequeña matita de cabello rubio lloro como más énfasis pero de pura felicidad, bajo la otra manta y vio que las pequeñas eran idénticas. Ambas eran rosaditas, con sus ojos cerrados, un poco arrugadas, con el cabello rubio y la naricita más bella que había visto en su vida.

Algo tan hermoso había salido de él. Algo tan valioso y bello había salido de su unión con su Alfa.

Acerco las pequeñas a su rostro y las olio a ambas, olían tan bien, a frutas y eran tan cálidas. Las vio y noto como habían abierto los ojos, aun era muy temprano para saber de qué color serian pero le sorprendió mucho que las pequeñas lo miraran tan fijamente, una de ellas estiro la manita y después la otra la siguió, ambas tocaron el rostro de su madre y Genos se sintió realizado.

Sintió que algo en él se había formado, sentía que algo lo tenía unido a sus pequeñas, no era como la unión que tenia con Saitama, era mucho más protectora, mas cálida, mas… maternal.

Sonrió al recordar que seguramente había sido su unión maternal la que se había formado y una gran emoción lo recorrió porque se supone que cuando pasaba eso era porque los bebes reconocían a sus padres y él estaba muy feliz de que unas cositas tan lindas lo reconocieran como su madre.

Con esfuerzo estiro el cuello y beso como pudo a esas lindas angelitas, las nenitas no hicieron sonido alguno pero los tres sintieron como su unión se afianzaba cada vez más con cada muestra de cariño.

Las niñas buscaron acurrucarse en su pecho y el deseo poder acariciarlas pero no quería moverse mucho, estaba muy agotado y no quería que alguna pudiese caer por sus movimientos torpes. En algún momento Genos sintió que eran las bebes las que lo protegían a él con su presencia y no al revés pero rápido desecho esa idea, era imposible que sus nenas recién nacidas estuvieran protegiéndolo.

Un golpe lo hizo abrir los ojos y enfoco su vista en la ventana, su Alfa había llegado pero Saitama se quedo en el marco de la ventana cuando escucho un par de gruñidos viniendo de entre los brazos de Genos.

El calvo sonrió al reconocer ese comportamiento y Genos no supo por qué las niñas se mostraban tan hostiles con su Padre. Saitama dio un paso más cerca experimentando con la situación y tratando se tragarse la emoción que sentía. Genos por otro lado se asusto mucho cuando vio que una de las niñas comenzaba a cambiar parcialmente su piel por una escamosa y la otra mostraba unas garras negras saliendo de sus manitas.

-Mi Señor no se qué…-Mentiría si dijera que no le preocupaba mucho el comportamiento de sus niñas.

-Tranquilo Genos, ellas aun no saben que soy su Padre, creen que soy un extraño y quieren protegerte-Saitama sonrió y se trago las ganas de llorar lleno de orgullo, esas niñas estaban haciendo lo mismo que alguna ves su madre le había contado de sí mismo cuando había nacido hace tanto. Las niñas defendían a su madre, tal como él mismo lo había hecho con la suya al nacer.

-¿Ellas quieren protegerme a mí? Pero yo soy su madre, yo soy quien debe protegerlas-Observo a las niñas y quiso darles calma y consuelo pero parecía que las pequeñas serian muy tercas.

-Los Dragones son así Genos-Termino de avanzar y observo como las niñas poco a poco dejaban de gruñir y comenzaban a llorar por sentir la presencia del desconocido tan cerca y no poder hacer nada para defender a su madre-Mas que todo los Alfas o bueno en este caso… las Alfas-Sonrió al momento de subir una mano y acariciar con cariño una de esas cabecitas, la bebe dejo de llorar y temblar y por consiguiente la otra reacciono igual, Saitama cambio de cabecita y las observo fijamente cuando ellas lo miraron igual a como habían hecho con Genos-Son un par de Alfas celosas.

Saitama se quedo embelesado viendo que esas niñas eran como un Genos en miniatura, aun no sabía de que color serian sus ojos pero rezaría por primera vez en toda su existencia para que se tornaran azules, esas pequeñas serian grandes, fuertes, autoritarias y si, estaba seguro de que también serian un dolor de cabeza, un calor se apodero de su pecho se acerco a ellas apoyando su frente de cada una.

Su lazo paternal se había formado y afianzado.

-¿Por qué dice que son celosas?-Saitama medio sonrió y se acerco a Genos para darle un beso escuchando en seguida como las niñas comenzaban a quejarse-¿Lo ves? No quieren compartirte conmigo-Le dio un beso en la frente al rubio y después observo con ternura a las bebes-Pero yo llegue primero, mocosas.

-Creí que todos los Alfas sufrían de una especie de sumisión por sus bebes pero parece que usted no, mi Señor-

-Por supuesto que estoy sufriendo mi sumisión Genos. ¿Crees que dejaría que un par de niñas se creyeran tus dueñas así como si nada?-El Alfa no quiso mencionar la parte en la que se sentía súper territorial con los tres o que daría su vida por cualquiera de ellos porque sería demasiado cursi y parecía que sus hijas no serian tan dependientes como el mocoso de Atomic.

Esa era otra razón que lo llenaba de plenitud. Hasta sus hijas eran mejores crías que el de ese gorila descerebrado.

-¿Cómo las llamaremos?-Saitama tomo asiento al lado de Genos y ambos comenzaron a acariciar con tranquilidad a las nenas que pronto comenzaron a dormirse sintiéndose protegidas con la presencia de su padre y la calidez de su madre-Pensé en muchos nombres pero no recuerdo ninguno en este momento.

-A mi me había gustado Emi-Acaricio a una y sonrió al ver que tenía el dedo pulgar metido a la boca-¿Cuál eliges tu?

-¿Tsuki?-

-Me gusta-Observo con sus pequeños ojos cafés a su marido y se acerco hasta juntar sus frentes-Gracias Genos, no sabes lo feliz que estoy.

-En realidad si lo sé, mi Señor. Nuestra unión me deja sentir todo-El rubio acaricio con su nariz la del calvo de forma cariñosa y ambos cerraron los ojos con su unión emocional reforzándose con la llegada de sus crías.

-Al menos no voy a tener que estar diciendo cursilerías-Saitama soltó el comentario y Genos se separo a reclamar con gracia en su tono de voz.

-Eso no se vale, yo quiero escuchar las cursilerías de mi Alfa en voz alta-Cerro los labios de su Omega con un beso y sonrió con todos sus dientes.

-No-Genos frunció el ceño y Saitama volvió a besarlo hasta que fueron un revoleteo lleno de amor tantos besos en las mejillas, boca y frente del rubio-Sabes que te amo, y que ahora te amo mas por darme a las niñas ¿Qué más quieres que te diga?

-¿Qué sin mí no puede vivir?-El rubio estaba jugando pero su comentario no estaba nada lejos de ser verdad.

-Genos-Se mordió el labio sutilmente y aguanto las ganas de comerse a besos y quizás de una manera aun mas intima a su Omega-Sabes que, literalmente, sin ti no podría vivir-El muchacho se sonrojo y entonces comenzó a relajarse en la camilla, el cansancio era el doble y sentía que sus nenas también querían descansar-Relájate, estoy aquí. Los cuidare.

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Las niñas eran el orgullo de sus padres, lloraban por cualquier cosa, hambre, cambio, sueño, eructos pero nada de eso les importaba a los padres primerizos porque cada vez que un Beta o Alfa o hasta sus abuelos se acercaban a Genos, quien siempre tenía a las bebes consigo, estas comenzaban a mostrar signos de querer transformarse en su animal interior, algo que, no era posible para un niño hasta que tenía como mínimo tres años.

Saitama muy discretamente le había mostrado el dedo medio a Atomic cuando este y Lairon terminaron su celo.

Fue emocionante acercar a los tres bebes, todos creyeron que Kuro sería quien se mostraría más autoritario, después de todo era el Alfa y aunque todos estaban casi seguros de que las niñas también eran Alfas nada estaba asegurado todavía, fue una sorpresa cuando, entre los tres bebes parecieron reconocerse y respetarse como iguales mutuamente.

Eso definitivamente no era lo que estaban esperando, tal vez un jalón de cabello o un mordida o hasta sollozos pero no que se quedaran quietos viéndose entre los tres y dándose espacio para después acercarse con cautela.

Genos y Lairon estaban que morían de felicidad por ver interactuar a los bebes. Atomic estaba contento con el resultado y Saitama se sintió un poco decepcionado, él quería que sus niñas le hicieran alguna maldad al gusanito pero que se respetaran entre todos también estaba bien.  

A Genos le dijeron que tenía que esperar hasta su próximo celo para tener intimidad con Saitama pero nada les impidió que a las tres semanas tuviesen relaciones de nuevo, al diablo con la cuarentena y esos cuatro meses de abstinencia, no los soportarían, además no es como si a ellos les importara esa tradición, su historial durante el cortejo era muy evidente. Solo debían ser silenciosos para no despertar a las niñas en la cuna.

El próximo en salir embarazado, para sorpresa de todos, fue Panic.

El Leopardo negro se notaba que sentía mucha vergüenza cuando todos comenzaron a felicitarlo por estar gestando y Mumen no borraba de su cara esa sonrisa tonta que siempre tiene cuando algo lo tiene embelesado, Saitama por un momento no supo si darle las felicitaciones o condolencias a Mumen, ese Panic normalmente era un grano en el trasero, embarazado no quería saber cómo seria.

Tenía que admitir que cuando no estaba cargando a sus nenas porque les tocaba la siesta se le hacía muy entretenido el malestar que sufría el Beta Leopardo, vomitaba todo, las piernas le flaqueaban y la parte más graciosa a ojos de Saitama era su gran orgullo que le impedía pedir ayuda.

Si, era gracioso ver como se retorcía de malestar pero aseguraba estar bien.

A los dos meses fue una sorpresa que Genos volviera a quedar embarazado, si, no podía decir que no sabía cómo había pasado porque muy bien podía recordar cómo no habían dejado de intimar desde aquella vez y entonces Kuseno comenzó a regañarlo con que Genos aun no estaba en condiciones optimas, que estaría súper adolorido y casi hizo que el Rey de Oriente se sintiera mal.

Casi.

Porque sentir el olor a embarazo y ver como el estomago de Genos se comenzaba a hinchar con su nuevo bebe era algo que hacía que todo valiera la pena.

Era el Alfa con el ego mas inflado en el castillo.

Se comenzaron a pasar los meses y Kuro ya balbuceaba y podía mantenerse de pie, daba un paso hacia adelante y caía sobre su trasero cual monito pero estaba bien para un chiquillo de 8 meses.

Las que no dejaban de sorprender eran las niñas, parecía que estaban coinsientes de su entorno a pesar de no poder hablar y solo poder desplazarse como gusanitos por el suelo pero algo en sus miradas hacia que a Saitama le diera la impresión de que ellas sabían lo que ocurría. Más que todo cuando Genos las tomaba en brazos y enfocaban su vista en el vientre que comenzaba a hincharse en su madre. Ellas sabían que tendría un hermano.

El último en salir embarazado fue Lairon ya que él si respeto la cuarentena y espero su celo con tranquilidad.

Panic tuvo a un bebe Beta a los meses a quien llamaron Satoshi, era un bebe feo, si, porque para Saitama todos los bebes que no fueran suyos con Genos eran feos.

Cuando Emi y Tsuki cumplieron un año y algunos meses se les unió su hermano Takeo, otro Alfa pero Leopardo. Por un momento se preguntaron si Genos sería una fábrica ambulante de Alfas pero eso duro poco.

Takeo también era un bebe inteligente y Genos decía que era precioso porque tenía el cabello negro y los ojos de Saitama, el Alfa Leopardo era el primero en su generación y eso había alegrado mucho a sus abuelos, el pequeño había resultado tener mucha afección a los aromas y sin necesidad de verte ya te podía reconocer a la distancia, un gran olfato, también resulto ser no solo ser protector con su madre sino también con su abuela, soltando gruñidos cada vez que su abuelo se acercaba muy bruscamente, era entrañable para los rubios.

Al final Lairon tuvo a su otro bebe, esta vez un Omega del que Atomic cayo enamorado cuando lo vio por primera vez llamado Hajime. El hecho de que fuera rubio como su madre solo hacía que Atomic se volviera mas cursi con el bebe, no dejaba que nadie que no fuera Lairon se le acercara y por muy loco que sonara le había ordenado a Kuro que protegiera a su hermanito, lo más loco de todo fue que pareció que Kuro con solo un año y medio lo entendió. Era el primer Omega que nacía y eso alegro a todo el Reino.

Después de eso, por fin cada Alfa se fue a sus tierras, Atomic no había podido irse porque no quería que sus hijos tuviesen que soportar el viaje estando tan pequeños pero Saitama se ofreció a llevarlo, mas por el deseo de dejar de verle la cara a Atomic que por otra cosa y así fue como en el castillo solo se quedaron Los Reyes de Oriente y los del Castillo Costero.

El tema de quien gobernaría cada reino estaba a la orden del día pero Saitama en realidad no tenía problemas con no volver a su Reino, después de todo, el gobernaba todo un continente, podía ocuparse de los asuntos donde quiera que estuviese y no quería separar a Genos de sus padres ni a sus hijos de sus abuelos. Jamás pensó que sus primeros hijos serian tres Alfas pero no podía estar más contento, aunque muy en el fondo, no podía negar, que quería tener un Omega.

Los Alfas eran buenos hijos pero rápidamente se volvían muy independientes a pesar de ni siquiera poder hablar, parecían calculadores y a Saitama le dieron la impresión de que tendría un poco de problemas en dominarlos a cada uno por eso es que quería saber lo que era tener Omegas, tener un bebe que se pegara a ti todo el día como lo hacían los niños con Genos porque era seguro que si los Alfas se volvían aficionados a su Madre Omega, un pequeño Omega recién nacido se volvería aficionado a su padre Alfa.

Saitama quería preñar a Genos con Omegas.

Pasaron tres años y se cumplió el milagro de Saitama, Genos estaba otra vez embarazado pero si su primer embarazo había sido un regalo de los dioses este era mil veces mejor. Trillizos ¡Trillizos!

Emi, Tsuki y Takeo podían sentir que su padre estaba emocionado con el nuevo embarazo y las niñas aprovechando la distracción en la que se sumía el calvo le lanzaron un poco de fuego. Saitama se habría molestado sino fuese la primera vez que las niñas lanzaban fuego por la boca, claro que después las regaño, no le importaba parecer un loco hablando con sus enanitas, él sabía que ellas lo entendían, era mejor que estuviesen completamente transformadas en Dragón para lanzar fuego. Saitama lo sabía de primera mano, a él muchas veces se la había quemado la lengua por andar quemándole la ropa a los viejos maestres.

Llegaron los trillizos, una camada de Leopardos, dos niñas y un niño. Una de las niñas, Harumi era una bella Omega chiquitita que había hecho que Saitama cayera de rodillas al verla, la otra niña era Alfa su nombre era Yukiko y el único varoncito también era un Omega, Hikaru.

Esa fue la primera vez que Saitama sintió su sumisión de Alfa tan fuertemente. Harumi tenía el cabello negro, como lo había tenido la madre de Saitama y sus ojos eran azules como los de Genos, era tan chiquita y lloraba de una forma tan desconsolada que Saitama solo quiso tomar a su pequeña cría y esconderla del mundo, esconderla de los Alfas, de cualquier que quisiera tocarla, con Yukiko se permitió ser el orgulloso Alfa padre de otro Alfa que había sido con sus anteriores bebes aunque debía admitir que Yukiko era mucho menos mandona que sus hermanos mayores, ella solo le había mostrado su carita arrugada como muestra de ser digna hija suya. No se había puesto a tratar de defender a Genos pero suponía que eso también se debía a que Yukiko era Leopardo pero tampoco estaba muy seguro de esa hipótesis, Takeo había sido igual de agresivo que sus hermanas mayores al nacer.

Yukiko parecía que sería la primera Alfa que querría tanto a su madre como a su padre en cantidades iguales. La pequeñita tenía el cabello un poco castaño, se pregunto de donde lo habría sacado y se pregunto si su padre tuvo el cabello castaño. Quizás de ahí lo saco.

Y el ultimo, Hikaru, ese pequeñito Omega era idéntico a Saitama y a Takeo, pero por supuesto, se notaba que sus facciones serian mas femeninas y suaves, el pobre bebe había llorado desconsoladamente cuando Saitama se había alejado y a pesar de que Genos trato de calmarlo solo cuando Saitama volvió a estar cerca fue que el Omega pudo sentirse completamente cómodo.

El Padre Alfa Dragón nunca admitiría que se había enamorado de sus bebes Omegas, nunca. Pero si algún Alfa intentaba quitárselos los mataría, no estaba enamorado pero los mataría.

Emi y Tsuki cumplieron 5 años y comenzaron a ser muy insistentes con Saitama con que las enseñara a volar, ya podían transformarse y desde que comenzaron a hablar no hubo fuerza capaz de callarlas, a veces se preguntaba que había hecho para merecer tanto ruido en su vida pero después, cuando veía como todos sus hijos jugaban y se molestaban entre ellos, como gritaban pidiendo ayuda o como se acusaban unos a otros cuando Genos los iba a regañar se decía a si mismo que prefería mil veces ese ruido que iba a reventarle los tímpanos a el silencio de su castillo en completa soledad.

Se alegro de ver que no era el único que se había puesto protector con los pequeños Omegas nuevos, Emi, Tsuki y Takeo también estaba contentos con ellos, no dejaban por fuera de sus cuidados a Yukiko pero sabían, por instinto, que Harumi y Hikaru eran más delicados que su hermana.

Fue entonces que se dijo a si mismo que con 6 hijos se sentía bastante bien, jamás habría creído que tendría a cuatro Alfas y dos Omegas, se sentía completamente realizado con Genos y sus hijos.

Tenía que admitir que no sabía con exactitud de donde salió Kenji pero no le importaba.

Emi, Tsuki y Takeo se encargaban de sus hermanitos menores para que Genos se relajara en su nuevo e inesperado embarazo y él también ayudaba con sus bebecitos Omegas. Le fascinaba ver como las niñas hacían sus competencias de vuelo, Emi era una Dragón de color piel con motes naranjas, sus pequeños cuernos ni siquiera comenzaban a salir pero estaba bien, apenas tenían 8 años y Tsuki por otro lado era más como de color amarillo pero oscuro, era como si tuviese las escamas del color de un Leopardo.

El pequeño Satoshi de Mumen y Panic también se unía a la diversión con sus hijos para casi siempre salía despavorido, después de todo un búho entre 4 Leopardos y 2 Dragones no era algo que pudiese salir sin ningún tipo de gruñido.

Cuando las niñas cumplieron 9, Takeo 8 y los trillizos 5 años, nació Kenji.

Kenji era el primer Alfa macho Dragón y lo dejaba ver con mucha claridad. Fue el bebe mas estresante que tuvo Saitama, no dejaba que se le acercara ni a un metro a Genos y se apoderaba de la cama casi todas las noches. El bebe estaba decidido a que Genos sería su madre las 24 horas del día los 7 días de la semana y no quería dejarle ningún espacio como Consorte de su Padre. 

Saitama no mentiría negando que nunca se le paso por la cabeza mandar a volar a su hijo por el balcón pero sus instintos de padre no dejaban que hiciese eso, además, seguramente las niñas lo delatarían con Genos y el rubio jamás le perdonaría haber tratado de darle un curso de vuelo a un bebe de 8 meses.

Y cuando Kenji cumplió dos años se dijo a si mismo que ya no quería tener más hijos, no. No quería que saliera otro Alfa territorial del vientre de Genos y se juro que había contado bien los meses de gestación de su amado Omega pero se equivoco, de verdad, con sinceridad, no sabía de dónde había salido Kazou, ese bebe de verdad que fue un accidente pero cuando ese Omega varoncito Dragón rubio tan idéntico a su madre nació Saitama no pudo evitar enamorarse.

Su sumisión de Alfa lo golpeo, como nunca lo había golpeado.

Cada pequeño sonidito que salía de la boquita de Kazou era la cosa más bella que Saitama había escuchado en su vida, parecía un retrasado cada vez que veía a su hijito y por primera vez Genos se sintió celoso de uno de sus hijos porque si Kenji no había dejado que Saitama se metiera a la cama con Genos ahora era Kazou quien no quería que Genos se acercara a su papa Alfa, el pequeño Omega vivía su día a día sobre el pecho de su Padre y solo recordaba que tenia mama cuando tenía hambre.

Genos estuvo muy, muy celoso de Kazou pero Saitama sabia como mantener a todos sus Omegas contentos, a partir de ese último embarazo hasta el mismo Genos no quería tener más bebes así que le pidieron a Kuseno, que ya estaba bastante viejo que ideara una pócima para prevenir el embarazo realmente efectiva, no era que no se alegraran con cada nuevo bebe pero ya era suficiente. Hasta para los Cambiaformas del pueblo no era novedad, veían normal cada vez que había un comunicado diciendo que Genos había quedado otra vez embarazado. Si, ya era suficiente.

 

CONTINUARA…

Notas finales:

Tuvieron 8! 8 niños! Les dije que los llenaria de hijos! ¿Les gusto? Espero que si, ya saben que hacer si quieren el ultimo capi!

Nos vemos xD!


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