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Mi amor en la mafia por Anako_Chan

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Notas del capitulo: ¿ Se habrá decidido Derian a entregarse por completo a Keith? ¿Se habrá arrepentido? Lean y averiguenlo. No se olviden que espero sus comenterios
Cáp. XII
Casi perfecto (2ª Parte)

¿Será correcto? Seguía preguntándose Derian con la vista clavada en la hermosa puerta de caoba, ese único y estorboso obstáculo que le separaba de sus deseos.

Pasaron así unos cuantos minutos; los cuales al joven le parecieron una eternidad, sentía que el corazón quería salírsele del pecho, tenía la boca completamente reseca y la punzada en su vientre no hacía más que agudizarse. Tenía mucho miedo de ese sentimiento tan fuerte que lo había obligado a abandonar su habitación y a buscar la compañía de su guardia.

_Finalmente es solo un vulgar empleado. Suspiró con desaliento, resignado a regresar a su alcoba.

Sin embargo antes que pudiera darse la vuelta la puerta se abrió sorpresivamente

_ Ah Derian eras tú. Exclamó con alivio el de ojos verdes. _ Es que escuché un ruido y pensé que… Espera un segundo. Se interrumpió _ ¿Que haces TÚ aquí?

_ Y-yo e-este… Respondió con patente nerviosismo agachando el rostro para que el mayor no pudiera ver el rubor en sus mejillas _ y-yo solo…

_ ¿Deseabas verme? Completó el otro con socarronería

_ ¡No idiota! Dijo el menor avergonzado _ Yo, yo… Sólo vine a…

_ ¿A que?

_ Vine a ver si… ¡Si tenías suficientes mantas! Si, Es que está haciendo demasiado frió Se excusó

_ ¿Mantas? ¿Frío? ¿De cuando acá el niño mimado se preocupaba por alguien que no fuera él? *Vaya excusa más boba* pensó Andri, quien adivinaba perfectamente las verdaderas intenciones del ojiazul _ No, no tengo frío pero ¿Qué hay de ti? Indagó con su natural coquetería

_ B-bueno, si no las necesitas me voy. Resolvió el menor a la vez que se daba apresuradamente la vuelta.

_ Derian… Llamó en voz baja el moreno a la vez que sujetaba con fuerza de un brazo al menor.

_ …

_ ¿Por qué no te quedas?

_ Y-yo m- me voy a dormir. Respondió tímidamente el ojiazul, con el rostro encendido y tratando de librarse.

Sin embargo el mayor lo atrajo enérgicamente hacia su cuerpo quedando ambos dentro de la habitación cuya puerta fue asegurada por el guardia.


Keith levantó con sutileza la cara de Derian quien trataba de ocultarla en su pecho: Se veía realmente hermoso, con sus preciosas mejillas teñidas de color carmesí, y la azulina mirada que rehuía con timidez la suya

_ Me gustas tanto cuando te pones así. Dijo el ojiverde robándole un largo beso al menor quien pugnaba por zafarse de la embarazosa situación en la que se encontraba.

_ ¡Suéltame ya! Exigió el menor cuando su boca se encontró por fin desocupada _ Yo no he venido para buscarte a ti. Yo solo…

Keith acalló las quejas del chiquillo con dulces y tibios besos que de inmediato provocaron una fuerte reacción en el más joven, quien dócilmente fue cediendo ante las caricias del moreno el cual se percató de ello, cuando los húmedos labios de Derian comenzaron también a buscar con ansia los suyos.

_ K- Keith. Suspiró el menor en el preciso instante en que el aludido comenzaba a apoderarse de sus suaves y sonrosados pezones aún por debajo de su pijama negra de satín.

Poco a poco el de ojos verdes fue deshaciéndose de la camisa de su pequeño, quien se estremecía con el sutil contacto que hacían las yemas de los dedos de Andri al desabotonarle la prenda.

El mayor contempló la virginal inocencia que irradiaba Derian, quién no podía ocultar su vergüenza mientras con manos trémulas tiraba de la camiseta blanca del guardia descubriendo así el negro escorpión que estaba tatuado en su pecho. Fue entonces que el mayor ya no pudo esperar más y lo condujo en sus brazos hasta la cama, depositándolo en ella con suavidad.

El de ojos azules sintió como el cuerpo bronceado y perfecto de Andri se posó sobre el suyo, atacando de inmediato su cuello con sutiles besos y ligeros mordiscos que de vez en vez arrancaban dulces quejidos al menor quien cerró los ojos disfrutando de las hábiles caricias que le prodigaba el moreno. …ste último tras un breve lapso desató el cordón que sujetaba el pantalón del chiquillo con soltura y se deshizo de él y a su vez de los bóxers verde claro que se encontraban debajo, dejando complétamele desnudo el delicado cuerpo de Derian.

Keith aspiraba con deleite la todavía infantil esencia de el menor; Una exquisita calidez que emanaba el perfume de las fresas combinada con la fragancia natural de su piel. Era un momento único, maravilloso que ambos jóvenes disfrutaban plenamente, sin prisas.

Andri detuvo un instante los mimos que tenían al ojiazul al borde del éxtasis; se incorporó lentamente y buscó la botonadura de la parte inferior de su pijama, cuando se encontró con la mirada azul que seguía sus movimientos con evidente deseo.

_ Hazlo tú. Invitó con una sugestiva sonrisa, acercándose para que el chico le despojara de las prendas que aún lo cubrían.

Derian no podía controlar el temblor de sus manos, con bastante pena se dedicó a desabrochar y retirar el pantalón del cuerpo de Keith, notando aún bajo su ropa interior una prominente erección. Que tras un segundo se dispuso a liberar con torpeza, cosa que al escolta le pereció absolutamente adorable.

Andri se dejó caer con suavidad sobre el ojiazul, a tiempo que deslizaba sus dedos delicadamente por sus costados, recorriendo también sus blancos muslos y por último deteniéndose a acariciar el hueco que se formaba entre sus piernas. Estímulo ante el cual el menor soltó un profundo gemido aferrándose con fuerza a la bronceada espalda de su amante quien había ya comenzado a masturbarlo con suma maestría. Provocando de esta forma el primer orgasmo del chiquillo, quién acabó por verter su semilla sobre su propio vientre.

El de ojos verdes impregnó sus dedos de la tibia sustancia blanca llevándoselos con inmensa sensualidad a la boca, lo cual volvió a hacer reaccionar el cuerpo del más joven. Acto seguido el mayor tomó entre sus fuertes brazos y lo ayudó a levantarse, había llegado el momento culminante, y ambos lo sabían muy bien.

_ ¿Estas listo? Susurró Keith al oído del menor, quien aunque un poco asustado asintió brevemente mientras el mayor lo acomodaba de espaldas a él, sentándolo sobre sus firmes muslos.

Derian acariciaba la nuca del moreno, quizás era su enorme temor lo que le hacía aferrarse a ella con frenesí, el guardia por su parte pellizcaba suavemente los pequeños montes rosados en el pecho del joven, quien dejaba escapar tiernos quejidos de placer.

Un poco más tarde y ayudado un poco por el líquido preseminal Andri comenzó a invadir lentamente la estrechísima entrada del chiquillo quien no puedo evitar derramar unas cuantas lágrimas y proferir un intenso gemido ante el dolor tan agudo que se mezclaba también con una sensación bastante placentera.

El ojiverde se detuvo por un instante al notar las gruesas gotas de agua que resbalaban por el rostro del menor, comenzó entonces a besarle tiernamente la espalda y a revolver su negro y hermoso cabello, haciendo que mientras tanto el de ojos azules se relajara acostumbrándose así a la profunda intromisión.

Sintiéndose un poco más cómodo el joven Ferretti comenzó a moverse despacio pero cadenciosamente, indicándole así a su compañero que podía continuar.

Al instante el de piel morena quien besaba dulcemente el hombro del menor tomó entre sus manos el excitado miembro del chico mientras dejaba entrar y salir el suyo propio de aquél cálido interior.

Derian fue el primero en llegar al clímax derramando su pasión sobre las manos de Keith, quien no tardó igualmente en desbordarse dentro de las entrañas de su frágil amante.


Los dos muchachos se tendieron jadeantes sobre la cama para recuperar el aliento, el mas joven dio la espalda a Andri; Sentía vergüenza de lo que había pasado entre los dos, y temía que al final además de todo el guardia acabara tratándolo con la rudeza de siempre.

_ ¿Derian? Llamó suavemente el moreno _ ¿Estas bien? ¿Te he hecho daño? Preguntó con inmensa dulzura

El de mirada de cielo no contestó, las lágrimas habían vuelto a brotar de sus preciosos ojos. Tenía muchas dudas, y aunque no podía negar que había sido la mejor noche de su vida, la confusión era aún mayor. *¿Me amará en realidad?* se preguntó estrujando la sábana blanca

_ ¿Derian? Insistió el otro levantándose un poco para mirar el rostro del que yacía a su lado _ ¿Estas llorando? ¿Acaso ha estado tan mal? Indagó preocupado al ver la extraña reacción del chico.

Por fin el interrogado se volvió para encarar al centinela: Aquella era una mirada llena de incertidumbre. Comprendiendo todo el ojiverde abrazó fuertemente a su pequeño

_ Te amo. Aseguró.

_ Yo también te amo. Musitó el menor depositando un casto beso en los labios de Andri.

Derian por fin se sentía completamente feliz, su día por fin había sido perfecto, sería siempre una fecha memorable para él

Los azules ojos se cerraron vencidos por el sueño y el cansancio de tan agitada noche. Mientras que las verdes orbes permanecían vigilando el sueño del chiquillo. Keith sabía que no podría dormir esa noche, sin embargo no le importaba en lo absoluto. También el se sentía contento, por fin se había unido al ser que más amaba en el mundo.

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