Cáp. XII
Mala suerte
La mañana del martes sorprendía a dos jóvenes amantes que yacían entrelazados en un profundo abrazo, El sol que entraba anémicamente por la ventana lastimó los ojos azules que comenzaban a abrirse perezosamente. Derian se incorporó suavemente, se dio vuelta y encontró al lado suyo a Keith quien parecía haber conciliado el sueño quizás hacía apenas un par de horas.
_ ¿Qué hora es? Se preguntó el menor con preocupación mientras con la mirada buscaba el reloj de pared en la habitación. _ ¡Maldición ya pasan de las siete y media!
El que dormía a su lado no parecía que fuera a despertarse muy pronto así que el preocupado chico no tuvo otra opción que despertarle bruscamente.
_ ¡Despierta Keith! ¡Es tardísimo! Exclamó a tiempo que agitaba bruscamente a su compañero quien tras un largo rato por fin abrió los ojos
_ ¿Qué? ¿Quién? Preguntó algo aturdido aún _ Ah Derian, pequeño, sigues aquí. Exclamó con ternura mientras atraía el frágil cuerpo hacia el suyo con excesiva efusividad.
_ ¡Es muy tarde! ¡No llegaré a la escuela! ¡Levántate! Apresuraba intentando zafarse del afectuoso abrazo
_ ¿Qué te parece si te quedas hoy aquí conmigo? Sugirió el moreno con tono sugerente mientras volvía a recostar al chiquillo en la cama. _ Incluso podemos repetir lo de anoche…
_ ¿Eres retrasado o qué? ¡No puedo faltar a mi segundo día de clases! ¡Levántate y enciende el auto holgazán! Exigió el menor con su acostumbrada insolencia logrando soltarse para recoger con atolondrados movimientos su pijama del piso para vestirse.
_ ¿Bueno… y no te piensas dar un baño? Inquirió el mayor en tanto se vestía
_ ¿Baño? ¡No hay tiempo de eso! ¡Estoy listo! Exclamó mientras se alisaba un poco el cabello con las manos
_ ¬¬ ¿En serio no prefieres darte un baño? ¿O al menos cambiarte la pijama? Preguntó el de ojos verdes señalando la ropa de dormir que aún traía puesta el menor
_ Mhhh… Pensó tras echarse un vistazo _ ¡Ah si! Me cambiaré en el camino! ¡Vámonos! Solo pasaré por algo de ropa limpia a mi habitación, espérame en el auto.
Andri obedeció la orden, aún tenía sueño, sin embargo encendió el vehículo y esperó a que Derian bajara para irse. …ste último tomó con suma dificultad su enorme montón de material de dibujo, su lienzo y su portafolio, sin percatarse que éste se encontraba abierto…
El de ojos azules sin darse cuenta había dejado un reguero de cosas tras su vertiginosa carrera, entre ellas su credencial, la cual lo acreditaba como estudiante el la academia de arte y un libro pequeño y delgado; en cuya blanca portada podía leerse “Teoría del dibujo I”
_ Vámonos ya. Propuso el chico tras acomodarse en el asiento trasero y al momento en que comenzaba a desabotonarse la negra pijama para proceder a cambiarse de ropa.
Andri se extasió un segundo mirando por el retrovisor aquél espectáculo y recordando la noche anterior, sin embargo un grito lo hizo abandonar repentinamente su embelesamiento.
_ ¡Date prisa! ¿Qué estas mirando Idiota? ordenó sonrojado el joven quien seguía vistiéndose Si te apresuras tal vez llegue a tiempo para mi tercera clase.
El conductor asintió y puso en marcha la unidad, alejándose instantáneamente de la mansión.
Tras de ellos alguien se inclinaba a recoger los objetos que habían escapado del portafolio de Derian: Se trataba de Rafaello Moretti, quien puso especial atención en la credencial de estudiante del muchacho; La miró largo rato y después de un segundo una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios, guardó la tarjeta en su bolsillo y se dedicó a dar su acostumbrado rondín mañanero.
Al llegar al instituto Derian se bajó del auto, Tomó sus cosas y entonces descubrió que su cartera se hallaba casi vacía
_ ¡Maldita sea ¡ Vociferó con enfado lamentando su mala suerte mientras el mayor se dirigía hacia él _ ¡Se ha vaciado todo!
Keith lo observó en silencio un instante
_ ¿Qué puedo hacer por ti? Preguntó tratando de ahogar una risita que pugnaba por escapar de sus labios.
_ ¡Nada! Tendré que comprar algo de material. Respondió con fastidio mientras azotaba la portezuela bruscamente_ Pero prefiero ir yo a conseguirlo. Advirtió temiendo que su guardia fuera a llevarle el material equivocado.
_ Si tú lo dices…
_ Puedes irte ya, pero no te olvides de pasar por mí a las tres en punto, indicó el chiquillo
_ ¿Te vas a ir así nada más? Preguntó el otro tomando con fuerza una de las muñecas del joven jalándolo contra su cuerpo.
_ Keith… aquí no… Murmuró bajo el menor con las mejillas encendidas.
_ ¿Por qué no? Insistió el otro _ Nadie nos mira
Exhalando un suspiro de desgano el ojiazul apenas rozó las comisuras del moreno quien golosamente succionó la boca del más joven atrapando sus suaves labios en un largo beso que fue interrumpido por Derian, quien apenado miró a su alrededor para cerciorarse que no habían sido vistos. A decir verdad aún no se acostumbraba a la idea de que su pareja fuera un chico. Cuando por fin se aseguró que no había ningún espectador volvió a besar fugazmente al de ojos verdes y se apresuró a adentrarse en el colegio.
*Vaya que es tímido* pensó Keith sonriendo mientras veía alejarse a su joven enamorado.
Trascurrido un breve instante bostezó estirándose con somnolencia y miró su reloj *Es buena hora para dormir* Se dijo y volvió al interior del vehículo acomodándose para tomar una merecida siesta.
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