Cáp. XV
¿!!!Apasionadísimo!!!?
Era hora del desayuno; En la mesa Keith y Derian estaban solos por última vez, era cuestión de horas para que los señores Ferretti arribaran a casa, y entonces…
_... ¿Entonces? Era la pregunta del ojiazul, cuya mirada desde hacía ya un buen rato se centraba fija en el plato de Hot cakes con miel que tenía en frente. _ ¿Cuándo ellos lleguen que va a suceder? ¿Crees que se den cuenta? Preguntaba inquieto triturando nerviosamente su comida con el tenedor.
La mirada verde se detuvo a contemplar la adorable escena: Derian a pesar de todo le seguía pareciendo un crío, le faltaba malicia, astucia y eso a él le sobraba.
_ Bueno… Resolvió Keith poniéndose serio _ Es cuestión de guardar un poco las apariencias. Explicó mientras se echaba un trozo de fruta a la boca. _Es como cuando te morías por mi y fingías que me odiabas ¿Comprendes? Es fácil, a ti te sale muy bien. Sonrío con socarronería.
_ ¡Yo NO moría por ti! ¡Eras TÚ quien se me insinuaba! Respondió el menor con el rostro enrojecido
_ Como digas… Contestó el guardia dándole por su lado al avergonzado muchacho a quien siempre hacía rabiar tanta soberbia.
_ ¿No confías en mi Derian? Indagó con una hipnotizadora sonrisa el moreno para tranquilizar al chiquillo.
_ No es eso. Explicó el segundo sin levantar la vista. _ Pero me da miedo que nos hayan visto o escuchado, tú sabes…
Andri lo miró y se rió con descaro.
_ A decir verdad, SI eres bastante ruidoso, no dudo que hayan escuchado tus gemidos, o cuando…
_ ¡Imbécil! ¡Baja la voz! Gritó el más joven molesto _ ¿Siempre tienes que ser tan patán?
El de ojos esmeralda se ocupó en disimular su sonrisa, y terminar su desayuno, mientras el más joven refunfuñaba una inmensa colección de insultos para su ordinario compañero quien siempre lo enfadaba de esa forma.
Tras concluir con sus alimentos ambos chicos se refugiaron en lo más recóndito del jardín, como ye se les había hecho costumbre. El mayor sorprendió al joven Ferretti por la espalda tomándolo tiernamente entre sus brazos.
_Derian, yo no dejaré que nada malo suceda, por que sabes muy bien que te amo ¿Verdad?
_ Yo también te amo. Declaró el chiquillo acariciando las manos de Keith. Por eso me preocupa tanto que papá se de cuenta de todo esto.
_Eso no va a pasar, confía en mí, NUNCA HARÍA NADA QUE TE PERJUDIQUE
Al oír esto el dueño de los ojos de cielo volvió la cara hacía su amante, su rostro denotaba una inmensa paz, como si aquellas palabras le devolvieran la confianza en un segundo.
Andri, quien no paraba de abrazarlo, buscó con los suyos los rosados labios del ojiazul, quien recibió el cálido beso con las mismas ansias de la primera vez, este beso se prolongó por un buen rato, acompañado de tiernas caricias entre los enamorados quienes prescindían incluso de la necesidad vital de respirar.
_ Es tarde Susurró el mayor al oído de Derian, tras interrumpir el dulce contacto.
_ P-pero yo quiero… Protestó el chiquillo con tristeza y bajando la mirada, haciendo un mohín encantador.
_ Sólo ve a mi habitación esta noche, procura no hacer ningún ruido. Indicó el escolta a su vez que acariciaba la oreja del menor con sus labios.
El joven heredero de los Ferretti asintió confiando completamente en la seguridad que le proporcionaba el de tez morena y se adelantó para recibir a sus padres quienes estaban a punto de llegar.
A su arribo los señores Ferretti fueron recibidos afectuosamente por todos los empleados, y por supuesto por su amadísimo hijo quién como de costumbre únicamente saludó respetuosamente y desapareció para enclaustrarse otra vez en su alcoba.
Keith entre tanto, podía sentir sobre sí la insoportable mirada de Rafaello, quien lo observaba triunfante, como quien ha ganado una batalla, ¿Pero a que se debería? Se preguntaba el más joven de los guardias. *Es imposible que nos hubiera descubierto en el jardín, ya que él esta a cargo de la puerta principal* pensaba para si el muchacho, quien ya se había puesto algo nervioso ante tan insistente acoso.
Tras retirarse toda la servidumbre a sus respectivos quehaceres Don Ferretti se dirigió con afecto a Keith.
_ Andri, mio carissimo ragazzo ¿Todo ha estado bien en mi ausencia? ¿No ha habido ningún conflicto?
_ No señor. Negó el interrogado respetuosamente. _ Todo ha marchado perfectamente
_ Eso me gusta mucho ragazzo, sabía que podía poner toda mi confianza en ti. Agregó el mayor con alegría. _ Y Derian, ¿Cómo ha estado mi Derian?
*Apasionadísimo* Pensó para sus adentros el guardia sin poder evitar recordar todos sus ardientes encuentros, sin embargo la insistente pregunta de Giusppe lo sacó de sus pensamientos bruscamente.
_ ¿Como ha estado mi hijo? ¿Andri?...!!!ANDRI!!!
_ ¡Apasionadísimo! Fue la primera palabra que se le vino a los labios después de todo. *¿Apasionadísimo? ¿Cómo has podido acabar diciendo eso grandísimo idiota?, “Apasionadísimo” no es una respuesta coherente* pensó avergonzado por su estupidez.
_ ¿Apasionadísimo? Cuestionó el mafioso creyendo haber entendido mal
_ ¡Si! Apasionadísimo con sus estudios. Enmendó el moreno aliviado de haber podido corregir su tontería. _ Parece muy feliz en la universidad.
_ ¡Ya veo! Me alegra mucho escuchar eso Keith, gran parte de su nueva actitud es gracias a ti. Afirmó el hombre satisfecho. _Estoy seguro que si sigues así vas a llegar muy lejos. Aseguró dándole unas palmaditas en el hombro, a la par que se retiraba a descansar tras su agitado viaje de negocios.
El torpe guardia salió a respirar algo de aire fresco, se había puesto muy nervioso y sentía como si el corazón se le fuera a salir así que por un largo rato se dedicó a reponerse del susto.
Mientras tanto alguien detenía a Giusppe Ferretti y a su mujer, antes que se adentraran en su habitación: Era ni más ni menos que Rafaello Moretti, quien respetuosamente se inclinó ante la pareja y dijo:
_Don Ferretti, es de suma urgencia que hable con usted y con su señora esposa.
El matrimonio se miró desconcertado ante tales palabras. Sin duda que algo tenía que estar mal para que el veterano escolta fuera con tanta premura a buscarlos.
_ ¿Qué pasa Rafaello? ¿Algo malo sucede? ¿Por qué no lo mencionaste en la sala? Interrogó el hombre con preocupación.
_ Señor, si me lo permite, preferiría que este asunto se tratara en su despacho. Es muy, MUY importante.
Tras un segundo de incertidumbre entre los Ferretti el trío se dirigió a la oficina principal del mafioso, donde estaba a punto de desatarse el caos.
Al llegar al lugar Claire miró impaciente al hombre que los había llamado con tanto misterio.
_ ¿Y bien Moretti? Indagó la mujer quien ya había tomado asiento_ ¿Podría decirnos de qué se trata todo esto?
En el rostro del empleado más antiguo de la familia se dibujó una diabólica sonrisa, Miro a la expectante pareja y se limitó a extender sobre el escritorio la credencial de Derian y el libro aquél que el chico había dejado caer cierta mañana.
_ Véanlo por ustedes mismos…
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