Cáp. XVII
Lirios blancos
El recorrido por el pasillo que conducía hacía el salón principal se hacía eterno, Ferretti caminaba con calma, sin desprenderse un segundo de su arma, parecía estar haciendo tiempo como para torturar un rato más al cabizbajo ojiverde que caminaba a su lado. Cuando por fin llegaron al lugar, Keith sintió que el temor lo invadía verdaderamente por primera vez en su vida: Frente a él se encontraban cinco de de sus colegas esperándolo para darle “Su merecido”.
Giusppe tomó a Andri por una muñeca, inmovilizándolo y derribándolo de un solo movimiento.
_ Pude haberte perdonado que me mintieras, llevando a Derian a su maldita escuela de arte, pero NUNCA te perdonaré que te hayas atrevido a deshonrarnos de esa manera ¡Hijo de puta! Reprochaba lleno de ira el mafioso, quien ordenó a sus guardias darle la paliza de su vida.
El de ojos verdes no hizo muchos esfuerzos por defenderse, sabía que de algún modo merecía aquel castigo, ya que había mordido la mano de quien le daba de comer, sin embargo no se encontraba arrepentido, y el dolor era mínimo comparado a la preocupación que le causaba que su precioso niño fuera a sufrir también.
_ ¡No se te olvide quien es Giusppe Ferretti! Gruñía el hombre a tiempo que con infinita saña pisoteaba y machacaba los nudillos del torturado._ Voy a hacer que te arrepientas!!!Perro traidor!!!
Keith sólo dejaba escapar débiles quejidos de entre la ensangrentada boca, estaba seguro de su destino, y lo aceptaba sin protesta alguna, cerró los ojos y esperó quietamente que llegara la muerte. Si bien esta última no lo hacía precisamente feliz, ya lo había sido bastante en brazos de Derian y con eso tenía más de lo que podía pedir.
…ste último por cierto acababa de llegar corriendo al escuchar todo el alboroto, temeroso de que fuera demasiado tarde.
_ ¡No le hagas daño! Suplicó entre sollozos _ ¡…l no tiene la culpa, la culpa la he tenido yo! Afirmaba a la vez que se aferraba al brazo de su enfurecido padre, quien lo envió al suelo de un empujón.
Aunque Ferretti era un hombre de corazón duro y frío su talón de Aquiles siempre había sido su único hijo, ante cuya desesperación y sufrimiento acabó por ceder.
_ Déjenlo vivo. Ordenó secamente. Acción ante la cual los hombres detuvieron la golpiza mirando atónitos la reacción de su jefe. Quien se volvió a mirar a su vástago intentando disimular su consternación.
_ ¿Por qué me has hecho esto Derian? ¿Por qué le has mentido a tu padre?
El menor quien se había arrastrado un poco para acercarse al adolorido cuerpo de Andri quien se hallaba semi inconsciente dirigió una entristecida mirada de dolor a su progenitor y confesó con la voz entrecortada:
_ Te he mentido por que siempre has sido un hombre cerrado e inflexible, un EGOISTA, que ignoraba mis sueños y mis aspiraciones, por que nunca te ha importado que yo sea feliz.
El mafioso permanecía en silencio, sin embargo en su mirada se dibujaba la interrogante principal ¿Por qué? ¿Por qué te has involucrado de ese modo con ese hombre? La enorme sensibilidad del ojiazul pudo percibir claramente la pregunta, y tomando aire para continuar expresó:
_ Keith ha sido bueno conmigo, siempre me ha protegido, y no solo eso, me ha dado su soporte y su amor. Se interrumpió para calmar sus lágrimas que se negaban a desaparecer y prosiguió:
_ LO AMO por que aún a sabiendas de que podía perder la vida si nos descubrías estuvo apoyándome, como tú NUNCA lo hiciste. Gritó tratando de ahogar sus sollozos mientras cariñosamente acariciaba el herido rostro de su amante, quien comenzaba a volver en si.
Don Ferretti asintió con una triste sonrisa, tratando de contener el llanto, se dio la vuelta y sugirió:
_ Derian, hijo… Suspiró. Si yo te permitiera cumplir tu sueño de ser artista, e incluso te enviara a la mejor academia del extranjero…
_...
_ ¿Tu renunciarías a ese infeliz vagabundo?
_ ¡NUNCA! Exclamó ofendido el chiquillo. _ ¡Nunca voy a renunciar a él! ¡No me importa si tengo que seguirlo al infierno!
El hombre, acostumbrado siempre a obtener lo que deseaba, se encontró absolutamente contrariado ante aquella respuesta. No había duda que el chiquillo estaba completamente enamorado de su guardia, pero el NO iba a perder en ese negocio, prefería morir antes que su hijo fuera el amante de un sujeto como Keith, NO, el le tenía que dar un nieto, tenía que administrar su fortuna. Pero ¿Y si se negaba como ahora?
_ ¡Entonces desde ahora no eres más mi hijo! ¡Lárgate a la calle con ese perro infeliz!
Derian ayudó a incorporarse a Keith, dispuesto a marcharse con él, incluso a costa de quedar desheredado, sin familia y aún más de renunciar a su ilusión de ser un dibujante reconocido, nada, nada de esto le importaba más que su amor por Andri, quien había escuchado todo aquello.
_ Vamos Keith. Dijo el menor, quien no parecía tener temor alguno. A la par que pasaba el brazo del moreno con dificultad sobre su espalda. _ Tenemos que irnos de aquí.
El de tez bronceada se sentía inmensamente feliz por aquella importante demostración de amor por parte de su chico, quien afrontaba por vez primera con valentía un momento tan duro como ese, sin embargo el amor del ojiverde también era infinitamente grande, y se dio cuenta que estando a su lado el chiquillo pasaría tiempos muy difíciles, a los que probablemente nunca podría acostumbrarse, además no podría perdonarse que su pequeño hiciera a un lado sus aspiraciones sólo por él, así que con todo el dolor de su alma, se sobrepuso y dijo:
_ Tu no iras a ningún lado Derian, soy yo el que se va.
Las azules orbes lo miraron con desconcierto ante tal declaración. Giusppe también se hallaba sorprendido.
_ P-pero Keith. Dijo el más joven con la voz quebrada. _ Yo me voy contigo, no quiero separarme de ti porque yo…
_ Ya te dije que yo me voy sólo, No quiero que vayas a ninguna parte conmigo ¿Entendiste? Expresó con un tono áspero y frío. Lo cual destrozó el corazón al pobre Derian, quien no alcanzaba a comprender el porqué de esa reacción. _ ¿No dijiste que me amabas? Musitó con inmensa tristeza, mientras que saladas gotas de agua se filtraban entre sus suaves labios.
Keith no podía negar aquello, indudablemente le amaba más que a nada, sin embargo se limitó a darse la vuelta para evadir la suplicante mirada azul, quien clamaba por una respuesta.
Incluso el imperturbable líder de la mafia quien presenciaba la desgarradora escena, había entendido aquel abnegado gesto de amor que el guardia daba como último regalo a su hijo. Y eso le gustaba, sin embargo, no podía perdonare una afrenta tan grande en contra de su familia, así que se acercó al moreno y le dijo casi al oído para evitar que Derian quien se encontraba sollozando de rodillas en el piso lo escuchara.
_ Toma este dinero y desaparece de su vida para siempre. A la vez que discretamente le ofrecía una buena cantidad de efectivo, la cual fue rechazada por Keith quien sólo pidió permiso para tomar las pocas pertenencias con las que había llegado.
_Sólo date prisa advirtió el mafioso.
Una vez en su habitación Andri le echó un último vistazo, como despidiéndose de los recuerdos que ésta le traía, aún se encontraba el lecho revuelto, en el que hacía apenas un par de horas se habían demostrado su amor tan profundamente, e incluso se podía percibir, aunque tal vez fuera un truco cruel de su imaginación, el afresado perfume de su pequeño. Cogió una pequeña bolsa con algo de ropa gastada, la bufanda gris de Maurice y se dirigió a la habitación del ojiazul que se encontraba abierta de par en par.
Una vez en la enorme habitación, Keith acarició delicadamente con sus dedos unos cuantos bocetos, incluido el último en que trabajaba el joven artista, un retrato de ambos en cuyo fondo se apreciaban los lirios blancos del jardín, Levantó el papel y lo observó con una profunda religiosidad, como si de una imagen sacra se tratase y lo guardó en su bolsa. *Será un bonito recuerdo* Pensó para si y se dispuso a salir.
Ya afuera el ex escolta pudo notar que el de ojos de cielo no conseguía reponerse, curiosamente Ferretti ya no estaba en la sala. Probablemente le habría regalado la oportunidad de despedirse, sin embargo Keith pasó de largo, siendo alcanzado por el lloroso chico quien volvió a suplicar.
_ No te vayas sin mí, no seas cruel, yo quiero irme contigo.
Cómo hubiera deseado el mayor contemplar su hermoso rostro por última vez, sin embargo sabía perfectamente que si lo hacía no podría abandonarle de esa forma, así que haciendo caso omiso de los ruegos apartó al muchacho y se dispuso a marcharse del lugar con el corazón destrozado.
Salió Keith de la mansión ni más ni menos con lo que había llegado, a excepción del precioso retrato, sin embargo sabía que tan dolorosa separación era únicamente por el bien de su niño, y que algún día tendría que entenderlo.
Tras perder de vista a su amado “Gato callejero” Derian corrió a cobijar su dolor en su alcoba, quería morirse, quería matarlo también, la tristeza le despedazaba el pecho y sentía que no podría sobrevivir así mucho tiempo.
Al llegar a su recamara el chico se arrojó sobre la suave cama, único refugio de sus lágrimas y ahí sobre sus cojines encontró una nota, una nota de despedida que Keith había escrito antes de irse:
“Derian:
Se que tal vez esto te cause tanto dolor como a mí, Sin embargo quiero que sepas que te amo, y que si he decidido dejarte ha sido sólo por que es lo mejor para ti, no abandones tu hermoso sueño, ahora que tu padre te da la oportunidad, incluso, y si tu corazón te lo permite todavía, hazlo también por mi ya que nada me haría más feliz que saber que por fin te convertiste en un artista famoso.
Espero que algún día lo entiendas y que puedas perdonarme. Mira que el destino es muy grande y quien sabe, tal vez algún día te vuelva a ver.
Con amor Keith”
¿Les gustó?, como verán hasta aquí llega mi historia, con todo mi amor para ustedes,sin embargo aquí viene la propuesta: Si no les pareció este cap, puedo continuarlo si así lo desean, será en la sección de originales tambien, pero ya no llevará el nombre de mi amor en la mafia, así que si quieren una secuela dejen sus comenterios, y con mucho gusto lo retomaré
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