Cáp. IV
Derian
_Supongo que no vendrá. Quedamos de vernos a las siete. Dijo Keith en voz alta y claramente perturbado mientras miraba su reloj; ya pasaban de las ocho y media de la mañana. Andri estaba furioso ¿Qué se creía ese Ferretti? ¿A qué estaba jugando? Ya demasiados problemas había tenido con el sentimental de Mauri la noche anterior como para que encima de todo el mafioso le saliera con que siempre no lo necesitaba.
Esperó unos quince minutos más y decidió marcharse, no sabía que iba a decirle a Maurice cuando éste lo viera regresar a casa.
Esto iba pensando cuando de repente vio venir el auto negro propiedad del mafioso.
El muchacho permaneció en su lugar, espero a que se aproximara el vehículo ya que no quería parecer muy ansioso, además se sentía aturdido y bastante desvelado a causa de su “Intensa noche” con Mauri
Cuando el vehículo se detuvo por fin la ventanilla trasera se bajó apareciendo ante sus ojos el líder de la mafia más peligrosa de toda Italia.
_Excusa la tardanza, tuve algo que hacer ¿Estas listo? preguntó Giusppe con su acostumbrada sonrisa
Keith solo asintió, y subió a la unidad azotando como de costumbre la puerta, Ferretti lo miraba complacido mientras el joven apoyó la cabeza en el asiento de piel a la vez que cerraba los ojos para descansar un poco en el camino, que duraría algo así como hora y media.
Al llegar a la mansión Ferretti, Andri se sentía atontado, sin embargo al recuperar la conciencia completamente tras su brevísimo sueño no pudo disimular su asombro, y no era para menos, aquel lugar parecía un palacio, y no tenía absolutamente nada que ver con el ghetto: Los jardines llenos de lirios blancos encerraban toda la belleza que en su vida El de tez morena jamás había visto junta. Las paredes de la casa eran todas de Mármol rosado y decoradas con un gusto exquisito. Keith aunque no con mucha seguridad alcanzó a contar con la vista unas dieciocho habitaciones, aquello era simplemente un edén.
_Hemos llegado. Exclamo Giusppe con alegría_ ¿Que te parece tu nuevo hogar? El señor sonrió satisfecho ya que a pesar de no tener respuesta la expresión en el rostro del muchacho denotaba un inmenso entusiasmo
Al entrar a la casa de inmediato el jefe dio la orden de que Andri fuera llevado a su nueva y confortable habitación, que ya se encontraba lista para recibirlo, incluso tenía a su disposición un aparato de televisión y una bañera enorme. Ordenó también que se le proporcionase algo de ropa nueva y todo aquello que necesitara para estar cómodo.
Keith se dio un baño y se puso un traje completamente negro que sería su uniforme de trabajo, al mirarse al espejo sonrío satisfecho, se veía muy bien así vestido.
Acompañado de una doncella que le invitó a compartir la mesa con la familia bajó las escaleras principales y en el comedor ya le esperaba Giusppe, su esposa, preciosa a pesar de sus cuarenta años. ¿Y donde está el niño? Se preguntó El nuevo escolta.
_ Andri, Muchacho ¿Qué te ha parecido tu habitación eh? ¿Te ha gustado?
_Moltto graccie Signore!, dijo inclinándose un poco cohibido
_! Te dije que era un buen mozo! Dijo Ferretti dirigiéndose a su mujer, quién sin levantarse de la mesa le ofreció una sonrisa tímida pero amable al chico_ Ella es Claire, mi bellísima esposa, Oh y aquel que viene bajando las escaleras es mi pequeño Derian
Al volver la cara para mirar al “Pequeño”, Keith se llevó tremenda sorpresa ya que en lugar del niño pequeño que esperaba ver aparecía ante sus ojos un muchacho como de unos diecinueve años, con una belleza extraordinariamente delicada, aquel joven tenía los ojos de un color azul intenso, la piel como porcelana blanca, y el cabello liso de un negro azabache que enmarcaba suavemente su rostro hasta la barbilla. Nunca había visto nada similar, ni los lirios del jardín habían llenado tanto el corazón del moreno con su belleza. Sin embargo en el precioso semblante del heredero del mafioso algo parecía no encajar, era esa expresión fría y amarga, que no iba muy acorde a su edad.
Cuando el muchacho llegó al comedor su padre se encargó con ceremonia de la presentación respectiva.
_Derian, él es Keith Andri, será tu compañía a partir de hoy, irá contigo a todas partes y cuidará de ti como si fuera yo mismo. Por favor, no lo veas como un guardaespaldas, míralo como un amigo.
Derian miró a su nuevo custodio con indiferencia, a lo que éste respondió con una sonrisa amable en su primer intento de ganarse su confianza, pero el par de hermosos ojos azules solo le devolvió una mirada retadora y a la vez de desagrado y se dispuso a tomar el sus alimentos.
En el transcurso del desayuno, Andri se olvidó del hambre que le paralizaba hacía un rato, ignorando por completo la exquisita comida que le habían servido, y es que no podía evitar contemplar a aquél bello ejemplar que tanto lo había perturbado desde el principio.
Por fin llegó la hora de quedarse a solas con el chiquillo, así que para romper el hielo Keith dijo
_Tienes una habitación enorme, eres un niño bastante afortunado. Dijo algo ruborizado en un esfuerzo por romper el hielo ya que el niño le causaba una sensación bastante rara que lo ponía de nervios y mirando a su alrededor para tratar de controlarse un poco.
_! Si te gusta quédatela pero déjame en paz! Replicó con furia, no quiero que me estés siguiendo a todos lados, y además no me gusta la manera en que me miras!!!
¿La manera en que me miras? Pensó en su interior Andri ¿acaso había sido tan obvio? ¿Qué habría querido decir el chico? ¿Se habría dado cuenta de su atracción por él?
_B-bueno, respondió Keith bastante más turbado que antes y poniéndose todavía más rojo_ Yo, yo solo hago mi trabajo.
_Pues ten mucho cuidado, no suelo ser tolerante con las personas que me disgustan y tú eres una de ellas. Advirtió el malcriado quitándolo de su camino y dirigiéndose a su escritorio que se encontraba frente al enorme ventanal que daba una vista impresionante al jardín.
Andri se quedó atónito, en verdad que era grosero el chiquillo. Unos instantes después se dio cuenta que algo mantenía bastante ocupado al crío, que había tomado un lápiz y una especie de cuaderno y quién de vez en vez dirigía su mirada hacia fuera.
El novato guardia se acerco sigiloso para no interrumpir a Derian en su actividad e irritarlo todavía más, se inclinó sobre el chico que no se había percatado de su cercanía y pudo ver entonces que el muchacho estaba haciendo un precioso dibujo, completamente a lápiz que representaba de modo casi magistral el panorama que estaba tras la ventana: Los lirios, la fuente, Todo cuanto tenía ante sus ojos.
_! Es muy bonito tu dibujo! ¡Se parece muchísimo a tu jardín! Dijo el moreno entusiasmado y con una voz tan fuerte que hizo dar un salto al artista quién volvió la cara para mirar al que había turbado su calma. Estaba indudablemente molesto así que tratando rápidamente de cubrir su dibujo se puso nuevamente de pié y trató de golpear sin éxito a Andri llevándolo a empujones fuera de su habitación.
_Me habías disgustado mucho antes Pero esto es demasiado ¡Sal de mi habitación maldito perro callejero! ¡No te confíes tanto de lo que dijo mi padre! ¡Nunca te veré como a un amigo, se muy bien de donde vienes! ¡Regresa a tu basurero! Exclamó el miembro más joven de los Ferretti dejando fuera a su torpe centinela quién se sentía realmente apenado por aquella situación.
Bajó confundido al jardín para respirar un poco de aire puro; Ya era medio día y la imagen de aquellos ojos azules no abandonaba su cabeza
_Así es Derian. Dijo una sutil voz femenina que le sobresaltó _ Debe usted de ser muy paciente con él.
Al voltear a mirar a quién emitía aquellas palabras Keith encontró con sorpresa la misma mirada azul sin embargo no eran los ojos de Derian se trataba ni más ni menos que de la Señora ferretti quién había escuchado todo aquél alboroto y había bajado a disculparse a nombre de su hijo.
_…l no esta muy acostumbrado a tratar con otras personas. Continuó la dama frotándose las manos con nerviosismo_ A decir verdad mi hijo nunca se ha sabido relacionar con otros muchachos, creo que es por que nunca ha asistido a una escuela normal, ya que por órdenes de su padre siempre ha recibido educación por parte de tutores particulares, El señor dice que es más seguro. Sin embargo dentro de poco va a entrar a la universidad de Roma ya que su padre quiere que sea un abogado y a decir verdad no sé si mi pequeño pueda aprender a relacionarse, creo que va a ser muy duro para él. Confesó la mujer con cierto dejo de tristeza.
En tanto Clair Ferretti hablaba, Andri la miraba sorprendido, en parte por el gran parecido que compartía con Derian, los mismos ojos, el negrísimo cabello y el cutis de azucena y en parte también por la increíble historia que la mujer le narraba con tanta emotividad.
_Por eso mi marido te eligió a ti muchacho _Explicó con ternura_ Tiene la esperanza de que si trata con un joven como tú antes de ir a la universidad aprenda con mayor facilidad a convivir con otros chicos de su misma edad.
_ ¿Me está pidiendo que me vuelva su amigo? Indagó con sorpresa el ojiverde preguntándose cómo sería posible que un “Perro callejero” como acababa de ser llamado pudiera haber sido elegido por un hombre tan rico y poderoso para hacerse amigo de su hijo, y más aún a cambio de dinero.
_Será parte de tu trabajo, además de proteger su vida _Respondió la madre de Derian _Se que no será fácil para ti ya que mi niño siempre vive en su mundo, aislado de todo, y que tiene muy mal humor, pero si te ganas su confianza y logras que antes de que las vacaciones terminen se vuelva un poco menos hostil podrás recibir el favor que desees por parte de mi marido, además de tu substanciosa paga.
_Entiendo muy bien señora, se hará como usted ordene. Contestó titubeante Andri quién empezaba a comprender a aquella familia que el parecer estaba acostumbrada a utilizar su inmenso poder para obtener cuanto deseara.
_Así lo espero Expresó Claire Ferretti, quien acarició su brazo con dulzura y regresó al interior de la casa.
“Es tan odioso que tienen que pagarle a la gente para soportarlo” se dijo divertido el iniciado guardaespaldas. Pensando en que sólo contaba con dos meses para ganarse la confianza del hermoso joven, sin embargo por primera vez en su vida Andri no pensaba en el dinero, si no en la posibilidad de acercarse más a Derian y ¿Quién sabe? pensó dejando volar su imaginación. “Tal vez en llegar a ser para él algo más…”
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