“Lo importante para las personas no va a cambiar aun con el tiempo
Por esta razón la gente aun sabiéndolo cae en el mismo error”
Kanon continuo su trayecto hasta que recordó que podía acortar algo de tiempo si cruzaba el parque, así que sin más cambio su destino, además de que hacía ya tanto tiempo que no cruzaba por ese parque más que nada porque el estudiar medicina realmente consumía todo su tiempo la verdad ya no recordaba la última vez que salió a tomar un descanso, tal vez era esa la razón por la que Saga le decía continuamente que si continua de esa manera colapsaría. En cuanto llego al parque no pudo evitar distraerse al ver que los cerezos estaban en todo su esplendor, vaya que en serio se tomara un largo descanso en cuanto pasara Cuidados del Infante entre este y otros pensamientos continuaron en su mente y no se dio cuenta que un chico igual de distraído que el se cruzó en su trayecto y en cuanto lo noto ya era muy tarde para esquivarlo por lo que intento frenar dando como resultado que ambos fueran a dar al suelo.
–Oye lo siento ¿no estas herido? –la voz del peliazul reflejaba preocupación pues sí que se habían dado un buen golpe, -Bueno al parecer estoy bien, pero sí que nos dimos un buen golpe jaja – Kanon sonrió, una vez que él le confirmo que nada le había sucedido y decidió observar un poco más al chico frente a él de alguna manera le parecía haberlo visto antes, pero al notar el uniforme de preparatoria descarto esa idea, él por lo menos seria 3 años menor por lo que no sería posible el haberlo conocido antes
–¿Nos hemos visto antes?- la pregunta del pelimorado lo hizo volver a la realidad –No lo creo, porque de ser así no olvidaría a alguien tan lindo como tú- le dedico una sonrisa coqueta haciendo que el chico se sonrojara –Pero bueno pasando a otro tema no es que me moleste estar en esta posición, ni nada me agrada como a cualquiera, pero estamos llamado mucho la atención por lo que ¿te importaría levantarte?
El escorpión se levantó casi como si tuviese un resorte y se disculpó con el peliazul, el cual sonrió más pronunciadamente ante la reacción tan tierna del otro se levantó sacudiéndose la ropa que antes era blanca, suspiro algo molesto definitivamente ya no llegaría a tiempo. En lo que Kanon pensaba que haría para no reprobar Milo se dedicó a observarlo más a detalle, se notaba que era estudiante de medicina puesto que estaba vestido en su totalidad de blanco además y si le quedaba alguna duda el escudo en la bata y el nombre le despejaban cualquier duda, siguió observando ahora su rostro sus facciones eran algo finas quizás era griego, sonrió para si eso sería una enorme casualidad ya que él también lo era.
Al llegar a sus ojos no puedo evitar sorprenderse dado que era la misma mirada que la de sus sueños claro que por el momento no reflejaban las mismas emociones. Por su parte Kanon comenzó a recoger sus cosas que estaban casi por todos lados hasta que llego a la cartulina que se encontraba algo arrugada y rota, se reprendió internamente por su descuido la intento abrir con cuidado confirmando que su exposición estaba arruinada cerro los ojos con frustración
–Bueno estaba fea antes de que la rompiéramos y eso –el intento del otro para animarlo no surtió un gran efecto, pero hizo que el semblante de Kanon se relajara. – ¿Se encontraba feo? ¿A qué te refieres niño?- El peli morado hizo un puchero y después señalo los dibujo antes de decir con algo de burla –Los dibujos o bueno el intento de estos no lo hacía lucir bien, no eres muy hábil en ese campo ¿verdad?
-No, para serte honesto soy un caso perdido en eso pero mi impresora se estropeo y era para hoy, y ah Mu va a matarme, oh diablos lo olvide, rayos Mu ammm donde está mi celular.
Lo busco en su mochila, en sus bolsillos pero nada y a los alrededores tampoco se encontraba –vaya que tienes mala suerte, lo más seguro es que voló cuando chocamos, pero si de algo te sirve puedes llamarlo desde el mío. Kanon sonrió y acepto la oferta del otro, le marco a Mu y le rogo a los dioses que se apiadaran de su alma, le tuvo que marcar varias veces pues Mu era bastante desconfiado y no contestaba si no conocía el número.
Y para su buena suerte las clases se había suspendido y su exposición seria al día siguiente, después del enorme regaño que le dio Mu se dio por finalizada la llamada, observo nuevamente la hora 11:00 am bueno lo mejor sería regresar a su casa. –Bueno me tengo que ir fue un placer amm… -Milo ese es mi nombre – le dedico una enorme sonrisa y le extendió la mano la cual el otro la estrecho –Kanon ese es el mío, bueno nos vemos otro día.
Soltó la mano del otro, tomo su bicicleta y se encamino en el sentido contrario, llego a su casa se cambió de ropa y comenzó a rehacer su exposición, cerca de una hora después comenzó a escuchar un tono muy curioso al inicio pensó que era su imaginación pero cuando este no paraba de sonar decidió buscar el origen recorrió la sala, cocina, comedor hasta que volvió a su habitación y reviso su bata y ahí estaba el celular que Milo muy amablemente le había prestado para hablarle a Mu.
-Rayos como es que no se lo devolví- definitivamente esto debía ser destino pero bueno en cuanto sonó un par de veces más y decidió contestar la llamada.
-Hola- dijo de manera algo apenada su cara relejaba algo de preocupación y si era algún amigo o familiar el que llamaba pero la voz al otro lado lo tranquilizo.
-Kanon que bueno ya me estaba cansando de marcar y no recibir respuesta- contesto alegre el pelimorado –Si perdona me lo traje sin querer amm ¿estas libre ahora? – el peliazul estaba en verdad apenado pero le alegraba en cierta manera que el otro no pensara mal de el al traerse su teléfono celular.
-Si tengo mucho tiempo dame tu dirección y yo voy para tu casa, supongo que estas tratando de arreglar el cartel que se estropeo en la mañana y es más fácil que yo vaya ¿no crees?
Sin más acepto le dio la dirección a Milo, después de un rato el pelimorado llegó, Kanon se disculpó varias veces, y se sorprendió de la habilidad que tenía Milo para dibujar dado que él no era muy apto para esto acepto algo dudoso la ayuda del más joven, pero ahora estaba realmente satisfecho con los resultados su trabajo había quedado realmente presentable, opto en lugar de hacer varias cartulinas el realizar un rotafolio con varios dibujos a su alrededor.
Después de finalizar su trabajo comieron un poco, platicaron por mucho tiempo de varias cosas y cerca de las 7 de la noche fue que Milo se retiró de la casa del mayor diciéndole que lo visitaría más seguido.
Vaya que su día había sido muy extraño pero de una manera muy placentera y eso era tan solo el comienzo de lo que los dioses tenían planeado para ambos.
“Bajo el árbol de cereza nos vamos a ver si volvemos a nacer,
Cuando llegue ese momento yo te juro que reiremos por siempre,
Una vida en la que ame y sienta amor pronto va a florecer
Ese deseo está danzando en mi corazón no se va a desvanecer