Sin parar de llorar y gritar fui a mi habitación patenado todo lo que me encontraba por mi camino.
Cuando llegue a mi sotano/habitación/jaula, me tiré boca abajo en la cama y aventé mi cara contra el colchón para callar mis gritos, a la vez que le daba puñetazos de rabia a este sin sentido. Finalmente me canse de dar puñetazos y solo me quede tumbado.
-Las cosas son así Jaeger.- reconocí la voz de aquel estúpido. Giré mi cabeza y ví su nada expresiva cara mirandome desde arriba.
-Vete.- le dije con asco mientras me sentaba en la cama frente a el.
-Pero tienes que entenderlo Eren. Ni yo soy bueno para tí ni tu para mí. Vamos a estar muy mal si seguimos así. Y no se porque te pones así, si en verdad me odias.- Fruncí el ceño, quedé callado por un momento, con eso me dejo planchado, no supe que decir.
-Y que hay de ti, Ackerman, que hay de ti y tus celos, si se supone que tu también me odias, ¿por qué el otro día tenías celos de Mikasa?
-Yo nunca dije eso.- frunció el ceño.
-¡Mentiroso de mierda!- me levanté y me tiré sobre el. Acabamos en el suelo, yo sentado en su abdomen y le fui a dar un puñetazo pero lo esquivó.
De repente yo quede debajo de el y se puso a darme puñetazos.
-Ad...admitelo de u...una vez, estúpido c...celoso.- dije entrecortado entre puñetazo y puñetazo y gruñidos.
-No tengo porque dar explicaciones a un mocoso. Si quieres entenderlo lo entiendes, si no te aguantas, pero no voy a volver a tener nada contigo. Fuimos, somos, y seremos nada ¿me oyes? que te quede bien claro, imbecil.- Me dijo, se levantó y me dio una patada en las costillas, para después salir de la habitación.
Me quedé sin habla. Respiraba profundamente tirado en el suelo. Fuimos, somos y seremos nada... En todo caso, enemigos. Mi peor y a la vez mayor enemigo. Imbecil. Esto no va a quedarse así. Es más que evidente que el en verdad me desea, diga lo que diga, pero si quiere que juege este juego, lo voy a jugar. No voy a dejar que haga conmigo lo que le de la gana. Voy a abrirle los ojos, eso desde luego.
Me quedé dormido en el mismo suelo, y me desperté temprano a la mañana siguiente. Hoy sería un día duro, ya que era de expedición. Todos estabamos ya sentados sobre el lomo de nuestros caballos, esperando a que las grandes puertas se abrieran. En las expediciones siempre permanecía junto a Levi, al fin y al cabo me tenía bajo custodia y no podía perderme de vista. Por el momento decidí ignorarle, ni mirarle.
-¡ADELANTE!- gritó el comandante Erwin cuando las puertas se abrieron. Todos nuestros caballos galopaban a toda prisa, el aire nos golpeaba en la cara y nuestros cabellos revoloteaban al son de su dirección. Agarré las riendas de mi caballo como nunca antes las agarré en mi vida.
A lo lejos vimos un gran titan como de unos 17 metros. En el cielo se contempló humo negro y todos se separarón. Apreté como nunca las piernas en el lomo del caballo, golpeé fuerte los estribos para que fuera a toda velocidad.
Nos separamos del resto y me quedé con el capitán, Mikasa y Jean. Levi iba el primero, y los tres lo seguíamos. Varios minutos después perdimos a aquel titán de vista pero inesperadamente el caballo de Mikasa se puso de manos y esta cayó para atras, dandose un fuerte golpe.
-¡Mikasa!- grité, tiré fuerte de las riendas del caballo hacía atras para que parase y dí un salto desde la silla de montar para ir corriendo hasta donde se encontraba tumbada. Me arrodillé hasta donde estaba y apoyé su cabeza en mis piernas.
-¡Mikasa! ¿Estás bien?
-Mmm... si no...no es nada.- me miro sonrojada y después evito mi mirada. Mire por un instante a Levi. Su ceño estaba fruncido, su mirada se posaba en mi y tenía sus puños apretados contra sus piernas. Le heché una sonrisa maliciosa y volví a atender a Mikasa.
-Espera, dejame ver tu espalda.
-N..no, no, no... estoy bien Eren.- me sonrió falsamente acompañada de un sonrojo.
-Vamos, no hay tiempo que perder.- iterrumpió Levi serió.
-Tan solo voy a mirar si tiene una herida y ya esta.- le contesté mientras la ayudé a sentarse y poco a poco fuí levantando su camisa. Rápidamente se tapo los pechos con sus manos para que no levantara de más su camisa. Jean la miraba con demasiado interés (¿salido? que va...).
-Uff, te has hecho una buena herida, espera.- Me quité una de las bandas que mi uniforme llevaba y la rodeé cuidadosamente el abdomen y espalda, haté bien la especie de vendaje, y aposta, dí un suave beso en la zona de la herida. Volví a bajrla la camisa y ví como Mikasa estaba roja como un tomate.
-Chicos, dejen eso para su tiempo libre, por favor.- dijo Jean guiñando un ojo.
-Estúpidos.- dijo Levi quien me miró a mi y a Mikasa con odio y giró su caballo hacía alante para que no pudiesemos ver su cara de enfado. Vaya, parece que el pequeño capitán vuelve con sus celos, voy a joderle bien.
Me pusé frente a Mikasa y la dí mis manos para ayudar a levantarse y en cuanto dió un pasó volvió a caerse.
-Vaya, parece que te has roto un tobillo.- dijé tocandome la nuca mientras las miraba en el suelo.
-Si...- dijo avergonzada mirando para otro lado.
-Tranquila.- la sonreí y la cogí con uno de mis brazos puestos en la parte de atras de sus muslos agarrandoles, y otro en su espalda. He de decir que pesaba como un muerto, pero no más que Levi... La subí por el lomo y la grupa de mi caballo y luego subí yo en la silla.
La puse sus manos en mi torso rodeando mi cintura para que me agarrara bien y se pegó completamente a mi espalda. Sonreí maliciosamente, Levi estaría hechando humo. Jean ató el caballo de Mikasa junto al suyo y seguimos con la expedición. Mi capitán se la pasó con el ceño fruncido, la mandibula apretada, y golpeando al caballo demasiado fuerte con los estribos, tanto que le hizo dos grandes heridas.
Dentro de las puertas, Erwin y el carro con los soldados fallecidos no se dirigían hacia el castillo, se me hizo muy raro ir por otro camino.
-Capitán, ¿por qué no nos dirigimos hacía el castillo?- le pregunté con Mikasa aún atras de mí.
-Tss, cuando llegues lo entenderás.-dijo sin nisiquiera mirarme, muy serio. Llegamos a un cierto refugio rodeado de un enorme campo de entrenamiento para maniobras 3d, me quedé alucinado de la cantidad de cosas que había y la amplitud de este. El comandante Erwin Smith bajo del caballo y se puso frente a todos nosotros.
-He de felicitar vuestro trabajo en esta expedición, a la vez que lamento la perdida de nuestros compañeros, que han fallecido en vano. Vamos a habitar durante una semana en este cuartel, es especial para que trabajeis con vuestras maniobras 3d, espero que entrenen duro. En cuanto a la convivencia... Hay tan solo ocho baños, cuatro seran usado por las chicas y los otros cuatro por chicos, y las habitaciones también son la mitad, por tanto ahora diremos el compañero de habitación que os hemos asignado, chicos y chicas por separado...- comenzó a decir las personas que compartirian habitación.
-... Eren Jaeger con el capitán Levi Ackerman.- nos nombró el comandante. Mierda. De todos los chicos que hay en la legión de reconocimiento tenían que asignarme a él.
-¿Uh? ¿Qué pasa?- dijo Levi distraido al oir su nombre.
-Jaeger será tu compañero de habitación, capitán.- le dijo el comandante Erwin.
-¡Smith! dijiste que Hanji, tu y yo tendríamos habitaciones para nosotros solos!- gritó enfadado mientras se bajaba del caballo para acercarse a él.
-No hay suficientes habitaciones, Ackerman.- le dijo en un tono serio. El capitán cerró la boca y enfadado volvió hacía donde estaba su caballo
-¡Bien! Dejen sus respectivos caballos en los establos que se encuentran detras del cartel y vayan a sus respectivas habitaciones, tienen sus apellidos puestos en las puertas, en dos horas vayan todos a cenar.- terminó por decir Erwin. Fui a dejar al caballo al establo, me quedé el último en la fila para dejar el caballo.
Cuando por fin pude entrar a dejarle, cogí a Mikasa, iba a llevarla a su habitación.
-Eren...- dijo justo antes de que entrara al cuartel y paré.
-¿Si?- pregunté, y ella empezó a agarrarme del cuello.
-Tengo que decirte algo...- me dijo y apoyó su cabeza en mi pecho, y sin quitarla de ahí, levantó su cabeza para mirarme.
-¡JAEGER, AYUDAME AHORA A LIMPIAR LA HABITACIÓN!- gritó Levi desde la ventana.
-¡YA VOY!- grité. Suspiré y lleve a Mikasa a su habitación, que compartía con Christina. Fui a la habitación. Levi no compartió mirada conmigo. A su lado había apoyada en una pared una escoba.
A propósito pase mi mano suavemente por sus cuello para cogerla. Giró su cabeza para mirarme y volvió a lo que estaba haciendo. Barrí la habitación mientras de vez en cuando volteaba a mirarlo.
Cuando terminé fui a coger un cubo que ya tenía agua sucia, y esta vez sin querer, se me callo encima.
-Mierda... ¡Joder!- me quejé y tiré el cubo que ahora estaba vacío. La ropa se me pego al cuerpo por el agua.
-Cambiate ahora mismo, puto imbecil, antes de que manches más cosas.- dijo mientras limpiaba el suelo que acababa de manchar.
-No quiero.- me volteé para verle la cara, levante una de mis cejas, y el me miró furioso con el ceño fruncido.
-Me da igual que quieras mocoso, te digo que te cambies.
-Las cosas son así, Ackerman.- Imité lo que la noche anterior me dijo.
-Imbecil... me vas a hacer quitarte la ropa.
-No tiene porque...me acerqué a el y puse mi boca al lado de su oreja y le susurré. -...si quieres, llamo a Mikasa para que me la quite ella...- y le acaricié la oreja con uno de mis dedos.
Noté como tragó saliva y apretó los puños.
-Haz... lo que quieras.- dijo de brazos cruzados mirando hacia otro lado. -pero cambiate.
Empecé a quitarme la camisa frente a el, después las botas y luego los pantalones, hasta que quede en ropa interior frente a el. Pude ver como sus mejillas tornaron algo de color rosado y volvió a hacer sus tareas Una tristeza inhundó mi cuerpo, sin saber porque.
Me puse una camisa y pantalones limpios y fui al comedor, era la hora de la cena. Mikasa estuvo todo el rato mirandome y sonriendo, me puso un tanto nervioso.
Cuando terminamos todos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Entre y ví a mi capitán en ropa interior, me ruboricé por un momento. Cerré la puerta detras de mi y me quité la ropa quedando también en ropa interior.
-Quiero esta cama.- dije, elegí la más cercana a la venta.
-Pues losiento mucho, pero es la mía.- dijo acercandose y sentandose en ellas cruzando los brazos, y mirandome con su inexpresión. Me quedé callado por un momento. Me sonrojé al recordar que el hijo de puta que tengo en frente estaba en ropa interior, mierda, yo también lo estoy, debería tener cuidado, no quiero que nada sobresalga más de lo normal...
Reaccioné y lo cogí del brazo, lo tiré hacia mí para que se levantara y se quedo de pie.
-Que es mi cama.
-Soy tu capitán, yo decido.
-Estúpido, tu eres mi capitán cuando quieres...
-Mocoso imbécil...- se tiró encima de mí y yo caí en la cama. Empezó a abofetearme y darme puñetazos.
-Pe...pegame, pero n...no va a de...dejar de ser verdad.- dije entre golpe y golpe y le agarré de las muñecas. Giré para estar yo sobre el y caimos al suelo.
Acerque mi boca mas a la suya, pude ver como entrecerró los ojos y la entreabrió la boca.
-Entonces... ¿y si voy a dormir a la cama de Mikasa?- le susurré muy cerca de mis labios. Indignado, se sonrojó y me miró asqueado, quitandose debajo de mi.
-Fuimos, somos y seremos nada, Ackerman... pero caeras en mi trampa.- dije mientras me tumbaba en la cama que desde el principio había elegido.
-Eso habrá que verlo, Jaeger.- me contestó.
-Te odio, nunca lo olvides, imbecil.- dije mientras me giraba dandole la espalda.
-Yo a ti más, estúpido.- dijo y el silencio habitaba en la sala.
Caeras en mi trampa Ackerman, estupido enano, vas a estar a mis pies...