Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Espiral de Mentiras por Silvia_Riffie

[Reviews - 124]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

De pronto una actualización salvaje aparece... jajajaj 


Volví wiii... Espero que le guste el capítulo, no me canso de decirlo agradezco infinitamente todo el apoyo que me dan, muchas gracias.

 

Naruto no podía concebir lo que estaba viendo, es qué acaso algunas personas no se auto respetaban lo suficiente, o no sabían sobre lo que era la dignidad.

Además de que tanto Karin Uzumaki, su prima, como Sakura Haruno, a quién no conocía muy bien, solo la vio una vez y realmente fue desafortunado intercambio de palabras. Frente a él estaban ambas exigiendo ver a su “amado” Sasuke-Kun, y peleándose entre ellas.

Debía ser cansador vivir peleando y llamando la atención de aquella manera, esas chicas eran muy apasionadas en su amor por Sasuke, eso tenía que concedérselos, pero él también era muy apasionado, amaba a su hombre y no se iba dejar amedrentar por unas chicas aniñadas, sería menor que ellas pero sabía muy bien que Sasuke era solamente suyo, y él, Naruto, descubrió tener una vena muy posesiva.

- Sasuke no quiere verlas, necesita paz y tranquilidad – Insistió hablando una octava más fuerte, para hacerse escuchar por las chicas – Además ustedes no tienen conexión con él – Puntualizó.

- Qué – Sakura exclamó indignada – Cómo que no tengo conexión, soy su amiga, fui su novia mientras estuvo en Inglaterra – Señalo con voz pomposa, poniendo énfasis en su relación para con el Uchiha.

- Si no recuerdo mal, ya hablamos sobre aquello – Naruto se cruzo de brazos – No hay más relación entre ustedes, no eres su amiga, solo fuiste una amante, ya no más. Quiérete un poquito más y vete de aquí – Dijo con voz firme y autoritaria. No quería a esa mujer ahí, menos que le refregara en la cara que se había acostado con su novio.

Karin ni siquiera intento reprimir su risa, era divertido ver cómo su maldito primo ponía en su lugar a Sakura – Ya escuchaste frentona, vete de aquí –

- Karin – Naruto no quería llevarse mal con Karin, pero sabía que era una Drama Queen peligrosa, todos se lo habían dicho incluso por su tío Nagato, quién le confió que lamentaba profundamente la actitud de la chica.

- Felicitaciones por tu embarazo – Dijo la pelirroja, queriendo asestar un golpe a Sakura.

- Qué – La Haruno casi se cayó ante lo dicho por Karin, quiso gritar en el acto, eso debía ser una estúpida broma.

- Mi qué – Naruto sintió que su rostro se desfiguraba de sorpresa, sin dar crédito a lo que sus oídos habían escuchado.

- Tú embarazo, os vi en una tienda para bebés, estaban todos cuchi cuchi comprando cositas para su bebé, Sasuke y tú tenían una cara de babosos – Su voz sonaba despectiva e irritada.

- Supongo que tuviste un ataque de colón cuando nos viste – Comentó divertido el rubio, comenzando a reír entretenido – Pudiste entrar a saludarnos, y preguntar, no creo que te falte personalidad para eso – Señaló – No estoy esperando un bebé, estábamos comprando un regalo –

- Oh – Se rió Sakura – Pensé que Sasuke ya te había desflorado, quizás no eres de su gusto – Quería quitarle esa estúpida sonrisa que tenía el rubio, necesitaba hacerlo sentir mal, quitarle esa felicidad de estar con Sasuke. Solo ella podía ser feliz con ese guapo hombre.

Karin prefirió guardar silencio, era obvio que Sakura quería hacer alusión a la relación sexual que tuvo con el Uchiha, y como eso era algo de lo cual lamentablemente era una realidad, podía presumir de aquello. La odiaba y la envidiaba por haber estado todos esos meses en brazos del amor de su vida. Así que prefirió que esa batalla la jugase sola la chica de ojos verdes, y ella quedarse al margen un momento siendo solo una espectadora de la riña.

- Déjame adivinar, piensas que con Sasuke no hemos tenido relaciones, y eso se debo a que él no puede olvidarte, o quizás crees que no puedo satisfacer sus necesidades ¿cierto? – Naruto bajó los brazos y los colocó en su cintura – veo por tu expresión, que sí lo piensas –

- Lo creo, Sasuke es un hombre con gran deseo carnal, te devora en la cama, creo que es porque no gusta de ti –

- Pobre muchacha ilusa – Naruto movió la cabeza divertido – Piensa que todo se trata de sexo, es delicioso, qué es mejor que un orgasmo ¿verdad? Estás equivocada hay algo mucho mejor y eso es tener alguien que te complemente cada día de tu vida. Amo a Sasuke y él a mí, es más que suficiente, además el sexo con amor es más rico… ahora váyanse – Sin aguantar más gritos entró a la habitación de Sasuke cerrando la puerta. No antes de hacerle señales a los de seguridad que las sacara de ahí.

- Que carita te cargas Dobe –  Sasuke bajó su móvil, en el cual mantenía una conversación con su hermano, trataba de obviar el hecho que su novio tuvo que lidiar con ese par de acosadoras.

- Es tu culpa Teme lujurioso – El rubio inflo los mofletes visiblemente molesto – Por qué debo aguantar gratuitamente el acoso de tus admiradoras, soportar que se jacten que se acostaron contigo –

- Lo siento – Sasuke miró a su novio, realmente arrepentido de ponerlo en tal situación, y Naruto enojado tampoco era algo muy divertido de ver, podía llegar a dar miedo furioso.

- Lo sé, no es que pueda sentir celos de algo que hiciste antes de conocerme, pero lo siento, odio que esa chica de pelo rosa siempre me lo refriegue en el rostro-dattebayo –  Se quejó molesto por sentirse celoso por algo que pasó antes de ser pareja.

Sasuke prefirió el silencio, aunque no debía se sentía culpable, de haber tenido una aventura con Sakura, sobre todo cuando ella lo usaba de una manera de apocar a su pareja. Aceptaba que con su ruin y mal sano carácter si alguien le dijera que es el o la ex de Naruto con quien tuvo un amorío en el pasado, lo mataba, así de simple.

- Ven – El Uchiha tanteo la cama para que su zorrito lindo se acostara a su lado. Naruto aún haciendo pucheros fue a su lado.

- No pienses que lo voy a olvidar, y la próxima vez es tu responsabilidad de ponerla en su lugar – Advirtió, dándole una mirada feroz, que decía claramente que no era un juego.

- Lo haré amor, déjame estar sano primero –

- Más te vale – Naruto se acercó a besarlo con dulzura – Entiendo que eres un guapetón irresistible – Dijo en tono coqueto – Pero ahora eres mi guapetón irresistible y como tal, no dejaré que nadie se te acerque –

- Y qué le harás – Sasuke sonrió  antes de volver a besar a su amado – Qué hará con esas pobres almas mi zorrito –

- A ellos nada, a ti sí –

- Por qué si no tengo la culpa –

- No, pero tú mera presencia las trastorna, así que lo mejor sería secuestrarte lejos de esas mujeres con sus miradas llenas de deseo, tenerte solito para mí –

- Dobe, sabes que solo soy tuyo, te amo Naruto –

- Yo te amo más Sasuke – Lo abrazó con todo el amor que sentía por Sasuke, poder sentir su aroma, su calor, su cuerpo.

Sasuke llevaba casi dos semanas internado, y pronto le darían el alta, estaba ansioso por ello, quería salir luego de ese maldito hospital.

Naruto casi había tenido un patatús cuando se informó a la familia del accidente de tráfico provocado por Shisui, para secuestrar a Itachi.

Los hermanos habían salido de compras, y también para tener un tiempo para ellos, desde el momento en que Sasuke llegó, ninguno tuvo mucho tiempo para el otro. Por otro lado el menor de los hermanos estaba muy emocionado en ser tío y de hecho estaban en la búsqueda de un regalo para su hermano como para el pequeño cacahuate, como Sasuke le había puesto al bebé.

Iban con escolta de seguridad, tanto adelante como detrás de ellos, pero de la nada pareció un camión haciendo que el primer auto chocara con el conteiner que cargaba el camión, y detrás de ellos otro camión impidiendo el paso. Sasuke frenó con rapidez  aún así chocaron con el auto de delante, el menor se golpeo contra el tablero sin impedirlo ya que su brazo derecho se colocó de manera protectora sobre el pecho de su hermano, usando toda su fuerza para impedir el golpe, se quebró el brazo por aquella acción, aulló de dolor.

Al tratar de salir fueron apuntados por Shisui y una pistola automática, aún así Sasuke trató de defender a su hermano a pesar de su condición malherida. Pero el policía lo golpeó tratando de llegar a Itachi, quién le grito que si le hacía daño a su hermano él se iba a matar.

Naruto se estremeció al escuchar el relato de su novio a la policía, ahora una semana y media después aún buscaban a Shisui y no podían dar con él, tampoco sabían en donde estaba Itachi, haciendo que la preocupación de la familia aumentara.

El rubio se sentía sumamente mal por no decir culpable por no decirle nada a sus suegros, Sasuke trataba de evitarlos por lo mismo, pero las palabras de su Padre Madara eran  absolutas, además era por el bien de Itachi. Solo los altos rangos de la policía sabían la verdad, y el fiscal que era Tobirama, el mismo se ofreció para seguir y comandar el caso, asuntos internos también estaban a la cacería de Shisui, y una investigación para buscar si habían más ayudando a Shisui.

Pero el ex detective estaba muy bien escondido, y eso tenía en ascuas a toda la familia Uchiha, temiendo de saber qué pasaba con Itachi, todos esperaban que estuviera bien.

Naruto volvió al presente mirando el teléfono de su novio – Hablabas con tu hermano – Preguntó de pronto pensando en Itachi.

- Sí, dice que está bien, un poco ahogado de no poder salir a ningún lado y también un tanto ansioso por no saber el paradero de Shisui, tiene miedo que vuelva a pasar algo como la vez pasada –

- Quisiera poder decirle a tus padres – Susurro.

- Yo también lo quiero Dobe…

*

Itachi miró por la ventana, hacía un delicioso día, el sol brillaba, se notaba que había una dulce briza, quería salir a la terraza, pero tenía miedo de salir al exterior, cuántas veces despertó bañado en sudor frío pensando que Shisui descubría su paradero, que estaba en el jardín, o en algún lugar del exterior vigilándolo.

No quería pensar en aquello, no quería Shisui cerca de él nunca más, no quería ser tocado por él una vez más, no quería que su hijo tuviera que tener relación alguna con ese hombre.

De solo pensar en Shisui le daba una ansiedad y un picor extraño en su cuerpo, sus manos temblaban. Estaba trastornado a causa de él, no dormía bien, tampoco comer, lo poco que podía ingerir lo vomitaba, y que su hijo se moviera más de lo normal lo tenían asustado porque con tanto movimiento podría enredarse con el cordón umbilical, estaba aterrado de que aquello pasara.

Unos golpesitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, era Sasori que lo miraba desde el marco de la puerta de su habitación que estaba abierta, esbozó una débil sonrisa para su anfitrión. Ni en sus sueños más locos y enfermos se había visto en esa situación en donde fuese el varón que le arrebató el amor de Deidara, ahora lo estuviera cuidando.

- Itachi pedí algunos postres, quizás te sean más fáciles de comer, llegaran en unos minutos – Sasori estaba preocupado, el chico que casi llevaba dos semanas en su casa, estaba delgado y más pálido de normal, además de tener más intensificados sus ojeras.

- Gracias –Dijo cerrando un ojo por el dolor, Shin lo estaba pateando sin clemencias, cerca de las costillas, haciendo que perdiera el aliento.

Sasori fue a su lado rápidamente para ayudarlo a recostarlo, sin saber porqué puso su mano en el vientre del pelinegro justo un poco más arriba de la mano de Itachi – Bebé trata bien a tu papito – Dijo con una dulce voz, que Itachi jamás pensó oír proviniendo de Sasori.

- Oh – Exclamó sorprendido su bebé se había quedado tranquilo – Le podrías decir algo más, se quedó tranquilo – Pidió.

- Claro – Sasori ayudo a Itachi a recostarse bien en la cama para que pudiera descansar mejor y él también se recostó abrazando al Uchiha, acariciando el vientre con sus manos y hablándole al bebé en el interior.

Itachi cerró los ojos agradecido de Sasori, la voz del pelirrojo le ayudo a él también a descansar, puso su mano sobre el antebrazo del Sabaku y en algún momento se quedó dormido, tranquilo por primera vez en muchos días.

Sasori siguió hablando a pesar de escuchar la respiración pesada de Itachi, algo que le informó que el moreno estaba durmiendo. El artista miró la pared de la habitación como si en ella estuvieran los secretos más profundos del universo jamás en su vida pensó tener como huésped a Itachi en su casa, menos estar así como en esos momentos acostados y abrazados, mientras él le contaba una historia al bebito del Bivacel.

Uchiha Itachi, era un ser magnifico, y siempre comprendió desde joven por qué todos deseaban al moreno, era un chico brillante, hermoso y enigmático, y cuando todos supieron por Deidara que era un Bivacel, todos querían ir a por él, para hacerlo suyo, que mejor que tener una “Perra” hambrienta de amor casi como una esclavo sexual para el deleite de muchos. Pero Itachi obviamente arruinó los planes de muchos, no era alguien que mendigara amor, a pesar de lo mucho que había sufrido por el quiebre amoroso con Deidara, se levantó y siguió adelante, sin darle el gusto a nadie, obvio que servía venir de una poderosa familia como los Uchiha y además ser policía, quién en su sano juicio se quería meter con Itachi, que a pesar de su género no dejaba de ser peligroso.

Por eso jamás en su vida se le cruzó por la mente que pudiera ser víctima de violencia domestica, y que sería Deidara quién se daría cuenta, y sería él que lo sacaría de esa. Como tampoco se vio venir que su rubio novio quisiera terminar con él para volver a los brazos de Itachi.

Claro eso, hasta que supo que el Uchiha estaba en dulce espera, porque el rubio parecía no estar para nada contento de saber que su hombre estaba en gravidez, y peor que estuviera decidido a tenerlo, sabía que habían tenido una pelea, pero no estaba al tanto de los pormenores, y tampoco eran sus problemas, él simplemente cedió ante las demandas del Namikaze y terminó su noviazgo.

Pensándolo bien, desde que Itachi estaba en su casa, no había pensando una sola vez en Deidara, lo único que rondaba en su cabeza era el Uchiha y cómo le preocupaba su condición. En algún momento también Sasori se quedó dormido acariciando el abultado vientre de Itachi.

*

Shikamaru Nara miró a Asuma Sarutobi, su compañero y mentor, ambos detectives, ambos iban de camino a investigar el hallazgo de un cuerpo en un terreno árido a las afueras de Tokio.

Estaban recién llegando a la ¿escena del crimen? Aún no lo sabían, pero estaban periciando todo el perímetro en busca de evidencia.

- Qué tenemos Shizune – Preguntó Asuma, un hombre pasado los treinta años,  bastante alto de casi un metro noventa, cabello negro y barba, tez morena y ojos negros.

- Un cuerpo de un Bivacel – Habló la Forence  apuntando el apenas visible tatuaje en el cuello de la víctima – Tiene al menos unos 11 a 12 días de muerto, por el estado de descomposición –

- Es el cuarto Bivacel que encontramos muerto – Shikamaru no le gustaba para nada aquello - ¿Los mismos signos? –

- Sí – Shizune respondió – Sus partes intimas arrancadas, al igual que sus pezones, todas heridas postmorte –

- Esto se está poniendo serio – Comentó Shikamaru a su compañero – Creo que es hora de dar aviso a la prensa –

- Lo sé y no me gusta para nada que se metan en esto, pero es un riesgo que debemos correr –

Shikamaru se preguntaba quién podría ensañarse tanto con Bivacel, para hacerle aquello, los cuatro habían sido torturados antes de morir y deshonrados una vez muertos, todos con signos de violación con objetos extraños. Quién fuera debía de ser parado cuanto antes...

*

- ¡¡Dime!! Sé que tú sabes dónde está – Vociferó Deidara a Kurama que lo veía divertido verlo todo histérico.

- Qué no sé dónde está – Respondió aún entretenido Kurama.

- Itachi no pudo ser tragado por un hoyo en la tierra –

- Quién sabe, quizás ya está muerto y lo encuentren pronto en una sepultura clandestina en medio de terreno árido –

- Espero que no sea así – Los ojos azules del rubio brillaron de advertencia.

- Uuuuh, calmante – Kurama levantó las manos en son de paz.

- Cómo quieres que lo haga, Itachi está desaparecido – Insistió, para luego mirar al ido chico desnudo de rodillas que le practicaba sexo oral a Kurama – Eres asqueroso – Dijo de pronto – No puedo creer que a mi hermano le hicieras lo mismo, Minato siempre fue medio tonto de carácter, pero era un chico elegante y fino y además de todo un doncel puro, cómo pudiste tratarlo como un Bivacel asqueroso –

- Oye – Kurama le tapo los oídos al drogado chico que estaba usando de esclavo sexual – No seas malo con mi juguete, además te recuerdo que Itachi Uchiha también es un Bivacel –

- Si, pero mira esta embarazado de ese asqueroso de Shisui –

- Puede que ya no lo esté, no lo has pensando –

- Bueno si Shisui lo golpeó, puede que ya no lo esté, mejor en realidad, no quiero criar al bastardo de ese cretino, lo siento por Itachi, pero si no era Shisui sería yo quien lo hubiera hecho abortar, claro que de una manera menos violenta –

La risa de Kurama resonó, quitó al chico que jugaba con su polla, para levantarse, cerrándose la yukata. Caminó hacia Deidara, tomó el mentón del rubio divertido.

- Amo lo hermoso que eres, una cualidad muy Namikaze Senju, los mejores genes, debo decir, aunque algunos nacen medios fallados del coco como tú – Opinó con voz alegre – Aún no puedo creer que nadie se haya dado cuenta el tipo de persona desequilibrada que eres –

- A diferencia tuyo querido, yo lo sé esconder – Deidara le hizo el quite al agarre del mayor, caminando hacia el chico que seguía de rodilla, lo tomó del cabello y lo tironeo – Entonces qué droga usaste –

-Burundanga –

- Huuummm la mejor de todas – Deidara vio los ojos grises llorosos del chico de cabellos rubios cenizos -¿Un sustito de mi hermano? –

- Amigo hago lo que puedo, tengo a los policías afuera de mi casa – Levantó sus manos dando énfasis a su situación y su voz de fingido sufrimiento.

- Sabías que Minato está preñado –

- Sí, claro que lo sé, me da igual, siempre lo puedo hacer abortar –

- Idiota – Deidara comenzó a toquetear al flácido miembro del Bivacel haciéndolo despertar.

- No lo entiendo Dei –Kurama fue al lado de él, ubicándose a su espalda comenzando a desbotonar la camisa del rubio – Por qué lo que yo hago está mal, pero lo que tú haces está bien –

- Minato es un doncel puro, ya te lo dije, segundo Itachi es un Bivacel no debería tener hijos, y tercero y más importante si quieres a mi hermano la mejor manera de tenerlo es tomando a su hijo recién nacido – Susurro mirando de lado al pelirrojo – Sí quieres que Minato baile a tu antojo quitale lo que más ama y eso es el bebé que espera del amor de su vida y a Naruto, toma sus dos hijos y lo tendrás de rodilla haciéndote sexo oral sin necesidad de drogas y ademmmmm – Kurama lo besó con pasión.

- Entonces jugaras conmigo hoy – Preguntó Kurama con voz cargada de deseo por el rubio.

- Solo si al terminar me das al Bivacel –

- Este no,se parece tanto a tu hermano – Susurró cerca del oído del rubio – Pero tengo algunos en una trata de blancas que estoy haciendo, hay alguno que te pueda interesar –

- Bien, luego me muestras tu catalogo –

Kurama comenzó a desvestir al rubio, para tener ese loco y desenfrenado sexo que solo podía obtener de Deidara Namikaze.

*

Minato agradecía estar solo con Madara en casa, Sai estaba en casa de Gaara y Naruto aún en el hospital con Sasuke, y aunque amaba a sus hijos, no había nada como tener la casa para ellos, sobre todo ahora que estaba en gravidez, su lívido había crecido de una manera que lo sorprendía y siempre quería estar siendo sostenido por su amado Uchiha.

Como en esos momentos, el rubio subía y bajaba sobre el miembro de su escultural esposo, ambos cubiertos por una suave capa de sudor, besándose con deseo, como si no hubiera un mañana.

Hacer el amor era algo tan maravilloso para Minato, quién nunca pensó sentir aquello, ser amado en plenitud y poder gozar del sexo a sus anchas, sin miedo a que le dolerá.

Si había dolor, era uno agónico y delicioso, con Madara había experimentado tantas emociones y sensaciones nuevas que lo llenaban de vida. Besó el cuello de Madara, amaba ese espacio entre su hombro el cuello, amaba devorarlo como si fuera un golosina, además sabía que el lóbulo siendo besado y chupeteado hacia que el Uchiha se volviera loco de pasión.

- Mmm – Gimió Madara al sentir como su lóbulo era succionado por los traviesos labios de su amado – Dios como te amo – Susurró, aferrando sus manos a las caderas del menor para ayudarlo a subir y baja sobre su miembro.

Pero quería más, llegar más a fondo, giró a su pareja sin salir de él, dejándolo recostado en la cama, amaba ver el cabello rubio desordenado sobre la almohada, ver los ojos azules cristalizados llenos de disfrute, sus labios rojos e hinchados de tantos besos. Comenzó a salir  y entrar lo más profundo que pudo dentro de esa deliciosa cueva.

Los gemidos de Minato llenaban el lugar haciendo que Madara se volviera loco de pasión, en la posición que se encontraba su firme vientre chocaba de manera suave con el pequeño y abultado, sonrió lleno de dicha, amaba sentir como esa pancita crecía cada día, ahí estaba creciendo aquel milagro que Naruto inició en una fría noche de luna llena.

Tenía a su amado Minato como siempre añoró, entre sus brazos, siendo su Doncel, formando una dulce familia, y en unos meses tendrían un pequeño retoño producto de su amor.

Minato pensaba algo similar mientras dejaba que el placer se apoderara de él, observando ese pasional y fogoso varón sobre él, que lo estaba encumbrando en ese nirvana de júbilo, que nunca antes experimentó.

Si hace casi un año le hubieran dicho que estaría casado, en gravidez, y junto a su hijo Naruto, jamás lo hubiera imaginado, menos que el varón que lo desposaría sería Madara Uchiha, al que plantó en altar, a quién desaíro y humillo. Había momentos en donde la vena culposa salía flote, y pensaba que no merecía aquella felicidad, menos por haber dañado tanto a Madara, cuando lo vio esa noche fría, pensó que las penas del infierno caerían sobre él, pero no. El Uchiha lo protegió, lo ayudó y lo enamoró. Llegaron al climax casi juntos, primero Minato y luego Madara, éste último se dejó caer a su lado un momento para levantarse en busca de una manta para cubrir a su esposo.

El rubio lo tomó de los hombros para que lo mirara, estaba exhausto por la sesión de sexo pero increíblemente satisfecho, y con una sonrisa boba en sus labios besó a Madara.

- No concibo la vida sin ti – De pronto declaró Minato, posando sus brazos por el cuello del mayor para atraerlo a él – Te amo demasiado –

- Vaya, ¿Es hoy mi cumpleaños? – Dijo en tono en broma, sin poder calmar su agitado corazón, amaba cuando Minato le decía que lo amaba, llenaba su mundo de paz y felicidad.

- Todos los días son tu día, si quieres, nunca me cansaré de decirte que te amo, porque lo hago como nunca pensé…yo…Madara, perdóname por todo el daño que te cause, yo fui un muchacho iluso y temerario -

- Todo está en el pasado –Madara no quería tener esa conversación, odiaba recordar el pasado y el desesperó que sintió al perderlo, y como se mintió durante años diciéndose que odiaba a Minato, cuando solamente lo añoraba con locura, e incluso osó recoger a un chico de la calle, alguien a quién no conocía para darle todo porque se parecía al amor de su vida.

Al ver nuevamente a Minato, con ese aire melancólico y pasivo, no tuvo la fuerza necesaria para evitarlo siquiera un segundo, por eso corrió detrás de él, para atacarlo con palabras mordaces y luego besarlo con fiereza, todo su cuerpo picaba, vibraba con solo tener a Minato a unos pasos de él, al besarlo supo la verdad, jamás en su vida podría volver a dejar escapar a ese doncel.

Tal como lo prometió, Minato era suyo, y quizás por esa razón estaba tan aterrado de los movimientos de Kurama, perder al amor de su vida por una segunda vez no era una opción, y aunque tuviera que matar, extorsionar y hacer cosas bajas, las harías, porque tampoco concebía la vida de sin su amado rubio.

- Sé que no es tu tema favorito, pero no puedo dejar de sentirme mal por aquello, algunas veces creo que no merezco ser feliz – Reveló Minato.

- Mi amor – Madara besó sus hinchados labios con ternura que solo guardaba para su esposo – Te mereces ser feliz, has pasado por mucho y has superado cada obstáculo que la vida te puso, y no solo se trata de tu felicidad, sino de la nuestra – El mayor lo apuntó a él y luego a sí mismo – Ambos merecemos ser felices, hemos estado mucho tiempo separados, es hora de ser felices juntos –

- Te amo – Volvió a repetir con una sonrisa boba.

- Y yo a ti – Se acomodó al fin en la cama atrayendo el desnudo cuerpo de su amante y esposo para brindarle calor a él y  su bebito.

- Llama a Naruto – Susurró Minato cayendo el sopor de la somnolencia.

- Sí, no te preocupes…

*

Sasori fue el primero en despertar, aún estaba abrazado a Itachi con su mano sobre el vientre del moreno, había dormido bastante, ya que la habitación estaba a oscuras, parte de su cuerpo estaba agarrotado, sobre todo su brazo derecho que estaba por debajo del cuerpo de Itachi.

A pesar de las molestias musculares de su cuerpo, había dormido bastante bien, sobre todo considerando que había compartido el lecho con su “peor enemigo”. Quién pensaría alguna vez que vería a Uchiha Itachi tan vulnerable, y la razón era por su embarazo, las cortas y pocas conversaciones que habían tenido, porque a ninguno de los dos se le daba bien hablar con el otro, era sobre como el moreno estaba preocupado por la seguridad de su hijo, increíblemente el gran Itachi tenía un talón de Aquiles y ese era su hijo, dejó de ser la maquina que era al tener en su interior una vida que dependía totalmente de él.

Itachi despertó en el momento que Sasori quitó su brazo por debajo de su cintura, ahogo suspiro de somnolencia, porque estaba demasiado sorprendido, su enemigo jurado estaba acariciando su cabello con tanta suavidad, una que hace tanto tiempo no recibía. No pudo dejar de recordar en el pasado como trató de ser su amigo, y por un tiempo lo habían sido, hasta que apareció Deidara en el panorama y adiós amistad, le gustaba la personalidad mañosa de Sasori, sobre todo lo fácil que era el silencio, no había que hablar siempre, y los silencios eran orgánicos, sería bueno tener un amigo como él, y por amor a la verdad necesitaba desesperadamente un amigo, no podía ser posible que su único amigo también fuese su hermano, no podía quejarse de Sasuke con el mismo Sasuke, porque si bien su hermano era muy buen hermano, francamente algunas veces era tan pesado e insufrible que le daban ganas de romperle la cara. Sin poder evitarlo, soltó una risita pensando en el huraño de su hermano, la suave caricia en su cabeza cesó.

- No te detengas por favor, es relajante – Pidió un tanto azorado por la petición – Pensé en ti y luego en Sasuke y terminé riéndome – Explicó, sabía que el varón estaba curioso de su risita.

- Qué extraño hilo de pensamiento – Atinó a decir volviendo hacer caricias en el largo cabello ébano.

- Pensaba que siempre quise ser tu amigo a pesar de todo, y que por muy humillante que sea necesito amigos, no puede ser que mi hermano sea mi único amigo, no puedo quejarme de él con el mismo – Volvió a reír.

- Te entiendo me pasa lo mismo, no puedo quejarme de Gaara con Gaara – También soltó una risitas – Hermanos menores –

- Insufribles – Terminó la frase.

- Sí – Aceptó el pelirrojo – ¿Tienes hambre? –

- La verdad es que sí un poco, creo que mi bebé quiere comer –

- Prefieres bajar o llamo para que suban una charola –

- Creo que necesito estirar las piernas un momento –

- Bien, bajaré para disponer todo, mientras tanto refréscate – Sasori se levantó para ir a la cocina, cuando escuchó la voz de Itachi.

- Sasori, gracias por todo –

- Tranquilo – Le sonrió tímidamente – Es que yo también necesito un amigo…

 

Notas finales:

Estamos justo en la mitad del fic, quedan once capítulos más epilogo. Además de Side Story de algunas parejas que no han tenido tanto protagónico.


Gracias por su paciencia y espera y por sus comentarios, mil cariños 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).