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Espiral de Mentiras por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Hello, cómo van, espero que genial.


Lo siento se suponía que el día 11 debía estar subido, pero por varias razones familiares no pude.


Después me resfrié y no podía ver el word, me dolía mucho la cabeza, así que en cuatro días, me vi Naruto (Sola las partes importantes) y Shippuden saltandome todo el relleno, estoy viendo en donde Naruto está con Kushina ????????????????


Además estoy con la planificación un podcast también entonces he estado muy pero muy ocupada, con el blog, los nuevos proyecto y 13 fic activos.


Pero les cumplí, mañana La Sombra del Amante y seguimos.


Nos vemos abajo los quiero, espero que les guste ??‘?????

 


Obito observó a Kakashi durante segundos, tratando de hacer acopio de su cordura, porque no podía creer lo que estaba escuchado.


La risa de Kakashi lo hizo volver a la tierra, frunció el ceño ante la risa casi histérica del Bivacel. Pensó entonces que el idiota le estaba tomando el pelo, se debatía porque no cría que su mejor amigo fuese de hacer este tipo de bromas, pero últimamente debía confesar que ya no conocía a nadie.


- Estoy enamorado de ti, desde que somos unos críos – Kakashi detuvo el crisol de pensamientos del Varón – Rin lo sabe, no sé si ella siente algo por mí, lo desconozco totalmente – Admitió dejando la taza de café sobre el fregadero, dándole la espalda a Obito, simplemente aterrado de revelar sus más profundos sentimientos al Uchiha.


Kakashi salió de la pequeña cocina, alejándose de Obito, nervioso caminó hacia su habitación, el cansancio hacía mella en él, necesitaba dormir y la presencia de su mejor amigo no le ayudaba mucho. Se colocó una musculosa llena de piquetes, y unos pantalones holgados de deporte, pero que ya no servían para aquel propósito.


- ¿En serio dormirás? – Obito lo miró furioso desde el marco del puerto de la habitación – Lanzas una bomba y luego te escondes como una vil gallina –


- Obito he trabajado casi tres días sin parar, apenas he dormido unas cuatro horas en setenta y dos horas. Estoy muy pero muy cansado  como para tener una gran charla– Kakashi arregló la ropa de cama que estaba hecha un lío sobre ella – Qué te puedo decir, solo quiero aclarar el mal entendido, no tengo nada que ver con tu mujer, tampoco la amo, ni tengo intención de ir a por ella, puesto que ya te dije que solo te amo a ti. No tienes que decir nada, sé que es imposible que me correspondas; pero odio los malos entendidos, menos que pienses que te traicioné de alguna manera – Terminó su monólogo al tiempo que se acostaba en la cama.


Obito corrió las cortinas para bloquear el sol en la habitación y así que Bivacel tuviese un mejor descanso.


- Gracias – El galeno se acomodó en la cama, cerrando los ojos, escondiéndose debajo de las mantas, a pesar del sueño, soltó un leve suspiro silencioso, sentía todo su cuerpo arder de vergüenza en su vida se había declarado – Qué demonios haces – Kakashi se incorporó de un salto, asustado al sentir a su amigo  acomodarse a su lado.


- No eres el único que no duerme, imbécil – Obito siseó también cansado – Necesito seguir con nuestra conversación pero sé que estás muerto, así que duérmete – Terminó de arreglarse sobre la cama.


Kakashi se volvió a acostar, no era nada del otro mundo, ellos habían compartido la cama en tantas ocasiones que ninguno tenía la cuenta, no debía existir vergüenza o nerviosismo entre ellos. Está vez era diferente, ambos lo sentían, uno porque se expuso y el otro porque no sabía qué hacer.


En algún momento se quedaron dormidos, pensando en el otro, ninguno sin tener en claro que harían desde el instante que despertaran, entre ellos todo había cambiado para siempre…


Kurama fue liberado a mediodía, su abogado Shukaku tenía una cara de querer morderlo, estaba con los brazos cruzados, observándole mientras firmaba su salida del recinto, aceptando ser acompañado por oficiales que lo custodiarían hasta la fecha de su juicio.


- Necesito un favor – El Uzumaki le dijo al abogado que bufó furioso – No te enojes, no te ves nada lindo así – Le pellizcó una mejilla guiñando  un ojo – Hay un Uchiha encerrado en la celda, sácalo, quieres. Se trata de Uchiha Shisui –


- Qué mierda tramas –


- Entre menos sepas, mejor para los dos –


- Tienes razón zorro de mierda, ve a tu casa y deja de hacer imbecilidades -   Gruñó Shukaku, caminando hacía la celda, pidió a los oficiales que le dejasen pasar, diciendo que iba en representación de Shisui – Kurama me dijo que tienes problemas – El abogado llamó la atención del Uchiha - ¿Quieres salir de aquí? –


- ¿Puedes sacarme de aquí? –


- Qué hiciste, dependiendo de eso te diré si puedo o no ayudarte – Shukaku prestó atención a todo lo que le decía el Uchiha – Definitivamente puedo ayudarte, es un tema menor, veré si puedo tramitar tu fianza, no te preocupes por el dinero, Kurama dijo que te prestaría su entera ayuda – Se fue antes de que el Uchiha dijese algo.


Shisui sabía en el fondo que estaba mal haber aceptado la oferta de Kurama, que estaba metiéndose en las patas de los cabellos, con su decisión, pero si era la única manera de poder estar con Itachi, la tomaría. Aún si tenía que irse al infierno, amaba demasiado a Itachi para dejarle ir.


Kurama salió de la estación de policías rápidamente, ahí ya estaba esperando  su chofer para llevarlo a casa, a fuera dos parejas de policía lo esperaban para escoltarlo a su casa y hacer guardia. Estaba de buen humor, así que lo dejaría pasar, necesitaba una ducha, una buena comida, y buscar alguien para tener sexo.


Ya se enfocaría en cómo capturar a Naruto y Minato, se largaría de Japón lejos de todos los que querían separarlos.


Al llegar a casa se podía oír una discusión proveniente de la sala, una de las voces era de Karin que le gritaba ofuscada a Nagato.


- Qué mierda pasa aquí – Hizo su entrada en el lugar, enarcando una ceja.


- Tío – Karin fue hacia Kurama con la esperanza de recibir su ayuda – El traidor del tío Nagato está ayudando a ese muerto de hambre que recogieron los Uchiha, ese que usaron para separarme de mi amado Sasuke-kun, dile que eso no hace, la familia es primero –


- Es verdad, lo que dice nuestra sobrina –


- Sí – Nagato, el único doncel de la familia, de cabellos cobrizos como todos en ese lugar, y ojos grises, el mellizo de la difunta Kushina - No veo la razón para no ayudarlo – Se cruzó de brazos, molesto con Karin, y qué decir de Kurama, se sentía sumamente avergonzado por todo lo que le había hecho al hermano de Yahiko.


- Bien – Haciendo que los otros dos lo mirasen sorprendidos.


- Qué, pero tío –


-Nada de tío, Karin – Kurama habló – No quiero que maquines nada contra de Naruto – Advirtió.


- Por qué tanto amor para un muerto de hambre – Gritó ofuscada la mujer.


- No es un muerto de hambre, Naruto es un Uzumaki,  hijo de Minato Namikaze y de la loca Kushina, es tu primo, nuestro sobrino – Reveló el mayor.


- ¡¡Dios!! Entonces es verdad lo que me dijo Yahiko – Nagato se dejó caer en el sitial que había en la estancia – Por Dios, Kurama, ese niño sufrió tantas cosas, cómo pudiste abandonarle, Kushina se volvió loca por tu culpa, cómo puedes estar tan enfermo, eres un maldito asquer… – El sonido de una bofetada resonó en el lugar.


- No te atrevas a levantarme la voz, aún eres un mocoso de mierda para mí, en esta casa se hace lo que yo digo –


- Me importa una mierda, me da asco ser un Uzumaki – Nagato caminó hacia la puerta.


- No salgas de este lugar, mientras te estoy hablando –


- Qué vas hacer volverme loco a como a Kushina, violarme y golpearme como a Minato, o abandonarme a mi suerte como a Naruto – Lo increpó Nagato furioso.


- Nagato te lo advierto –


- Adiós – Sonó el portazo en la entrada de la casa haciendo eco en todas las habitaciones.


- Ese muerto de hambre no puede ser mi primo –


- Deja de llamarlo así – Kurama se giró hacia la chica – Karin te conozco lo suficiente para saber que estás tramando alguna idiotez, si es contra un Uchiha me da igual, pero a Naruto no me lo tocas –


- Está bien – La chica se cruzo de brazos molesta – No le haré nada, pero en tú tendrás que ayudarme a casarme con Sasuke-Kun – Ella no le tenía miedo a Kurama como todos en esa casa, era la sobrina de su tío, su favorita.


- Trataré, te ayudaré en todo, mientras no toques a tu primo –


- Acepto – Le dio un beso en la mejilla al mayor – Bien saldré a ver a mis amigas –


Kurama llamó a su gente para que siguiera a Nagato y lo trajeran de vuelta, tendría que darle una lección a ese doncel de mierda. Mientras esperaba se iría a bañar.


Nagato llamó a Yahiko al salir de su casa, iba en su automóvil de camino a verlo, sabía que tenía que actuar rápido porque lo iban a seguir y tratar de interceptar eso era seguro. Kurama no era una persona que aceptara ser contrariado menos por un Doncel. Apretó el acelerador fijándose en los espejos si lo seguían. Yahiko le dijo que fuese directo a la casa de los Uchiha, porque estaba más cerca, que lo dejarían entrar de inmediato.


Con destreza manejó adelantando automóviles, y evitando luces rojas, seguramente le iban a poner un parte, pero prefería irse preso que devuelta a la casa. Llegó en cosas de minutos a la entrada de los Uchiha, los de seguridad  lo dejaron pasar al verlo. Suspiró aliviado, justo a tiempo, entró antes que lo trataran de impedir su paso.


- Hola, Yahiko llamó dijo que vendrías – Izuna le sonrió –Tuviste suerte que yo estuviese aquí –


- Perdón por molestarlos, pero Kurama no me da precisamente confianza últimamente –


- No tienes nada que explicar, sabemos que eres un caso aparte de Kurama o Karin – Le dijo el doncel Uchiha.


Kurama fue notificado por su gente que el traidor de su hermano menor se había ido a esconder en la casa de los Uchiha. Le bastó para enfurecerse, llamó a su asistente para decirle que bloqueara todas las cuentas bancarias de Nagato, y llamó a una sirvienta para sacar todas las cosas del doncel de la casa y las botara, quemara o lo que quisiese. Ordenó a todo el mundo olvidarse a Nagato como un Uzumaki, la traición no era una opción para los Uzumaki.


Nagato fue informado de lo que sucedía en su casa por algunos sirvientes, le dijeron que sus pertenencias más preciadas serían custodiadas por ellos hasta que fuera seguro pasárselas, para que estuviera tranquilo. Le advirtieron que no se cruzara en el camino de su hermano por su propia seguridad, en esa casa todos sabían lo malo que podía ser el carácter del temido Uzumaki Kurama.


Naruto sonrió con amor estaban en una tienda para bebés, ya se había enterado que sería tío de un hermosos bebito, con Sasuke estaban en busca de un regalo para Itachi.


- Teme, creo que sería mejor regalarle algo a Itachi primero, alguna crema que le ayude a evitar las estrías,  aceite para relajarse, y también unas zapatillas cómodas, tiene cinco meses en un tiempo más no podrá abrocharse los zapatos – Opinó – Aunque mira – Apuntó un ajuar de ropita para recién nacido con motivo de leoncito.


- No tenemos que decidir solo por una cosa podemos llevarle más – Sasuke llamó con la mano a una vendedora.


- En qué lo puedo ayudar –


- Necesito ese ajuar – Apuntó el que a Naruto le había gustado – Aquí hay cosas para futuros padres, cremas y esas cosas –


- Por supuesto, siempre es importante cuidar de la madre o el padre que está en gestación –Dijo la mujer, caminando hacía uno de los mostradores – Tenemos estos sets son especiales para donceles –


- Cómo sabe que es para un doncel –


- Oh pensé que era su novio quien estaba en dulce espera – Dijo la mujer mirando a Naruto.


- No, yo no aún – Naruto se puso de todos los colores haciendo reír a Sasuke – Es para mi cuñado –


- Bien, pero también es doncel – Sasuke afirmó, para qué decir que no lo era – El set tiene cremas para el vientre, las piernas, burbujas de baño anti estrés, también hay un aceite para masajear las sienes, un espray corporal de lavanda vainilla que ayuda a liberar tensión, y un aceite para masajes corporales, su hermano con su pareja pueden usarlos –


- Lo llevamos – Naruto se adelantó antes de que su novio se molestase.


Ninguno era consciente que Karin los veía desde afuera, con los puños apretados furiosa, no podía ser verdad, que Naruto estuviese en gravidez, pero en la manera que abrazaba a ese oso de peluche  con forma de león, y como sonreía a Sasuke, algo había dicho la dependienta para hacerlo sonrojar tanto.


Se mordió la uña de su pulgar izquierdo, sin importarle dañar la perfecta manicura que tenía en él, no podía creer que el imbécil ese, le quitase todo de un sopetón, su hermano Nagato, su tío Kurama, incluso el amor de su vida.


Si bien le había dicho a su tío no hacer nada contra él, no podía seguir así, ella no iba a permitir que Naruto se quedase con lo que era suyo. Sasuke Uchiha sería de ella o no sería de nadie, aun  si tenía que matar al muerto de hambre ese.


Deidara estaba teniendo un difícil momento con su novio Sasori, le había dicho que quería terminar su compromiso.


- Ya te dije que no voy a ser el próximo Itachi Uchiha, no seré la comidilla de todos, porque se te ocurrió ahora que amas al Uchiha – Sasori estaba molesto, furioso – No soy un juguete Deidara –


- Por favor, no te hagas el papel de víctima – El doncel rodó los ojos – No vengas a decir que me has respetado, o nuestro compromiso porque te recuerdo, que tengo más cuernos que el escudo de la familia Nara –


- Si quieres ir a revolcarte con el Uchiha Bivacel, allá tú, no importa tanto, pero no te permitiré hacerme el hazme reír de todos –


- No – El Doncel fue tajante – Necesito que terminemos está farsa, quiero a Itachi, fui un idiota una vez, no lo volveré a ser –


- No – Sasori también fue directo – Este compromiso no se romperá, así como así, porque se te ocurrió ahora que lo amas de nuevo –


- No te das cuenta que esto es diferente, por el amor de Dios, Itachi es un Uchiha, igualmente seremos la comidilla de todos, porque verán que ando para todos lados con él y no contigo, será peor – Insistió.


- Me da igual, será tu honra la que se ensucie, no la mía, el único putazo serás tú, pero eso no es nada nuevo para nuestro círculo –  Desaprobó con los dientes apretados, al tiempo que sentía un cachetazo.


- ¡¡Eres un maldito idiota Dana!! – Deidara salió de la casa de Sasori furioso.


Por qué había tomado tantas malas decisiones en su vida, cuando estaba con Itachi todo había sido simple, lleno de color y alegría. Por qué había hecho todo un desmadre porque el amor de su vida fuese Bivacel, había caído en el juego de Shisui como un idiota, y en el de Kurama también. Qué haría para redimirse tanto con Minato como con Itachi, ambos fueron víctimas de varones crueles, uno siendo amenazado de que iba hacerle algo a él, Deidara, y el otro orillado a los brazos de un hombre violento porque pensaba que nadie lo iba a amar por su género. Cómo había estado tan ciego, por tanto tiempo, ahora sabía lo que quería y ese era a Itachi, no importaba ni una mierda todo el problema que tendría con los Senju o los Namikaze, él quería al Uchiha e iba a luchar todo lo que tuviese que hacer para estar con él.


Manejó directo hacia el hospital donde estaba Itachi. A la mierda si lo llamaban puto, loco, enfermo mental, por volver con el Uchiha, eso daba igual, él no vivía gracias a ellos.


Shisui fue liberado pasado las cuatro de la tarde, gracias a la gestión de Shukaku, le dio su número y le dijo que lo llamase para ponerse de acuerdo para apelar esa demanda. Fue suspendido de sus funciones como detective, hasta que terminara la investigación judicial en su contra, para peor estaba el tema de asuntos internos, Yahiko Namikaze y Konan Origami serían los encargados de su caso. Ambos huesos duros de roer, ninguno se andaba con cosas, eran directos y difíciles de eludir, buscaban hasta debajo de la más pequeña piedra para encontrar algo con lo que condenar o destituir a alguien de la fuerza policial.


Sabía que Itachi no hablaría sobre el uso de drogas, porque eso haría que ambos fuesen destituidos, así que estaba tranquilo, pero igual no podía actuar a lo seguro, lo mejor era tratar de hacerle una visita a su novio, y disuadirlo de abrir el pico. La pregunta era cómo hablar con él, su teléfono había sido confiscado por Mikoto y ésta lo amenazo que no se acercase a su hijo y lo mando a la mierda.


Pensó en una solución, pero sería arriesgado, pero quizás tendría ayuda…


Minato estaba junto a Itachi, conversando, ninguno decía que estaba en gravidez al otro, pero ambos tenían sonrisas bobas en sus rostros, hablando con lo lindo que serían los próximos meses.


Madara estaba afuera de la habitación conversando con Fugaku, quería que le dieran el alta a Itachi rápidamente, su hermano le confió que estaba ansioso de tener a su hijo ahí.


- Por qué debe estar tanto tiempo – Le habían dado una semana al menos en el hospital, pero nadie le decía nada.


- Si te digo algo, podrás mantenerlo solo para ti, ni siquiera se lo puedes decir a Minato – Al ver la cara de su hermano agregó – Tranquilo no es nada malo, puedes decirle, sé que es un hombre reservado pero ni …  –  Se quedó callado cuando vio venir a Sasuke con Naruto de la mano y un regalo – Bueno parece que se van a enterar – Dijo cansando, y un poco molesto por no cumplir los acuerdos entre ellos – Itachi está en gravidez, tiene más de veinte semanas –


- … – Madara aquello lo tomó tan de sorpresa. Era impresionante que su sobrino Bivacel estuviese en cinta, no tenía que ser Sherlock Holmes para saber quién era el padre. Entendía la ansiedad en su hermano, era algo muy natural, él en su posición estaría de la misma forma. De hecho lo estaba con el tema de Kurama y Minato – ¿Felicidades? – Expresó no muy seguro.


- Gracias – Sonrió feliz recordando a su nieto – Estamos felices – Aceptó – Nos hubiera gustado de otra forma, pero es un milagro, ese bebito tendrá al mejor padre a su lado. Él ayer era un mar de confusión, pero está decidido a proteger y amar a su hijo, va ser niñito, no importa su género solo que nazca sanito – Expresó con ternura, que su hermano poco conocía.


- Qué dice Orochimaru –


- Todo con él pequeño está bien, no así con la salud de Itachi, por eso estará una semana aquí, para darle todos los nutrientes que le faltan tanto a mi hijo como a mi nietito –


- Estás verdaderamente chocho –


- Estarías igual –


- Lo estoy – Sonrió al recordar a su propio bebito – Itachi no es el único de la familia –


- No me digas que Minato – Madara sonrió afirmando la pregunta de su hermano – Felicidades –


- No me abraces o Naruto se dará cuenta y con Minato hemos preparado una sorpresa para los chicos –


- Bueno, luego te las doy – Sonrió a su hermano, contento por ellos. Chocando su puño contra el de su hermano en muestra de afecto mutuo.


- El viejo será el más contento – Madara pensó en su padre que estaría muy feliz de ver su familia crecer.


Minato salió cuando entró Sasuke con Naruto, para darles intimidad, no antes de besar la cabeza de su hijo y decirle que lo vería en casa. Fue al encuentro con su esposo, tenían ir a comprar la sorpresa para sus hijos y era un buen momento.


El matrimonio se despidió de Fugaku, para salir del hospital. Habían encontrado en una tienda en el centro comercial en donde hacían regalos para baby shower y para hermanos mayores, así que eso les dio la idea de lo que querían hacer para Sai y Naruto.


- Cómo estuvo tu día – Madara tomó la mano de su amado mientras manejaba hacía el centro comercial.


- Tranquilo, mamá no quiere que esté en urgencias, prefiere que esté atendiendo pacientes en consulta, para evitar estrés – Sonrió recordando a Tsunade y lo sobre protectora que estaba para con él.


- Por qué tienes esa carita – Veía el puchero en el rubio.


- Me gusta estar en urgencia, además estoy en gravidez, no enfermo –


- Minato vas a cumplir treintaisiete años amor, en el pasado tuviste un aborto, has sufrido. Es verdad que no estás enfermo, pero estás embarazado, ese bebito es muy amado por mí, por ti, por sus abuelos y prontamente por sus hermanos, debes cuidarte, una vez que pases de las catorce semanas, vuelve a urgencia, pero mientras estés en riesgo haz caso a tu madre y Orochimaru – Sonrió con amor a su esposo – Luego podrás corretear por todas partes – Le alegró – Pero tendrás mucho cuidado – Amenazó con cariño.


- Por supuesto idiota, este bebé es lo más importante en estos momentos para mí, me cuidaré por él – Sonrió con amor – Eso también va para ti, estoy en gravidez, no me drenes toda mi energía en la cama –


- ¡¡JA!! – Madara lo miró divertido, aparcando el automóvil en el parking del centro comercial – Serás descarado Doncel licencioso, quién me busca a medianoche – Las mejillas de su amor se tornaron dulcemente rojitas – Además dicen que los donceles en gravidez tienen un hambre insano por el sexo –


- Cállate – Golpeó el brazo de su esposo camino hacia la entrada del centro comercial, que irónicamente los Uchiha eran dueños del lugar. – No sabré que estás esperando que eso pase –


- Por supuesto, que mejor que tu doncel este cachondo por ti – Le robó un beso al amor de su vida. Un beso rápido pero erótico, lleno de sensualidad, se comió la boca de su esposo, dejándolo con una necesidad única.


- Hay veces que te odio, demasiado –


- Nah, Doncel mentiroso – Restó importancia a lo dicho – Me amas demasiado –


- Te aprovechas de eso – Caminó alejándose de Madara molesto por su arrogancia, pero fue tomando con suavidad desde la cintura, para ser acercado por su esposo.


- No te alejes de mí jamás, aunque estés enojado – Besó la sien de su rubio.


- Nunca más me alejaré de ti – Prometió.


- Lo sé mi amor…


Naruto y Sai estaban preparando la cena, todos en casa se turnaban por cocinar, si sus padres hacían el desayuno, a ellos le tocaban la cena, y así sucesivamente. Días era Minato y Naruto, otras veces Madara con Sai, o mezclados. Casa semana se ordenaban con sus comedidas, los quehaceres del hogar, la colada, sacar a pasear a los dos perros que habían en casa, limpiar el arena del gato (lo que más odiaban todos)


Sus padres llegaron justo cuando los chicos habían terminado de hacer la cena, Sai estaba colocando las cosas sobre la mesa.


- Holas – Saludó Sai sin dejar de hacer su tarea, mientras colocaba una ensaladera.


- Trajimos el postre – Minato mostró una tarta de fresas, que en cuanto la vio se le hizo agua la boca.


Cenaron en divertidas conversaciones diferentes, todos hablando de sus días. Naruto se mordía la lengua para no decirles que Itachi estaba en gravidez, porque era algo que el mayor le dijo en confesión, no podía andar ventilando la intimidad de otro con su familia.


- Tenemos unos regalos para ustedes – Madara se levantó para ir a buscar los presentes, en tanto Minato partía la tarta para repartirla entre los cuatros.


Madara llego con los presentes – Esto es de parte de ambos para ustedes – Minato se sentó junto a Madara tomados de las manos, ilusionados por ver las caras de sus hijos.


Naruto y Sai se miraron curiosos antes de abrir sus regalos, ambos eran cajas redondas, ambos las abrieron mirando lo que había adentro.


Sai miró con el contenido para sacarlo sin comprender del todo, era un pequeño atril como para un niño, que venía con acuarelas y el cuadro de tela del atril venía con un dibujo de dinosaurio con flores para ser pintados, y además de eso vaso para colocar pinceles con la leyenda.


“Estaré ansioso de que mi hermano mayor me enseñe a pintar”


Naruto por el contrario su presente, tenía un set de herramientas de repostería para niños, todo en colores pasteles, junto con un delantal de cocina pequeño.


“Mi hermano mayor me enseñara a cocinar rico”


Sai y Naruto se miraron sorprendidos y luego a sus padres, levantándose ambos en el acto para ir abrazar a Minato con amor.


- Vamos a tener un hermanito – Gritó Sai extasiado.


- O hermanita ¡Dattebayo! – Naruto besó la mejilla de su papá y luego fue abrazar a Madara – Felicidades papá –


Sai también fue abrazar a su padre cuando Naruto lo soltó. Se pasaron el resto de la noche hablando del bebé que llegaría a sus vidas.


Obito fumaba como un poseso en el pequeño balcón del departamento, pensando en lo que había hecho con Kakashi minutos antes, terminó su cigarrillo para volver adentro.


Kakashi estaba tendido en la cama mirando hacía el techo, como si en el estuvieran todas las respuestas del universo, escuchó a Obito entrar y sentarse a su lado.


- Cuándo entras de nuevo –


- Tengo dos días libres – Dijo con voz pesada – Por qué –


- Te lo dije antes ¿no? – Obito se puso encima de Kakashi, acomodando las piernas del galeno para quedar en medio de ellas – Yo no voy a perder ante nadie, amo el sexo, amo tener a alguien calentando mi lecho, y si Rin se fue pensando que podría tenerte, entonces se quedará con las ganas porque me quedaré contigo, además nunca lo había hecho con un hombre, eres más resistente que una mujer – Le dijo mientras se internaba en las profundidades de Kakashi, haciéndolo gemir – ¡¡Dios!! – Exclamó al sentir la estreches de su nuevo amante – Tu voz y tu estreches son exquisitas –


- Idiota de mierda – Se quejó Kakashi, siendo penetrado con rapidez haciéndolo jadear de placer.


Despertó horas antes siendo toqueteado por Obito, sobre él, estaba sin pantalones y con la musculosa rota. El Uchiha besaba sus pezones mientras una de sus manos lo estaba masturbando, quizás no estaba bien ser asaltado por su mejor amigo mientras dormía, pero por amor al cielo y la verdad años deseando tener siquiera una oportunidad de compartir una vez siquiera la cama con Obito. Ahí estaba su deseo cumplido, estaba siendo devorado por el Uchiha, por el amor de su vida, sí bien podía estar mal, pero qué importaba llevaba años enamorado de Obito, y a esas alturas le daba igual su dignidad, orgullo o lo que fuese, aunque estuviera mendigando cariño.


Ahora nuevamente estaba teniendo otra ronda de sexo con Obito, que lo besaba con deseo, mientras era empotrado a la cabecera, no era un sexo suave, pero tampoco violento, era una mezcla perfecta, Obito no era agresivo, sino necesitado. Sus brazos estaban enroscados en la espalda del varón.


Obito por su parte, tomó la decisión más loca que se le ocurrió, lo pensó, Rin era la mujer de su vida, la amaba con locura, pero lo había traicionado, no solo eso, sino que quiso llevarse a su mejor amigo lejos de él. Horas antes pensaba que Kakashi estaba locamente enamorado de su esposa, que por eso, él se había alejado, pero no, era todo lo contrario, si fuese otra persona hubiese dudado, pero Kakashi no era alguien que jugara a traición o fuese un mentiroso.


Sabía que si lo encaraba sabría la verdad, pero  nunca se espero saber que Kakashi tuviese ese tipo de sentimientos por él. Entonces por qué no usarlos, o sea Rin amaba a Kakashi y éste a él, si alguien salía ganando definitivamente era él. Así que tomaría al Hatake para sí mismo, de esa forma Rin nunca podría tenerlo, y aunque ella tratara de estar con otro, nada lo lastimaría más si fuese con su mejor amigo.


Se enterró en la piel del galeno, embebiendo su aroma, la suavidad de su piel nívea que siempre mantenía escondida detrás de esos pijamas de hospital. Sentía las piernas de Kakashi aferradas a sus caderas casi ahorcándola, mientras se movían sincronizados en movimientos que a ambos los llenaban de placer.


Que mierdas, daba igual irse al infierno, al menos no lo haría solo, tendría a Kakashi con él.


Los días pasaron, Itachi estaba dado de alta ya en su casa, sin posibilidad alguna de volver a su departamento, tampoco es que él quisiera volver a ahí, no habían buenos recuerdos, además ya iba para la semana veintitrés, e increíblemente su vientre se había abultado, estaba más redondito, su bebé ya se movía bastante, le daba pataditas sobre todo cuando él estaba recostado, era cuando más lo sentía.


Hablaba con él, le leía libros y escuchaban música, quería que su bebito se sintiera amado por él, no podía aún lidiar con la culpa, pero cuidarse a sí mismo y a su bebé era primordial. Estaba en casa de su tío Madara, recostado en el mullido sofá blanca, vestido con una jardinera de jeans negra, con una colcha encima, mientras que Naruto le hacía cariño en el cabello y escuchaban a Sai y Sasuke discutir por cual película ver todos juntos, mientras Gaara, quien era oficialmente el novio de Sai, ya estaba colocando música en Youtube.


Minato estaba con Mikoto haciendo la cena junto a Izuna, Tajima veía a sus nietos de cierta distancia en todo los proyectiles de Sasuke y Sai no le dieran. Eran días pacíficos, como cada viernes se movían a la casa de alguien para cenar y pasar la tarde con la familia. Faltaba que llegaran varios todavía, pero pronto lo harían, entre ellos Obito y Kakashi que al parecer tenían ese tipo de relación, Tobirama que iría obviamente por Izuna, el hombre había comenzando el proceso de divorcio con su mujer, Tobi dijo que llevaría a alguien con quien estaba saliendo, pero con ese nunca se sabía. También iría Jiraiya con Orochimaru y su hijo Mitsuki, de igual forma llegarían los Namikaze, ni siquiera sabía cómo se iban a sentar todos a comer, pero era grato tener una reunión familiar, para celebrar las noticias de dos bebés en camino.


Ya sabía que tantos su nieto como su yerno estaban en dulce espera, era una hermosa noticia, la familia Uchiha crecería, ya sabía que Itachi tendría un niñito a quien llamaría Shin, esperaba que Minato tuviese una nena, todos sus nietos eran niños y ya quería una princesa, aunque sabía lo consentida que sería. Sonrió al ver el futuro de su familia llena de esplendor, su familia siempre de todos grises, parecía haber adquirido nueva vida luego de la llegada de Naruto.


Madara observó a Shisui, él muy imbécil de alguna forma había podido evitar  a toda su seguridad, hizo una nota mental de reprenderlos y colocar más gente incluso en lugares como ese, el estacionamiento.


- Qué haces aquí –


- Sé que no soy de tu agrado tío – Shisui botó la colilla de su cigarrillo y lo apago con ahincó con la suela de su zapato – Pero vengo hacer negocios contigo…


 

Notas finales:

Nos vemos mañanas, mil gracias por su apoyo las quiero mucho, nos leemos.


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