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¿QUIERES APOSTAR? por Kuroyami Mirai

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Notas del fanfic:

Esta es una historia que llevaba mucho tiempo deseando escribir y no pude resistir las ganas de darle por fin un comienzo. Me disculpo por los que siguen mis otras novelas, prometo no dejarlas de lado, pero es más fuerte que yo, necesitaba colgar este primer capítulo que en realidad es un prólogo. Es un proyecto dedicado a todos los queridísimos amantes del SasuNaru, por favor disfrútenlo.

Notas del capitulo:

Disclaimer:

Todos los derechos son de Masashi Kishimoto, los personajes de la serie anime/manga de Naruto solo los he tomado prestados para que participen en esta adaptación. La historia original pertenece a McGüire-san. Sus libros me encantan y creo que esta novela podría convertirse en un hermoso SasuNaru si le pongo algo de esfuerzo. Para los que le interesen, el libro original se llama Beautiful Disaster

Ahora por favor, pasen a leer…

La oscuridad era menguada por una linterna colgada en el techo, las escaleras estaban en ruinas, las personas estaban apretadas hombro contra hombro y el aire era una mezcla entre sudor, sangre y moho. En resumen. Todo en ese sitio gritaba a los cuatro vientos que Naruto no pertenecía allí.

El remolino de voces por lo alto lo aturdió un poco, incapaz de comprender una sola línea en general. Solo eran nombres y números siendo interrumpidos por más números. Los brazos se agitaban en el aire, haciendo gestos para intercambiar dinero y comunicarse a través del ruido.

Naruto se sumergió en la multitud, siguiendo de cerca a su mejor amiga- ¡Espero que tengas tu dinero bien guardado!- le gritaba Hinata, su amplia sonrisa brillando en la oscuridad, era una oda a la picardía y la diversión.

-¡Quédense cerca, empeorará una vez que comience!- gritaba Kiba, parado junto a Hinata, tomó su mano y después la de Naruto para arrastrarlos a través del mar de gente.

Se escuchó un agudo sonido, interrumpiendo los alaridos desordenados. Naruto pudo identificar que el sonido provenía del cuerno de un toro, resintiendo el pequeño salto que había dado por la sorpresa. Se paró de puntitas y pudo ver a un hombre parado sobre una silla, con un fajo de billetes en la mano derecha y en la izquierda estaba el cuerno de la discordia.

-¡Bienvenidos al baño de sangre, damas y caballeros!- gritó el hombre por lo alto, alzando los brazos al aire, su sombrero de alas estrechas casi cae al suelo por el gesto, mostrando su inmaculado cabello blanco.- ¡Si estás buscando algo de diversión pacífica…! ¡Estás en el lugar equivocado! Si lo que buscas es un baño de sangre, entonces esto es ostia- sacudió los brazos al aire con energía- Mi nombre es Suigetsu y dirijo todo esto y hago las reglas. La pelea termina una vez que uno de los oponentes esté en el suelo. No se permite ayudar a los combatientes, no tocarlos y no se puede entrar al cuadrilátero, mucho menos cambiar las apuestas. ¡Si se rompen estas reglas se les arrancaran las pelotas y se irán de aquí sin su dinero! Eso incluye a las señoritas y lindos donceles, para que ni se les ocurra usar sus puterías para sobornar al personal.

Kiba negó la cabeza, claramente desaprobando la selección de palabras de su amigo. Naruto lo observó unos segundos, luego sus azules ojos recorrieron el lugar para después terminar en su ropa. Con su suéter de tonos bergamota suave, de mangas tan largas que le cubría los dedos y caído hasta la parte baja del trasero, parecía una vieja maestra del norte de Seattle. No combinaba para nada con el lugar.

Le había prometido a Hinata que enfrentaría todo lo que se le pusiese en frente, pero esto era ridículo. Estar encerrado en un sótano con más de sesenta chicos borrachos, no era precisamente una buena idea si quería salir de allí en una sola pieza.

Después de que ella conociera a Kiba en la primera clase de orientación en primer año, lo acompañaba en secreto a las clandestinas luchas que se hacían en los sótanos de la Universidad de Konoha. Cada evento se hacía en un lugar diferente, turnándose intermitentemente para poder pasar desapercibidos. El sitio acordado para la pelea siempre quedaba en el anonimato hasta una hora antes de que comenzara.

Ya que Naruto pertenecía a un grupo tranquilo, no tenía la menor idea de que este tipo de eventos y reuniones se hacían en la universidad, a diferencia de Kiba que lo supo desde antes de ingresar. Sasuke, el compañero de cuarto de Kiba y además su primo, había entrado en su primera pelea siete meses antes de que las clases comenzaran.

Al ser solo de primer año en ese entonces, la institución entera estaba convencida que el chico había sido el luchador más letal que Suigetsu pudo haber conseguido desde que fundó El Circulo. Comenzando su segundo año, Sasuke era invencible, así que junto a Kiba podían pagar fácilmente el alquiler con las ganancias de las apuestas.

Suigetsu llevó nuevamente el cuerno a sus labios, los alaridos desesperados de la multitud no se hicieron esperar, estallando las voces en rugidos inentendibles- ¡Esta noche tenemos a un nuevo retador!- anunció el peliblanco, tocando la parte delantera del ala de su sombrero con la punta de los dedos, bajándolo un poco para darle un toque siniestro a sus ojos entrecerrados- ¡El luchador estelar de Konoha, Akimichi Choga!

Los gritos subieron más de tono y la multitud se abrió paso como el mar rojo cuando Choga entró en el terreno. Se abrió un espacio circular a su alrededor y la multitud silbó, burló y abucheó al joven universitario. El chico saltaba para destensar el cuerpo, movía el cuello hacia los lados o a hacia adelante y atrás; su rostro severo, concentrado.

La multitud se calmó, pero Naruto tuvo que llevarse las manos a los oídos cuando los altavoces a sus costados comenzaron a resaltar una música ardida y emocionante, como cuando el héroe está a punto de salir en una película de acción- Left  Motive*- se dijo así mismo, negando con la cabeza con un deje de aburrimiento.

-¡Nuestro segundo luchador no necesita ninguna presentación!- anunció el peliblanco, un poco más emocionado que antes- Pero, ¡cómo me gusta hasta la mierda, igual lo diré! ¡Que los donceles cuiden sus traseros y que las señoritas resguarden sus bragas!- señaló al lado contrario porque el que había entrado Choga, su puntiaguda sonrisa aumentando a cada instante- ¡Les presento a Uchiha Ôkami* Sasuke!

El volumen estalló cuando Sasuke entró por la puerta señalada. Su entrada fue sencillamente, épica. Sin camisa, relajado e inexpresivo, caminó hasta el centro del círculo, como si estuviese caminando al curro donde tenía que asistir diariamente. Una palabra describía su impertérrita mirada. Rutinario.

Levantó un brazo para chocar su puño con Choga, los músculos bajo su tatuada piel se tensaron ante el movimiento. Los tatuajes eran extrañas marcas negras que recorrían su pecho, vientre y brazo del lado izquierdo del cuerpo, como de un fuego negro que lo estaba consumiendo. Del lado derecho, siluetas de serpientes con ojos brillantes lo envolvían como si él fuese su domador. Naruto pensó en ese momento que, más que el héroe de una película, parecía el villano aterrador. Sin embargo le pareció… impresionante.

Sasuke se inclinó hacia adelante para susurrarle a Choga en el oído. El otro joven tensó la mandíbula, concentrado en no reventar allí mismo, tratando de mantener su expresión severa. Choga se echó hacia atrás, quedando cara a cara con el pelinegro, mirándolo directamente a los ojos con una gesticulación asesina. Sasuke en cambio, mostraba un semblante apaciguado y hasta divertido. La media sonrisa que surcaba sus labios era la prueba.

Los chicos dieron unos pasos atrás y Suigetsu hizo sonar el cuerno. Choga tomó una posición defensiva y atacó a Sasuke. Naruto se alzó de nuevo en puntitas ya que, por el constante movimiento de la multitud, había perdido su línea de visión. Balanceándose lado a lado cuando los hombros chocaban contra él, haciéndolo rebotar.

Frustrado por no poder ver nada más que la parte superior de la cabeza de los luchadores, se abrió caminó hacia el frente. Cuando finalmente llegó al límite del público, pudo ver en primera fila como Choga envolvió a Sasuke con sus gruesos brazos, tratando de lanzarlo al suelo. El pelinegro de tatuajes adivinó sus intenciones y, balanceando su peso, levantó una pierna y lo pateó en el estómago con la rodilla.

Choga se encogió un poco por el golpe, pero antes de que pudiese recuperarse, recibió otro en su rostro con un poderoso empeine, obligándolo a ladear la cabeza. Aturdido, sacudió la cara para espabilar, pero el puño de Sasuke no le dio tiempo, golpeándolo una y otra vez hasta que estuvo cubierto de sangre.

Naruto estaba emocionado, excitado. Aquella batalla era tan increíble que quiso saltar de emoción. Cinco dedos se enterraron en su brazo, haciéndolo dar un paso hacia atrás- ¿Qué demonios haces, Naruto?- le preguntó Kiba con seriedad.

-¡Desde atrás no podía ver!- gritó por encima de los alaridos del público.

Ansioso por estarse perdiendo de la pelea, le dio la espalda al castaño y se volteó a tiempo para ver como Choga lanzaba un puñetazo y Sasuke giraba para esquivarlo, haciendo una vuelta de 360º para estampar su codo contra el rostro de su oponente. Una fila de sangre salpicó sobre Naruto, manchando su cara en una línea diagonal hasta su suéter tejido, pero no le importó, estaba muy emocionado.

Choga cayó al suelo de concreto con un ruido sordo y la habitación quedó en silencio por unos minutos. Suigetsu se acercó con un pañuelo cuadrado de color rojo y lo colocó suavemente sobre la cabeza del muchacho. La habitación estalló, el dinero voló de mano en mano otra vez y las expresiones oscilaban entre satisfacción y pura frustración.

Naruto rebotó una vez más con los empujones, alejándose de los gritos de Hinata en la distancia. La fogosidad por el espectáculo que presenció aún lo tenía en las nubes y más con la gran fascinación que le provocaba el hilo de sangre en su ropa, que iba desde el pecho hasta la cintura.

Un par de botas oscuras se posaron frente a él, obligándolo a desviar la atención del suelo, viajando las cerúleas pupilas hacia arriba en un recorrido donde visualizó unos pantalones negros llenos de sangre, unos cincelados abdominales bien marcados, un desnudo y tatuado pecho bañado en sudor y, finalmente, un par de ascuas brunas cargadas de morbo y diversión.

Alguien empujó a Naruto desde atrás y Sasuke lo tomó del brazo rápidamente para evitar su caída- Aléjate de él- gruñó el moreno por lo bajo, dedicándole un muy fruncido ceño al joven que accidentalmente empujó al rubio. Su expresión severa se dirigió a cualquiera que intentó acercarse – aunque fuera por accidente –, la cual cambió a una sonrisa de lado al ver la manchada camisa y el confundido rostro del rubio- lo siento, Hiyo*.

Suigetsu se acercó por detrás y le dio una palmadita a Sasuke en el brazo- Vamos campeón, tienes un montón de dinero esperando por ti.

Los ojos negros, tan penetrantes como dagas de azabache, no se apartaron de los azules en ningún momento- lástima lo del suéter- soltó el brazo del atontado rubio y le sacudió los cabellos- se veía bien en ti, polluelo.

Antes de darse cuenta, estaba envuelto por un millar de fanes, llevándose la presencia de Sasuke de la misma forma en la que había llegado- ¡¿En qué estabas pensando?!- le gritó Hinata tomándolo del brazo.

Naruto amplió una radiante sonrisa zorruna- vine aquí para ver una pelea, ¿no?

Kiba cruzó los brazos en su pecho con indignación.- Tú ni siquiera deberías estar aquí, Naruto.

El rubio se encogió de hombros- Tampoco Hinata.

-Ella no intenta meterse dentro del cuadrilátero- respondió el castaño con el ceño contraído.

-Vámonos ya.

Hinata suspiró antes de sonreír como idiota- Por dios, Naruto. Eres un enorme grano en el trasero. ¡Joder, te quiero!- enganchó su pálido brazo en el cuello del rubio, llevándolo a su pecho para apretujarlo y sacudir su puño en la dorada caballera.

Naruto se removió incómodo dentro del agarre, Hinata lo dejó libre del castigo por haberla preocupado, pero no desenganchó su brazo. Caminaron juntos hacia la salida, hacia la oscuridad de la noche.

 

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Hinata entró en la habitación, burlándose de la compañera de cuarto de Naruto sin ninguna timidez, Karin. El blondo, casi inmediatamente, se quitó la chaqueta llena de sangre, mandándola con fuerza a la ropa sucia.

-Que asco, ¿dónde has estado?- preguntó Karin desde su cama.

Naruto miró a Hinata disimuladamente y ésta solo se encogió de hombros- Sangrando por la nariz. ¿No has visto nunca las hemorragias nasales de Naruto?- Karin acomodó sus gafas y negó con la cabeza- algún día lo harás.- Le guiñó un ojo pícaro al rubio y salió trotando de la habitación.

Naruto suspiró con agotamiento, caminando con el plan en mente de darse una relajante ducha, pero antes de que pudiese hacerlo, su móvil vibró desde el bolsillo. Por costumbre, Hinata le enviaba un mensaje después de decir adiós.

<<Pasaré la noche con Kiba. Te veré mañana, rey del cuadrilátero>>

Naruto sonrió tras un soplido, después miró a Karin, quien le estaba mandando una mirada curiosa y temerosa a la vez, como si su nariz fuese a sangrar en cualquier momento- Ella bromeaba- aclaró Naruto con naturalidad. Karin asintió en acuerdo y acomodó un poco de los libros que tenía sobre su cama- me daré una ducha- expuso mientras tomaba su toalla y la bolsa de baño.

-Alertaré a los medios de comunicación.- Bromeó Karin, manteniendo la nariz enterrada en uno de sus gruesos tomos.

 

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Al día siguiente, Kiba y Hinata se reunieron con Naruto para el almuerzo. Él tenía toda intención de sentarse solo, pero a medida que la cafetería se iba llenando, las sillas a su alrededor se invadían por los miembros del equipo de fútbol y hockey, mandando a su privacidad a otro país.

-Kiba- dijo una voz gruesa, varonil.

Kiba asintió con la cabeza, llamando así la curiosidad de Hinata y Naruto que, intrigados, giraron en el asiento para ver a Sasuke sentándose al final de la mesa. Fue seguido por una voluptuosa rubia usando camiseta Bebe y se sentó en su regazo, acariciándole el pecho con coquetería.

-Creo que he vomitado un poco dentro de mi boca- habló Hinata con un resoplido.

La rubia se giró hacia la ojiperla con una mirada de enfado- Te escuché, vaca ciega.

Hinata tomó su bollo con rabia, lanzándolo al final de la mesa como un proyectil, éste rozó la cara de la rubia. Antes de que la chica pudiese decir algo, Sasuke alzó sus rodillas, mandándola al suelo como si nada.

-¡Oye!- chilló, mirando a Sasuke con un mohín.

El pelinegro solo se encogió de hombros como si tal cosa- Hinata es mi amiga, tendrás que buscar otro regazo, Ino.

-¡Sasuke-kun!- chilló ella de nuevo mientras se ponía de pie.

El moreno miró su plato, como meditando internamente qué comería primero. Gesto que decía claramente que la presencia de la chica le valía lo mismo que un pepinillo. Ino frunció su ceño, cabreada y se giró para salir de allí pisando fuerte.

Sasuke le dedicó una media sonrisa de cómplice a Hinata y siguió comiendo su almuerzo repleto de tomates. Para sus adentros, lo único que podía pensar en ese momento era en su delicioso manjar esperándolo para ser devorado. Al rato intercambió algunas palabras con Kiba y con uno de los miembros del equipo de fútbol que estaba sentado al frente, pasando así la hora del almuerzo.

Los minutos pasaron y la cafetería se fue desocupando, al igual que la mesa donde estaban sentados. Naruto se quedó platicando con su par amigo sobre los planes que tenían para el fin de semana. Sasuke se levantó para irse, pero algo llamó su atención, haciendo que se detuviera en el extremo opuesto de la mesa.

Naruto miró hacia arriba cuando Hinata le mandó una mirada socarrona, encontrándose con la sorpresa de que Sasuke estaba tras él, observándolo fijamente.- Ya lo conoces, Sasuke- explicaba Kiba- es el mejor amigo de Hinata. Estuvo con nosotros la otra noche.

El moreno extendió una sonrisa, algo diferente a las anteriores, parecía sincera y encantadora. Sus poros exudaban sexo y violencia por todos lados, pasión y morbo. Naruto recorrió la vista por sus brazos tatuados, rodando los ojos por el superficial intento del moreno por coquetearle.

-¿Desde cuando tienes un mejor amigo, Hinata?- preguntó sin dejar de ver al rubio con detenimiento.

-Desde niña- respondió la ojiperla sin mucho interés. Sin embargo le mandó a Naruto una imperceptible sonrisita ladina que lo cabreó un poquito.- ¿No lo recuerdas, campeón? Arruinaste su suéter.

La sonrisa de Sasuke cambió de encantadora a pervertida- Arruino una gran cantidad de suéteres.

Naruto frunció el ceño ante el comentario y murmuró por lo bajo- asqueroso.

El pelinegro hizo girar una silla a un lado del áureo y se sentó, apoyando los brazos en el respaldo sin dejar de mirarlo- así que tú eres Hiyo.

-No- espetó molesto- tengo nombre.- Naruto se enfadó más aun con aquella mirada divertida que Sasuke había compuesto con su respuesta.

-¿Y bien? ¿Cuál es?- preguntó. Naruto lo ignoró magistralmente, mordiendo una manzana con tranquilidad sin intención alguna de responder.- Entonces serás Hiyo- sentenció el Uchiha.

Naruto lo miró con ojos molestos, pero la expresión divertida del moreno no cambió- Estoy tratando de comer.

Sin borrar la socarrona sonrisa, Sasuke frunció el ceño, preparándose para el desafío que se le estaba presentando- Soy Sasuke. Uchiha Sasuke- especificó con orgullo.

Naruto puso los ojos en blanco- Sé quién eres.

Levantando una ceja, el moreno sonrió juguetón- lo sabes, ¿eh?

-No te hagas ilusiones- cortó el blondo con brusquedad- es difícil no recordarlo cuando cincuenta borrachos gritaban tu nombre durante más de media hora.

Poniéndose más serio, Sasuke se sentó derecho, escudriñado al rubio con un gesto concentrado- me pasa seguido- habló tras unos minutos. Naruto puso los ojos en blanco otra vez y Sasuke ladeó de nuevo una sonrisa- ¿tienes un tic en el ojo?

-¿Un qué?

-Un tic- repitió- tus ojos… se mueven demasiado- hizo una pausa, ahora mirando las cerúleas pupilas con más concentración- de hecho, tus ojos me gustan- admitió.

Naruto miró su plato, permitiendo que el flequillo dorado le cubriera el tenue sonrojo en las mejillas. No le agradaba mucho la forma en que lo hacía sentir con su comportamiento tan casual y fuera de diplomacias, justo como si fuese el rey del mundo. No quería ser como el resto de Konoha que se ruborizaba con su cercanía, no deseaba que lo afectara… nunca.

-Ni siquiera lo pienses- exigió Hinata con enfado- Naruto es como mi hermanito.

-Nena- murmuró Kiba con preocupación- acabas de ponerle una negativa. Ahora no parará.

-Tú no eres su tipo- continuó la ojiperla.

Sasuke fingió estar ofendido- yo soy el tipo de todos.

Naruto alzó la mirada en ese momento, ampliando una sonrisa prepotente- creído.

-Sonreíste- Sasuke sintió su ego inflarse solo por ese logro- fue un placer conocerte, Hiyo- se levantó de la silla, caminando alrededor de la mesa para inclinarse cerca del oído de Hinata.

Kiba le lanzó una papa frita- quita tu boca de la oreja de mi chica- regañó.

-Hmp…- bufó el moreno con una sonrisa hipócrita, mostrando sus manos con supuesta inocencia- me retiro.

Unas chicas se acercaron a él cuando se alejó, tocándole la espalda con los dedos para llamar su atención. Sasuke las ignoró como si nada, saliendo de la cafetería con las manos en los bolsillos y un paso tan elegante que no parecía ser el mismo chico que luchó la noche anterior en una pelea callejera.

Hinata soltó una melódica risita malvada- Estás en problemas, Naruto.

-¿Qué fue lo que te dijo?- preguntó el blondo con curiosidad.

-Él quiere que lo lleves a casa, ¿verdad?- dijo Kiba. Hinata asintió y él negó con su cabeza.- Eres un chico inteligente, Naruto. Te lo digo ahora, si caes en su juego y terminas enojado con él, no llegues a tomártelo en contra mía y de Hinata, ¿vale?

Naruto compuso un puchero de molestia- no caeré en su juego. Ni siquiera lo conozco y ya lo odio.

-No caerá en su juego- aseguró Hinata mientras le daba un sorbo a su café.

-Este no es mi primer rodeo, Hina. ¿Sabes cuántas veces ha jodido las cosas para mí, porque él duerme con el mejor amigo o amiga? ¡De pronto es un conflicto de intereses salir conmigo porque es fraternizar con el enemigo! Te lo digo, Naruto- lo miró con seriedad- no le digas a Hinata que ella no puede salir conmigo porque caíste enamorado por los coqueteos de Sasuke. Considérate advertido.

-Innecesario- resopló el blondo con su puchero al ataque.

 

Continuará…

Notas finales:

Bueno, qué les pareció este comienzo? Lento? Rápido? Buen paso? Díganme! Me gustaría saber lo que piensan respecto a esta nueva historia.

Por cierto, aclararé algo de los (*): Left Motive es cuando se usa sonido o música en la televisión o cine para resaltar algo y que el público adivine la aparición de ese algo. (Ejemplo: el tick tack en Peter Pan cada vez que salía el cocodrilo o la música grave de la película Tiburón cada vez que iba a salir ese bicho) Ôkami quiere decir lobo en japonés, ya que es algo así como el nombre de Sasuke en el Círculo. Hiyo quiere decir polluelo. Por lo tanto, si el moreno le dice al rubio Hiyo o polluelo, técnicamente es lo mismo. El apodo surgió por su pequeño tamaño, su cabello rubio y por el hilo de sangre en su camisa.

Creo que no hay más por aclarar. Espero que les haya gustado y nos leemos por ahí n_n/


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