Última mesa al final del pasillo, escondido y encorvado, Naruto apenas podía ver a Kiba y Hinata desde su posición. Pero sí podía ver a Sasuke, sentado en su sitio de siempre, observando con el ceño fruncido la silla que él solía ocupar. Sabía de sobra que estaba siendo ridículo escondiéndose de esa forma, pero simplemente no estaba preparado para enfrentar al Uchiha por toda una hora. Cuando terminó de comer, tomó una respiración profunda antes de salir afuera dónde Sasuke estaba terminando su cigarrillo.
Sombras de un viejo púrpura adornaban el contorno de sus ojos azules. Había pasado toda la noche pensando en un plan que le permitiera dejar las cosas como estaban antes. Al final, sólo pudo llegar a la conclusión de que si trataba el asunto cómo Sasuke solía tratar el tema del sexo, podría tener una oportunidad. En el plan corría el riesgo de perderlo, pero esperaba que su enorme ego lo obligara a jugar de la misma manera.
-Yoh- sonrió cuando lo tuvo de frente, saludando como un día cualquiera.
Él hizo una mueca- Pensé que estabas en la cafetería.
-Tuve que entrar y salir rápido, teme. Tengo que estudiar.- Se encogió de hombros, haciendo su mejor esfuerzo por parecer casual.
-¿Necesitas ayuda?
-Es Historia del Arte. Creo que puedo manejarlo.
-Puedo simplemente ofrecerte apoyo moral- sonrió, hundiendo su mano en el bolsillo. Los músculos sólidos de su brazo se tensaron con el movimiento, y el recuerdo de su flexión cuando se impulsaba con fuerza en su interior, sacó el color en las mejillas del blondo.
-Er… ¿qué?- preguntó, desorientado por el repentino pensamiento erótico que había inundado su cabeza.
Sasuke levantó una ceja- ¿se supone que tenemos que pretender que la otra noche nunca sucedió?
-No, ¿por qué?- Naruto hizo su mejor esfuerzo por parecer confundido. En cambio, Sasuke suspiró debido a su comportamiento completamente predecible.
-No lo sé… ¿Por qué tomé tu virginidad?- se inclinó sobre él, diciendo las palabras en voz baja.
Conteniendo el burbujeo del mal genio, Naruto se limitó a rodar los ojos- estoy seguro que no es la primera vez que desfloras a alguien, teme.
Y tal como había temido, su conducta despreocupada despertó el enojo en el moreno- de hecho, lo fue.
-Vamos… te dije que no quería ningún tipo de rareza entre nosotros.
Sasuke tomó una última calada a su cigarrillo antes de arrojarlo al suelo y apagarlo con la suela de su zapato- bueno, si hay algo que he aprendido en los últimos días, es que no siempre se consigue lo que se quiere.
-Hola- dijo Sasori de repente, apareciendo al lado del rubio para besar su mejilla.
Sasuke lo fulminó con una mirada asesina, casi como si echara fuego.
-¿Paso por ti a las seis?
Naruto asintió no muy convencido- a las… seis.
-Nos vemos en un rato.
Naruto lo vio alejarse con miedo de sufrir las consecuencias de los últimos diez segundos.
-¿Vas a salir con él esta noche?- demandó Uchiha, con la mandíbula notoriamente apretada bajo la piel.
-Te había dicho que me invitaría a salir después de que regresara a Konoha. Me llamó ayer.
-Las cosas han cambado un poco desde esa conversación, ¿no crees?
-¿Por qué?
Sasuke contuvo sus puños, dándose la vuelta. Se alejó del rubio con dos largas zancadas y Naruto hizo lo imposible por contener las lágrimas. Uchiha se detuvo de repente, giró para verlo a los ojos, leyendo por completo su expresión.
-¿Es por eso que dijiste que no te echaría de menos? Sabías que iba a averiguar lo de Sasori y tú, y pensaste que… ¿qué? ¿Qué me olvidaría de ti? ¿No confías en mí, o no soy lo suficientemente bueno? ¡Dime! ¡Maldita sea! ¡Dime qué carajo te hice para que hicieras esto!
Naruto permaneció en silencio, firme, mirándolo directamente a los ojos- No hiciste nada, idiota. ¿Desde cuándo el sexo es de vida o muerte para ti?
-¡Desde que es contigo!
Sus ojos se abrieron tras el impacto de esas palabras, las lágrimas luchando contra sus párpados, desesperadas por salir. Bajó la mirada, notando de soslayo que estaban haciendo una escena. La gente caminaba despacio a su alrededor, murmurando entre sí. Naruto sintió que sus orejas ardían y el ardor se extendió por todo su rostro, haciendo de sus ojos… agua.
Sasuke cerró los ojos, tratando de recobrar la compostura antes de hablar otra vez- ¿es eso? ¿Crees que no fue importante para mí?
-¡Tú eres Uchiha Sasuke!
-Si no te conociera, diría que me estás echando mi pasado en cara- dijo disgustado, negando con la cabeza.
-No creo que cuatro semanas constituyan el pasado precisamente- la expresión de Sasuke se distorsionó y Naruto rió un poco alto- ¡Estoy bromeando! Teme, está bien. Yo estoy bien, estás bien. No hay necesidad de hacer una gran cosa de esto, ¿sabes?
Toda la emoción desapareció del rostro moreno y respiró hondo por la nariz- sé lo que estás tratando de hacer- sus ojos se desenfocaron por un momento, perdido en sus pensamientos- voy a tener que probártelo, entonces.- Luego, sus ojos se entrecerraron sobre los azules, decidido como antes de una de sus peleas.- Si piensas que voy a volver a joder, estás equivocado. No quiero a nadie más. ¿Quieres que seamos amigos? Bien, seamos amigos. Pero tú y yo sabemos que no fue sólo sexo.
Naruto cerró los ojos cuando pasó delante de él, exhalando el aliento que no sabía que había contenido. Sasuke le lanzó una mirada y luego caminó a su próxima clase. Naruto movió su puño por la mejilla, limpiando rápidamente el líquido salino que se había escapado de sus párpados. Tenía en sus espaldas las miradas curiosas de sus compañeros en su camino a clase.
Sasori estaba en la segunda fila. Naruto se deslizó a su lado cuando entró al salón. Una sonrisa brillante se extendió por su cara- Estoy deseando que llegue esta noche.
El blondo tomó una bocanada de aire antes de sonreír, tratando de cambiar el estado de ánimo que había sembrado tras su conversación con Sasuke- ¿Cuál es el plan?
-Bueno, ya estoy instalado en mi nuevo departamento. Pensaba que tal vez, podríamos cenar allí.
Naruto hundió la mirada en la superficie de la mesa- si… también estoy deseando que llegue esta noche.
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Con la negativa de Hinata, Karin fue la renuente elegida para ayudarlo a escoger el vestuario de su cita con Sasori. Tan pronto como se miró en el espejo, todo lindo y provocador, se lo arrancó todo y se sumergió en unos vaqueros y una playera blanca. Después de pensar en su fallido plan toda la tarde, no tenía cabeza para vestirse.
Escuchó el sonido de un coche estacionado en la entrada de los dormitorios. Naruto tomó su celular y salió corriendo por el pasillo. Sasori estaba saliendo de su costoso auto cuando atravesó la salida del edificio.
-Iba a ir a buscarte- dijo algo decepcionado.
Naruto se encogió de hombros, no muy interesado en responderle. Se abrochó el cinturón de seguridad, y soltó un resoplido que el pelirrojo no fue capaz de escuchar. Cuando éste se acomodó a su lado y estuvo a punto de darle un rápido beso en los labios, Naruto puso la palma de su mano en medio del camino.
-¿Qué sucede? Extraño besarte.
Una risita nerviosa salió de sus labios- sí, bueno… En realidad estoy un poco nervioso. Dejemos eso para más adelante- una maldición para el Uchiha cubrió cada parte de su mente. La sensación de felicidad que sentía en cada una de sus citas con el pelirrojo, de repente se había esfumado. Y sabía que Sasuke tenía la culpa.
Sasori lo miró confundido y encendió el motor- de acuerdo, no te presionaré.
-Gracias- fue la mejor respuesta que se le ocurrió. Cuando el auto empezó a moverse, Naruto sintió una molesta sensación de arrepentimiento.
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El departamento era exactamente como lo había imaginado. Con costosos equipos electrodomésticos en cada rincón y muebles refinados. Naruto casi podía asegurar que la decoración era obra de la señora Vera. Sasori lo miraba de forma ansioso, como un niño enseñando su juguete nuevo.
-Es… lindo- ¿en serio? ¿Eso era lo mejor que podía decir? Naruto quiso golpearse con el jarrón que estaba a su lado por haber perdido todo su vocabulario de la noche a la mañana.
-Sabía que te gustaría- con una mirada algo profunda, Sasori se acercó y tomó sus manos, acariciándole el dorso con los pulgares.
Naruto presintió que estaba a punto de ser besado cuando el pelirrojo se inclinó sobre su cuello y todo su cuerpo se tensó. Quería estar en cualquier parte menos en ese maldito departamento.
De repente, su celular comenzó a sonar. Naruto casi oyó cantos celestiales y sonrió como disculpa para contestar.- ¿Cómo va todo, Hiyo?
-¿Qué quieres, Teme?- susurró contra la bocina, tratando de imitar un tono severo, pero éste se suavizó cuando su voz salió acompañada de un deje de alivio al escuchar su voz barítono.
-Quiero ir a los bolos mañana. Necesito a mi pareja.
-¿Bolos? ¿Por eso me llamaste?- Naruto se sintió extraño después de preguntar. En un pedazo de segundo se había encontrado con un montón de sentimientos. Por un lado, esperaba que Sasuke lo llamara para hablar de algo más importante. Tal vez… de sus sentimientos. Por el otro, estaba el detalle de que esa llamada fue la heroína de su noche. Después de todo, había estado buscando una excusa para mantener los labios de Sasori lejos de él.
-¿Qué? ¿Interrumpo algo? Entonces, ¡qué bien! Tengo un don para joder las cosas, al fin le encuentro un buen uso.
Naruto rodó los ojos ante lo último- Está bien, teme. Ya me has salvado. Podemos hablar mañana, ¿vale?
-No, no está bien. Dijiste que podíamos ser amigos. Bueno, los amigos van a los bolos. ¿No lo crees?
Naruto volvió a rodar sus ojos y Sasuke resopló.
-Deja de rodar los ojos, polluelo cabeza hueca. ¿Vendrás o no?
-¿Cómo sabes que rodé los ojos? ¿Me estás espiando?- preguntó irritado, notando las cortinas cerradas.
-Dos cosas. Te conozco demasiado bien. Y siempre ruedas los ojos. Ahora, ¿sí? ¿No? Desperdicias tiempo valioso de tu cita, usuratonkachi.
-Debe ser mi imaginación, pero últimamente me has insultado bastante, teme.
-¿Qué puedo decir? Eres más que un simple polluelo. Ahora sé que además eres idiota, y como soy un genio, conozco varias formas de hacértelo saber.
-Sé que aún estás molesto, pero,¿podrías dejar de llamarme idiota?- frotó el puente de su nariz con los dedos, tratando de detener el dolor de cabeza.
-No. Aún no te perdono.
-Y quieres que te acompañe a los bolos- levantó una ceja, escéptico ante la idea.
-Por supuesto. No te perdono y ahora mismo tengo ganas de secuestrarte y darte tus buenas nalgadas, pero eres mi polluelo y sólo me puedo divertir si estoy contigo.
Naruto contuvo los latidos de su corazón posando una mano en su pecho. Mentiría si dijera que eso no lo hizo feliz. Mordió sus labios, suprimiendo el deseo de pedirle a Sasuke que lo recogiera en ese momento. Por fin podía entender con claridad que no quería estar en otro lugar que no fuera con él.
-¡Sí!- soltó algo emocionado, tratando de no reírse- voy a ir.
-Te recogeré a las siete.
Después de colgar, Naruto se volvió hacia Sasori con la sonrisa del gato Cheshire.
-¿Sasuke?- preguntó con una expresión de certeza.
-Sí- respondió, frunciendo el ceño y sintiéndose atrapado.
-¿Siguen siendo sólo amigos?
Naruto mordió el interior de su labio antes de responder- sí, seguimos siendo sólo amigos.
No muy convencido de la respuesta, el pelirrojo tomó sus muñecas y tiró de él para abrazarlo. Nuevamente, todo su cuerpo se tensó. No quería que lo tocara, no quería que se acercara ni a dos metros. Era extraño, no odiaba a Sasori, pero el sentimiento de no estar haciendo lo correcto le golpeaba las sienes con fuerza.
Sasori acunó sus mejillas con las manos, y se inclinó para besarlo. Naruto ladeó la cara en el último segundo, recibiendo el beso en la mejilla.
-¿Qué pasa? ¿Sigues nervioso?
Naruto alzó los ojos un poco, observándolo desde abajo- para serte sincero, creo que eso es lo más lejos que llegarás esta noche.
-¿Qué?
-Sí, bueno. Tengo que irme, mira la hora- haciendo gestos exagerados con su muñeca sin reloj, Naruto se encaminó a la salida- es hora de que los niños vayan a dormir, ya sabes.
-Espera- tomó su brazo con fuerza, pidiéndole explicaciones con la mirada- no te traje aquí para…, bueno, eso.
-¿Ah, no?
-No. Yo quiero… pasar tiempo contigo, por eso…
-Sí, podemos pasar el tiempo en la escuela- con la sonrisa más amplia de su repertorio, Naruto movió su brazo para zafarse del agarre. La pulsera de su muñeca cayó al suelo por el movimiento, pero ninguno de los dos la notó.- Ya te dije, se ha hecho algo tarde.
Sasori quiso pedir algo más antes de dejarlo ir. Un beso, un abrazo o algo más subido de tono. Pero Naruto corrió lejos de su vista antes de que pudiera abrir la boca. La puerta se cerró de un portazo, dejándolo solo en el medio de su enorme departamento.
Para cuando pudo medir el nivel de su rabia, ya había destruido la mitad del espacio.
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Según Naruto, Hinata era la contradicción andante. Era su conciencia autoproclamada, intentando intervenir cuando al rubio le daban los deslices de volar fuera de pista. Iba en contra de todo lo que habían planeado el hecho de que él se involucrara conSasuke, aun así, ella era la animadora número uno del Uchiha.
Esas habían sido sus sospechas en las últimas semanas, las cuáles acababan de esclarecerse cuando la llamó de su móvil para que lo recogiera y ella le contestó que llamara a Sasuke.
-Él estará encantado de recogerte, enano
-En serio, Hina. Eres la peor amiga que tengo.
-Soy la única amiga que tienes. Mi pollito tiene sólo amigos hombres, ¿eso es pícaro?
-Deja de burlarte. Quiero salir de este lugar, por favor.
-Ya sabes mi respuesta. Yo acabo de salir de la ducha y sé que hay cierto lobo patea culos dispuesto a sacarte de allí ahora mismo.
-No lo llamaré.
Hinata soltó un soplido- no lo hagas, él te llamará de un momento a otro. Ya sabes que tiene una especie de radar cuando se trata de ti.
-Hina…
-Cambio y fuera, rubio.
Naruto chilló de frustración cuando Hinata cortó la llamada. Estuvo por dar saltitos debajo de la luz de alumbrado público cuando escuchó su teléfono sonar de nuevo. Al ver la pantalla, la foto de un estoico Sasuke iluminó sus pupilas. Fue inconsciente de la sonrisa que apareció en su rostro cuando contestó la llamada, permitiéndose un latido de felicidad.
-¿Hola?
-¿Ya estás en Konoha?
Y odió a Hinata por los siguientes minutos. Por dejarlo plantado y por tener el poder de ver el futuro.
-No, estoy a un par de manzanas del parque.
-¿Qué pasó?
-Bueno, creo que… huí de Sasori.
Hubo un largo silencio en la línea. Naruto estaba empezando a desesperarse cuando Sasuke decidió contestar.-No te muevas de ahí. Voy a buscarte.
-Sasuke…
-Estaré en cinco minutos. Si te mueves de ahí te patearé el culo.
-¡Espera! ¿Sasuke?- dijo después de que él había colgado.
Había un frío tremendo, pero como el moreno le prohibió moverse, decidió agacharse y esconderse dentro de su chaqueta. No pasaron ni dos minutos cuando escuchó el sonido de una motocicleta. Cuando alzó la mirada, Sasuke estaba estacionado en la acera. Estaba vestido con unos vaqueros, sus botas acordonadas y una camiseta blanca con un arte negro alrededor, resaltando el atractivo tribal de sus tatuajes.
-¿No tienes frío?- preguntó el blondo cuando se puso de pie, tirando un poco de su chaqueta.
-Te ves bien, ¿tuviste una linda cita?
Rodando los ojos, Naruto tomó el casco que el moreno le extendía con una sonrisa- más o menos.
Cuando estuvieron acomodados sobre la Harley, Sasuke movió su mano sobre la manija del acelerador- estaba a punto de dar un paseo para despejarme. Quiero que vengas conmigo.
-Hace frío, Sasuke. Vamos a casa.
-¿Quieres que busque el coche de Kiba?
-Se supone que mañana iremos a los bolos. ¿No puedes esperar hasta entonces?
-Pasé de estar junto a ti cada segundo del día para verte durante diez minutos si tengo suerte.
Naruto abrazó su contorno para sujetarse, apoyando la mejilla en la amplia espalda, sonrió- sólo han pasado dos días, teme.
-Te echo de menos. Ahora mantén tu trasero en el asiento y vámonos.
No podía negarlo. Él también le echaba de menos. Más de lo que le admitiría. Acomodándose en el asiento, subió sus manos al pecho bien trabajado. Sasuke sostuvo sus muñecas, cruzándolas, se aseguró de que el rubio estaba bien agarrado a su cuerpo. Cuando se convenció de esto, corrió por la carretera a toda velocidad.
Con la mejilla apoyada en su espalda, Naruto cerró los ojos, respirando su olor. Le recordaba a su departamento, y sus cosas, y la forma en que olía cuando andaba con una toalla alrededor de su cintura. La ciudad pasaba borrosa delante de sus ojos, y no importaba lo rápido que iban, el frío del viendo que picaba su piel expuesta, no estaba prestando atención a nada. Lo único que podía pensar era en el cuerpo de Sasuke contra el suyo.
Después de unos largos minutos, Sasuke se detuvo en una gasolinera- ¿quieres algo?- preguntó.
Naruto negó con la cabeza, bajándose de la motocicleta para estirar las piernas. Sasuke le dedicó una mirada cuando trató de peinarse el desorden de hebras rubias con los dedos.
-Déjalo. Estás hermoso con el cabello desordenado.
-¿En serio? Creo que puede estar mejor- dijo mientras seguía peleando con su pelo rebelde.- ¿Debería cortarlo?
-Entonces yo no podría agarrarlo cuando te haga el amor. Ya sabes, me gusta tener a mis presas bajo control- se encogió de hombros, imitando el comportamiento que tuvo cuando apenas se habían conocido.
Con la única diferencia de que, en vez de molestarse, Naruto explotó en un inesperado sonrojo. Al parecer había visualizado la escena. Sasuke se echó a reír al verlo tan avergonzado, espantando a algunas polillas que se arremolinaban cerca de la luz.
Tratando de ignorarlo, Naruto sacó su teléfono móvil y miró la hora.-Dios mío, son las tres de la mañana.
Sasuke lo miró- ¿quieres que volvamos?- su rostro estaba ensombrecido por la decepción.
Naruto apretó los labios- Será lo mejor.
-¿Esta noche sigue en pie lo de los bolos?
-Ya te dije que sí, idiota.
-Y también irás a la fiesta de Akatsuki conmigo en un par de semanas, ¿verdad?
-¡Teme! ¿Estás insinuando que no cumplo con mi palabra? Eso es un poco insultante, ¿sabes?
Sasuke sacó la boquilla del tanque y la puso en su lugar mientras tomaba una respiración- simplemente ya no sé lo que vas a hacer.
Se subió en la motocicleta, ayudando al rubio a acomodarse detrás. Naruto puso los dedos en las trabillas de su pantalón y después lo pensó mejor, envolviendo los brazos alrededor de él. Sasuke cuadró los hombros, reacio a arrancar el motor. Sus nudillos se volvieron blancos mientras sostenías las manillas. Tomó aire, cómo para empezar a hablar, y luego negó con la cabeza.
-Eres importante para mí- le susurró Naruto, apretándose contra su espalda.
-No te entiendo, polluelo. Pensé que te conocía, pero eres malditamente confuso. Ya no sé lo que estás pensando.
-Yo no te entiendo tampoco. Se supone que debes ser el conquistador número uno de Konoha. No estoy recibiendo la experiencia completa de primer año que prometieron en el folleto- se burló, sacando una pequeña risita.
-Bueno, eso es lo primero. Nunca había tenido que dormir con alguien para que quisiera que lo dejara en paz.- Dijo, manteniendo la espalda recta en su lugar.
-Sasuke…, eso no es lo que fue.
Sasuke no respondió. Encendió el motor, volviendo a la calle sin decir ni una palabra. Por el camino condujo inusualmente lento, deteniéndose en todas las luces amarillas, tomando el camino largo al campus.Cuando se detuvieron en la entrada de los dormitorios, Naruto sintió que la misma tristeza que lo invadió cuando salió del departamento de Sasuke, lo consumía. Sabía perfectamente que era ridículo ser tan emocional, pero cuando hacía algo para alejarlo de su vida, estaba aterrorizado de que funcionara.
Por un largo minuto se miraron a los ojos. Sasuke envió su mano al mentón del rubio, acariciando sus labios con el pulgar.-Él te besó, ¿verdad?
Naruto se alejó sorprendido, inquieto por la sensación de ardor que enviaban los dedos de Uchiha a su piel.- Sí que sabes cómo arruinar una noche perfecta, teme.
-¿Pensaste que fue perfecto? ¿Entonces la pasaste bien?
-Siempre lo hago cuando estoy contigo.
Sasuke abrió sus ojos, emocionándose. Pero de pronto bajó la mirada, algo perturbado- ¿te besó?
El rubio resopló irritado- Sí.
Entrecerró los ojos- ¿eso es todo?
-¡Eso no es asunto tuyo!- gritó, cerrando la puerta con enfado. Sasuke la abrió rápidamente, corriendo detrás de él para ponerse en su camino. Cuando Uzumaki quiso rodearlo, le sostuvo los hombros con unas manos temblorosas.
-Necesito saber.
-No. ¡No lo necesitas! ¡Muévete, Sasuke!
-Polluelo…
-¿Crees que porque ya no soy virgen voy a lanzarme sobre el primero que me lo pida? ¡Gracias!
-Yo no he dicho eso. ¡Maldita sea! ¿Es demasiado pedir que me digas la verdad, sólo para tener un poco de paz mental?
-¿Por qué te traería tranquilidad saber si estoy durmiendo con Sasori?
-¿No te das cuenta? ¡¿Pero qué tienes en la cabeza?! Es obvio para todos los demás, ¡menos para ti!- dijo, exasperado.
-Supongo que soy un gran idiota, entonces. ¡Buenas noches!
Sasuke estaba empezando a perder la paciencia. Sacudió los hombros del menor- la forma en que me siento por ti… es una locura.
-Acertaste en la parte de la locura.
-Practiqué en mi cabeza todo el tiempo que estuvimos en la moto, así que escúchame- demandó.
-Sasuke…
-Sé que soy un imbécil, ¿de acuerdo? Soy impulsivo y tengo mal genio, y te metiste bajo mi piel como nadie más. Actúas como si me odiaras un minuto, y al siguiente como si me necesitaras. Nunca acierto en nada contigo… y no te merezco. Pero estoy malditamente enamorado de ti, Naruto. Te amo más de lo que he querido a nadie, nunca. Cuando estás cerca no necesito alcohol, ni dinero, ni luchas, o algo de una sola noche… todo lo que necesito es tenerte.
En ese momento, Naruto no podía pensar en otra cosa además de que su maravilloso plan de fingir ignorancia, fue un fracaso épico. No podía aparentar ser impermeable cuando él había puesto todas sus cartas sobre la mesa. Por razones desconocidas, él era la excepción de Uchiha, y por mucho que había tratado de luchar contra sus sentimientos, Sasuke era la suya.
Con una mirada muy intensa, el moreno le acunó las mejillas con las manos y lo miró directamente a los ojos- ¿te has acostado con él?
Ardientes lágrimas cayeron de los ojos azules cuando negó con la cabeza. Sin dudarlo, Sasuke estampó su boca sobre la suya, metiendo la lengua de forma demandante. Incapaz de contralarse a sí mismo, Naruto agarró su camiseta en dos puños y tiró de él. Sasuke gimió con su increíble voz profunda y se agarró del blondo con tanta fuerza que le sacó todo el aire de los pulmones.
Luego de un minuto, se alejó casi sin aliento- Llama a ese idiota, dile que no quieres verlo nunca más. Que vas a estar conmigo.
El áureo cerró sus ojos- no puedo estar contigo, Sasuke.
-¿Por qué demonios no?- dijo, soltando los hombros del menor. Cuando Naruto bajó la mirada, él se rió- increíble, el único chico del que me he enamorado y él no me quiere.- Tomó su barbilla para que lo enfrentara- yo sé que no soy bueno para ti. ¡Lo sé, maldición! Pero si hay una persona que se hizo para mí, ese eres tú. Haré todo lo que tenga que hacer- demandó determinado- Soy capaz de cualquier cosa, ¿me oyes? Haré lo que sea.
-Sasuke… yo…
-Dejaré de pelar al segundo que me gradúe. No tomaré una sola gota de alcohol. Te haré feliz, Hiyo. Lo prometo. Si sólo creyeras en mí.
-Yo no quiero que cambies, teme.
-Entonces dime qué hacer. Dime y lo haré.
Cualquier idea de volver con Sasori se había ido lejos. Naruto sabía que era a causa de sus sentimientos por Sasuke. Pensó por un momento en las posibilidades. Una vida lejos de él, o una vida con él. Cualquiera de las dos opciones le aterraba.
Pero…
-¿Me prestas el teléfono?- le preguntó, su mirada tornándose decidida.
Uchiha frunció el ceño, confundido- por supuesto- sacó el teléfono del bolsillo sin dejar de ver los ojos azules.
Naruto marcó un número y luego cerró los ojos mientras un tono resonaba en su oído.
-¿Sasuke? ¿Qué mierda quieres? ¿Sabes qué hora es?- contestó el pelirrojo. Su voz era profunda y ronca.
-Perdón por llamas tan temprano, pero esto no puede esperar. Yo… no puedo salir contigo, nunca más.
-Son las cuatro de la mañana, Naruto. ¿Qué es lo que pasa?
-Lo siento, pero estoy bastante seguro que estoy enamorado de Sasuke- soltó de golpe, preparándose para la reacción de ambos. Después de unos largos minutos de inquietante silencio, se cortó la llamada.
Observó el suelo mientras le entregaba el teléfono a su dueño. A regañadientes alzó la mirada, observando la expresión de Sasuke que era una mezcla de confusión, shock y adoración.
-Colgó el teléfono- hizo una mueca extraña.
Sasuke le echó una vistazo a su cara con los ojos llenos de esperanza- ¿me amas?
-¡Son los tatuajes!- aseguró, tornándose rojo por todos lados.
Una amplia sonrisa se extendió por su cara, haciendo que aparecieran hoyuelos en sus mejillas- Ven conmigo a casa- dijo, envolviendo al blondo en sus brazos.
Naruto alzó sus delgadas cejas rubias- ¿dijiste todo eso para tenerme en tu cama? Debí haberte dado una gran impresión, teme.
-En lo único que pienso ahora mismo es tenerte entre mis brazos toda la maldita noche.
-Entonces vamos- sonrió, dejándose arrastrar por aquella bestia llena de tatuajes.
Continuará…