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Firestone por CVainamoinen

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Notas del capitulo:

Anoche me agarró por escibir esto después de escuchar la canción Firestone de Kygo, estoy segura de que ya todos la habrán escuchado, y si no corran a escucharla porque es una canción hermosa <3

Firestone

Soy una flama, tú eres el fuego. Soy la oscuridad que necesita luz. Cuando nos acariciamos, tú me inspiras; puedo sentir el cambio en mí esta noche. Así que levántame, llévame más alto. Hay un mundo no muy lejos de aquí..

Podemos bailar con deseo, o podemos arder en amor esta noche.

 

Los tragos se le notaban en el rostro pálido y los ojos perdidos, en la sonrisa boba y los pasos torpes. Las luces del club, a pesar de ser muy vagas, iluminaban el hermoso rostro de aquel joven rubio lo suficiente como para que Seunghyun pudiese deleitarse como lo hacía con las obras de arte que tanto adoraba.

¿Cuánto tiempo había pasado ya? Quizás entre unos tres o cuatro años desde que le tuvo como amante; prefería no recordarlo.

Prefería mantener esos malditos recuerdos ocultos, donde no pudiese recordarlos a cada minuto. Cuanto había cambiado su Jiyong.

Su Jiyong, aquel chiquillo con el que jugaba de niño. Aquel chico lindo con el que había terminado en un exitoso grupo musical. Aquel vago recuerdo de alguien bueno que ahora se encontraba perdido en un mundo de oscuridad.

Desvió su mirada llena de lastima al trago que sostenía en una de sus manos. Él tampoco era un ángel, para nada.. Pero Ji, el pobre que ahora no se podía mantener de pie por lo ebrio y drogado que estaba era otra cosa. Pensó que mínimamente él sabía cuándo debía parar, pero el rubio no tenía límites.

Seunghyun se preguntó varias veces el cambio de actitud de Ji. Cuando salían le evitaba y no volvía a acercársele hasta la hora de irse, tambaleándose por el alcohol. Su gusto por el vodka decayó cuando las drogas llegaron a su vida, y Seung entonces supo que era suficiente.

Ese no era su Ji, o quizás no quería aceptarlo. La falta de moral y sentido común terminaron por consumirle. Era joven, rico y famoso. La sociedad lo alababa, el dinero sobraba y era demasiado hermoso como para no disfrutar su vida como lo merecía después de tanto esfuerzo.

—Te engañaron… r13;Suspiró por lo bajo, dejando aquel vaso de lado dispuesto a salir de ese lugar con olor a sudor y tabaco.

Tan perdido se encontraba en esos momentos que no se dio cuenta cuando se encontraba fuera del club donde estaban todos sus compañeros de grupo celebrando el cumpleaños del menor de todos. Después se disculparía con SeungRi por haberse marchado tan “temprano”, o quizás no.

Sacó su móvil, dispuesto a llamarle al chofer para que fuese a recogerlo. Este marcaba las 3:26 de la madrugada cuando escuchó aquella risa que tantas veces le había hecho sonreír de mera alegría.

Sus ojos viajaron al callejón aledaño a la discoteca, y con un poco de esfuerzo pudo notar el par de pantalones metálicos holográficos que su líder llevaba; los pudo notar enredándose alrededor de un par de jeans negros.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que el orgullo no le dejo derramar y un vacío se hizo presente en su garganta. La rabia aumentaba ante cada caricia que aquel extraño de proporcionaba a las largas piernas de su Jiyong.

Sin darse cuenta, sus piernas caminaron por su propia cuenta y sus grandes manos se convirtieron en un par de puños que terminaron por estrellarse contra aquel bailarín que se había atrevido a tocar lo que era suyo. El pobre estaba tan borracho que un par de golpes y patadas fueron suficientes para dejarle tirado.

Jiyong, por su parte, había dejado de reír y trataba de enfocar la mirada en aquel frente a él. Lo distinguió como su Hyunnie y rápidamente otra sonrisa volvió a pintarse en sus dulces labios.

—¡Hyu..Hyunnie! ¿Viniste por mí? Te había extrañado…r13;Sus brazos se ciñeron alrededor del cuello del mayor, quien correspondió extrañado aquel gesto.

Jiyong estaba en otro mundo, no tenía nada que ver con el chico que horas antes le había evitado completamente. La mirada que ahora le ofrecía era la misma que años antes le había robado el aliento y le había enamorado.

Tragó pesado, era como si hubiesen retrocedido el tiempo; pero él sabía que tan pronto como el alcohol abandonara el cuerpo del menor volvería a ser el chico “cool” y orgulloso en el que la sociedad le había transformado. ¿Qué debería hacer ahora? Ahora que ese abrazo lastimero se volvía más fuerte, mientras las palabras de Ji volvían a ser dulces y peligrosas.

—Te extrañé mucho Hyunnie, ya no me dejes... No me sueltes hyung, quiero estar así para siempre contigo —la voz apenas audible del joven hacían temblar los brazos de Seung. “Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, ¿Debería interpretar eso de esa manera? Ji se sentía tan pequeño y delicado, como no le había visto o sentido en años.

¿Qué era lo correcto?

Nuestros corazones son como pedernales y cuando chocan, sentimos el amor. Chispas vuelan, iluminan nuestros huesos. Pero cuando chocan, iluminamos el mundo.

Las manos de Seung se enredaron en la cintura del menor, podría fingir que estaba ebrio en la mañana. Su cuerpo y su alma extrañaban tanto a ese niño imprudente que ahora le rogaba con la mirada que le tomara como hacía tantos años no lo hacía. Qué limpiara su cuerpo de todas las manos sucias que le habían tocado.

Más pronto que tarde sus pasos encontraron su camino rumbo al auto del menor y sus manos le robaron las llaves del bolsillo trasero del joven que ahora reposaba en el asiento del copiloto. El gemido que este dio cuando tomó sus llaves fue todo lo que Seung necesitó para saber que sería su mejor noche en mucho tiempo. Sabía que Jiyong aún le amaba como el primer día. Aún quedaba rastro de aquel chico noble.

Su villa estaba demasiado lejos y no quería pasar la noche en el apartamento de Ji, quien sabe que pasaría la mañana siguiente. Se dirigió al Hotel Shilla, donde sabía que lo atenderían sin tantas preguntas.

Ji se había quedado semi dormido en el auto y en no más de quince minutos Seung fue por él. El joven reía ante cada paso que daba, aferrándose con fuerza al mayor hasta que llegaron a aquella habitación en el último piso, con una vista espectacular de Seúl.

Las manos de Jiyong se pegaron al cristal de la ventana y sus ojos parpadearon de forma tierna y graciosa; seguía pareciendo un niño para Seunghyun.

 Este le abrazó por la cintura y besó suavemente su cuello, sintiendo su aroma a té verde a pesar de la ropa sucia y el olor a cigarro que tenía su cabello.

Nuestros corazones son como pedernales y cuando chocan, sentimos el amor. Chispas vuelan, iluminan nuestros huesos. Pero cuando chocan, iluminamos el mundo.

Iluminamos el mundo.

El corazón de Jiyong se aceleró y sintió su cuerpo tibio. Sus manos se posaron sobre las del hombre que tenía encima, cerró los ojos y se dejó hacer por completo. Entregándose al amor como nunca antes.

Seung le tomó para llevarle a la cama. La camiseta ceñida de Ji no duró más que un par de segundos más sobre su cuerpo delgado y lechoso. Las manos grandes y calientes del mayor hicieron su camino delineando su abdomen plano y liso.

Los gemidos no se hicieron esperar, menos cuando sus pequeños pezones fueron atendidos y sus pantalones bajados al igual que su ropa interior. Seunghyun se separó lo suficiente como para ver a su niño hermoso retorcerse de placer bajo él. Sus ojos entrecerrados y sus labios entreabiertos, diciendo cosas sin cordura.

Nuevamente volvió a perderse entre ellos, besándolos con necesidad y deseo. Sus dedos, previamente lubricados con la saliva del menor, se hundieron uno a uno en aquel estrecho canal. Le hacía gimotear y sollozar por lo bajo sobre los labios del mayor. Jamás pensó verle así, tan sincero. Ni siquiera cuando eran jóvenes Jiyong admitía que aquello le lastimaba, pero tampoco que lo disfrutaba. Los gemidos de placer le hicieron acabar con aquella preparación más rápido de lo necesario, pero estaba desesperado por sentirse dentro de él; por volver a hacerle suyo.

Su camisa fue abierta y retirada por Ji, y sus pantalones volaron por su propia cuenta. Su cuerpo reposo entre las piernas abiertas del joven que disfrutaba sin ser discreto.

Seung comenzó a introducirse, a perderse en sus caderas mientras el rubio solo atinaba a cerrar los ojos y hundir sus uñas en la espalda del mayor. Al mayor aquello no le molestaba, menos ahora que podía sentirle por completo suyo. Era como si Jiyong tratase de marcarle de alguna forma.

Soy de X, tu eres de Y, Unos perfectos extraños en la noche. Y aquí estamos, vinimos juntos al mundo que vamos a testificar.

—Se..Seung, te amo, ¡Ah! Ahí~ r13;aquellas palabras volvieron a hacer que un nudo se formara en la garganta del mayor. Hundió su rostro en el cuello de Ji, sintiendo como ahora no podría esconder sus lágrimas. Los sollozos del menor mientras acariciaba su espalda le hacían querer que aquel momento durara para siempre.

—Y yo a ti Ji, más que a nada en este mundo r13; Susurró sobre su oído, comenzando a moverse en aquel apretado interior. Jiyong gemía envuelto en placer y Seung disfrutaba de eso como nada.

Amaba a Ji de una forma diferente a la que amaba un café por las mañanas o los días lluviosos, lo amaba al punto de dejar todo. Al punto en el que preferiría mil veces no volver a ver sus obras de arte favoritas con tal de tenerle siempre a su lado.

Sus movimientos se volvieron más rápidos y certeros, dirigidos a un punto en concreto dentro del menor, quién gemía en busca de más contacto. Su miembro estaba duro y la mano de Seung se encargó de él también. Jiyong sentía que a ese ritmo perdería la cabeza en cualquier momento. La presión en su vientre bajo era cada vez más fuerte; su orgasmo estaba cerca.

Sus gemidos y jadeos eran más fuertes que antes, mientras los gruñidos de Seung sonaban cada vez más graves. Jiyong se perdió con necesidad en los labios del pelinegro cuando la mano de este sobre su miembro y su punto dulce fueron estimulados al mismo tiempo, haciéndole llegar al orgasmo más delicioso de toda su vida.

Seunghyun, por su parte, al sentir como este le apretaba más que antes no pudo más que terminar un par de minutos después. Jiyong gimió su nombre al sentir como lo llenaba, como su escencia llegaba hasta sus entrañas, llenándole hasta el punto de hacerle gimotear.

Nuestros corazones son como pedernales y cuando chocan, sentimos el amor. Chispas vuelan, iluminan nuestros huesos. Pero cuando chocan, iluminamos el mundo.

Ambos se abrazaron, conmovidos por tantas emociones. No solo se habían acostado, habían hecho el amor y Ji lo sabía, entre embestida y embestida el alcohol había bajado su efecto en su pequeño cuerpo y se dio cuenta de lo que hacía.

No se arrepentía, quizás era momento de cambiar… Valía la pena, Seung lo valía todo. Sus brazos le habían mostrado el amor que ningún hombre le había hecho sentir. Quería estar con él, quería despertar sobre su pecho.

Sus brazos le rodearon y salió de su interior junto a su semilla. Ji cerró los ojos y se dejó envolver sumisamente en una sábana, Seunghyun le tomó para llevarlo al sillón frente al gran ventanal. Le recostó contra su pecho mientras veía el amanecer.

Los ojos de Ji se cerraban por el cansancio, miraban de forma tierna los del mayor. El sol se reflejaba en esos oscuros orbes que le hacían estremecer. Si, quería estar con él así para siempre. Esta y todas sus vidas, porque estaban hechos el uno para el otro.

Sus ojitos se cerraron y suspiro el olor a almendras del mayor, no había cambiado tanto después de todo.

—Te amo Seunghyun… r13; Murmuró, como lo hizo la primera vez que se besaron, o cuando se entregó por completo a él por primera vez. Seung no atinó más que a sonreír y abrazarlo más fuerte.

—Y yo a ti, Jiyong.

Nuestros corazones son como pedernales y cuando chocan, sentimos el amor. Chispas vuelan, iluminan nuestros huesos. Pero cuando chocan, iluminamos el mundo.

Iluminamos el mundo.

Iluminamos el mundo.

Notas finales:

Esta es la primera vez en mucho tiempo que subo algo por acá <3

Perdonen cualquier error que pueda haber, estoy mejorando poco a poco en esto. Espero que les guste y si tienen alguna idea pueden dejarmela en los reviews, tengo muchas ganas de escribir pero necesito más inspiración que mi galería de musica.


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