Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reflexiones de primavera por Arawn87

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buen lunes, vengo con la segunda parte y final de este pequeño especial de Géminis. La historia se cuenta desde el punto de vista de Saga y se sitúa en una línea temporal Post-Hades/Loki.

La canción inspiradora fue “Personal Jesus” de Depeche Mode. También la pongo traducida: https://www.youtube.com/watch?v=Ko5sbLBUtpU

 

Misericordia

 

Tu propio Jesús personal,

alguien que escuche tus plegarias,

alguien a quien le importe.

 

Aquí estoy otra vez, en la soledad de mi Templo, a punto de cumplir otro año. Tres décadas, no pensé que llegaría a eso, todo gracias a la misericordia de nuestra Diosa.

¿Qué puedo decir de mi vida ahora? que casi estoy en paz. El daño que causé por culpa de ese infeliz ha quedado en el pasado, he recuperado mi posición, mi familia, mis amistades, solo me falta una cosa… ¿Dónde estás Afrodita? ¿Por qué no me has dirigido la palabra en más de un año? ¿Por qué me miras con esos ojos cargados de ira y rencor? No quiero ni pensar en la respuesta, ¿será que lo extrañas? ¿A él? ¿Me odias porque lo maté?... cuánto daño te hizo ese monstruo, marchitó tu alma, la llenó de oscuridad, pero no te preocupes, yo me encargaré de volver a iluminarla.

Te mantienes oculto, aislado, ya ni a tu mejor amigo le hablas como antes… realmente necesitas ayuda, no quiero que sospechen de ti, por eso debes confiar en mí, me encargaré de convertirte otra vez en el dulce Santo que alguna vez conocí.

 

Tu propio Jesús personal,

alguien que escuche tus plegarias,

alguien que esté ahí (para ti)

 

La noche está calurosa, anunciando la pronta llegada del verano. Me mantengo observando fijamente por la ventana, con mi vista clavada en el último templo.

Me siento inquieto, hice el anuncio de celebración hace dos semanas y tú aún no has respondido. Solo falta un día Afrodita, ¿acaso piensas dejarme plantado? ¿Tanto te repugna venir a celebrar con tus compañeros… conmigo? Incluso nuestra Diosa asistirá, ¿tampoco a ella quieres verla?

Tan dañado te dejó, pobre criatura, eres incapaz de reconocer a los tuyos. Desde aquí percibo tu tristeza, no tiene que ser así, ábreme tu corazón y lo llenaré de dicha.

 

Te sientes desconocido y estás completamente solo,

carne y huesos al lado del teléfono

Levanta el auricular, haré de ti un creyente

 

No puedo esperar hasta mañana, debo conocer tu respuesta esta noche… aunque es una formalidad, sería una descortesía que te negaras, no te permitiré hacerlo.

Me encamino a paso firme por las escaleras, recorriendo los nueve templos que nos separan hasta llegar a los Peces Gemelos. A pesar de ser medianoche, aún estás en tu jardín, siempre ha sido tu refugio, desde el día en que obtuviste tu armadura… me pregunto si alguna vez notaste que Arles te espiaba desde la habitación Patriarcal, lo hacía siempre que venias a esconderte en tu pequeño Santuario. Él disfrutaba hacerlo, y yo también, no lo niego, me gusta observarte, todo en ti es atrayente, sublime.

Afrodita de Piscis, solicito tu presencia… -anuncio mi llegada con voz autoritaria, de otra forma sé que no me atenderás.

Como siempre, te haces esperar, ni siquiera por ser tu superior me haces caso en seguida, ¿debería convertirme en Patriarca para lograr tu completa obediencia?... No, con eso no basta, porque a Shion tampoco le respetas, al menos no de la misma forma en que lo respetabas a Él.  Tendré que conseguirlo de otra forma.

 

Toma tu segunda opción y ponme a prueba,

Hay cosas en tu pecho que necesitas confesar

Yo te liberaré, sabes que soy misericordioso

 

Escucho las puertas del jardín abrirse y de ellas emerges tú, acompañado por una lluvia de pétalos rojos. Te ves hermoso y elegante como siempre, dejándome hipnotizado con esa fría mirada que te empeñas en ofrecer al mundo.

Tú dirás, Géminis –pronuncias suavemente, una vez frente a mí. Te detienes a una distancia prudente, viéndome con desagrado. Normalmente me hubieses reclamado por visitarte a esta hora de la noche, pero ya ni eso haces ¿tan poco significo para ti?

Aún no has respondido a la invitación… vengo a escuchar tu confirmación -digo con seriedad, mirándote fijamente. Por un momento pareces sorprendido, pero recuperas tu máscara en seguida.

- Lo intentaré… -respondes indiferente.

¿Lo intentarás? Eso no es suficiente. Me acerco hasta quedar a muy poca distancia, estás nervioso, intentas ocultarlo pero yo puedo sentirte, siempre he podido, ¿aún no te das cuenta? ¿Crees que lograrás engañarme?... Estás tan perdido, tan perdido Afrodita.

 - Creo que no me expliqué bien… vine a escuchar tu confirmación –repito endureciendo mi voz. No tolero que me ignores, que me contradigas… ¿porqué no he podido recuperar tu devoción? ¿Estaré siendo muy blando contigo?

Te veo arquear tus finas cejas en ese gesto altanero tan característico de ti, luego me miras de arriba abajo, y ríes, te atreves a reírte en mi cara… ya no me respetas ¿verdad?, eso va a cambiar.

Saga, sabías la respuesta de antemano… -hablas con sorna- Ni aunque me lo ordenara el Patriarca en persona iría a perder mí tiempo con ustedes… Atenea incluida…

Esa última frase me hiere, lo dijiste con tanto desdén, ¿porqué hablas así de tus compañeros? ¿De nuestra Diosa? ¿De mi?... pasamos la guerra Santa, Asgard, donde nos salvaste la vida, entonces ¿porqué sigues despreciándonos?, no somos tus enemigos Afrodita, entiéndelo.

 

Estira la mano y toca la fe

 

Me enfoco en tus ojos, noto el vacío en ellos. Mi pobre rosa, caíste tan profundo en el abismo ya no sabes cómo salir, no eres consciente de tu propia miseria, y todo por su culpa.

Intento convencerte una vez más. Te vuelves a negar, riendo, burlándote, y entonces lo comprendo, aún estoy viendo al Afrodita de Arles… no hay opción.

 

Tu propio Jesús personal,

alguien que escuche tus plegarias,

alguien a quien le importe.

 

Me acerco nuevamente y antes de que puedas reaccionar te tomo por la cintura, apegándote a mi cuerpo. De inmediato siento tu cosmos elevarse, junto a la aparición de una rosa en tu mano derecha, la sujeto con fuerza antes de que puedas clavarla. Acto seguido, te susurro al oído.

- Cálmate… no querrás que el Patriarca se entere de que intentas atacar a tu líder… -siento como te tensas con mis palabras, pero logro mi cometido. En un segundo la rosa desaparece.

Vuelvo a mirarte a los ojos, hay ira y desprecio, puedo entenderlo, yo cuento con la venia del Patriarca y tú no. Sabes lo que ocurrirá si rompes las reglas, serás castigado de inmediato, nadie creerá en tu inocencia, siendo tu palabra contra la mía llevas todas las de perder… pero descuida, una vez que te arrepientas y retomes el camino también disfrutarás de sus bondades. Solo debes dejarme entrar, deja que te guíe y tu vida mejorará, lo juro por nuestra Diosa.

 

Tu propio Jesús personal,

alguien que escuche tus plegarias,

alguien que esté ahí (para ti)

 

Acaricio tu mejilla muy suavemente, estrechándote más contra mí, aspirando tu aroma. Entonces te sonrío y pronuncio dos sencillas palabras, “tu habitación”. Veo como abres los ojos, reflejando miedo e incredulidad… no temas Afrodita, te haré sentir en el cielo, algo que él jamás hizo, porque a diferencia mía ese monstruo nunca te quiso, ahora mismo te lo demostraré.

Tomo tu mano y te arrastro al interior, noto cierta reticencia… tranquilo, todo estará bien. Mi sentir es sincero, aunque no me creas.

No pierdo tiempo, te empujo hacia el lecho tendiéndote de espaldas y comienzo a trabajar. Tu cuerpo sigue tenso.

- Relájate… -murmuro antes de continuar atacando tu fino cuello. Me haces caso, pero solo unos segundos.

Debo admitir que no esperaba ese golpe, intentas apartarme con todas tus fuerzas, pero no te dejo, forcejeo sobre de ti y comienzas a soltar alaridos de frustración, porque no puedes usar tu cosmos y no puedes ganarme en fuerza física. Sostengo tus muñecas intentando someterte… no recuerdo que hayas hecho esto contra él, siempre le obedeciste dócilmente, ¿porqué conmigo te resistes?

No le dejaré ganar, no permitiré que su recuerdo siga imperando… debes olvidarlo Afrodita, todo lo referente a él, enfócate en mí, yo estoy aquí, yo soy la luz al final del túnel, pronto lo entenderás… por las buenas o por las malas, lo entenderás.

 

Te sientes desconocido y estás completamente solo,

carne y huesos al lado del teléfono

Levanta el auricular, haré de ti un creyente

 

Un fuerte bofetada acaba con tus intentos de lucha, al fin comprendes que no es bueno contradecirme, no lo hagas Afrodita, lo que menos quiero es herirte. Paso la yema de mis dedos por la zona lastimada, mientras me veo reflejado en tus ojos, ya no hay pureza en ellos, tendré que recuperarla para ti. Ese odio que crees sentir pronto desaparecerá.

Continúo con mi labor, sin tu forcejeo tardo menos de un minuto en denudarnos… no imaginas cuánto anhelaba este momento, poder sentirte así, siendo yo mismo, sin un intruso de por medio. Ahora sabrás lo que son sentimientos puros, te liberaré de su oscuro recuerdo.

 

Yo te liberaré,

sabes que soy misericordioso

 

Relamo mis dedos para prepararte, sin quitarte la vista de encima ni un segundo. Mientras jugueteo en tu estrecho agujero, observo como luchas contra tu propia excitación, pequeño obstinado, insistes en resistirte. Alzo aún más tus piernas y reemplazo mis dedos por mi propia lengua, moviéndola en círculos en tu interior, entonces se te escapa un sonido. Sonrío para mis adentros… finalmente lo entiendes Afrodita, solo yo puedo hacerte sentir así, no volverás a desear estar con nadie más.

Una vez listo, me acomodo para penetrarte, en solo dos movimientos ya estoy en tu interior. Es tan cálido como recordaba, y ese maldito tuvo el placer de sentirlo durante tantos años… no importa, de ahora en adelante seremos solo tú y yo, crearé nuevos e inolvidables recuerdos para ti, voy a recuperar a mi Afrodita.

Aumento el ritmo de las embestidas a medida que te escucho gemir, cada sonido que sale de tus labios es como música para mis oídos, jamás me cansaré de oírla. Pronto te acompaño con mis propios gemidos, en un compás único y armonioso.

Exploto en tu interior, en el mismo instante que tu lo haces sobre ambos. Nos complementamos tan bien Afrodita, tú lo sabes, aunque ahora desvíes la mirada intentando negarlo. Eres un buen mentiroso, pero tus gestos, tu expresión, todo te delata conmigo, a mi no puedes ocultarme nada.

 

Estira la mano y toca la fe

Tu propio Jesús personal

 

Te introduces bajo las sábanas y volteas para darme la espalda. Sientes tu orgullo herido, lo entiendo y respeto, no me preocupa, se que te darás cuenta de la verdad.

Hay tantas cosas que quisiera decirte, pero es inútil mientras te encuentres en ese estado de negación, debo esperar a que te abras a mí, soy el único que siempre te entenderá, siempre me preocuparé de tu bienestar. Por eso, no importa si no crees en el Patriarca, incluso si no crees en Atenea, mientras tengas fe en mi todo estará bien, yo te conduciré por el camino correcto para que siempre salgas victorioso. Aférrate a mi Afrodita, soy tu vida y tu esperanza.

Otra vez me acerco a ti, tendiéndome a tu espalda para acariciarte el cabello, apoyo mi nariz en tu coronilla y vuelvo a aspirar tu embriagadora esencia.

Pronto me incorporo para volver a quedar sobre ti y mirarte a los ojos, los cuales disparan frías dagas. Siento que intentas mantenerte firme a pesar de todo.

¿Asistirás a la celebración de mañana?... –vuelvo a preguntar, utilizando un tono amable. Se forma un tenso silencio y espero paciente por tu respuesta.

Noto que tu pulso se acelera un poco, aprietas los dientes y endureces tu mirada. Pero vale la pena, al fin te veo asentir, al tiempo que una traicionera lágrima se escapa de tus ojos y cae por tus mejillas; me apresuro a secarlas con mis labios, procurando depositar suaves caricias en el proceso. Me separo un poco y te sonrío, quiero mostrarte lo complacido que estoy.

Deposito un par de besos más en tu rostro y me alejo, voy por mis ropas, me visto y te miro de reojo. Sé que estás enojado Afrodita, pero pronto comprenderás que todo lo hago por tu bien, después me lo agradecerás. Volverás a ser la estrella brillante de Piscis.

 

Estira la mano y toca la fe

Estira la mano y toca la fe

 

Te dedico una última sonrisa antes de salir de tu habitación y encaminarme de vuelta a Géminis. Me hubiese gustado pasar la noche contigo, pero sé que sería presionar demasiado. Debo ser paciente, avanzar un paso a la vez, y más temprano que tarde volverás a ser mío. Aquel monstruo pasará al olvido, no será más que un eco lejano de tiempos oscuros que jamás se repetirán.

Volverás a mi Afrodita, mi bella flor, pronto lo harás, y yo te estaré esperando con los brazos abiertos. Seremos uno por toda la eternidad.

Notas finales:

Así termina este especial, con nuestro querido Saga “bueno” (lo sé, mi vena romántica no afloró mucho en esta ocasión). Puedo acotar que la relación entre Géminis y Piscis suele ser difícil, debido al choque de personalidades y por el carácter dual de ambos signos (tan diferentes e iguales a la vez), pero eso es lo que me encanta. Además, cómo no querer a esta pareja si me ofrece tanto material para utilizar mis canciones favoritas :)


Me despido agradeciendo a todos los lectores, con dedicatoria especial a quienes dejan sus comentarios y me siguen las locuras. Nos vemos en la próxima ocurrencia ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).