Pasaron aproximadamente 15 minutos desde que Pepper y Bruce se habían ido para que yo comenzara a escuchar mi teléfono sonar. Era un número desconocido, sin embargo me arriesgue a contestar, probablemente era alguna emergencia o algo por el estilo pero rápidamente descarte esa idea.
—¿Hola, quien habla? —pregunté con un tono desconfiado en mi voz.
—Tony, hola soy Bucky, Pepper me dio tu numero —escuché la otra voz a lado y efectivamente, era la voz de Bucky. Había olvidado que Pepper me había comentado de ello, supongo que me marco al momento en el que consiguió mi número de celular ya que eso había sido algo rápido.
—Oh cierto —me limite a decir algo más, era un poco extraño ya que no hablaba mucho con él.
—¿Cómo estás? —pregunto con un tono preocupado.
—Ya estoy mejor, gracias —dije sencillamente. La verdad es que le debía una enorme disculpa y una compensación, pero probablemente hablaría de eso con el ya estando frente a frente.
—Me alegro Tony, te hablo para decirte que tu coche se quedó en casa de Thor y Loki. Estabas muy mal para manejar así que pensé que era mejor llevarte a tu casa y después recogieras el auto.
—Ya veo, gracias de nuevo Bucky, nos vemos el lunes —y con esto termine la llamada. Eso probablemente había sido demasiado cortante pero no tenía ganas de hablar con nadie, además luego se lo compensaría, pero por ahora no quería ser amigable o amable.
Con todo lo que paso en la fiesta y después la visita de Pepper y Bruce, ni siquiera había pensado en donde se encontraba mi auto en estos instantes. Y la conversación con Pepper estuvo tan sumida en Steve, que ella tampoco menciono nada al respecto, seguramente se le había olvidado. Decidí que no era lo suficientemente tarde como para pasar a casa de Loki y Thor por mi coche, con eso en mente finalmente me encamine hacia allá, no sin antes arreglarme un poco ya que efectivamente, me veía fatal. Cuando llegue la casa se apreciaba totalmente desolada a comparación de anoche. Toque la puerta para que fuera Thor quien me recibió con una amable sonrisa.
—Pero si es el alma de la fiesta —comentó divertido y con inocencia. ¿Alma de la fiesta? Claro seguro con mi numerito de ayer todos me habían identificado como un maldito borracho animado, aunque por dentro fuera todo lo contrario. Ante sus palabras yo simplemente levante una ceja para que el continuara—. Pero no te quedes ahí parado, pasa pasa —finalizó a la vez de que se hacía a un lado para dejarme entrar.
Al momento de entrar se sentía claramente la vibra de que había habido una enorme fiesta el día anterior. Se encontraban vasos y botellas tirados por cualquier lado, las cosas estaban en completo desorden y basura por doquier. Aun así la casa se veía mucho más grande que antes sin todos los jóvenes bailando y cantando descontroladamente. Poco después se asomó Loki arrastrando una enorme bolsa de basura negra y dirigiéndose hacia el patio, parando su camino al notar mi presencia.
—Vaya hasta que te dignas a aparecer —comentó Loki con sorna.
—He estado ocupado —respondí volteando mi cabeza hacia otro lado para no mirar a Loki a los ojos. Ese hombre es muy astuto y seguramente ya sabía que era lo que había pasado conmigo y mi “agraciada” confesión.
—Thor lleva estas bolsas por mí y sigue limpiando, hablare un poco con el enano de aquí, en un momento te alcanzo —dijo Loki de forma seria a la vez de que soltaba la bolsa y se dirigía hacia a mí. Solo pude ver como Thor asentía obedientemente, tomando la basura para después desaparecer de nuestra vista. Después, Loki me tomo del brazo y me jalo hacia la entrada, donde había un pequeño jardín y sin más nos sentamos cómodamente a charlar.
—Al parecer tu casa es un desastre —dije tratando de no tocar un tema en especial.
—Ni que lo digas, llevamos todo el día limpiando y aun no acabamos. La fiesta en un punto definitivamente se salió de control, pero el objetivo fue cumplido ya que todos se la pasaron de maravilla —“casi todos” pensé, ya que estaba más que claro que yo no tuve la misma suerte que todos los demás—. Al parecer tu plan no resulto como esperabas, te dije que el mío era mejor —comentó con simpleza y sin mirarme a los ojos. Era imposible el ocultarle algo a Loki, era bastante perspicaz y claramente ya sabía toda la historia de la noche solamente con haber observado mi comportamiento.
—Francamente la vida da varios giros —me limite a responder a la vez de que bajaba mi mirada.
—¿Recuerdas la charla que tuve contigo cuando fuimos a ver a los chicos entrenar? ¿Recuerdas las palabras que te dije en algún punto de la conversación?
—Después de la tormenta viene el arcoíris ¿cierto? —respondí esperando que eso fuera a lo que Loki se refería.
—Así es, solo quiero que tengas muy en cuenta esas palabras, se lo que se siente el ser rechazado y el sentir que todo tu mundo se está desmoronando, pero eres alguien fuerte Stark, y sé que saldrás adelante, mira que te puedo asegurar que Rogers es un completo idiota que no ve las cosas con claridad. Pero ahora eso no importa, ahorita lo importante es que recuerdes “siempre la mirada en alto” —finalizó con su típico tono de diva y sus característicos gestos.
—Gracias Loki — fue lo último que dije con una leve sonrisa. Nos quedamos así unos minutos en completo silencio, un silencio muy cómodo para ambos, ya que no se necesitaban las palabras con ese hombre, el me comprendía y yo a él y era algo que los dos teníamos en cuenta.
Después de un tiempo salió Thor en busca de Loki para seguir arreglando su casa. Yo simplemente me despedí de ellos para a dejarlos continuar con su limpieza a la vez de que tomaba mi coche para dirigirme a mi casa.
Ya estando en completa oscuridad, acostado en mi cuarto fue que deje de resistirme y continúe llorando como si no hubiera un mañana. Se sentía horrible el saber que la persona por la que darías todo, no haría lo mismo por ti. El saber que mientras yo me carcomo la cabeza gastando todos mis pensamientos en él, el simplemente sigue su vida como si nada hubiera ocurrido sin dedicarme ni un solo pensamiento, me puse a reflexionar que era lo que Steve pensara de mí en estos momentos ¿pensara que soy repugnante? ¿Me tendrá lastima? ¿Le doy asco? Tantas preguntas y ni una respuesta. Lo más seguro es que Steve me siga tratando como un amigo, pero aun así yo ya no podía ser como antes, seria amable pero mantendría mi distancia prudentemente, ya que si todo seguía como antes jamás podría arrancármelo del corazón y yo sería el único afectado. Bien dicen que la esperanza es lo último que muere y claramente ni siquiera eso existía dentro de mí.
Al día siguiente para lo único que salí de casa fue para ir a aquella tienda para mascotas y hacer el grabado en la placa de Capitán. No podía evitar el que Capitán me trajera bastantes recuerdos acerca de Steve, ya que el mismo fue quien me lo regalo, sin contar que tenían una similitud física impresionante. Pero no era la culpa del cachorrito, y a pesar de tener un inmenso dolor al momento de tratarse de Steve, con Capitán era completamente distinto, ya que estar con él me reconfortaba en creces.
Me arriesgue al ir en domingo, ya que muchos locales no trabajan ese día, pero para mí fortuna se encontraba abierto. Al momento de entrar vi como la empleada me saludaba animadamente. “te tardaste en venir guapo” fue lo que me dijo al momento de verme. Yo me extrañe un poco, hasta que recordé que ella era la misma chica que me había coqueteado la primera vez que fui ahí. Le pedí que hiciera el grabado amablemente y en ningún momento ella dejo de usar su tono sensual y coqueto.
Por dentro pensé que ahora ya no había nada que me detuviera a ligar con aquella chica, que era algo atractiva. Ya no había problema ¿cierto? Pero muy en el fondo no quería, por dentro yo sabía que ni con un millón de chicas compensaría la perdida de mi preciado rubio. No tenía caso el cortejar a alguien que no me provocaba ninguna emoción. Así que una vez hecho el grabado me retire de ahí pagando la cantidad correspondiente.
En todo el día no pude sacarme de la mente a Steve, mañana lo vería y no sabía cuál iba a ser su reacción hacia mí. Tenía miedo, miedo a que me volteara la cara y me viera con repulsión, miedo a que me tratara como una basura. Pero me re confrontaba a mí mismo pensando el que Steve no era así. En la noche no pude evitar el seguir derramando lágrimas por aquel hombre. Me sentía en cierta parte perdido, sin darme cuenta mi mundo comenzó a girar en torno a él y ahora ya no tenía nada. Con mis ojos húmedos fui recordando todos y cada uno de los momento que había pasado con el hasta ahora. Como desde el primer momento el removió algo en mi con su detalle de donas glaseadas. Me pregunte si en algún momento podría volver a sentir todo aquello por alguien más, si acaso existiría una persona que capte mi corazón de la forma en la que Steve lo hizo, y con esto último caí dormido para al día siguiente enfrentarme con mi realidad.