En todo el fin de semana no salí casi para absolutamente nada de mi casa, en estos días había recibido una que otra llamada de chicas pidiéndome salir en alguna cita y uno que otro grupo de amigos para proponerme pasar el rato, pero extrañamente yo no tenía ganas. Prácticamente me la pase todo el fin de semana en las nubes, bastante pensativo en todas y cada una de las cosas que habían ocurrido últimamente. Recuerdo que antes no llegaba a tener la experiencia de tantas cosas en mi vida. Antes, cuando era un completo debilucho, no ocurrían cosas tan emocionantes e intensas en el día a día, lo único que se podría contar sería las golpizas que recibía, pero no es algo que me alegre recordar. En tan poco tiempo mi vida dio un completo giro, regalándome experiencias tanto agradables como desagradables y pensar que es simplemente por mi físico. De la nada mis pensamientos pasaron a pensar en el grandioso Anthony. Sin duda desde que el apareció en mi vida, me he llevado bastantes sorpresas durante mi periodo escolar, realmente nunca había conocido a una persona tan increíble asombrosa. A pesar de todo lo que él ha tenido que sufrir siempre sigue adelante con su cabeza en alto, y yo me pongo del lado de los errores que han ocurrido en su vida al rechazarlo de tal forma mientras él me abrió completamente su corazón con ilusión. Quien iba a pensar que las cosas terminaran de esta manera.
En estos momentos yo me encontraba en una comida algo familiar con algunos tíos y demás, ya que era domingo y es prácticamente como una tradición el reunir a la familia. Estaba tan sumido en mi mente que al parecer mi mamá lo noto con rapidez preguntándose qué era lo que me pasaba.
—Hijo ¿te encuentras bien? Has estado muy distraído en todo el día —preguntó mi madre con algo de preocupación.
—No es nada, no te preocupes —contesté a la vez de que le mostraba una pequeña sonrisa para que dejara el tema de lado.
—Seguramente estas comidas familiares ya te aburen mucho y lo comprendo Steve, ya eres mayor y estas en la edad de querer pasar todo el rato con tus amigos —dijo mi mamá en tono comprensivo. A pesar de que esa no era la situación, no la contradecía, simplemente la seguí escuchando—. ¡Tengo una idea! Qué tal si el próximo fin de semana invitas a tu encantador amigo que vino a casa ¿Tony? Creo que ese era su nombre, de verdad me daría mucho gusto que nos acompañara —finalizó con gran emoción a la vez de que esbozaba una enorme sonrisa. Sinceramente me pareció una excelente idea, me haría muy feliz el que Tony viniera con toda mi familia. Pero lo mejor era no hacerme ilusiones al respecto. Era más que obvio que Tony declinaría la invitación.
—No creo que quiera venir mamá, Tony no es de este tipo de ambiente.
—Patrañas, claramente se veía que estaba pasando un buen rato cuando vino a nuestra casa. Tu invítalo y punto. ¿Ok Steve? —al parecer no la iba a hacer cambiar de opinión así que me resigne. No es como si yo no quisiera invitarlo, pero era por seguro que me rechazaría, además no quería hacer esto aún más incómodo de lo que ya era. De verdad desearía que todo fuera como antes, extraño sus pláticas, sus sonrisas, su intelecto y ahora ni siquiera era capaz de cruzar una sola palabra con él.
Paso el tiempo hasta que llegue a mi casa para sin más encerrarme en mi cuarto. Quería despejar un poco mi mente de todo lo que había ocurrido, así que tome mis materiales de dibujo para comenzar a crear arte. El dibujar siempre me aliviaba el alma, podía literalmente desahogarme completamente con un trozo de papel y un simple lápiz. Voltee hacia mi ventana y pude ver como dos parajillos se posaban cerca de ahí. Comencé a dibujarlos con tranquilidad y facilidad, sin apresurarme hasta finalmente acabar el dibujo. Sonreí un poco al ver el resultado final para después pasar la página y hacer solo un dibujo más, ya que el tiempo se pasaba volando.
Cuando voltee mi mirada nuevamente hacia afuera pude ver que la luna había tomado un peculiar color amarillento aquella noche. De la nada mis pensamientos pasaron a aquellos ojos que en el momento se habían tornado en una especie de color parecido. Sin siquiera ponerme a pensarlo mi mano se movió instintivamente sola para crear trazos en el cuaderno. Lo único que cruzaba mi mente era esa intensa pero preciosa mirada del viernes. No lo había notado antes pero no solo Tony tiene los ojos enormes, sino que también tiene unas grandes pestañas que lo acompañan, especialmente las inferiores, a lo que crean una amena ilusión al momento de mirarlos. Después de algunos minutos que se convirtieron en horas fue me hice un poco hacia atrás para poder apreciar mejor mi creación. Había terminado por dibujar los ojos de Tony, y a pesar de que estaba satisfecho con el resultado, definitivamente no tenían comparación con los reales. ¿Cómo es que termine dibujando esto? Pensé al momento de reflexionar un poco sobre mi dibujo. Decidí el no atormentarme más con ello al pensar que no era raro el que yo dibujara este tipo de cosas, prácticamente mi inspiración salía de absolutamente cualquier cosa, así que es perfectamente normal que haya dibujado los ojos de Tony ¿cierto? Con ese último pensamiento cerré el bloc y me fui a dormir.
Al día siguiente al momento de cruzar el aula recordé nuevamente que Tony no estaría presente en clase, y con un largo suspiro fui a sentarme en mi butaca correspondiente, no sin antes saludar a Pepper casualmente. El profesor llego poco después dando primeramente un anuncio a todos los alumnos que se encontraban presentes.
—Jóvenes, la escuela lleva tiempo organizando una excursión especialmente para ustedes en estos días y el fin de semana se finalizaron todos los preparativos para que ustedes lo pudieran disfrutar. Este viernes se suspenderán las clases para ir de paseo a un parque acuático cerca de la ciudad. En esta salida ya no les pediremos los permisos firmados por sus papás, ya que ya están algo grandes para poder valerse por sí solos, quien quiera ir ira y punto. Tendrán que cubrir con una cuota de 150$ para poder cubrir todos los gastos. El paseo incluirá el transporte, entrada y comida durante el día. —comentó el profesor con tranquilidad mientras que todos los alumnos del aula comenzaban a celebrar. Al parecer la idea sonaba bastante atractiva para los oídos de todos y yo no era la excepción. Seria definitivamente una oportunidad para pasarla bien entre amigos.
El profesor comenzó a contestar las dudas que surgían entre mis compañeros de clase para después dar por finalizado el tema y comenzar de una vez por todas la clase.
Pasó el tiempo, hasta que finalmente llegó la hora de entrenar futbol y pude ver como el semblante de Thor y Bucky era algo afligido. Anteriormente ya le había preguntado a Bucky que era lo que le ocurría a lo que el simplemente me respondió que no era nada, que me estaba imaginando cosas. Así que para no insistir más con Bucky, sencillamente me dirigí con Thor para ver si podía ayudar en algo al momento en el que tomamos un pequeño descanso.
—Es Loki —respondió con un tono algo triste en su voz.
—¿Qué sucede con Loki?
—El fin de semana tuvo una gran pelea con mi padre y a pesar de que yo intente arreglar la situación, simplemente no pude con lo testarudo que es. Y ahora no se siquiera porque está enojado conmigo y no me dirige la palabra. —Narró con la mirada gacha a lo que yo apoye una mano en su hombro mostrándole todo mi apoyo—. No lo soporto más, lo extraño demasiado y solo ha pasado un maldito día. Tengo unas enormes ganas de estar con el ahorita.
—Creo que en estas situaciones lo mejor es hablar con el claramente Thor. Probablemente se sintió ofendido porque no lo apoyaste en sus argumentos o algo por el estilo, ya sabes como es. Solamente exprésale lo que sientes con sinceridad y veras como se arreglan las cosas. A pesar de que sea toda una diva, demuéstrale tu cariño y que siempre estarás ahí para el —aconsejé con completa sinceridad. No me gustaba ver a mi amigo así y yo sabía lo importante que era Loki para el así que debía de arreglar ese asunto pronto.
—Muchas gracias Steve, eres una gran persona —me dedico una sonrisa un poco forzada pero aun así no dejando su agradecimiento de lado.
—Ya verás que todo se arregla Thor —finalicé para después seguir con el entrenamiento.
Al terminar el entrenamiento, decidí quedarme platicando un rato más con algunos amigos hasta que se hizo algo tarde y me dirigí a casa. Al llegar mi mamá me pregunto si le había comentado a Tony lo de la comida, a lo que yo respondí que no había tenido oportunidad. No quise decirle que lo suspendieron ya que probablemente le daría una mala imagen de Tony y yo no quería eso, así que me limite a decirle la verdad a medias. Con algo de comprensión acepto mi respuesta, no sin antes recordarme que no se me olvidara hacerlo.
Tome la cena y me dirigí a mi habitación a tomar una ducha para después acostarme en mi cama. Estando mirando al techo fue que recordé que hace mucho que ya no le enviaba un mensaje a Tony de buenas noches, cuando antes se había vuelto completamente una costumbre. Al parecer extrañaba más los momentos de lo que podía imaginar, pero nuevamente me recordaba a mí mismo que no había nada que hacer.