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Finding true love por hannastony

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Notas del capitulo:

Una vez más gracia por sus comentarios y apoyo, nos leemos en las notas finales.

Escuche un ruido proveniente de la puerta de mi casa, seguramente mis padres ya habían llegado y fue ahí que pude percibir que ya era de noche. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí en mi habitación? ¿Cuánto tiempo llevaba llorando y lamentándome por mis errores? No lo sabía, solo supuse que probablemente habían pasado unas cuantas horas. Fui a verme al espejo que tenía en mi baño personal y pude ver que mis ojos aún se encontraban húmedos, definitivamente mi madre se daría cuenta si me viera. Así que cuando escuche que los pasos subían las escaleras y se dirigían a mi habitación, apague todas las luces y me recosté en mi cama fingiendo estar dormido.

—Awww seguro tuviste un día duro —susurró mi mamá en una voz compasiva sin prender las luces— buenas noches hijo —volvió a susurrar a un “dormido” Steve mientras cerraba lentamente la puerta para no hacer ruido.

Hasta que escuche la puerta cerrase nuevamente fue que pude respirar con más tranquilidad sin miedo a ser descubierto. Mi corazón estaba más clamado, aun sentía aquella presión en el pecho, pero las lágrimas ya no salían y mi mente se mantenía completamente en blanco, sin pensar en absolutamente nada. Mejor me deje guiar por mi pasión y tome mi cuadernillo de dibujos, sin importarme ni un poco que lo más seguro es que terminaría dibujando a Tony, como lo es últimamente en estos días.

Al día siguiente traía unas leves marcas rojas por debajo de los ojos, claramente por todos los sentimientos encontrados que tuve ayer en esa supuesta convivencia en casa de Nat, específicamente aquel cuadro de Tony besando a alguien más. No quería, no quería para nada el volver a traer a mi memoria ese recuerdo, pero era como si mi mente me estuviera dando una mala jugada al hacerme ver una y otra vez esa escena por mis ojos. Pensé que muy probablemente esa no sería la única vez que tuviera que ver a Tony en brazos de alguien más, pero debía evitar que surgieran de nuevo esas enormes ganas de darme un balazo en la cabeza.

Baje a desayunar sin preocuparme por el estado deplorable de mis ojos, simplemente diría que fue gracias a que no pude dormir muy bien. Mi mamá, se encontraba limpiando la alacena, así que decidí ayudarla con un poco de quehacer para poder comenzar a hacer el desayuno. Mi papá también se encontraba ahí, tomando un café en el comedor, aunque no era nada fuera de lo normal ya que a veces los fines de semana entraba a trabajar más tarde de lo normal. Lo salude casualmente mientras mi mamá comenzaba a cuestionarme algunas cosas acerca de cómo me había ido ayer y de más, pero obviamente yo le contaba la verdad a medias y omitía en grande el pequeño detalle de mi quebradero emocional. Para mí era demasiado difícil mentir, así que no me fui por aquel camino y simplemente le conté lo de al principio del día. Afortunadamente se dio bien servida con aquella corta explicación y no me hizo más preguntas al respecto.

Justo cuando mi mamá me estaba preguntando qué era lo que quería para desayunar fue que mi celular comenzó a sonar, avisando una llamada entrante de Natasha. Me disculpe con mi madre un segundo para poder salir al patio a atender mi celular.

—¿Nat?

—Hey Steve ¿Cómo te encuentras? —preguntó la meditabunda voz al otro lado de la línea.

—Pues sigo respirando —comente algo sarcástico, nada propio de mí. Tenía el leve presentimiento de que Nat no necesitaba bastantes explicaciones respecto a lo que me pasaba, así que eso me facilitaba las cosas. Ante mi respuesta escuche como ella daba un largo suspiro un tanto angustiado al respecto.

—Ok, esa respuesta no me tranquiliza para nada, ¿quieres que vaya para tu casa o nos vemos en algún café? —preguntó completamente decidida al respecto.

—Mejor hay que vernos en el café que alguna vez fuimos, ya sabes, el que vende un cappuccino delicioso —respondí con serenidad esperando su respuesta. No quería para nada que viniera a mi casa, ya que mi mamá estaría rondando y definitivamente no podría platicar este tipo de asuntos con ella.

—Me parece perfecto, sirve que desayuno algo —contestó algo alegre y sobre todo, más tranquila—. Te veo ahí como en 15 minutos —y con esto último colgó.

Me disculpe nuevamente con mi mamá, para después pedirles permiso a ambos para faltar al desayuno de hoy e ir con Nat al café. Ella pareció un poco pensativa, ya que justo ayer acababa de salir, sin contar que le gustaba el comer en familia pero aun así, dio un suspiro resignado para finalmente dejarme libre. Con mi papá no hubo ningún problema. Sinceramente el ser un hijo bien portado tenía sus recompensas, más de una vez les he mostrado a mis padres que pueden confiar plenamente en mí, así que para este punto ellos eran bastante flexibles.

Me vestí rápidamente para salir directo al lugar acordado. Nat aún no llegaba pero sabía que no faltaba mucho para que apareciera así que decidí esperarla en una pequeña mesa de dos que daba una perfecta vista al exterior. A pesar de que ya había llegado una mesera a tomarme la orden, preferí no pedir nada hasta que Natasha se presentase. Pude escuchar leves murmullos hacia mi dirección. Voltee levemente la cabeza para encontrarme con dos chicas de aproximadamente 16 años, sonriendo coquetamente hacia mi dirección mientras reían entre ellas y mostraban leves sonrojos. Yo simplemente les dedique una amable sonrisa para después voltear de nuevo mi vista hacia el paisaje. Ya estaba más que acostumbrado a ese tipo de gestos, las chicas eran lindas, pero no podía creer como a pesar de haber tantas mujeres en el mundo, la única persona que se había atrevido robar mi corazón fuera un hombre. Trate de comparar lo que sentía por Tony, a lo que alguna vez llegue a sentir por Peggy, pero solo encontraba leves similitudes, ya que con Peggy a pesar de sentir celos, nunca había tenido las ganas de asesinar a alguien como lo era con cualquier persona que se acercara a Tony. O también, yo pensaba que Peggy era muy linda, pero jamás tuve las insaciables ganas de arremeterla contra un muro y hacerla gemir mi nombre, como lo era con Tony, que cada vez que veía su cuerpo sentía que una erección saltaría de mi pantalón si no fuera por el enorme control que tengo sobre mí mismo. Probablemente si era el mismo sentimiento, solo que con Tony se tornaba a un nivel incontrolable, sin contar con la enorme intensidad que sentía cada emoción en mí.

—¿Esperaste mucho? —preguntó Natasha frente a mi mientras tomaba asiento. Su pregunta me hizo caer nuevamente en el presente.

—No, no te preocupes —le dediqué una noble sonrisa a la vez de que llamaba a la mesera para que nos tomara nuestra orden.

Natasha pidió unos waffles en frutos rojos junto con un cappuccino mientras que yo me limite a pedir solamente el cappuccino. No había desayunado pero no tenía sentido el pedir algo de comer si al fin y al acabo no tenía apetito para ello.

—Haber, comencemos desde el principio. Me podrías decir ¿Qué rayos fue todo ese espectáculo del día de ayer? —preguntó algo perspicaz, poniendo ambos codos sobre la mesa y entrelazando su dedos mientras posaba su barbilla ahí, esperando una respuesta.

—¿Aún no lo supones? —respondí con otra pregunta, algo triste y con una sonrisa sumisa.

—sí, ya lo sospecho, solamente quiero escucharlo salir de tu boca.

—¿Qué quieres escuchar Nat? ¿Qué tenía ganas de morirme en ese instante? ¿Qué sentía como me robaban el alma? —respondí un poco inquieto, la rememoración de todo aquello me hacía sentir exactamente lo mismo que en el momento que ocurrió.

—Sabes que esa no fue la mejor forma de expresarlo ¿verdad? Todos se extrañaron bastante por tu comportamiento y se quedaron algo preocupados ¿y cómo no? Si comenzaste a gritar como un completo desquiciado de la nada, nadie se lo esperaba.  Les dije a todos que te comenzaste a sentir mal y que por eso preferiste irte a tu casa a descansar. No sé si todos se creyeron la historia pero por lo menos no hicieron más preguntas al respecto. —respondió apaciblemente mientras comenzaba a dar los primeros bocados a sus waffles que tenían muy poco de haberlos traído—. Quiero que seas completamente sincero Steve ¿Qué es lo que realmente quieres de Tony?

—Lo quiero todo de el —respondí instintivamente a su pregunta sin pararme a pensar mis palabras, solamente con sinceridad. Vi como ella se quedó un buen tiempo mirándome, analizando mi respuesta.

—Pues eso no es lo mismo a lo que dijiste cuando él se te declaro —dijo sin más mientras daba un nuevo bocado.

—¿Cómo es que sabes todo eso? —pregunté algo incrédulo. Puede que Nat sea bastante suspicaz como para darse cuenta de mis sentimientos por Tony, pero era imposible que ella supiera toda la historia con solo observar.

—Bruce me conto acerca de como su mejor amigo estaba del todo destrozado y de cómo quería hacer algo para poder animarlo. Además, yo desde antes ya sabía que Tony andaba babeando por ti, ese chico de plano si era demasiado obvio, muchísimo más que tú al momento de mostrar tus incontrolables celos cuando él esta con Bucky —narró con indiferencia mientras concentraba la mayoría de su atención en aquellos deliciosos waffles—. El punto aquí es… ¿Qué planeas hacer? El pobre hombre está demasiado lastimado y seguramente ya no quiere saber nada de ti al respecto.

—¿Crees que no lo sé Nat? Aunque claramente está muy reconfortado en los brazos de Bucky —respondí con enojo, para que lentamente el sentimiento de tristeza lo remplazara. Para este punto ya había agachado la mirada con pena y pesadumbre—. No planeo hacer nada, tu misma  viste como ambos disfrutaban el “reto”. Por más que quisiera que él me perteneciera solamente a mí, no estaría bien el que me interpusiera un su relación con Bucky. Lo amo Nat, pero desgraciadamente me di cuenta bastante tarde. Y por el mismo hecho de que lo amo, lo único que quiero es su felicidad y si para ello tengo que alejarme completamente de su vida, entonces lo hare—respondí con dificultad, sentía que las lágrimas querían salir nuevamente pero me contuve, no quería lucir tan patético en frente de Natasha, así que me limite a apretar mis puños para dejar correr un poco mis sentimientos.

—Vaya, no pensé que pudieras llegar a ser tan imbécil —su respuesta me hizo fruncir el ceño, algo desconcertado mientras conectaba nuevamente mi mirada con la de ella para que se explicara un poco mejor—. Ok, te paso la idiotez de que lo hayas rechazado al principio por que aún no descubrías tus sentimientos o lo que sea, pero ahora que ya sabes que estas completamente enamorado de él ¿lo dejas ir? ¿Así sin más? ¿Sin siquiera luchar por su cariño nuevamente? Quizá después de todo si tengas razón y Bucky sea lo mejor para él.

—Pero tú no entiendes Nat, yo le he hecho DEMASIADO daño, no solo lo rechace una vez, sino que accidentalmente y en un arranque de celos dije que él nunca me podría gustar, y para mi desdicha lo escucho todo. El ya encontró a alguien más que jamás le hará daño y yo no debo de destrozar aquello.

—Joder Steve ¡¿Y QUEEE?! Todo eso ya es pasado y apuesto lo que sea a que esas palabras no las decías en serio. Ahora es tu turno de luchar, de enmendar tus errores ¡y de conquistarlo!, ¿Cómo es que ya has dado la guerra por perdida si ni siquiera has peleado? ¿Si ni siquiera lo has intentado? Pensé que eras alguien que no se rendía Steve —finalizó exasperada mientras terminaba con lo último de su comida ya un poco más apacible­­—. Escucha, si te estoy diciendo todo esto es por algo, si yo viera que lo mejor fuera que te alejaras simplemente lo diría y ya.

Me quede estudiando cada cosa que acababa de decir Nat. Tenía razón, si tiraba la toalla sin más definitivamente no sería merecedor de Tony. Steve Rogers no era alguien que se rindiera tan fácilmente, tenía que explicarle todo a Tony, tenía que trabajar para conseguir mi objetivo y sobre todo, tenía que demostrarle de una y mil maneras todo esto que siento por él. Con la cabeza más fría también me pude dar cuenta de que el que mantuviera una relación con Bucky eran simplemente suposiciones mías, nada estaba asegurado y todavía quedaba una pequeña luz de esperanza.

—Solo deja de hacerte la víctima y comienza a sacar las garras, después de todo, en la guerra y en el amor todo se vale —y con esto nuestro tema dio por terminado.

No le dije a Natasha acerca de mi cambio de opinión, pero no pareció necesario. Ella no me cuestiono nada, seguramente sabía que sus palabras me habían llegado, por muy drásticas que hayan sido. Lo único que hice al terminar nuestro encuentro fue agradecerle enormemente el que se haya tomado el tiempo para poder escucharme. “Solo has lo que debes de hacer y se un poco egoísta” fueron sus últimas palabras para después cada quien partir por su camino.

Todo el fin de semana me dedique a reafirmar mi decisión. Y finalmente el domingo por la tarde, con gran seguridad, fui a comprar un gran ramo de rosas junto con una pequeña caja de donas, puede que sea muy típico peor no por ello dejaba de pensar que era algo detallista.

Por mis adentros esperaba con gran ilusión que mi presente le gustara.

Notas finales:

Quiero expresarles que sinceramente tengo varias ideas en mi mente para esta historia pero no sé si realmente las vaya a poner todas en práctica ya que inesperadamente la serie se está tornando más larga de lo normal y en ningún momento yo quiero que piensen que el fic se torna aburrido o tedioso. Inesperadamente ya van MAS DE 40 CAPITULOS y a veces las historias demasiado largas aburren. Quiero saber si en algún punto piensan que ya es demasiado, pero quiero aclarar que en ningún momento me desviare de la trama principal ni de lo que ya tenía pensado en un principio. Por favor háganme saber su opinión al respecto y muchísimas gracias por seguirme apoyando hasta ahora. 


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