Llegué media hora tarde al entrenamiento y a pesar de tener enfrente a un entrenador FURIOSO y gritando mil maldiciones, no podía dejar de pasar por mi cabeza todas y cada una de las palabras dichas por Tony. No lo había perdido, nunca lo perdí, él siempre mantuvo firme su amor por mi sin importar todos a su alrededor, sin importar que se le hubiera presentado una nueva oportunidad para amar, sin importar que solo recibía cosas negativas de mí. No sabía si lo que había hecho era del todo correcto en mi relación con Bucky, pero de algo estaba seguro y eso era que no me arrepentía de absolutamente nada. Hasta ahora llegaba a pensar que probablemente yo estuviera enamorado de Tony desde un principio, al sentir aquella fascinación desde el primer momento en el que trabajamos juntos, pero había tapado todos estos sentimientos con una barata excusa de admiración y amistad. Ahora lo bueno era que tenía mi mente del todo clara y aunque no pudiera lograr recibir una nueva oportunidad por parte de Tony, jamás dejaría de amarlo.
Era una falta de respeto el no haber escuchado ni una sola palabra que me gritaba el entrenador, pero simplemente era algo inevitable. Cuando por fin me dejo en paz para poder comenzar a entrenar, vi que Bucky se encontraba con los demás, mirándome de una forma bastante seria. Esa fue mi luz verde para saber que tenía que hablar con él y tratar de arreglar las cosas, para saber en qué términos íbamos a quedar. Actué como si nada en todas las próximas horas, sin cruzar ni una sola palabra con él hasta que el instructor nos llamó para poder hacer un círculo alrededor y escuchar las instrucciones.
—¡Muchachos! Como ya saben, el juego que todo mundo está esperando será este viernes así que el miércoles los NECESITO una hora antes de lo normal para poder ver todo lo que podamos del partido, requerimos el ganar a como dé lugar para poder avanzar y eso no será posible si todos no ponen de su parte —De repente posó su mirada solo en mi con una expresión muy enojada para dirigir palabras al “grupo” que quedaba más que claro que era específicamente para mí—. Quiero recalcar que si el miércoles o el día del juego llegan tan solo 1 minuto tarde, serán completamente echados del equipo, yo solo necesito a jugadores que se sepan comprometer, no a señoritas que atienden primero sus cosas personales ¿¡QUEDO CLARO?!
—Si entrenador —respondimos todos en coro como si fuéramos soldados recibiendo una misión. Después de haber mantenido la mirada lo más firme que pude fue que el entrenador siguió con su curso restándome atención.
Después de ello todos comenzaron a encaminarse hacia los vestidores, sin embargo yo no podía esperar más tiempo, así que detuve a Bucky de un brazo para poder llamar su atención. Ninguno de los dos necesito palabra alguna. Me mantuvo la mirada fija unos segundos para después con sus mismos ojos indicarme el que nos fuéramos a sentar en las bancas que normalmente se usaban para cuando había publico aun con el uniforme puesto, yo simplemente lo seguí. Nos quedamos un tiempo considerable sintiendo la brisa que se estaba comenzando a crear en aquel campo, sin palabras, sin habla, hasta que fue Bucky quien rompió el agradable silencio.
—Tony me rechazó —dijo secamente como si estuviera contando el que olvido alguna tarea, con expresión seria y con su mirada fijada en la nada.
Yo me quede callado ante su confesión que no era ningún secreto para mí. No podía decir algo como “lo lamento mucho” o ”lo siento” porque simplemente estaría siendo un completo hipócrita. Me dolía el ver a mi gran amigo en ese estado, pero no podía negar que cuando escuché la respuesta de Tony había sentido un enorme alivio en el corazón. Ante mi silencio el volteó a verme para poder proseguir con su revelación. Yo hice exactamente lo mismo al también voltear mi rostro para poder encararlo después de todo este tiempo.
—Me rechazó porque dijo que todavía no podía olvidar a cierta personita en especial que claramente no ha hecho nada para merecerlo —intenté descifrar su mirada pero simplemente no pude, me costaba mucho trabajo el saber que era lo que realmente opinaba respecto a todo este triángulo amoroso.
—Tenías razón Bucky —finalmente mis palabras se formaron en una oración haciendo que tragara en seco—. Tenías razón sobre mis sentimientos hacia Tony, siempre tuviste razón y antes que nada quiero arreglar las cosas contigo. No me gusta que estemos peleados y sé que yo en esta ocasión te he quedado mal. Debí de aclarar todas mis emociones pronto para poder comentarte y que quedáramos en términos claros con respecto a nuestra amistad. Fui un tonto y a ti también te debo una disculpa, pero ahora me es imposible el renunciar a Tony —confesé con completa sinceridad sin apartar mis ojos de los suyos ni un instante. El poco a poco fue ablandando la mirada, remplazando toda esa seriedad que podía pasar fácilmente como enojo, por una mirada más gacha y apenada.
—No solo tú tienes la culpa Steve. Debí de abrirte los ojos como se supone que cualquier amigo haría, pero en cambio aproveche tu incredulidad para poder acercarme más a él mientras que tú te mantenías en malos términos. Mis acciones fueron egoístas y oportunistas, en todo caso yo te debo una disculpa a ti. —dijo soltando por fin algo de lo que traía dentro de sí, pero aun así yo sabía que el rechazo de Tony si le había calado, ya que era demasiado raro que él se interesara por alguien con esa intensidad—. Yo también fui un tonto ¿te digo algo? Aunque Tony lo tratara de ocultar era bastante obvio que se seguía muriendo por ti, incluso cuando estaba conmigo. Yo notaba esta clase de detalles pero me hacia la idea de que podía llegar a olvidarte estando conmigo, cosa que creo jamás ocurrirá.
—No sé qué decir Bucky……
—No hace falta que digas nada. Solo te advierto algo Steve, si me llegó a enterar de cualquier forma que volviste a lastimar a Tony, yo mismo me encargare de romperte toda tu maldita cara hasta que quedes irreconocible ¿quedo claro? —preguntó usando su tono severo y con una mirada que reflejaba que hablaba completamente en serio, a pesar de que parecía ser una simple broma.
—Estoy totalmente de acuerdo —contesté con un poco de intimidación ante sus amenazas, pero si volvía a cometer un error nuevamente con Tony, hasta yo mismo me ahorcaría—. Entonces seguimos siendo amigos ¿cierto?
—No somos amigos Steve, somos hermanos ¿lo recuerdas? —rectificó con una minúscula sonrisa que yo imite haciéndola aún más grande en mi rostro.
Instintivamente lo tomé en mis brazos en un abrazo plenamente fraternal, demostrando lo agradecido que estaba con él por haberme comprendido.
—Ehhhhh ya suéltame que si no me vas a pegar tu idiotez —dijo en forma de burla a la vez de que me empujaba sin ninguna delicadeza. Dejándonos a ambos en carcajadas por sus palabras.
TONY:
Cuando me ofrecí llevar a Steve a su casa y él me dio aquel hermoso beso en la mejilla, fue que lentamente fui recuperando la esperanza para que Steve correspondiera mis sentimientos. Sin embargo, cuando fui rechazado por segunda vez mi pequeña fantasía se vino abajo tan rápido como el aleteo de un colibrí. Ya no me importaba nada y al darme cuenta que el solo evitarlo no iba a funcionar, había tomado la decisión de cambiarme de escuela para el próximo periodo y dejar de ver de una vez por todas su perfecto rostro y sobre todo, olvidarlo. No me gustaba la idea de dejar a mis amigos de lado, pero este desamor era mucho más fuerte y yo sentía que ya no podría soportar ni un segundo más el sufrir.
En casa de Nat debo de admitir que estaba babeando por Steve al momento en el que le toco hacer aquel striptease, a pesar de estar cohibido se veía encantador. Lo que si me sorprendió bastante fue el cambio de humor tan repentino en Steve. “A este que mierdas le pasa” recuerdo que pensé eso en aquel momento, sin embargo no le tome mucha importancia gracias a la explicación que nos había dado Natasha cuando regreso de con Steve, aunque no parecía muy real. Correspondí el beso de Bucky por el simple hecho de que era un reto. Yo sabía que a Bucky le gustaban las mujeres y no había ninguna razón por la cual su beso fuera sincero. Había significado que él me consideraba atractivo, pero nada más. El considerar a una persona atractiva no quiere decir que te guste así que yo tome aquel razonamiento como algo muy seguro, sin embargo estaba equivocado. Si lo llegué a sospechar en algún punto, pero rápidamente me había sacado las ideas de mi cabeza, justificando su comportamiento con algo completamente normal.
Al momento en el que Bucky me confeso sus sentimientos lo único que pude sentir dentro de mí fue un gran pesar, ya que yo también le quería corresponder, pero simplemente no podía. Yo sabía que aunque intentara algo con él, las cosas no se darían de la forma correcta por el simple hecho de que yo aún no hacia ningún progreso con mi persona, yo aun seguía perdidamente enamorado de Steve como el primer día que me di cuenta de estos sentimientos, no lo había dejado de pensar siquiera un segundo a pesar de todos mis trabajos y esfuerzos. Yo ya sabía que Steve jamás me regresaría todo mi amor, pero el dejar de querer a alguien no es tan fácil como eso. Me sentía perdido, sin embargo no me arrepentía ni un poco el haberme enamorado de Steve, ya que aunque esto solo me había traído tristezas, no podía negar que había aprendido la lección. Jamás dejaría que nadie volviera a entrar a mi corazón a hacerme daño, podría vivir en emociones superficiales, si eso significaba que no me volverían a lastimar.
Y justo cuando había hecho mi mente, cuando ya estaba viendo las diferentes opciones para cambiarme de academia, había ocurrido lo siguiente. Al principio me había quedado en el shock más grande de toda mi vida, para después reaccionar y pensar que Steve no me estaba tomando en serio. Pero sus palabras me contradijeron y a pesar de hacer mi mayor esfuerzo por encontrar tan siquiera un pequeño signo de mentira o engaño en sus ojos, sencillamente no pude. Mi corazón temblaba, mis sentidos se nublaban y yo no podía dar a crédito todo, juntos con aquellos dulces y exquisitos labios que jamás creí volver a sentir.
En estos momentos me encontraba sentado en el sofá de mi casa con capitán a un lado, mirándome curioso, mientras que yo trataba de digerir todo lo que me acababa de pasar. Por un momento pensé que toda esa escena de Steve había sido una muy mala jugada que mi mente había creado. Que era una de las muchas ilusiones que tenía al momento de pensar en él y que todo había sido un simple sueño. Pero ya estando en mi casa, al sentir al lengua húmeda de capitán recorriéndome la cara tratando de hacerme entrar en razón fue que me di cuenta que todo era real.
La verdad es que en estos momentos no sabía si sentirme dichoso o desdichado. La mayor parte de mi ser moría de la felicidad al pensar que mis deseos se estaban haciendo realidad, pero todavía seguía esa pequeña parte que me decía que no me hiciera ilusiones, que era imposible que Steve sintiera lo mismo que yo y que solo iba a salir lastimado de nuevo. Probablemente esa pequeña parte tenía razón, probablemente eso había sido solo un momento de ensueño y mañana todo volvería a ser como antes. Aunque tenía que admitir que jamás lo había visto hablar con tanta sinceridad y seriedad, pero no podía caer tan fácil. No después de todo.
Decidí el tomarme unas pastillas para dormir. Sé que el método en si no es muy saludable pero yo sabía que no iba a poder caer en un profundo sueño sin ayuda y más el día de hoy que mi vida parecía estar dando una vuelta de 360°.
Las pastillas solo me hicieron efecto por un tiempo, provocando así que me despertara muchísimo antes de la hora habitual. Resignado, comencé a realizar mi rutina diaria para llegar antes de que comenzaran las clases. En otras circunstancias estaría del todo feliz, emocionado y nervioso por ver nuevamente a Steve, pero ayer que había pensado las cosas me había resultado casi claro que era demasiado bueno como para ser real.
Como era temprano no había casi nadie en los pasillos, así que decidí el tomar esa oportunidad para de una vez poder agarrar mis libros a próximas materias y así ya no tener que regresar a hacerlo cuando todo se encontraba infestado de personas que parecían asfixiarme. Cuando abrí mi casillero me encontré con algo completamente inesperado para mí ser. Era un lindo ramo de rosas junto con una caja de donas que daban a conocer su interior gracias a la ya tan famosa marca que a mí me encantaba. Fue extraño que me percatara de eso hasta el final, ya que estaba por en medio de las dos cosas, sin embargo, cuando finalmente paré mi presencia en aquella nota no podía creer lo que decía.
“Con cariño Steve Rogers” al principio creí que era una simple broma de algún alumno que gustaba molestar, ya que desde que se esparció el chisme en toda la escuela gracias a Sharon, no había quedado ni una sola persona que no supiera acerca de mi gran crush en él. Pero cuando abrí el contenido de aquella caja y me di cuenta que eran donas glaseadas, mi mente comenzó a dar mil por segundo. Aunque ya era más sociable con varios alumnos, nadie era lo suficiente cercano a mi como para saber que a mí me gustaban las donas glaseadas, más que mis mejores amigos y Steve, mi preciado Steve ¿acaso era posible que después de todo no fuera una broma?¿acaso era posible que todo esto fuera real? ¿Acaso era posible que realmente este detalle fuera de Steve?
No no no te emociones Tony, no te emociones. Volteé hacia los lados al ver que los alumnos comenzaban a llegar, así que me apure a tomar mis cosas junto con la pequeña caja de donas para salir de ahí de una vez por todas y que nadie viera la cara de estúpido que probablemente traía en estos instantes.
Antes de llegar al aula me di una vuelta por los jardines para refrescar mi mente. No podía controlar este gran palpitar pero de verdad no quería hacerme ilusiones de nuevo, no quería volver a volar tan alto para que después la caída me doliera aún más, estaba totalmente seguro de que no soportaría de nuevo un dolor de esa magnitud. Yo mismo me decía que era imposible, que Steve ya había dejando en claro las cosas antes y que esto solo era probablemente una confusión que se le estaba cruzando, eso era lo más factible. Ya un poco más tranquilo llegue al aula donde varios compañeros de clase ya se encontraban presentes, incluyendo a Steve y Pepper.
Cuando crucé mi mirada con Steve, vi cómo me dedicaba una sonrisa que expresaba completa exaltación ¿Por qué estaba tan emocionado? Yo me obligué a voltearle la cara con gesto indiferente, me hubiera encantado acercarme a él, pero mi ego y desconfianza no me lo permitían. Después fui avanzando hasta ver con más claridad la cara de Pepper, que extrañamente se veía algo sorprendida y con bastantes ansias de alguna explicación. Esto último no lo entendí para nada, así que enarque una ceja mientras iba acercándome más a mi asiento, hasta que vi la razón de aquella expresión en el rostro de Pepper.
En mi butaca se encontraba una pequeña tarjetita, junto con un bombón de chocolate que a simple vista parecía delicioso. Me acerqué lo suficiente como para tomar la nota y comenzar a leerla para ver si aquello me daba alguna explicación.
“Cuando llegaste del cielo para mi alegría, sucumbí ante llantos de felicidad y gozo, el mundo se tiñó del color de tus ojos y yo caí ante tu dulzura.
S. R.”
Waaaaaa esto era extremadamente empalagoso y ridículo ¿Cómo alguien podía escribir algo así? Pero era extraño el cómo cuando las acciones son realizadas por aquella persona especial, todo cambia. Normalmente hubiera hecho una cara de disgusto y asco, pero al momento de ver las iniciales grabadas al final de aquella tarjeta me di cuenta que había una gran probabilidad de que se tratara de Steve Rogers. Alcé mi mirada confirmando claramente mis sospechas al ver como Steve me miraba ilusionado y expectante a mi reacción. Sentía que ni todo el aire del mundo sería capaz de hacerme respirar correctamente, sentía que mi corazón acababa de explotar de toda la felicidad que estaba conteniendo, sentía que ni todas las gracias del mundo podrían lograr aquel sentimiento que se estaba instalando en mi interior. Era como lo que sentía antes de que Steve me rechazara, solamente con una intensidad muchísimo más fuerte, no creía que pudiera existir una dicha tan mas grande. No era un sueño, no era ninguna fantasía, Steve estaba totalmente dispuesto a volverme a conquistar y eso solo significaba que las mariposas dentro de mi estómago se volverían completamente locas.
Peroooooooo no estaba dispuesto a ceder tan fácil, no señor. Pensé que no estaría tan mal el hacerme un poco de esperanzas después de todo esto, pero primero me aseguraría más de sus sentimientos. No estaba del todo seguro acerca de sus intenciones, así que primero lo pondría a prueba para saber si todo lo que decía quererme era verdad, así como lo que yo siento hacia su persona.
No sé cómo es que lo logre, pero cumplí con mi objetivo de no mostrar siquiera una sola expresión que reflejara todo lo que estaba sintiendo. Al contrario, tome la nota y la arrugue en mi puño, para después tomar el bombón con la misma mano y encaminarme hacia al frente. Pasé por enfrente de Steve, asegurándome que viera todas y cada una de mis acciones, dirigiéndome así al bote de basura donde tire aquella hermosa nota con todo el pesar de mi corazón, mientras fingía fastidio en mis gestos. Volteé a verlo rápidamente con algo de desprecio actuado, para encontrarme con la mirada afligida y pasmada de Steve, que me dedicaba solamente a mí, reflejando un dolor bastante palpable. Al ver aquella expresión mi alma se destrozaba, me estaba costando demasiado pero aun así debía de mantenerme firme en mi actitud.
Si solo era cosa de un momento se rendiría, pero en cambio, si sus sentimientos eran iguales a los míos, era más que seguro que nunca me dejaría ir.