Entré a la conferencia que me pedían, estaba fastidiado de todo el trabajo que tenía, era un error estar allí, lo pensaba y me sorprendía de pensarlo, tanto era mi disgusto por tener que trabajar en los asuntos de esa familia caprichosa que no me di cuenta cuando esa persona entró.
Trabajaba para acabar con la mafia y formaba parte de ella, porque era abogado de una familia de mafiosos, que financiaban mi más grande sueño, mi cadena de abogados que se pudiesen deshacer de esa escoria.
De entre todos, había uno en especial del que siempre quise deshacerme, y ese era Byakuran, el peor de todos los tipos para los que he trabajado, cruel hasta con los niños, despreciable, desagradable, un cobarde en todos los aspectos…
No es verdad, me engaño, siempre lo encuentro en posiciones en las que quiero pensar que está lastimando a otros, pero siempre lo hace por proteger a alguien, aunque su astuta y retorcida personalidad me molesta lo suficiente como para no querer volver a verlo.
-Huhuhuhu ¿Otra vez estas divagando Mukuro?-
-Deja de burlarte de mí, aham…-
-Dime lo que estabas pensando y quizá te deje de molestar por dos minutos-
-No pienso en nada-
Siempre guardo esta clase de cosas de todos, es mi asunto y no me gusta contarlo a nadie… pierdo mi tiempo contándoles lo que mi cabeza se imagina o recuerda, no es atractivo hablar de cosas sin sentido.
-Olvídalo, nunca podrás entenderlo-
-Haaaa… siempre con esas cosas, pero no dices lo mismo en la cama-
Me fastidia que siempre me deje sin palabras con esas frases que no sé de dónde saca y siempre dan en el clavo, porque lo peor es que tiene razón.
Lo conocí en un caso en el que iban a meterlo preso por el asesinato de una persona, su familia fue a buscar entre los abogados a uno que fuera capaz, y entonces fui a escuchar su versión de la historia, normalmente habría pensado que era culpable, por alguna razón, en ese día le creí, su poder de convencimiento era fuerte, casi abrumador.
-No creo que quieras dejarme con la palabra en la boca-
-Recordaba, eso es todo-
-Así que vives soñando conmigo-
Su sonrisa siempre me molesta cuando me pone esa cara de superioridad con esa aura macabra, colmillos que me dicen que no podré escapar de ser su presa por toda la eternidad.
Lo atendí en aquella ocasión y logré sacarlo con un permiso especial, posteriormente el caso continuó y lo peor de todo era que nos llevábamos terriblemente mal.
-¡Tú no puedes con esto!-
-¡¿Quién es el que arruinó mi teatrito?!-
-¡Eso era una basura!-
Pocas veces se le escuchaba gritar, y cuando lo hacía, nadie podía detenerlo, de esas muchas veces en las que gritó por el asunto de su reputación, siempre fui yo el que cargó con sus histerias, hasta que un día, en una cita con algunas personas a las que se les buscaba como testigos, encontré a otra persona, un tipo llamado Demon Spade, un sujeto bastante curioso y con las mismas preferencias que yo.
-Me gustas-
Aquellas palabras salieron de la nada, y contesté lo mismo, me sentía atraído a esa personalidad fuerte y quería entablar otro tipo de relación….
-Estás pensando en ese-
-¿De qué hablas?-
-Siempre que pones esa cara de travieso es por ese tipo-
-No es verdad… sólo pienso en cosas sin importancia… ha… haha… haha…-
Una mentirita no me mata, y tal como recuerdo, en ese día, estaba a punto de salir con él cuando vi a Byakuran acercarse a mí y jalarme de la cintura, me molesté al principio y quise reprocharle el que hiciera eso, pero me dio un beso en los labios, uno que jamás olvidaré, duramos enojados por 2 semanas y en la tercera volvimos a dirigirnos la palabra.
-Me gustas-
No hicieron falta más palabras para que volviéramos a besarnos y termináramos como hoy, casados… mientras trato de mantener mi reputación como abogado y busco que no se meta en problemas.
-Oi… ya dejemos esto de los recuerdos y ven a la cama, que quiero hacer otras cosas-
-Huuuu… la noche siempre es larga contigo…-
Los recuerdos se agolpaban en mi mente mientras la luna salía y otra luna se comía un bombón como siempre a la misma hora de la noche, después de hacer, muchas cosas…