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UN NUEVO Y CONOCIDO MUNDO por LILITH_HIWATARI

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Capítulo 17: Las consecuencias del amor.

 

 

“Nadie tiene más posibilidades de caer en el engaño que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos.”  r13; Jorge Bucay

 

No recuerdan bien como empezó un día Jafar había  empezado a frecuentar a Maléfica para tramar alguna tontería, a Mal no le interesaba pues de igual manera era ignorada por su madre, Jay vino después presentando oficialmente con Maléfica insistiendo que el chico estaba a sus órdenes, pero su madre se limitó a desestimarlo llamándole innecesario, ese día Jay mostro su bifurcada lengua a una niña que se escondía detrás de su madre ella respondió con sus ojos resplandecientes en verde, aquello fue el inicio de todo.

                                                                                                                                   

Ellos no se frecuentaban, de hecho se odiaban  Mal queriendo ser la mejor  en todo incluido   robar y Jay luchado por el título del mejor ladrón de la isla, los roces fueron inevitable, robarse entre ellos también lo fue, los golpes y amenazas vinieron después y si no fuera por  una de esas peleas seguramente no se llevarían también.

 

Sucedió que aquellos dos chicos entraron al mismo almacén a robar cuando se encontraron entre susurros querían obligarse a retroceder pero ninguno parecía ceder la discusión se volvió más fuerte  eso los hizo descuidados y entonces eran  acorralados por un grupo de hombres no muy felices de tenerlos ahí  o al menos hasta que se dieron cuenta de Mal, la hermosa niña cuyo cuerpo había sido empujado detrás de Jay, no es que él realmente quisiera protegerla sin embargo y de acuerdo a su padre él debía fidelidad a su madre y  estaba seguro que si huía de ahí dejando a esa mocosa nada bueno vendría para él o su padre, así que Jay a regañadientes se postro contra aquellos hombres,  sin embargo que podía hacer un pequeño niño de 9 años contra tres hombres adultos, nada, uno de ellos bufo al ver al pequeño valiente tratar de proteger a la presa que querían,  uno de ellos lo tomo entonces, jalándole por la camisa hasta tenerlo frente a su rostro, escupió en su rostro y ordeno traer a la niña.

 

Jay no dudo, enterró su cuchilla a un costado del hombre hasta que este logro soltarlo chillando de dolor, otro al darse cuenta golpeo a Jay en la cabeza causándole mucho dolor, Mal actuó entonces apuñalo  en la pierna al tercer hombre que quería someterla empujándole contra aquél que atacaba a Jay, ellos corriendo ni lo dudaron llegando al techo donde había una cuerda que bien podían usar para columpiarse, la niña parecía realmente asustada, más bien estaba conmocionada pues hasta ahora nadie la había confundido con una simple chica, Mal era intocable por ser hija de Maléfica y ser atacada de pronto le confundió bastante, los pasos que resonaban siguiéndoles la pista alerto a Jay notando la indecisión de Mal de usar la cuerda para llegar a otro lado y que obviamente ningún de los dos confiaba en dejar ir al otro primero el tomo una decisión, tomo la mano de Mal para  acercarla al borde, abrazo entonces su cintura y tomando la cuerda salto.

 

Salieron vivos de eso, Jay tuvo  una gran quemadura en su mano por el peso extra pero  además de eso estaban bien, el soltó a reír entonces despidiéndose de la niña, dejándole en el callejón.

 

La siguiente vez  Jay estaba siendo golpeado por un par de hombres en un callejón Mal que pasa por ahí lo reconoció, decidida  a pagar su deuda porque realmente no quería deberle nada salió en su auxilio basto que ella mostrara su  verde mirada para qué aquellos sujetos la reconociera y huyeran despavoridos, Jay no le agradeció solo paso de largo empujando su hombro totalmente osco.

 

En algún punto sus encuentros se volvieron más y más seguidos, pronto Mal era capaz de saltar desde un edificio con total seguridad de que Jay le atraparía y Jay de robar su comida sin ser mutilado por eso, era un simple arreglo uno que no tenía nada que ver con amistad, simple simbiosis, ambos se necesitaban, ambos utilizaban al otro, todo era simple.

 

Hasta que ya no lo fue.

 

 Mal conocía lo que era el sexo y sin embargo a sus 14 años, casi 15 muchas gracias ella seguía siendo virgen, algo que realmente no era de que enorgullecerse en la isla, no lo era simplemente porque ahí nadie era una princesa primorosa que estaba reservándose para el amor de su vida, por supuesto que no,  ningún chico villano que se a dignara de serlo seguía siendo virgen a esa edad algunos por simple decisión otros porque no tuvieron opción, ser hija de Maléfica era tanto una ventaja como desventaja, estar bajo la protección de su madre también garantizaba no solo ser inmune a las agresiones de los habitantes de la isla sino también a nunca poder experimentarlo que era el sexo, todos temían a su madre como para tocarla, no es que ella estuviere deseosa de estar siendo acosada pero ser la única posiblemente en toda la isla virgen a esa edad la hacía sentirse inútil, excluida como un bicho raro, además hacer enojar a su madre seria toda una delicia.

 

Así que se decido a ponerle fin al asunto, buscar a un hombre para que acabara con su problema  no era fácil, simplemente porque no quería  estar tan vulnerable frente a cualquiera y no es que confiara en alguien más en realidad pero tener su primera experiencia sexual implicaba para ella el mínimo dolor y dudaba que varios de los chicos de la escuela fueran “gentiles”, fue ahí cuando apareció, Mal estaba concentrada caminando a la escuela bebiendo esa horrible bebida que hacían pasar por café cuando Jay arrebato el vaso y lo bebió de golpe, una brillante idea llego de pronto, Jay era perfecto, no confiaba de todo en él pero después de todo era el sirviente de su madre aun cuando realmente nunca le servía, pero se ayudaban en los robos y el siempre mantenía cierto grado de decencia con ella, además de eso Jay sería lo suficientemente gentil para evitar  un posible sufrimiento sin querer aprovechar la situación, al menos no mucho.

 

Le encontró ya en la escuela  cerca de su casillero, Jay flexionaba sus brazos recargándose sobre estos con una brillante sonrisa, la chica frente a él reía entusiasmada por tener la atención de Jay, totalmente aburrido y patético, Mal se limitó a empujar a la chica fuera.

 

-          Largo – gruño ella lanzando una mirada de muerte a la chica que se alejó con rapidez – ven a mi casa más tarde -  la enorme sonrisa de Jay  había desapareció al ver a su presa espantada mirándole aburrido y sin embargo asintió.

 

Ella paso todo el día sumida en sus pensamientos ignorando las clases buscando sin notarlo la espalda de Jay cuando podía.

 

Jay llego más tarde a su casa, el castillo de las ofertas cerrado sin Maléfica por ningún lado, por lo que Mal arrastro Jay a su cuarto amenazándole con arrancar sus dedos si robaba algo, él se dejó guiar siempre vigilante ante cualquier cosa valiosa y por cualquier peligro, estar en el territorio de Maléfica le ponía los pelos de punta pero se las arregló para verse completamente  relajado.

 

-          ¿Qué diablos estás haciendo? – Jay casi sonaba alarmado al ver como Mal se despojaba de su playera.

-          Desvistiéndome daaah – rodo los ojos ella quitándose los pantalones – quítate la ropa vamos a tener sexo – ordeno y bien Jay no estaba en contra de un buen polvo pero definitivamente  su sentido común le decía que algo definitivamente no andaba bien.

-          ¿Porque?- hizo una ademan para que esta continuara sin moverse de su lugar.

-          Porque si no lo haces voy a sacarte las entrañas-Mal se subió sobre su cama completamente en  ropa interior entre cerrando los ojos hacia el árabe.

-          Tan agradable como siempre – gruño aquel joven pero de igual manera se acercó para quitarse la camisa y empezar a desabrochar sus pantalones – ¿A Maléfica no  le gustara esto verdad? -  pregunto levantando una ceja justo al borde de la cama saliendo de sus pantalones.

-          Ni un poco –sonrió la chica causando una sonrisa de predadora de Jay quien de inmediato   acerco a Mal sobre la cama – quítatela también – sin embargo Mal le había parado exigiendo que se deshiciera de su camiseta y se desnudara completamente ella no iba a tener sexo con alguien vestido.

-          No – gruño Jay y volvió a acercarse a ella en un intento de besar, pero Mal le alejo empujándole de los hombros.

-          Dije que la quitaras – ella le miro molesta y por un rato ambas miradas se quedaron ahí, en un duelo silencioso.

 

Él perdió, resignado Jay suspiro sacándose la camiseta, aquel escudo que tenía contra todos, Mal vio entonces, las cicatrices aquellas que deberían ser mostradas  con orgullo escondidas como vergüenza, ella lo sabía no era ningún secreto que Jafar era totalmente cruel con los ladrones en su tienda,  todos sabían sobre  la tortura que un padre imponía su hijo, sobre como Jay fue enseñado a no fallar nunca,  Jay se quedó congelando su mirada se levantó lentamente para observar a la chica frente a él, aquella que no despegaba la mirada de su pecho desnudo sus dedos entonces se acercaron haciéndole contener el aliento tras el primer toque, las yemas de sus dedos acariciaron una cicatriz pequeña para después subir más a su pectoral  a una mucha más grande, confundido y molesto por aquélla actitud Jay decidió comenzar con esa tontería de una vez.

 

Se acercó entonces  tocando el brazo de Mal deslizando sus dedos hasta sus hombros, ella se congelo el toque de sus dedos abandonaron su piel mientras Mal le miraba  de una forma indescifrable, Jay ignorando su mirada se concentró en el cuerpo frente a si acaricio con sus yemas su clavícula bajando lentamente a su pecho donde acuno uno de estos aun en  cubiertos por un sostén bajando hasta su cintura donde le tomo con fuerza, acerco su rostro entonces para besarle para iniciar aquel acto.

 

-          Sin besos – Mal le detuvo alejándose y Jay no pudo evitar sonreír  ante eso porque simplemente era estúpido que  ella se negara a tal cosa, pero obedeció, Jay desvió su rostro hasta su cuello donde sopló con suavidad sobre la piel sensible.

 

Dos cosas pasaron entonces, Mal se tensó de inmediato  la lengua de Jay casi podía saborear el miedo,  la desesperación, lo aterrorizada que estaba esa chica, el simplemente  no podía a hacer eso, sería muy fácil tomar a la hija de Maléfica y alardear de su osadía pero entonces rompería a la chica una que estaba totalmente asustada en aquél momento, que se veía obliga por algún pensamiento ridículo hacer aquello.

 

Él no era un maldito violador, no importa que tan ruin debiera ser, nunca obligaría a alguien a  algo tan cruel o eso se dijo en aquél momento. Jay no sabía en qué momento Mal paso de ser un hecho conveniente a algo más, no supo cuando empezó realmente a mirar atrás para ver el bienestar de la chica, a esperar con ansias la oportunidad para robar su comida o simplemente el momento en que la compañía de Mal se volvió algo agradable, envolver su brazo en la escuela para ir a la siguiente clase o simplemente aterrorizar a algún incauto junto a ella   sin saber cómo ni cuándo Mal se había convertido en algo más que un simple conocido.

 

-          No voy a hacer esto – suspiro Jay alejándose de Mal soltando su agarre y dándose media vuelta para empezar a ponerse sus pantalones.

-          ¿Qué? – la conmoción de Mal paso demasiado rápido a la ira - ¿Por qué diablos no?

-          Estas aterrada y no soy un violador Mal – Jay ajusto sus pantalones sin querer mirarle a  la cara – busca alguien más que lo haga, yo estoy fuera de esto – no lo menciono  pero ambos sabían a qué se refería, porque Jay no quería ser aquel que robara la virginidad de Mal, porque él no quería ser responsable que quitarle lo único que un era suyo para dar.

 

Mal iba a replicar gateando sobre la cama pensaba empujar a Jay y obligarle a cumplir pero entonces las cicatrices de su espalda llamaron más su atención, aquellas que parecían estar hechas con un látigo, los cortes profundos seguramente con dagas, pero lo  que más llamo la atención fue la más clara de todas, Mal no puedo evitar pasar sus dedos sobre el nombre de Jafar gravado en la piel de Jay,  sus hombros se endurecieron ante el toque, mientras la chica delimitaba el contorno de aquél nombre, esas simples letras que fueron talladas en su espalda por su padre borracho durante su niñez, la marca de que pertenencia a ese hombre.

 

-          Un tatuaje las cubrirá –susurro Mal rompiendo el silencio.

 

Pero Jay no respondió termino por vestirse y salir de ahí por la ventana, el no miro atrás y Mal no le llamo, se ignoraron por al menos una semana y cuando  ella dejo de venir a la escuela Jay fue a buscarla, resulto que su madre se enteró, Maléfica escucho que su niña buscaba a hombres para divertirse y se molestó, porque los humanos eran ridículos e innecesarios así que la castigo con dos días encadenada al patio , así fue como la encontró Jay para sorpresa de Mal le entrego un poco de agua y desapareció, esa noche regreso con un poco de comida y una manta seguramente robada, estaba agujereada y no daba sufriente  calor pero ella lo agradeció sin palabras.

 

Al día siguiente cuando fue levantado su castigo Jay se coló por su ventana.

 

-          Una cobra en llamas – susurro el revisando sus baratijas repartidas sobre la cama aquellas que acaba de robar – quiero una cobra en llamas.

-          ¿esperas que yo lo haga? – le miro levantando una ceja en su dirección apenas si prestando atención a las cosas robadas por Jay.

-          Tú lo ofreciste – respondió con calma levantando una vieja lámpara y examinándole más de lo necesario.

-          Necesitare agujas limpias  y tinta – respondió luego de un muy largo silencio, uno en lo que se debatió  las ventajas que ella tendría.

-          Bien – asintió Jay dejando la lámpara sobre la cama y salir de la habitación, Mal miro al chico escabullirse observo las baratijas en su cama y tras tomar lo que parecía un anillo brillante suspiro, Nada ella realmente no estaba ganando nada y sin embargo iba a hacerlo.

 

Mal paso toda la noche haciendo boceto tras boceto para que Jay eligiera una, cuando al fin consiguieron lo   necesario Mal se puso a trabajar, Jay paso entonces recostado en la cama de Mal más veces de lo que quisiera admitir, a veces cuando el ángulo no era bueno se recargaría en una silla y  Mal continuaría con su magia, tardaron dos años en terminar dicho tatuaje, dos años porque encontrar agujas en lo que era prácticamente un botadero era difícil,  dos años por que Jafar mantenía ocupado a Jay robando cosas para su tienda y en los días más fríos de la isla este se limitaba pasar el tiempo libre pegado en su espalda abrazándole, dos años porque lo hicieron de la manera antigua con Jay soportando el enorme dolor de ser perforado lentamente por la aguja.

 

Al terminar de esos dos años Mal empezó a agregar más cosas, un pequeño dragón en una esquina, una manzana roja justo debajo de esta, una huella de perro a un lado.

 

Entonces Jay empezó a fijarse más en Carlos y Mal conoció a Evie la princesa sin corona que le causa una grave atracción, Carlos rompió parte de la abarrera y fueron enviados a recuperar el cetro de Maléfica,  él empezó a protegerlos, a todos y cada uno de ellos desde aquel momento, pero Mal siempre fue especial, por eso le seguía, le deja tener el control, se dejaba empujar y perforar por su puño cuando ella estaba molesta.

 

Por eso cuando ella se enteró de lo de Evie no opuso resistencia, por eso le siguió  al  levantarse en contra de sus padres, por eso eligió el bien, porque de alguna forma aquella niña que no le agrado al principio se había vuelto muy especial para él.

 

Tiempo después pudo darle un nombre  a aquello, era simplemente amor.

 

*************************

 

Jay había estado en necesidad de buscar un lugar donde pasar la noche, simplemente no podía ir a su habitación, no cuando había dejado a Carlos completamente hechizado  dentro, no cuando aquel niño estaba dispuesto a todo con él, mucho menos ahora que estaba actuando tan raro, simplemente necesitaba donde pasar la noche, dejarse llevar y poder pensar un rato, ir con las chicas estaba  fuera de cuestión ya se las arreglaría con Evie por aquella tontería, Ben  era la mejor opción, sabía que el rey no le negaría dejar pasar la noche en su habitación, los príncipes y princesas del colegio no compartían por lo que no habría algún compañero al que molestar, Jay  estaba perfectamente bien con pasar la noche en el suelo de la habitación si con eso tenía tiempo para pensar.

 

Freddy se le atravesó a medio camino, salió de entre las sombras como era su costumbre en la isla dándole su más brillante sonrisa, sus brillantes ojos le llamaron y sus palabras le convencieron, Jay era inmune a mucha magia, lo descubrió gracias a Evie, mucha de aquella que convertía la voluntad de los hombres estaba destinada a aquellos seres de sangre caliente, Jay al ser una serpiente era inmune, por eso el hechizo de Freddy no tenía ningún efecto en él, y sin embargo le siguió el juego y se dejó llevar.

 

En un momento aquélla chica botaba a su compañera de cuarto, una niña de la isla mucho más inofensiva que con horror tras una amenaza abandono la sala y al siguiente se encontraba con una joven sobre el besándole, Jay se dejó llevar, sus manos vagaron por el cuerpo chocolate, acaricio las costillas de  la chica hasta su cintura, separo sus muslos con cero delicadeza y la arrojo a la cama para joderle sin compasión.

 

Necesitaba pensar, distraer su mente de todo el asunto sobre Carlos, de su extraño comportamiento, de  la gran farsa, de toda aquella mentira para mantener a su familia reunida, sus caderas dejaron entonces de balancearse la chica bajo de él lo noto, se quejó entonces  llamando su nombre nuevamente en aquél hechizo, acaricio sus brazos para incitarle a continuar se levantó lo suficiente para besarle, pero Jay estaba furioso, enojado con Evie por hechizar a Carlos, con Mal por obligarle a fingir, con Carlos por actuar tan extraño, Jay estaba tan molesto en aquel momento que solamente gruño empujando a la joven contra la cama nuevamente.

 

-          Quieres que ladre Jay, eso te gustaría más – se burló la chica entonces cubriendo con una mano su rostro para después revelar una copia exacta a la de Carlos – guaff.

 

Jay vio rojo, Freddy debió pensar que estaba en total control que su hechizo había funcionado de maravilla al ser seguida por Jay, estaba muy equivocada, pues aquélla broma solo borro la poca paciencia que tenía, Jay empujo entonces a la chica, abriendo sus piernas lo más posible hasta hacerle gritar de dolor, empujo sus manos hasta su cuello y empezó a asfixiarle mientras la risa de la esta resonaba por la habitación, sus dedos pronto empezaron a marcarse en su piel y sin embargo ni un atavismo de miedo cruzo por la desquiciada mente de la chica, ella reía cada vez más menos, a falta de oxígeno mientras Jay reanudaba el empuje de sus embestidas, el comenzó a llamarle de las peores formas posibles, rebajándole y humillándole soltándole únicamente cuando esta perdió el conocimiento, Jay se vino un par de minutos después sus caderas nunca dejaron de moverse aun después de tener desmayada a la joven.

 

Cuando ella despertó estaba completamente desnuda, manchada en semen y con dolor, en la  orilla de la cama Jay sentado vestido solamente con camiseta aprovechaba para aclarar su mente, ella nuevamente empujo su suerte, se acercó al joven ignorando el peligro inminente, beso su hombro desnudo y susurro nuevamente su hechizo, Jay rodo sus ojos ante esto  cansado del parloteo de la joven, ella cometió otro error entonces, deslizo sus manos debajo de la camiseta de Jay, de su barrera para protegerse curiosa de ver el arte escondido, Jay enseguida con rapidez  tomo sus manos lejos de su piel y gruño a ella.

 

Ella rio.

 

-          Solo quería admirar la obra de tu padre – sonrió maliciosa, no era un secreto  era algo que todos sabían pero pocos comentaban frente a Jay, la razón por la que nadie podía verle desnudo.

 

Jay le empujo de nuevo esta vez boca abajo la sometió con tanta fuerza que la chica soltó al fin un quejido de dolor, él volvió a tomarla sin delicadeza alguna, sin ningún consentimiento, sin ninguna pisca de amor, ni deseo, solo ira, solo resentimiento, necesidad para aclarar su mente.

 

Freddy se desmayó  poco después, al despertar Jay no estaba por ningún lado y su cuerpo dolía horrores, eso no le impido presumir, exhibir las marcas en su cuello como un trofeo de haber logrado tener a Jay otra vez, sobre todo ahora que se suponía salía con el niño De Vil.

 

Mal se enteró, ella siempre lo hacía, Freddy solo se condenó paseándose frente a ella exigiéndole un respeto que nunca tendría.

 

-          Pobre Mal teniendo a tu amante  en las narices del buen rey, pero no puedo juzgarte Jay sabe lo que hace – susurro venenosamente mostrando las marcas de dedos en su garganta.

-          Eres realmente estúpida – Mal le miro molesta.   

-          Oh era un secreto – fingió arrepentimiento – tranquila si tu novio se entera y Jay desaparece aun tienes a Evie y a la perra de Vil – escupió con veneno – sé que son una buena cogida también.

 

La joven hada gruño en su dirección, las escamas negras empezaban a  crecer en su piel sus ojos parpadeaban a  verde para satisfacción de la joven entonces ella simplemente se detuvo, su oscuro y aterrador rostro cambio, Mal se limitó a sonreír  y salir de ahí dejando confundida a la chica y todas aquellas personas que esperaban ver una pelea.

 

Sentado en una de las mesas Jay  parecía mirar la mesa como si en ella se encontraran los secretos del universo, había  ignorado a Carlos aun sin saber que hacer exactamente, Ben frente él le había seguido al verle tan pensativo dándole su espacio al notar la poca conversación del árabe, un suspiro de Jay trajo  la atención del monarca, entonces con un fuerte golpe la cabeza de Jay se estrelló contra la mesa.

 

-          ¿Qué demonios pasa contigo? – Mal gruño luego de golpearlo ignorando completamente a Ben cuya sonrisa por ver a su novia desapareció – ¿Freddy enserio? – Mal ignora la nariz sangrante de Jay la furia liquida sangraba desde su ojos -  ¿quieres que Carlos se entere?

-          Mal – gruño Jay levantándola vista, la sangre de su nariz goteaba  manchando la pulcra mesa – necesitaba pensar.

-          ¿Y revolcarte con esa te ayudaría? – acuso frunciendo más la nariz - ¿has pensado en lo que hará Carlos si se entera? – volvió a golpear su frente solo para hacer su punto más claro.

-          El sexo me ayuda a pensar y me has prohibido tocar a Evie – gruño desafiante mirándole con verdadera ira, no era su culpa, que Carlos estuviera muy extraño, de hecho era la culpa de ellas, de Evie sobre todo por ir y hechizar al niño haciéndole actuar como un zombi sin emociones.

-          Aléjate de Freddy – ordeno adivinado los pensamientos de Jay sabiendo que tenían cierta culpa pero negándose a admitirlo -  juega al prefecto novio y no hagas más estupideces – termino Mal.

-          Yo no quería hacerlo – gruño levantando la mirada desafiante refiriéndose al noviazgo con Carlos, a toda la farsa para mantener a su frágil familia unida.

-          No olvides porque lo haces – continuo ella, mientras Ben quien era testigo de todo confundida las cosas, pues para Ben solo eran un par de amigos peleando, una chica defendiendo el honor de su amigo y un novio que solo lo engañaban, Ben no entendía los verdaderos motivos.

-          Esto no parece una familia – término en un gruñido mientras Mal se alejaba furiosa.

-          Ella está furiosa paso de mi – comento el rey un poco enojado por ser ignorado – pero tiene razón si estas con Carlos le debes fidelidad  - Ben levanto de  inmediato sus cosas dispuesto a alcanzar a su novia no sin antes sermonear a Jay o mejor dicho aconsejarle.

-          No soy un jodido príncipe Ben las cosas no son así en la isla – respondió con brusquedad apretando sus manos en puños  sobre la mesa.

-          No Jay no lo eres, pero tampoco estas en la isla – Ben se levantó de la mesa con sus cosas para seguir a Mal – Ve a la enfermería para que te vean esa nariz – y aquel chico le dejo ahí con la nariz sangrante y miles de pensamientos en la cabeza.

 

Más tarde ese día y luego de en contentar a Mal, Ben  le llevo un enorme tazón de fresas con chocolate que ayudo mucho ella se limitaba a comer.

 

-          ¿Así que Freddy se acostó con Jay eh?- trato de parecer casual no es que quisiera saber todos sus detalles pero no le gustaba ver a su novia molesta -¿algo que deba saber?

-          Ella es peligrosa – gruño simplemente.

-          No puedo enviarla a la isla porque se acostó con Jay – respondió sabiendo bien a donde quería llegar Mal, pues desde un principio aquella chica estaba en contra de traerla - el consejo no lo permitiría.

-          Tiene magia, una muy poderosa, magia oscura que ha usado para acostarse con media escuela – ella le enfrento dejo de comer para mirarle directo a los ojos intentando convencerle.

-          Eso podría funcionar más – asintió con la cabeza sabiendo lo que su novia quería - pero nadie de Auradon va a declarar haberse acostado con ella y   los de la isla no les importa – murmuro a un más molesto al darse cuenta de lo que hacían de como simplemente Mal buscaba la manera de convencerle de enviar a una chica  a la isla solo porque se acostó con Jay, con ese amigo tan íntimo y a Ben no le gusto eso.

-          Tan importante es su imagen pública – río ella con fastidio, al darse cuenta de todo lo hipócritas que eran esos príncipes.

-          Sabes que sí, tendría que  encontrarla haciendo magia prohibida o simplemente algo realmente no bueno – continuó ignorando el hecho de que ella sabía que tal vez no eran tan puros e inocentes en Auradon.

-          Oh benny boo eres un genio – sonrió Mal besando a su novio suavemente en sus labios, pues había encontrado la solución simple.

 

Tiempo después y por qué se distrajeron con el extraño comportamiento de Carlos, Freddy fue devuelta a la isla, Ben ordeno marcar su rostro como un recordatorio de que    había arruinado su segunda y única oportunidad de libertad, dejando en claro que ninguno de sus descendientes volvería a  tocar Auradon,  Freddy no recuerda mucho  solo un suave susurro que Ben le dio antes de irse.

 

“Fuiste advertida”

 

Ella estaba segura que no se refería al discurso que el hada madrina les daba a todos al llegar.

 

*************************

 

Carlos  regreso a su habitación  feliz de que Jay aun estaría en la práctica y más aún cuando descubrió que lo había dejado, aquel otro chico, el que tomo su lugar no fue un completo idiota al menos había hecho algo útil como dejar el fastidiosos equipo de Tourney y enfrentar la ira de Jay que seguramente lo debió a ver molido a golpes por tal osadía, lo único malo es que al parecer también renuncio a su amado club de robótica lo ignoro porque le había dado más tiempo libre y no es como si realmente necesitara ese club, él era totalmente autodidacta, tal vez su promedio había bajado considerablemente pero eso era algo que no importaba de acuerdo a su madre.

 

Su madre esa era la razón por la que corría desde su última clase a encerrarse a su habitación, el necesitaba verla otra vez, pedirle perdón pero sobre todo tenía que sacarla de la isla, por eso lo había hecho, había robado más equipo de la sala audiovisual para lograr comunicarse con la isla, le costó mucho convencer a la reina Malvada luego de asegurarle que la sacarla también si le dejaba hablar con su madre.

 

-          Mamá lo siento mucho – fueron las primeras palabras que dijo al ver el rostro de su madre en el monitor, luego de costarle mucho contactarse con ella.

-          Tu maldito perro ingrato – y así fue como ella le recibió, humillándole como siempre, haciéndole sentir la peor basura solo por defenderse.

-          Te sacare de ahí madre – respondió de inmediato tratando de parecer tan arrepentido como se sentía - yo lo hare.

-          Será mejor que lo hagas o mami estará muy molesta – aquella mujer frunció la nariz, llevando aquel cigarro a sus labios sonriendo internamente al ver como aquel niño se estremecía por aquel simple acto.

-          Lo hare – continuo con algo de miedo, sintiéndose un poco ansioso y temeroso por ver a su madre tan tranquila nuevamente, algo definitivamente no estaba bien.

-          Oh y Carlos quiero mi cachorro – y ahí estaba lo que su madre le pediría, lo que haría nuevamente nada más estuviera libre, Carlos trago en seco miro al pequeño perro que al parecer salía en la toma justo detrás de él y asistió suavemente.

-          Lo tendrás – susurro al ver como la sonrisa de Cruella se incrementaba – madre – término para cortar la comunicación, mientras cerraba los ojos con fuerza y busca la fuerza para hacer lo que tenía que hacer, para traer a su amada madre con él.

 

Porque él la amaba tanto como ella lo hacía… ¿cierto?

 

Notas finales:

El inicio de la extraña relación entre Mal y Jay, ellos casi se acuestan casi, para aclarar ellos se aman pero no como pareja es más como hermanos  pero de igual manera de codependencia un poco enferma, porque si  Jay literalmente haría lo que fuera por Mal, enserio lo que fuera o eso era antes ahora solo hay algo más importante para él.

 

Notaron como Jay afirma que no es un violador y sin embargo  en la mínima oportunidad viola a Carlos cada que le da la gana, sip un poco hipócrita pero en si es una señal más sobre su enfermiza relación.

 

Ahí es donde paso la noche cuando Cameron estaba hechizado y dispuesto a todo para Jay, sip teniendo sexo con Freddy  no lo juzguen él tiene necesidades y piensa mejor relajado.

 

Más de Mal golpeando a Jay y Ben aprovechando la situación jajaja, todos están locos, locos, el único buena gente hasta ahora es Doug que casi no sale para no mancharlo jojojojo, Mientras que Ben y sus celos tal vez un poco infundados por Jay.

 

Carlos ama a su madre, ella es todo lo que tiene y lo que alguna vez tendrá, este niño realmente está mal, me duele lo que voy a hacerle pero es necesario, no todos pueden ser salvados ni tener su final de cuentos de hadas.

 

Una galleta???

Un Chocolate??

Algo den señales de vida joder!!!!!

 


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