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Don't ~ por BicthLVL100

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− Cariño anda, que se nos hace tarde... − escuchó el llamado de su madre mientras terminaba de colocar las ultimas maletas con ayuda del taxista dentro de la cajuela.


Desde hacía un par de meses atrás que su madre le había estado comentando la posibilidad de irse a un "nuevo hogar", sin embargo, hasta ahora no había llegado a pensar que aquel capricho se fuese a concebir, o por lo menos no tan pronto.


− Sí, ya voy... ya voy − respondió de mala gana, abriéndose paso por el puñado de cajas que los trabajadores de mudanza se encargarían de mover dentro de unas horas en el camión junto con otras cosas que tapizaban la acera frente la que desde ahora sería su vieja casa.


− No uses ese tono... - un golpecito en su espalda le obligó a entrar de lleno a la parte trasera del taxi donde su actitud no haría más que empeorar.


− No entiendo porque te pones de tan mal humor, deberías estar contento de que no tendremos que vivir más en este vecindario horrible... − respondió aliviada la mujer mientras colocaba el seguro de la puerta.


− El vecindario donde están mis amigos, mi escuela y mi trabajo... − el chico no pudo evitar que aquel suspiro melancólico saliera a la luz.


− Oh amor, no te preocupes, conseguirás algo mucho mejor te lo aseguro, ahora deja de quejarte dentro del taxi o estarás castigado hasta que te jubiles... − algo que poco le importo a la mujer, puesto que ya había tomado una decisión.


 


POV'S Guillermo~


− Como digas... − saqué las orejeras de mi mochila para poder sacar un rato de paz, después de todo, la escuché decir que el viaje seria lo suficientemente largo como para que le diesen ganas de charlar con el taxista, y yo paso...


No creí que cuando mi madre decía eso de "Dar un paso hasta la nueva vida" fuese tan enserio, mucho menos ahora que van seis años de que ella y yo vivimos solos después de que se divorciara de papá por aquel problema...


Fue tan repentino, la primera vez que salí de mi burbuja para entra a la terrible realidad del mundo real; créeme cuando te digo que no hay nada peor que ver a tu madre sufrir por algo que no era culpa suya.


Era aterrador ver como un par de palabras y un simple papel cambiaban de manera tan radical a una persona cuando creías de verdad conocerla... Hubo un tiempo en el que incluso creí que ella jamás lograría recuperarse, aquella fue la primera vez que nos mudamos, una de muchas que no terminarían hasta hace un año cuando llegamos a este sitio y logramos establecernos finalmente lejos de aquello que nos dañó, y el mismo tiempo en el que al parecer ella encontró a alguien especial con quien empezó a salir...


Uh, no diré nada al respecto, sé que es extraño decir que tu madre tiene un novio, pero hasta ahora no me ha afectado en nada, de hecho, se le ve feliz, tranquila, alegre... me siento bien por ella.


Es bueno verla con los ánimos de antes, esa sonrisa juguetona que recuerdo de las veces en las que jugaba conmigo en el parque, esa dulce voz como la de todas las noches al acostarme y darme un beso para dormir...


Le doy a ese hombre una condecoración y una medalla, o eso haría si lo conociera; pero desgraciadamente y por motivos escolares y de mi trabajo de medio tiempo en aquella cafetería me ha sido imposible verlo jamás.


He visto su auto cuando recoge a mamá para salir a una cena o baile, pero nada más... pero con los gustos de ella debe de ser el típico cuarentón amable y amante del golf que solía ser mi padre.


Cuando podía llamarlo así...


− Woah... − unas luces brillantes llamaron mi atención, el cielo oscuro y estrellas que adornaban plácidamente el cielo me hicieron darme cuenta que el tiempo dentro de aquel auto había pasado volando.


Sin embargo, aquel lugar era... diferente a lo que pensé; las calles llenas de luz y vida por las farolas puestas unas tras otra en el pavimento que decoraba las fachadas de todas aquellas tiendas tan lujosas, la gente yendo de aquí para allá, tan ajetreados, en su mayoría chicas bastante guapas con un par de guaruras a sus espaldas.


− ¿Mamá?... − tartamudee mirándola. extrañado al notar el letrero que decía Beverly Hills; esta no es mi casa.


− Te dije que encontraríamos algo mejor... – siendo honestos no sé qué me sorprende más, el lugar, que mi madre extrañamente tuviese razón (como siempre) o que incluso los vagabundos de la zona pareciesen gente de más dinero que yo.


− ¿En qué dijiste que trabajaba tu novio? − pregunté antes de pausar la música del reproductor.


− Samuel es doctor de cabecera y cirujano... − oh mira, vale sí que conveniente.


− No recuerdo haberte escuchado decirlo antes... − fruncí el ceño, de saber que mi madre había estado saliendo con un hombre rico le hubiese pedido conocerlo desde mucho antes en persona, tal vez así ahora mismo tuviese ese Xbox conmigo.


− Pues si pasaras menos tiempo en ese celular y más hablando con gente de verdad lo recordarías... − oh no, alerta, señal de regaño se aproxima, debería hablar de otra cosa y cambiar el tema.


− ¿Y sé cómo se supone que iré a la escuela? − si es que la zona no es que me incomodara, de hecho, estaba ansioso por ver el lugar, eso sí... tendría que intentar no parecer un pobretón, o un turista.


− Vamos a buscar una cerca de aquí... − dijo ella con ese aire despreocupado de siempre.


− Oh si, escuela de niños ricos... − no me hace especial gracia el estar rodeado de gente prepotente, "Bimbos" y Juniors.


− Ni siquiera has conocido a nadie... − sentí su mano posarse sobre mi hombro − No seas tan malhumorado, ¿sí? Intenta ver el lado bueno... por mí − esa mirada tierna y manipuladora... joder.


− Vale mamá... − suspiré resignado, anda que no puede ser tan malo...


− Ese es mi chico, ahora silencio que casi llegamos... − Es solo un suburbio más lujoso, no es como que el tipo viviese en una mansión a lado del muelle con un crucero lleno de dinero.


− Oh por dios... − Eso ahora mismo sería nada en comparación con lo que vi;


Aquella enorme vivienda, resaltaba de las demás mansiones de los alrededores y créeme que es difícil destacar en un barrio tan caro como ese; los enormes ventanales adornados por esos cristales claro, ¿Qué pasaría si alguien llegase con un ladrillo?


La rodeaba un enorme jardín el cual podría servir fácilmente como cancha de futbol de la Champions, no me gustaría estar ahí cuando Pique fallara y diera contra alguna de esas ventanas...


− Je... − mi imaginación me hace jugarretas muy extrañas si me descuido, en este caso había soñado despierto tanto tiempo con aquella mansión que una inconsciente y boba sonrisa se había dibujado en mi rostro.


− Sabía que te gustaría... − y justo la voz de mi madre fue la que me hizo salir de aquel transe para dar paso a la realidad, que ahora mismo era mil veces mejor.


 


~~~~~~~~~~~~~~~~~


 


− Mi cielo, ayúdame con mi equipaje de mano mientras le digo a los de mudanzas donde colocar lo demás... − volvió a escuchar las ordenes de su madre antes de sentí aquel peso sobre sus manos.


− ¿Para qué trajimos todo esto? Este lugar debe de tener ya mil y un cosas dentro... − alzó una ceja, mirando como los hombres entraban poco a poco con los muebles por la puerta principal, sin embargo, la mirada molesta de su progenitora basto para que comprendiese.


− Vale, me callo y obedezco... − resopló fastidiado, entrando a aquella enorme casona, intentando que su quijada no cayera al suelo del asombro por cada pintura extraña, escultura y sirviente que vio al entrar tan solo a la recepción de esta.


− La habitación está subiendo las escaleras, es la primera ya podrás ir a ver la tuya después... − los gritos de su madre continuaron desde afuera.


− ¿Y si me pierdo? − preguntó él, subiendo poco a poco las escaleras, que no eran pocas, intentando no cansarse con tan solo verlas.


− Para eso tienes el celular, y si no es así tu funeral será el mejor... − su madre tenía un extraño sentido del humor.


− También te amo mami... − para su suerte era de familia, al igual que muchas de las cualidades de su madre.


Después de "años" de subir las escaleras, Guillermo finalmente logró darse paso hasta la habitación señalada, espaciosa, con una cama lujosa a la mitad de esta y decoración parecida a la de un mismísimo castillo de Londres...


− Con que aquí es donde ellos dormirán... − sin embargo, no era algo que le sorprendiese ya, de hecho, Guillermo creía no poder sorprenderse más después de lo que vio de aquella fachada de lugar.


− Por lo menos mamá no volverá a molestarse porque su colchón es pequeño... − dejó las maletas cerca de la mesita de noche, no sin curiosear un poco de por medio, mirando las pinturas y objetos sobre el escritorio.


− Woah... − lo que más llamo su atención fue una pared de lado de la puerta, que estaba decorada casi en su totalidad con diplomas, todos y cada uno de ellos de una universidad, una más prestigiosa que la otra.


Al parecer los millones del hombre habían sido ganados por su esfuerzo y dedicación, pero aun así...


− Guillermo, cariño baja un momento... − de nuevo la voz de su madre llamándolo interrumpió su curiosidad antes de que pudiese saciarla, haciéndole bajar esos millones de escaleras, llegando agitado de nuevo a la recepción; el vivir aquí al parecer sería un cansancio... eso y estaría en forma.


− ¿Qué sucede...? − respondió, intentando no sonar tan agitado.


− Aquí esta, Guillermo él es Samuel... − cruzó el lumbral para llegar a la sala, esperando un hombre entrado en años, tal vez calvo y con lentes, pero...


 


POV'S Guillermo~


¿Recuerdan cuando dije que sería imposible volver a impresionarme después de lo que vi hace un rato? Bueno córtenme la lengua y péguenle un tiro, puesto que esto casi hace que mi quijada caiga y rebote directo del suelo a la basura.


− Bienvenido, un gusto en conocerse, tu madre me ha hablado mucho de ti... − frente a mí un hombre alto, de tés morena y cabellos oscuros al igual que sus ojos, se encontraba con una sonrisa recibiéndome con la mano extendida en la más formal de sus presentaciones.


− Si... igualmente − tartamudee mientras intentaba no perderme en su rostro, en su cuerpo, sus brazos fuertes y espalda ancha, perfectamente vestido con aquella camisa gris remangada hasta sus codos abierta ligeramente del cuello permitiéndome ver un poco más de su piel.


No, espera ¿Qué?...


− Bueno ahora que nos conocemos creo que podemos pasar a cenar, mi cocinero preparo algo especial para esta ocasión... − él siguió hablando, pero mi mente solo divagó, mi mirada estaba perdida en su cuerpo mientras que mis ojos poco a poco bajaban para lograr divisar mejor el resto del cuerpo de ese hombre.


Esos oscuros jeans entallados, perfectamente amoldados a sus piernas y ... ¡Joder no! Esto no está bien.


Mi cordura regreso al mirar a mi madre quien lo tomaba del brazo, de nuevo con aquella sonrisa plasmada pacíficamente en su rostro.


¿Qué me pasa? Guillermo no...


− No gracias... yo, no tengo hambre – intenté no tartamudear, alejando mi vista de aquel adonis junto a mi madre, instando calmar mi respiración y tono.


− Guille... – la escuché reprenderme, sin embargo, ahora lo único que me importa es no quedarme como una colegiala bobeando frente a este hombre frente a mí.


− ¿Cuál es mi habitación? − hablé con la mirada en el suelo, rogando a los dioses que este no insistiera como mamá.


− La segunda puerta del tercer piso... − su voz, tenía un tono grave, pero a la vez tan cálida y amable − ¿Seguro que...? – trató de insistir, pero debo irme, si no quiero hacer el ridículo.


− No, gracias, buenas noches... − di media vuelta y salí de ahí como alma que lleva el demonio, un demonio ardiente y pecador del cual deseaba sentir, aunque fuese el más mínimo roce.


− Mierda... – traté de calmar mi respiración al cerrar la puerta a mis espaldas, ¿Qué ha pasado? ¿Ese sujeto de verdad...?


Vaya pues mamá no era nada ciega ni tonta, mira que conseguirse a un tipo como ese en tan solo un año...


− ¡Cálmate ya! − me grite a mí mismo, ¿Qué acabo de pensar? Es decir, es un hombre mayor, y el novio de mi mamá; ella está muy feliz con él, incluso ahora se les veía tan felices.


− Joder... − ella estuvo tan deprimida durante tanto tiempo, incluso durante el período en que ella se "recupero" logré percibir su dolor, sin embargo y aun así ella se sacrificó por mí, por nosotros para seguir adelante.


Es por eso que ahora no puedo hacer esto, no a mi mamá...


Ella ha pasado ya por mucho, no permitiré que mis caprichos de colegial imbécil interfieran en esto ahora que ella esta tan tranquila y por fin la veo en paz, pero...


¿De verdad es este hombre al que desde hoy debo llamar "padre"?


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