-Detente...- casi gritó al sentir la primera palmada en su tarsero, golpeo tan fuerte que logro escuchar el impacto que había dado en su culo, tal fuerza logro hacer que pronto la zona afectada se marcase con sus dedos en aquel rojo que destaco fácilmente entre la piel blanca.
-D...duele...- maldijo entre dientes mientras el siguiente golpe impactaba, esta vez aún más fuerte que la primera logrando que sus ojos empezaran a cristalizarse.
-¡Joder!- el tercer golpe logro soltar las lágrimas atrapadas en su rostro con tal facilidad que cuando este se detuvo apenas y podía escuchar otra cosa que no fuesen sus gimoteos ahogados y el agitado respirar de su "padre".
-Tu castigo apenas empieza...- escucho murmurar al hombre en su oído mientras lo bajada de sus rodillas hasta colocarlo entre sus piernas, regocijándose de cierta manera al ver el rostro lloroso y sumiso de su pequeño niño al notar como este se bajaba la cremallera y exponía ante el su ya erecto miembro.
-Siempre te vi mirándome de esa manera...- escupió, señalando el sonrojo en la mirada del chico que aun miraba cabizbajo y con dolor a su molesto padre.
-Ahora chúpalo...- ordeno, pero por alguna razón no obtuvo respuesta, cierta parte de él se sentía avergonzada, por no decir asqueado de su comportamiento ahora mismo, pero todo hombre tiene un límite en su paciencia y la suya había llegado.
-Que lo chupes...- ordeno, tomando al chico por los cabellos de la nuca, acercándole bruscamente, frotando su rostro contra aquel pene. El chico dudo un poco, sin embargo la presión en su cabello y la tentación, aquella tentación que desde hace tanto había estado prohibida para él hizo que comenzara a chupar a su padre.
Poco a poco y sin nada de experiencia previa, paso sus labios por su hombría, dando pequeños besos que recorrían aquel enorme cuerpo carnoso pasando su lengua por los testículos succionando cada lugar para terminar metiendo poco a poco el pene en su boca.
-Bien... buen niño...- sintió su mano acariciar su cabeza, haciendo presión sobre ella para que tragase más a fondo, con algo de dificultad apenas y podía meterlo entero en su boca, más sin embargo esto era algo que poco le importaba al mayor puesto que con un movimiento de su muñeca logro hundir de lleno su miembro sobre la garganta del chiquillo, embistiendo un par de veces de manera brusca antes de que sintiese aquel cálido liquido invadir su garganta.
-Joder...- maldijo extasiado mientras veía como el chico en el suelo a sus pies tocia mientras intentaba tomar aliento.
-Espero que hayas aprendido tu lección...- dijo casi totalmente convencido de que había dejado claro quién era quien mandaba ahora en la casa, sin embargo tuvo como respuesta una mirada burlona.
-Aun no... Papi, ¿Por qué no vienes y me enseñas más?...- dijo este desde el suelo, llevándose un dedo a la boca, hablándole de esa manera tan obscena mientras aquel liquido blanco aun caía suciamente sobre la comisura de sus labio.
-Maldito mocoso...-hablo entre dientes, mientras se acercaba al chico en la alfombra y lo levantaba con brusquedad para lanzarlo directo a la cama. Las sabanas grises hacían la combinación perfecta, adornando su piel de porcelana. Sus ojos se veían diferentes, ese brillo egoísta jamás había aparecido en su mirada, por lo menos no con él.
Se posó sobre el menor mientras terminaba de deshacerse de sus ropas, aquella camisa y corbata estorbosas... un show espectacular para Guillermo quien solo se deleitaba con la vista de aquel cuerpo maduro, su pecho y enorme espalda, el calor que este emanaba de él.
Había estado conteniéndose hasta ahora, puesto que quería que su madre fuese feliz, y aun después de su muerte el recuerdo de ella le hacía imposible el acercarse el uno al otro, pero ahora nada además que pasión pasaba por la cabeza de ambos.
Pasión que derretiría a Guillermo al sentir los labios posarse de manera brusca sobre su cuello, besando bruscamente dejando pasos de pequeñas mordidas, que estaba seguro que dejarían marcas, pero eso no importaba ahora.
Su espalda se arqueo cuando la lengua del mayor pasase a recorrer el resto de su piel, dando atención en su pecho un sus pezones los cuales no dudo en succionar, haciendo que un pequeño gemido se escapase del menor.
Aquellos besos y caricias poco a poco fueron dando paso a algo mejor, mientras que las manos de Samuel bajaban hasta la erección del chiquillo, detuvo sus besos.
-Maldito mocoso...- volvió a murmurar mientras abría tomaba de las piernas al chiquillo y las abría colocándose este en medio, con una sonrisa perversa mientras se deleitaba con la vista de la erección de su "niño" rozar con la suya, ambas frotándose y acariciándose mientras que el menor gemía descaradamente y le miraba con esos ojos, deseoso de que esto fuera a algo más que solo roces.
-Por favor...- finalmente aquel murmuro salió de los labios temblorosos de Guillermo.
-Pídelo bien...- sonrió triunfante Samuel que seguía deleitándose de aquella imagen.
-Follame... follame el culo...- y sin pensarlo dos veces su padre le escucho, tomo por las caderas a su chico tumbándolo, colocándolo en cuatro mientras acercaba algo que le ayudase a lubricarle, no quería lastimarlo... no tanto.
-Ngh...- sintió un escalofrió recorrer su espalda al sentir aquel liquido helado resbalar sobre su culo hasta su entrada, mientras que sentía como la punta del hombre se hundía poco a poco dentro de su cuerpo.
-Duele...- gimoteo, pero a estas alturas su papi no se detendría, opto por entrar de una estocada y silenciar al muchacho cubriendo su boca con una de sus manos mientras proseguía a embestir poco a poco aquella estrecha entrada.
-Mngh...- escucho de nuevo el gemir de Guille y sintió uno de sus dedos ser lamido por la lengua traviesa de este mientras las estocadas se hacían cada vez más profundas y rápidas.
Por su parte el menor se dedicaba a deleitarse, no solo físicamente sino auditivamente; escuchaba el gruñir de su padre mientras se conectaba cada vez con más fiereza en su cuerpo. Sintiendo su boca finalmente ser liberada para que este pudiese tomarlo con ambas manos por las caderas.
-Sa...Samuel...- sus gritos de placer se hicieron cada vez más audibles, envolviendo la habitación. Hasta que de nuevo el brusco agarre de su cabello por la nuca le hizo callar.
-Dilo... dilo para mi niño...- susurro suciamente el hombre quien se había percatado que su acompañante estaba a punto de llegar al clímax, frenando un poco sus movimientos.
-Pa...- para dar paso a unas estocadas profundas pero lentas que simplemente volvían loco al niño bajo los efectos hipnotizantés del perfume y la piel de, de Luque.
-Papi...- y como si fuese una palabra clave, Samuel lleno su interior con su esencia invadiendo sus entrañas, mientras liberaba esa sustancia y se aferraba fuertemente de sus caderas, a su vez una oleada de calor recorría el cuerpo de Guille mientras el éxtasis llenaba su cuerpo y lograba correrse al mismo tiempo que su pareja, obligándole a aferrarse a las sabanas mientras que dejaba que estas se mancharan de blanco para finalmente cae rendido sobre la cama.
Y después de eso nada se escuchó, solo el respirar agitado de ambos cubrir la habitación... Guillermo pensó lo peor, que le gritaría, que se iría... pero en su lugar, un par de brazos lo rodearon, y unos labios volvieron a besar los suyos con un poco más de cariño; acomodándolos a ambos en la cama en un pequeño momento tierno mientras que poco a poco iban siendo consumidos por el sueño.
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-¿Qué tu qué?- casi grito su compañero mientras miraba asombrado al nervioso chico que no hacia más que mirar a los lados nervioso.
-No grites alguien va a oírnos...- susurro, él.
-¿¡Cómo no quiere que grite cuando acabas de confesarme que te follaste a tu padrastro en tu cama!?- replico Frank con la quijada casi sobre el suelo.
-Pues tú me dijiste que hiciera pruebas si el me gustaba y...-
-Dije pruebas, PRUEBAS, ¿en qué parte de la conversación estaba seducir a tu padre y terminar con él en la cama?- en parte tenía razón, pero bueno lo hecho, hecho esta.
-Mierda... ya entiendo...- suspiro Guille aun recargado sobre la pared.
-De cualquier modo, está bien... creo que es bueno que te hayas sacado de las dudas... ahora por lo menos sabes que te ama...- dijo el atleta cruzándose de brazos.
-Pues, no exactamente...-
-¿A qué te refieres?-
-Él no me dijo que me amaba, o que me quería, tan solo...- murmuro casi para el mismo, aquello no le daba buena espina a Frank.
-Oh...- dudo un segundo antes de continuar, podría quedar como la bruja mala del cuento pero las cosas debían decirse como eran.
-Guillermo... ¿Te has puesto a pensar lo pequeño que es el mundo?
-¿A qué te refieres?-
-Tu madre, era la compañera de Samuel...-
-Si...-
-Eres realmente increíble,- dio un suspiro pesado antes de continuar.-... Una relación extraña, después de todo él amaba a tu madre e iban a casarse, ¿No te pusiste a pensar en todo lo que hicieron ellos antes de irse a vivir juntos?-
"Con frecuencia prefería no hacerlo pero gracias por meter esas imágenes en mi cabeza Frank"
Pero aun así el mensaje llego a su cabeza, golpeando duro en su pecho.
-¿No te ha comparado con ella?...- haciéndole tomar en cuenta y despertar después de todo lo que había pasado.
-Yo...- era tonto que se preocupase ahora cuando ayer estaba disfrutando.
-Ahora mismo sueno como un completo cretino... pero no quiero hacerte sentir mal, solo quiero que de verdad estés seguro de lo que haces. Él es un hombre, tiene experiencia... y tú, bueno tú te emborrachaste con solo un par de tragos...- volvió a decir Frank, colocando su mano en el hombro del chiquillo quien tan solo se perdía en sus pensamientos.
-Yo...-
-Guille, no quería decirlo pero tú siempre hablas de tu padre...-
-¿De verdad?... yo...- una pequeña chispa de vergüenza broto en sus ojos, ¿acaso era tan obvio?
-Vez, eres tan mono cuando te pones nervioso... es por eso que todos tienen su ojo en ti...- una sonrisa amable se posó en el rostro del menor quien de cierta manera se sentía algo "enojado".
-Anda, hoy tengo una reunión de entrenamiento, más chicos irán...-
-¿Una fiesta...?-
-Anda vamos, será divertido...- y ambos salieron del campus, y si era una reunión, había chicos del club de deportes, porristas, chicos y chicas... algunos no tan jóvenes... y su némesis...
Cuarenta onzas y ciento noventa grados de vodka puro...
POV'S Guillermo~
-Solo es ponche decían... es sabor uva decían...- gruñí entrando silenciosamente por la puerta principal, hubiese subido por la ventana y entrado a mi cuarto pero el pequeño mareo después de beber aquello no me permitía más que dar un par de pasos por eructo.
-Uy...- escuche el romperse de un pequeño jarrón que había caído al golpear mi cadera con la mesita cerca de la entrada.- igual tiene muchos de esos...- la porcelana china nunca ha sido mi favorita.
Continúe mi travesía por aquel enorme corredor hasta que al encender la luz del pasillo una figura se posó frente a mí.
-Samuel... me asustase...- recorrí de arriba abajo su cuerpo, incluso en pijama se veía tan comestible... mira nada más esa remera delgada... ojala hubiese estado en la fiesta de camisetas mojadas.
-¿Seguro que no ha sido tu conciencia?- y ahí estaba, de nuevo sonaba con ese tono molesto.
-Solo bebí un poco, estoy mareado...- dije cubriendo mi cabeza de la luz del foco que nos iluminaba.
-¿No me digas?, tu amigo te invito a ponerte así de nuevo...- y ahí va de nuevo a atacar a Frank, ahora que lo pienso no tiene derecho a decirme nada de estas cosas, no tengo por qué aguantar esta mierda.
Frank lo dijo antes, debí haber pensado bien las cosas antes de hacerlas, pero ahora no puedo hacer nada... no puedo regresar al pasado no puedo evitar ser un segundo.
Aun así me gustaría que las paredes, pisos y Samuel dejaran de moverse tanto...
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-Frank no hizo nada... deja de tratarlo tan mal... tengo vida social...- gruño el muchacho para hacer a un lado al mayor e intentar llegar a su habitación, sin embargo una mano sobre su brazo le impidió moverse.
-No me contradigas más...- a estas alturas y debido a su estado la cabeza de Guillermo era un mar de ideas y no precisamente buenas, sobre él y su relación con su nuevo padre.- Se lo que es mejor para ti, también tu madre...- apenas y escucho eso el chiquillo se giró bruscamente, apartando su agarre, mirándolo con ira.
-Si tienes tiempo para quedarte en vela esperándome y gritándome deberías tenerlo para velar un poco más por mamá o ir a ver su tumba...- grito sin temor alguno, al alcohol era destructivo y lo sabía... pero gracias al sacaba a flote toda la ira que tenía en él, que había aguantado durante tanto siendo un chico bueno...-
-¿Qué dices ahora?- resoplo molesto el tutor quien solo quería llevar a la cama al chico para evitarse un discusión de "borrachos".
-Siempre, aun después de aquello, tus intensiones de acercarte a mí siempre la incluyen a ella e por medio, no dejas de mencionarla...- pero lo que él no sabía era que una batalla en la cabeza de aquel chaval comenzaba a desatarse, y no era que fuese a terminar bien o pacíficamente.
-¿De qué hablas? Estas ebrio Guillermo solo sube a dormir...- volvió a tenderle el brazo sin embargo un manotazo y un empujón fueron su única respuesta.
-¡Cállate...! me tienes harto... ¡Solo porque te di el culo no significa que ahora soy de tu propiedad!- escupió aquello sin importarle lo que pudiese causar en la cabeza o corazón del hombre que se limitaba a mirarle en silencio.
-Me largo...- dio media vuelta para entrar a su habitación pero el toque sobre su espalda lo descontrolo una vez más.
-¡No me toques!- pero ahora ni un golpe, ni un manotazo fueron suficientes para hacer de lado al hombre que lo acorralo contra la pared.
-¡¿Con quién rayos crees que estas tratando mocoso?!- esta vez aquel tono amenazante y aura "superior" se hacía presente.
-Suéltame...- pidió Guillermo al sentir el primer beso en su mejilla, que poco a poco se transformó pasando a sus labios.
-Suéltame...- suplico, pero fue ignorado mientras su padre continuaba mimando sus labios y acariciando lentamente su cuerpo.
-Dije que me sueltes...- hasta que un golpe en la boca del estómago logro derribar al susodicho, haciéndole caer al suelo para mirar a un guille envuelto en lágrimas.
-¡Yo no soy el reemplazo de mi mamá!- dijo finalmente mientras el llanto se apoderaba de su voz y su rostro se llenaba de aquellas aguas tristes.
-¿Reemplazo?- tocio aun en el suelo sin saber que inconscientemente había causado una pequeña crisis en la cabeza del niño.
-Tu estuviste con ella por tanto tiempo, enamorado... incluso le propusiste matrimonio... no hay manera en que...- aun sobre eso, finalmente pudo entender la situación del pequeño, levantándose lo más rápido que pudo para consolarle.
-Guillermo...- exclamo, pero la puerta solo se cerró, golpeándolo en la nariz... haciendo que solo pudiese recargarse en la puerta, limitándose a escuchar débiles sollozos que no hacían nada más que desgarrar sus sentimientos.
-¡Déjame en paz...!- había sido egoísta al tomar sus sentimientos tan "a la ligera"
-No...- murmuro, dejándose caer al pie de la puerta.
Él no los tomaba a la ligera, él lo quería... él lo amaba.
Ojala el chiquillo también lo supiese...