Recuerdos, son lo único que me queda, uno tras otro desde agradables hasta terribles pesadillas que aun lograban hacerme despertar por las noches; eras tan encantador cuando estabas sobrio... y pedías perdón con una certeza que hasta tú mismo creías.
Gracias a ti, sé que la frase "lo siento" no es más una par de palabras que se usan por conveniencia; Pero eso no importa ya porque te he perdonado, o eso me gustaría creer. Ahora que de nuevo estas aquí, no sé cómo reaccionar ante ello de hecho; pero quisiera decirte en tu cara todo lo que tuve, tuvimos que pasar mi madre y yo cuando tú te fuiste... quiero mirarte a la cara ahora porque ahora que entiendo mejor las cosas ya no me queda espacio para odiarte.
Por mucho tiempo yo note que madre no logro llegar totalmente a ese punto, y ese dolor la acompaño en todo momento, lugar y relación... en silencio, siempre lo note aunque nunca dije nada.
Pero ahora que ella se ha ido, siento lastima... de mí mismo, de ella porque aunque diga esto sé que no te he perdonado.
Y es lo que me pone enfermo...
Ahora veo los efectos que tiene el aferrarse al pasado, y es por eso que he decidido hacerte frente... terminar esto de una vez por todas.
-Guillermo...- dijo casi en silencio el hombre aun en la puerta de entrada, esperando; mirando como su hijo bajaba por las escaleras.
Uno tras otro sus pies se movían con pesar, hasta que estos se detuvieron justo frente a él, una mirada fría, más bien triste... dolor que podía verse reflejado en los profundos y cristalinos ojos del adolescente; Espero un grito, un golpe, incluso un escupitajo en la cara, se había equivocado monstruosamente hacia años e incluso él sabía que las disculpas en ese entonces no pudieron haber sido suficientes.
Sin embargo Guillermo solo lo miro, ahí en silencio...
-Hola, papá...- dijo finalmente, rompiendo ese silencio tan tétricos que reino durante pocos e incomodos segundos.
-Guillermo yo, no quisiera...- la voz del hombre mayor sonaba temblorosa, estaba nervioso de cualquier reacción de su hijo ahora, pero de hecho el lucia mucho más calmado que este.
-¿Cuándo saliste?- cuestiono apenas mirándole a la cara.
-Hace solo unas semanas, yo me entere lo de tu madre...- la expresión del menor no cambio, era como si ya lo hubiese superado... o bloqueado.
-Lo sien...- Guillermo lo detuvo antes de que pudiese concluir esa maldita oración.
-Cállate...- casi grito, un "Lo siento" era lo que menos deseaba escuchar de su padre.
Apenas y el mayor cerró su boca, los ojos del niño se posaron fuertemente sobre los suyos, pero ni el odio ni el rencor se reflejaron en ellos, solo las lágrimas que podían asomarse lentamente.
-Durante días, años... he soñado con que vinieras arrastrándote como un perro, pidiendo perdón, de la manera en la que lo hacías antes...- las pequeñas gotas que resbalaban por sus mejillas para caer sobre la alfombra ante el silencio y la mirada de su padre.
Para que finalmente y en tu cara yo pudiese decirte lo mucho que te odiaba, desahogar todo el rencor que tuve en mí durante tanto tiempo, incluso mi madre...
Quise que murieras en más de una ocasión, rogué al cielo que vinieses para decirte las cosas que nunca nadie se atrevió a contarte, sobre ti y tu estúpido alcoholismo y las barbaridades que nos hacías...- aun podía sentirlo, aun podía ver las marcas sobre sus brazos, aun podía escuchar los llantos de su madre todas las noches antes de ir a dormir.
Pero desde hacía tanto tiempo que estaba harto de hacerlo, simplemente quería liberarse de aquello.
-Pero a la vez, no deseaba verte... nunca más, tenía miedo... tengo miedo...- hizo una pausa antes de que las pequeñas gotas finalmente lograran desatarse, al igual que su llanto.
-Aún tengo miedo de que me hagas daño...- pero hizo un esfuerzo por no derrumbarse y continuo, aun con los ojos inundados, en ningún segundo aparto la mirada de aquel rostro.
-Después de tanto tiempo...-
-Por eso, decidí... terminar con esto, no puedo seguir viviendo con esto sobre mis hombros... no quiero, me niego.
Hay un lugar en mi mente, algo en mi cabeza que repite lo que dijiste, lo que me dijiste ese día.
Estás asustado por los errores que cometiste, sabes que cavaste tu tumba- el joven noto la vergüenza en cada una de las palabras que cruzaban por sus oídos.
-Supongo que ese es el precio que pagas...
El perder al amor de tu vida fue lo que te liberó de las cadenas de las sustancias. Dejaste de beber, incluso sé que intentaste llamarme a verte algunas veces de visita pero... como dije, yo tenía miedo.- Guillermo suspiro, un suspiro, tranquilo, relajado... de alivio.
-Pero no te deprimas, padre yo te...- titubeo en su mente un par de segundos, pero enseguida volvió.
-Te quiero...- dijo antes de abrazarle, dejando que todo el odio y las cosas malas finalmente se desvanecieran de su cabeza para dar paso al verdadero perdón.
Ambos finalmente y después de tanto tiempo lograron volver a ser una familia... volver a perdonarse, a quererse y aceptarse.
POV'S Samuel~
-Guillermo...- susurre a mí mismo desde la escalera, había estado escuchando aquella conversación entre él y su "verdadero" padre en la entrada; entonces eso es lo que es el amor, es todo el amor que hay dentro de ese chiquillo; lo que te hace olvidar a alguien que te causo tanto daño, que te maltrato de todas esa maneras y aun así aferrarte a le de esa manera.
Pero después de aquellas últimas palabras no escuche nada, el silencio reino en toda la casa... en mi cabeza incluso.
Pasaron un par de minutos antes de que algo pudiese llamar mi atención, y las pisadas de la escalera mientras el chiquillo subía y se topaba conmigo de golpe en el corredor.
-Samuel...- se sorprendió al mirarme recargado en la pared.- Pensé que habías ido a tu cuarto...- desvió un poco la mirada antes de continuar.
-Decidí esperarte...- note las marcas en sus mejillas y lo rojo aun en sus ojos, esos hermosos ojos negros que tanto quiero.- ¿Qué ha pasado?- no pude evitarme preguntar.
-Se acabó, eso...- respondió encogiéndose de hombros, dando un pesado suspiro.
-¿Y tu padre?-
-Regreso a su hogar... pero ahora, me siento mejor...- la manera en la que habla, no suena del todo convencido de ello, pero ya no se ve tan aterrado como hace unas horas.
-¿Estás bien?...- pregunte, antes de inconscientemente tomarlo por la barbilla, haciendo que nuestras miradas se cruzaran.
-Bueno, ya no estoy enfadado ni quiero apuñalar a nadie... supongo que si.- respondió con una sonrisa antes de que aquel tono rojizo volviera a posarse sobre sus mejillas y dieran un par de pasos nerviosos hacia atrás.
-¿Quieres beber algo?- bien, ahí estaba el niño de siempre.
-Si... vodka...- alzo rápidamente la mirada, como un cachorro esperando su galleta o premio, si aquí esta Guillermo de vuelta.
~~~~~~~~~~~~
-Me refería a un café...- hablo el mayor de vuelta con una mueca de lado, sabía muy bien que era ilegal darle de beber a un menor, mucho más si ese menor se trataba de ese niño.
No lo toleraba de muy buena manera y no quería cargar con un Guille ebrio... ¿o sí?
-Oh... entonces no...- fue interrumpido por la pregunta del mayor.
-Tienes solo 17, se supone que...- quien solo balbuceo para volar a ser silenciado por Guillermo quien lo corrigió.
-De hecho cumplí 18 hace tres días...- respondió con una sonrisa melancólica.
-¿Qué?-
-Sí, estuve con Frank ¿lo olvidas? El hizo una fiesta para mí, e incluso invito a unos amigos y...- Samuel no pudo evitar soltar un gruñido al escuchar ese nombre de por medio.
-¿Qué te pasa?- gruñido que no fue para nada discreto puesto que Guillermo lo noto de inmediato, al igual que su mirada molesta.
-Dime enserio, ese chico y tu...- suspiro, intentando tranquilizarse, la solo idea de que estuviera tan cerca de algún hombre que no fuera el...
-No, es mi mejor amigo...- alzo la voz casi de inmediato.- además él tiene ya un novio... o algo así...- defendiéndolo, era de alguna manera lo que más odiaba de ese muchacho, que aunque no estuviera aquí Guille hablara tanto de él.
-Tú fuiste el único que me ha tocado de esa... manera...- su voz se cortó un poco al decir la última palabra; el recuerdo de aquella vez aún estaba en ambos.
POV'S Guillermo~
-Y eso me complace como no tienes idea...- sentí sus brazos rodear mi cadera para acercarme hasta él, tomándome en su pecho, sintiendo de nuevo su calor invadir mi cuerpo.
-Espera, estoy aun deprimido...- intente liberarme, pero sus manos bien podrían ser cadenas que no me dejaban hacer más que retorcerme.
Alce la vista para toparme con esa sonrisa burlona, esos ojos que me miraban directo a los míos; nuevamente mi corazón se aceleró y mi rostro se tiño rojo cereza.
Guillermo deja de comportarte como una quinceañera moja bragas.
Intente no perderme en esos ojos hasta que por fin logre esquivar y mirar hacia otro lado, pasaron unos segundos cuando por fin pude liberarme.
-Que lastima, la tristeza y el alcohol no se llevan bien...- le escuche hablar, mientras se giraba y bajaba las escaleras,
-¿Ah?- en dirección a donde estaba aquel mini bar.
-Oye, espera...- maldigo el día en que decidí probar aquella margarita.
POV'S Samuel~
-Y él estaba como de "Oh no puede ser" y yo así de, en serio y él me dijo, se supone que no te follaras a tu padre, y yo le dije que.... Llevaba minutos y minutos balbuceando lo mismo, cuatro copas fueron necesarias para dejarlo así.
No paraba de hablar, Frank esto, Frank aquello, los chicos lo otro...
-¿Le cuentas todo a ese mocoso?- alce la ceja, ahora que esta de esa manera me importa muy poco lo que piense de mi al hablar de ese crio, al final mañana no lo recordara.
-Solo le mas importante, es mi mejor amigo y lo quiero mucho...- volvió a sonreír de esa manera tonta, pero extrañamente linda, lo que me hacía enfadar mucho más.
-Joder, ya estas ebrio desde hace rato...- intente cambiar el tema, quitando la botella de la mesa para colocarla de nuevo en el estante.
-¿Enserio? no lo había notado... como sea él me dijo que...- y como si lo anterior hubiera entrado y salido de su cabeza continuo con su bobeo.
-No me interesa hablar más de ese chico...- sin querer alcé la voz,
-¿Por qué te enojas tanto cuando lo menciono? ¿Qué te ha hecho el?- a lo que él respondió con una mirada de extrañeza y un sobro más a su ya casi vacía copa.
-Bebiste mucho, te llevare a dormir...- trague saliva e intente quitarle el vaso, pero el solo retrocedió.
-No, dime de verdad... ¿Por qué te molesta tanto que este con él?- la manera en que dio el ultimo sobro, haciendo que un poco del rojo de aquel vino cayera por sus labios hasta su barbilla, resbalando hasta su pecho.
Aun de esta manera, me gusta... dejando de lado su parloteo me cuesta mucho contenerme para no "comerlo" ahora.
-Me enojaría con el cualquiera que te llevara lejos de mí...- lo que me llevo de vuelta a la realidad, si soy sincero lo odio, con todas mis fuerzas.
-Samuel... ¿estas celoso?- y esa estúpida sonrisa se posó en su boca, me miraba tan alegre y convencido que no pude evitar sentirme avergonzado.
-Vamos a recostarte...- yo celoso de un chiquillo de preparatoria; me acerque de nuevo a él.
-No, espera...- pero apenas y lo toque él se hizo a un lado.- ¿tu estas celoso de que él sea mi amigo?- terminado la bebida de golpe y dejando la vacía copa de lado.
-No solo de eso, estoy celoso del tiempo que pasan juntos, de la manera en la que te abraza y habla contigo con tanta confianza después de que sé que se conocieron en un día y yo después de casi tres meses apenas y sabia de tu presencia en mi casa...
Odio la manera en la que te llama por las noches y tu contestas de inmediato, odio la manera en la que halas de él como si fuera la mejor cosa del mundo, odio su juventud y envidio todo lo que el comparte contigo...- me tomo un par de segundos darme cuenta del modo en el que Guillermo me miraba asombrado y otro par en saber lo idiota que me había visto al decir eso.
-Ha...- se rio, se carcajeo mientras recargaba su espalda en la pared intentando no caer.
-Eres muy chistoso...o...- hablo con una sonrisa.- Suena como yo me sentía cuando estabas con mamá...- y entonces aquella sonrisa despareció.
-Los veía todas las mañanas desayunar juntos antes de irme a la escuela, se veían alegres... incluso dormían en la misma cama, la tratabas tan bien...
Lo odiaba, es por eso que estaba con Frank, el me entendía... él me decía que no me preocupara...- mirando solo hacia el piso, como si tuviera vergüenza.
-Que no era mi culpa...- con una voz tan temblorosa, no podía saber si era por el alcohol o porque estaba recordando a aquella mujer.
-Después de todo, yo no pensé que me enamoraría a primera vista del hombre que se iba a casar con mamá al primer segundo que lo conocería...
-Pero yo no era ella, y tú no me amas a mi...- y entonces como todo buen ebrio, su temperamento cambio... alzando la voz.- La quieres a ella...- dejando que las lágrimas cayeran sin tener en cuenta la vergüenza u otra cosa que no fuera el tenerme en frente.
-Y no es justo... no puedo competir con ella, siempre fue tan bonita y amable... es por eso de seguro que la amas tanto...- limpio sus lágrimas con la manga de su polera.
-No quiero ser un sustituto... un reemplazo, es por eso que me voy a ir a con Frank para...- mientras seguía hablando entre sollozos, era como un niño pequeño, mi niño.
~~~~~~~~~~~~
-¿Qué haces?- pregunto Guillermo al sentir la mano de Samuel tomarlo por la cintura, levantándolo y colocándolo sobre su hombro mientras caminaba con el fuera del salón.
-No iras a ningún lado...- dijo mientras subía las escaleras, una por una con aquel ebrio chico en su espalda, hasta llegar a la habitación de este y dejarlo caer sobre la cama.
-Espera...- Guille intento levantarse de la cama pero un brazo presionándolo hacia atrás se lo impidió.
-¿Es que no entiendes que te amo?- lo único que podía mirar con la poa iluminación era su rostro atravesado por la poca luz que entraba del pasillo por la puerta entrecerrada.
-No, tu no entiendes... tu aun quieres a mi madre... yo no soy un reemplazo...- se defendió, grito y levanto su mano para alejar al hombre antes de que algo más pasara.
-Guillermo escúchame...- pidió esta vez con voz débil, mientras que intentaba calmar al chico que comenzaba a alterarse.
-Yo te amo a ti... créeme, a ti y solo a ti...- dijo tomándolo por las muñecas, atrapándolo debajo de su cuerpo.
-Y nada me haría más infeliz en la vida que ver como la persona que más amo se va y me deja... otra vez...- sintiendo el calor de su aliento rozar a pocos centímetros de su rostro, notando aun con tan poca luz como sus ojos demostraban esa tristeza, como sus labios y voz temblaban al expresarle aquello que el había deseado durante tanto tiempo escuchar.
-Guillermo...- ahora lo tenía con él, por fin... pero ¿Por qué no se sentía bien? Era acaso el alcohol que le impedía sentir nada más que calor y deseo... no, él lo amaba y lo sabía muy bien.
-Te amo...- y después de un par de miradas en aquella oscuridad, el chico simplemente susurro aquello, sonriendo tontamente.
Pero eso no le importaba a Samuel, porque como dicen por ahí, los borrachos y los niños siempre dicen la verdad.
-Duérmete ya anda...- respondió con una sonrisa antes de levantarse y acomodarle correctamente en la cama.
Le quito los tenis y estuvo a punto de hacerlo con el resto de su ropa, sin embargo tenía que recoger el desastre en la planta baja, eso y que no quería ser un violador al aprovecharse de un chico borracho.
-Quédate conmigo...- una mano atrapando su manga le detuvo, ahí estaba como un niño pequeño pidiendo compañía.
Se quedó observándolo en silencio durante minutos, pudieron ser horas, igual él no se cansaría nunca de ver ese rostro para el tan perfecto, esa sonrisa boba.
-Samuel... ¿me das un beso?- pregunto con ese tono tan bajo, mientras con sus pocas fuerzas intentaba acercar al hombre hasta su lugar.
-Los que quieras...- murmuro antes de dar un beso suave en sus labios, sintiendo el sabor del alcohol chocar contra los suyos, logrando que ese escalofrió le recorriera la espalda de nuevo.
-De repente hace tanto calor... umm (1)- rio pícaro Guillermo después de que sus labios se separaran-
-¿De verdad me quieres?- pregunto, ansioso, como si quisiera que aquel beso no hubiera terminado.
-Te amo, te amo mucho...- respondió él acostándose a su lado, contemplando aquel rostro angelical.
-Y te juro que siempre estaré aquí contigo para cuidarte.- acurruco al muchacho bajo su brazo, tomándole de la mano.
-Te amo...- besándola, acto seguido haría lo mismo con su mejilla.
-Entonces por fin ya no tendré que llamarte papá... es un alivio...- segundos después Guillermo volvió a hablar, a decir verdad sonaba feliz.
-Pues podre no ser tu padre pero si quieres puedo ser tu papi...- el mayor dejo el autocontrol de lado y llevo sus manos hacia la piel debajo de la polera del chiquillo, acariciando poco a poco su cuerpo.
-¡Hey esas manos... uh, Samuel...!- se estremeció al sentir como poco a poco estas caricias se iban tornando cada vez más provocativas y la dirección de sus manos poco a poco bajaba hacia su entre pierna.
-Te amo, mocoso...- se detuvo, plantándole otro beso directo en los labios.
Había pasado tanto tiempo para Guillermo, tanto dolor, tantas cosas extrañamente jodidas que no podía creer aún que esto estuviera pasando...
El alcohol le nublaba la vista y estaba seguro de que mañana esto sería muy vergonzoso y extraño, pero estaba seguro de algo.
Estaba feliz, estaba con la persona que amaba... su amante que extrañamente fue el hombre al que alguna vez llamo padre