Esto seria como un alternativo, o algo asi...
Si todo aquello no hubiera pasado, un universo alterno de este universo alterno... so...
POV'S Samuel~
Había sido una tarde tranquila después de que mi turno en el hospital terminara, estaba tranquilo en mi oficina mirando unos papeles hasta que el chirrido de la puerta abrirse llamo mi atención.
Detrás de aquella puerta y después de que se cerrara estaba ese chico; piel blanca ojos negros y una sonrisa encantadora; mi hijastro que extrañamente se comportaba desde hace un tiempo de manera extraña conmigo.
-Guillermo, ¿Qué se supone que haces aquí?- pregunte, al verle colocar el seguro en la chapa; hacia un rato me había dado cuenta de cómo me observaba, más aun cuando su madre no estaba. En más de una ocasión lo descubrí mirando por la puerta cuando me duchaba, se me ha insinuado de la manera más descarada más veces de las que puedo recordar, y solo tiene 17 años.
-Vine a verte y mamá dijo antes de irse que estabas aquí...- me miro sonriente mientras caminaba lentamente hacia mi escritorio.- ¿estas huyendo de mí?- hablando con esa mirada tan tierna, detrás de esa amabilidad se esconde un pequeño diablillo.
-¿A dónde fue ella?- el solo rodo los ojos hacia un lado, apoyándose sobre mi escritorio.
-No sé, de compras... te ves extraño...- volvió a mirarme, su polera blanca parecía casi transparente gracias a la luz, dejándome ver su cuerpo con facilidad, no era nuevo que usara tan poca ropa frente a mí.
-¿Qué quieres?- trague saliva, había estado evitando estar a solas con el chico por estas cosas, y sin embargo ahora me había atrapado en mi propio salón.
-Tú sabes lo que quiero, ¿cierto papi?- casi s eme helo la sangre cuando le escuché decir aquello con ese tono tan sucio;
-Guillermo yo...-le vi relamerse los labios antes de que volviese a caminar hasta mí, sentándose en mis rodillas sin dejar de sonreírme de aquella manera tan perversa.
-¿Acaso no dijiste que desde que vine a vivir aquí con madre soy tu niño? Lo entendí, al igual que ella...- hizo una pausa para acariciar mi pecho por sobre mi camisa.- soy tu niño...- y acto seguido comenzar a desabrochar uno de los botones.
-Guillermo ya te dije que...- tome su mano de inmediato, defendiéndolo, no puedo dejar que esto valla más lejos, es solo un muchacho y estoy casado con su madre, esto no es para nada correcto o legal.
-Sí, que no te moleste...- le escuche suspirar enfadado.- pero ¿adivina que?- mientras hacia un puchero.
-No lo hare...- para después volverse a mí con una mirada decidida; actuando más rápido que yo tomándome por la corbata acercando mi rostro al suyo, besándome.
Sus pequeños y suaves labios se posaron en los míos, apresándolos en un calor casi infernal mientras que su lengua irrumpía contra la mía en una danza sucia.
Esto está mal, pero se siente tan bien...
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-Porque te quiero...- ronroneo separándose lentamente del hombre, mirando aquel hilo de saliva que poco a poco se rompió.
- Quiero a mi papi...- exclamo orgulloso de la expresión que logro en el rostro del adulto, un pequeño sonrojo, esos ojos y la manera en la que ese hombre le miraba hacia que el corazón y cuerpo de Guillermo se acelerasen a mil por hora.
-Guillermo si tu madre nos ve...- ignoro por completo las palabras del mayor, a cambio junto más sus cuerpos, frotándose contra su pecho de la manera más descarada que pudo; tonterías tan simples como esas no le importaban, había esperado tanto para este momento. El estar a solas finalmente con ese hombre...
Su madre podría esperar, lo tenía con ella todo el tiempo, Guille solo quería un tiempo de calidad con su papá.
-De hecho y ahora que lo pienso...- se detuvo finalmente para ponerse de nuevo de pie.- Te he desobedecido, vine a tu despacho cuando no debía... ¿No vas a castigarme?- y abrirse paso entre el sujeto y el escritorio agachándose a sus pies, colocándose entre sus piernas.
-Anda, sabes que quieres...- mirando aquel bulto bastante notorio en sus pantalones que hacía poco se había formado.
-Guillermo...- pudo escuchar al hombre intentar detenerlo cuando este bajo su cierre y dejo expuesto aquel erecto miembro a centímetros de su cara.
-Anda papi...- dijo rozando sus labios contra el glande, obteniendo un gemido por parte del adulto quien simplemente miraba.- Castígame...- haciendo que el adolecente no hiciera ms que tentarlo; dando pequeños besos por todo su pene, con aquella sonrisa burlo y victoriosa.
-Es tan grande...- exclamo en aquel tono pervertido, esta vez dando pequeñas lamidas alrededor, pequeñas chupadas que poco a poco lograban que aquel pre seminal comenzara a salir.
-Está caliente y palpita...- algo que Guillermo no pudo resistir, metiéndola de lleno a su boca, abriendo paso en su garganta. Mientras succionaba lentamente en un movimiento de viene y va, dejando salir pequeños gimoteos sucios.
-Vamos...- se detuvo de golpe, cortándole el rollo al hombre que estaba casi a punto de llegar al clímax, complacido de haber hecho un buen trabajo Guille se levantó y sin vergüenza alguna dejo que sus pantalones cayeran y con eso darse paso para empotrarse contra el escritorio, levantando el culo, abriéndolo con sus manos.
-Guille...- tartamudeo el hombre al ver como su niño le ofrecía el culo de aquella manera tan descarada; aquel rosado agujero aquel culo que estaba ahí expuesto sin ninguna barrera de por medio.
Intento por todos los medios controlarse, por respeto, a sí mismo, a su esposa... pero le fue imposible soportar más de diez segundos antes de que se acercara al chiquillo y sin culpa alguna comenzara a frotar su pene contra aquella pequeña entrada.
-Eres tan grande...- jadeo el chico al sentir como poco a poco aquella verga era empujada en su interior, hacia tanto que había deseado ese momento y ahora...
-Ngh...- gimió al sentir entrar de golpe, invadiendo sus entrañas, siendo embistiendo una y otra vez, mientras recargaba sus brazos sobre el escritorio intentando tomar los papeles para que estos no cayeran al suelo.
Su toque, su roce sobre su piel, el calor de aquel individuo que finalmente lo aceptaba, lo odiaba, lo odiaba a él y a su atrevimiento. ¿Cómo se atrevía a aceptar a su madre en lugar de él? Cuando obviamente el sería mejor amante, más joven y más lindo.
Con cada embestida el placer al igual que el odio y la satisfacción de tener a su papi con el finalmente hicieron que su lengua y las palabras que salía de esta se fueran de control.
-Me rechazaste tanto tiempo...- dijo entre gemidos.- y ahora me follas como si fuera mi madre...- sintiendo sus glúteos ser atrapados en esas manos mientras chocaba más fuerte contra las caderas del mayor.
Se giró, solamente para toparse con un Samuel serio, sin emociones... no lo miraba como a ella, con esa dulzura, con ese cariño...
Entonces escupió su veneno.
-¿Qué pasa? ¿Desearías que fuera mami?- pregunto con esa sonrisa ladina, en la cima de su gloria y ante el silencio de su padre un simple golpe logro silenciarle.
-Ugh...- una bofetada plantada directo en su mejilla, seguida de una mano rodear su nuca para después empujar su rostro contra el escritorio fuertemente solo sirvieron para hacerle regocijar.
Lo había hecho enojar, era un progreso por no decir que le encantaba, el golpe no importaba el había "jugado rudo" antes
-Ngh...- dejo escapar el gemido ahogado mientras aquellas embestidas se hacían más fuertes, más salvajes y profundas.
-Sí, así... follame duro...- sus caderas eran tomadas fuertemente, las uñas del hombre se encajaban sin ninguna culpa finalmente, había logrado lo que quería.
-¡AH, JODER!...- maldijo al sentir su cabello ser tirado hacia atrás, logrando que su espalda se arqueara y su culo en respuesta se levantara, dando paso a aquel miembro para que entrarse más profundo.
Y eso...
El chico al igual que su padre tocó el cielo por unos segundos, llegando a ese clímax que tanto deseaban, sintiendo como ese calor los invadía; antes de que Samuel se corriese en su culo, llenándolo de aquella sustancia sucia; Para que después el silencio al igual que sus agitadas voces gobernaran sobre aquel cuarto ahora oscuro debido a la puesta de sol.
-¿Verdad que te ha gustado?- dijo Guillermo, con aquella mueca descarada en su rostro mientras miraba aun deseoso al hombre.- Sé que mamá nunca le han gustado estos juegos, pero puedes hacerlo conmigo cuando quieras... no le diré a ma'...- una mirada de asco y disgusto fue lo único que obtuvo como respuesta, a lo que él solo sonrió.
-Es el mío...- suspiro, intentando controlar su respiración, extendiendo la mano hasta su pantalón y buscando el móvil.
-Joder...- el muchacho solo vio como el hombre se daba la vuelta, buscando sus ropas sin siquiera mirarle.
-Es mamá...- y como si el destino le hubiese jugado a su favor, aquello no puedo hacerle sentí mas contento.
-Sí, aquí...- dirigió una mirada orgullosa y descarada a la puerta, de donde había salido aquel hombre.- de hecho acabo de estar con él un rato...- dejó escapar una risa malvada y en su rostro se posó una sonrisa triunfal.
- Nada en especial, solo pasamos algo de tiempo juntos padre e hijo...