- Yukiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! –una voz irrumpió en la apacible casa, inundando el apartamento con un ruido infernal- Mira Yuki, ¡míralo! Me he comprado una moto –Shuichi señala a la moto encendida que hay junto a él-
Yuki salió de su despacho, fumando un cigarrillo, el cual se cayó de sus perfilados labios al ver el desastre que había hecho Shuichi en un solo segundo.
- Qué... que... ¿QUÉ DEMONIOS HAS HECHO MALDITO CRIAJO? –grito Yuki encolerizado mientras la pequeña vena de su cuello se hinchaba mas y mas-
- Ay.. pues te traje la moto para que la vieras. ¿Acaso no te gusta? –pregunto Shu haciendo muecas-
- ¿Cómo quieres que me guste un moro rosa llenas de pegatinas de la barbie? Además, ¿porqué has tenido que subir la moto a casa? Me has destrozado la pared, el suelo esta machado y ..... ¡esa horrorosa moto acaba de romper la tele de plasma!
La situación era peligrosa. La vena del cuello de Yuki mas que vena parecía una morcilla de burgos. Un ligero tic nervioso de su ojo izquierdo advertía al pequeño espécimen pelirrojo del peligro que en aquel momento corría. Su vida dependía de una maniobra evasiva.
- Guau –ladro Shuichi disfrazado de gato- guau, guau, guauuu guaaau
- Shuichi.... los gatos no ladran, maúllan.
- (He logrado desviar su atención de la moto. Debo conseguir sacar mi preciosa moto sin que se de cuenta) Yuki, detrás de ti: es Tohma. ¡Está intentando sacarte fotos desnudo! Corre, metete en el despacho, yo le entretengo.
Shuichi –aun disfrazado de gato- saco un gran bazoka de quién sabe dónde y disparo contra el tejado, haciendo que gran parte del techo cayera cerca de donde ellos estaban.
- ¡¡¿Qué coño estas haciendo retrasado?!! –grito Yuki con una vena que podría haberse confundido fácilmente con el canal de Suez, si es que este no estuviera a miles de kilómetros-
- Jajaja Yuki-san, parece que esta vez me has vencido, pero nunca me atraparas –grito Shuichi, esta vez disfrazado de mujer... misteriosamente parecida a Mika.... si, la verdad es que eran casi idénticas. Sin embargo, si te fijabas bien, la peluca que en aquellos momentos llevaba Shuichi se estaba empezando a desprender y dejaba ver una mata de cabellera rosa-
Sin mas dilación, Shuichi abandonó la casa por el agujero que acababa de abrir en el techo para minutos después reaparecer en la casa entrando por la puerta, vestido como una persona normal (si es que se puede decir que Shuichi es normal)
- Yuki, no te puedo dejar ni un segundo solo en casa. ¡Mira lo que has montado en mi ausencia! –Shuichi meneaba la cabeza en señal de descontento y se dirigió hacia Yuki. Ay Yuki, cuanto tienes que aprender. ¿Cuándo piensas volverte responsable de una vez? Hay que madurar –la vena de Yuki ya era mas grande que el océano atlántico- Bueno, mientras tu limpias esto me voy a hacer la cena ^^
Yuki no dijo nada. Tan solo saco un cigarro de su bolsillo y lo prendió. Se sentó tranquilamente en el sillón y pensó las maneras mas fáciles y cómodas de matar a su pequeño koi.
- Primera versión: Shuichi se está dando su baño relajante de todos los días. Yuki entra y cariñosamente se ofrece para lavarle el pelo. Sin embargo agarra la cabeza de su pequeño amante y la sumerge bajo el agua hasta que las burbujas cesan.
Causa de la muerte: El pobre Shu se olvidó que no sabía respirar bajo el agua.
- Segunda versión: Shuichi está preparando la cena tranquilamente manejando un cuchillo de carnicero para cortar la cebolla. Yuki se acerca por detrás, coge el cuchillo y se lo clava. Con sus restos, hace una excelente sopa a la Shu.
Causa de la muerte: No tener el carnet de manipulador de alimentos.
- Tercera versión: Yuki se acerca misteriosa y cariñosamente a Shu por detrás y le susurra al oido: Te amo. Shuichi se muere de un infarto.
Causa de la muerte: Insuficiencia cardiaca.
Yuki terminó su cigarro y dejó los restos sobre la moto rosa que aún ocupaba la mitad del salón del apartamento y se acercó a Shuichi.
- Shu, tenemos que hablar. Es algo muy importante –dijo Yuki muy serio-
- Lo se, lo se. Y lo siento. Nunca mas le dejare tu vibrador a Tatsuha. Lo prometo –dijo Shu arrodillado ante Yuki-
- ¡¿Qué has hecho qué?! Bueno... no, no importa. No es eso de lo que quería hablarte. Es sobre...
- ¡Ya se! –dijo Shu mientras se le encendía una bombilla sobre su cabeza- ¡Encontraste la caja de tampones del baño! Pero no es lo que piensas, me los compre para mi. Es que cuando lo hacemos me haces sangrar, así que me compre tampones super-absorbentes para las pequeñas perdidas –dijo Shuichi con una sonrisa triunfal-
- ¡¿Qué te metes tampones por el culo?! ¡Dios... estas enfermo! –Yuki tenía la cara parecida a un cuadro de picasso. Apenas sabias donde empezaban los ojos y donde terminaba la boca- Lo que te quería decir es que ...
- Si, lo se. No seas pesado. Ya saboteé todo el internet para conseguir el video en el que salíamos haciendo una sesión de sadomasoquismo. Fue gracias a K, el se quedó una copia por las molestias. Ay si, es verdad, me dice que te felicite por lo que tienes, pero no se muy bien a lo que se refiere.... ¿será a mí?
- Shuichi, por favor.... ¡Cállate de una maldita vez! Quiero decirte que tienes cita mañana con el psicólogo. Solo eso. Y ahora recoge todo el desastre que has armado hace unos minutos y deshazte de esa maldita rosa de color putón.
- ¿Cómo supiste que fui yo? –pregunto Shu bastante sorprendido- Mis disfraces fueron excelentes.
- ........ –Yuki no contesto-
El día paso y Shuichi se levanto misteriosamente con un tampón alojado en su interior. ¿qué había hecho aquella noche? No lo recordaba.
Llegaron a la consulta del psicólogo. Yuki, vestido con una camisa y pantalón negro y Shuichi.... vestido de monja.
- ¡¿Se puede saber porque te has vestido así?! –pregunto Yuki desconcertado-
- Pues me voy a confesar con el psicólogo. Supongo que se fiara mas de una tierna e inocente monjita. Además –dijo Shuichi cogiendo la mano de Yuki y posándola sobre sus tetas- me he puesto sujetadores de relleno. Tengo una 100. Me he puesto 4 sujetadores. ¿A que estoy atractiva? –Shuichi se sonrojo- Ay Yuki, no me mires así, que estoy casada con Dios.
- ¡Imbecil! Pero ya, que remedio. Entra en la consulta. Te espero aquí dentro de una hora.
Shuichi entró en la consulta del loquero. El hombre, sentando en un sillón de cuero, observo a la “monja” que entraba en su consulta.
- Lo siento, creo que se ha equivocado, ahora mismo tengo cita con Shindou Shuichi –dijo el doctor mirando hacia la monja desconfiadamente-
- Soy yo, soy Shuichi –Shuichi se despojó de su vestido de monja y se quedó en un traje de cuero que apenas tapaba sus partes mas nobles- Ve, ¡yo soy Shuichi!
El hombre cayo en un colapso nervioso durante mas de media hora. Pasado ese tiempo, comenzó la terapia del joven Shu.
- Muy bien. Hábleme de usted. ¿Cuales son sus gustos? –pregunto el doctor mientras indicaba a Shu que se recostara en el diván-
- Pues.... creo que me gusta bailar la Macarena. Últimamente no paro de bailarla. Ay, también me gusta disfrazarme.... si, y que Yuki me haga el amor, aunque bueno, lo que hace ese bestia no es amor. Mas bien son “sesiones intensas de placer sadomasoquista” Le gusta cogerme un pezón y empezar a ...
- Esta bien, esta bien –dijo el psicólogo- no necesito mas datos. Por lo que veo aquí, usted siente cierta hostilidad hacia su padre, ¿no es asi?
- Pues a ratos. Al que verdaderamente odio es al suyo –dijo Shuichi inflando los mofletes-
- Esto.... señor Shindou, ¿puede usted mantener una conversación normal y corriente?
- Los ríos también llevan corriente, pero si metes un pie en ellos te mojas. Es una lástima, me gustaría ducharme en seco, asi no tendría que secarme.
- Por favor señor Shindou...
- ¿Usted sabe como hacen en la tintorerías para lavar al seco? Me gustaría que alguna vez me lavaran en una tintorería. Hay una cerca de mi casa, pero no me quieren bañar, dicen que no entro en la lavadora. Es una autentica pena, ¿verdad que sí?
- Señor Shindou, cíñase a lo que pregunto. ¿Es cierto que quiere tener un hijo? ¿se siente capacitado?
- Mmm... una vez tuve un bebé, nunca creció. Le tire a la basura. Nunca quería comer, ni me hablaba. Hubo un tiempo en que nos distanciamos. Le pedí un tiempo y el se enfadó conmigo. Me dijo que era mi culpa que el no creciera que debía alimentarle mejor. Intente darle el pecho, y el muy sádico casi me deja sin pezones.... no se, ese muñeco venía defectuoso.
- Señor Shindou, por favor – el joven psicólogo se estaba desesperando- respóndame si o no a las siguientes preguntas. ¿Se llama Shuichi?
- Algunos días, otros soy una atractiva prostituta de Los Ángeles llamada Delito.
- ¿Su novio se llama Yuki Eiri?
- Esa es su forma mortal. Cuando nadie le mira se transforma en “Mazinguer Z” yo me convierto en su novia. Disparo mis tetas letales para matar enemigos.
- ¿Esta usted loco?
- No lo se. A veces pienso que hablo en voz alta, pero como la gente nunca dice nada, pues supongo que no. No lo se, es algo extraño. A veces siento como si la gente leyera mis pensamientos o ¿es que los digo en voz alta?
- Muy bien, ya hemos acabado.
El joven doctor se dirigió a la ventana y saltó a través de ella. La caída era bastante alta, desde un 24º piso hasta el suelo.
Shuichi salió muy feliz del despacho del psicólogo, abrazándose a Yuki cuando le vio.
- ¿Qué te ha dicho el doctor? –pregunto Yuki mirando la extraña ropa de Shuichi, extrañando el hábito de monja-
- Mmm... pues no entendí, pero creo que no quiere que vuelva. Eso supone que estoy perfectamente cuerdo Yuki.
- Supongo....
La moraleja de esta historia es: “Las autoridades sanitarias advierten que vivir con Shu produce: Loquera permanente, alucinaciones, dolor de cabeza, destrozos de vivienda , ulceras y cáncer de pie.