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El Reflejo Oscuro de Loki por Adri6

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Cuando la Reina y el Rey deben atender asuntos importantes, sus hijos quedan al cuidado de la institutriz, la joven veinteañera llamada Astrid poseía un encanto natural además de belleza, sus ojos color cielo y su largo cabello dodorado es atado con listones azules. Su delicada figura esconde la habilidad de defenderse y sobretodo, proteger a los príncipes en caso de ser necesario. Thor también formaba parte de su tarea, pero comprendía que este, se resistiera a tener “niñera” como él la llamaba, en cambio, el pequeño Loki… era otra historia. Nunca, en su vida había visto un bebé tan risueño y juguetón, cualquier sonido o mímica lograba hacerle reír de una forma adorable. En Asgard… en todo el reino… pocas personas tenían los ojos verdes, pero de todos ellos, Loki era quien en verdad tenía gemas que brillaban como si detrás de ellos, existiera un gran poder.

“Cariño… ¿tienes hambre?” –susurro ella y sentándose en el sillón, acerco el biberón a sus labios

El pequeño dios le miraba atento y pese a que era pequeño, la reconocía, su rostro le era familiar, por lo que mientras se alimentaba, sus manitos trataban de alcanzar aquel cabello tan bonito que le recordaba a su madre y… hermano.

Astrid comenzó a tararear una canción melodiosa y suave que era ideal y adecuada para hacer dormir a un bebé porque ya se acercaba la hora de la siesta, pero la habitación se llenó de un ruido atribuible al mayor de los príncipes del palacio. Al abrir la puerta, Thor miro la situación y notando cual eran las intenciones de la niñera, se acercó a paso firme y con la frente en alto.

“Buenos días, príncipe Thor” –saludo ella mientras regresaba la vista al pequeño

“… Buenos días… ¿has terminado de atender a mi hermano?”—pregunto impaciente

“No, después de alimentarle lo hare dormir” –levanto la mirada y enfrento al joven monarca

“Después de alimentarlo, me lo entregaras… tengo intenciones de llevarlo al jardín” –propuso cambiando el itinerario

“No es adecuado hacer eso, anoche llovió, el ambiente esta húmedo y podría hacerle mal” –le corrigió

“… Bueno… entonces lo llevare al… lo llevare a mi habitación” –repuso y se acercó aún más para que su pequeño hermano lograra verlo

Cuando lo hizo, Loki aparto su boca del biberón y sonrió, levantando sus manos hacia Thor, era su forma de saludarle. Thor también sonrió y acerco su mano, para que el bebé atrapara uno de sus dedos como solía hacerlo.

“¿Ves?... él quiere estar conmigo” –dijo aquello de forma orgullosa

Ella tan solo observo la situación y suspiro, la Reina le había advertido la obsesión que tenía Thor por estar cerca de Loki, y aquello era un conflicto ya que dejaba de lado todo lo demás por conseguirlo. También le había advertido que no permitiese que el mayor de los príncipes se saliera con la suya, por eso le habían conferido la autoridad de castigarlo, si era necesario.

“… Thor, Loki debe estar bajo el cuidado de un adulto… aunque es linda la relación que tienes con él, debes entender que por ahora lo mejor es que yo sea quien decida que hacer” –se impuso a pesar de la mirada resentida que recibió a cambio

“No eres quien para prohibirme estar con mi hermano” –repuso impaciente

El brillo de aquella mirada celeste, también le decía que era casi imposible hacerle entrar en razón, el príncipe tenia 5 años por lo que a su edad, estaba acostumbrado hacer lo que quisiese. También comprendió, que el bebé disfrutaba tener la compañía de alguien de su familia directa porque, aunque ella fuera la encargada de cuidarle, la verdad era alguien ajena a su vida.

“…Está bien… puedes cargarle y jugar con él pero no saldrán de aquí… si veo que Loki está cansado debes permitir que duerma… ¿trato?” –miro al pequeño

“Trato” –sonrió y con cuidado, tomo al pequeño para dejarlo junto a su pecho— “Hola” –hablo alegre y después sonrió, camino unos pasos y sentándose en el suelo, dejo a Loki sobre sus piernas y así, con una marioneta en su mano derecha, comenzó a relatar una valiente historia de un príncipe que luchaba por la paz de su reino

Astrid sonrió y se reclino sobre el sillón, aquellos príncipes eran como sus hijos y si tenía que dar su vida por ellos, la daría con gusto. Le gustaba saber que, en un futuro, el reino quedara en las manos de tan nobles herederos al trono, sin duda… en el futuro habrían días llenos de gloria para Asgard.

Mientras transcurrían los minutos, el sol de un hermoso día entraba por las enormes ventanas de la habitación, logrando que todo fuera iluminado casi de forma mágica porque la decoración era un esmero de la Reina por demostrar cuanto amaba al bebé mientras que la seguridad, era un regalo del Rey.

“¿Hermano?” –pregunto al ver que este, cerraba sus ojos poco a poco— “… No te duermas, por favor” –tomo su mano y la acaricio

“Es hora de dormir” –dijo Astrid y poniéndose de pie, camino hasta ellos

“Pero aun no termino de contar mi historia” –levanto la mirada hacia ella

“Es temprano, tienes todo el día para narrarle tu historia, noble guerrero” –sonrió agachándose para tomar al pequeño en brazos

“… Bien” –dijo no muy convencido

“¿No quieres tomar una siesta?” –pregunto y Thor sonrió radiantemente

“¿Puedo dormir con él?” –pregunto con interés

“Claro” –también sonrió y se puso de pie, meció al pequeño mientras retomaba aquella melodía tranquila y para cuando Loki se llevo el dedo pulgar a la boca, sus ojos se cerraron completamente— “Vamos cariño, debes descansar” –susurro y camino hasta la enorme y lujosa cuna, recostó al pequeño en ella y le cubrió con las cobijas fabricadas de un material más suave que la seda.

La forma en que ella atendía a su hermano era digna de su aprobación, no tenía quejas de aquel trato y menos, había visto a Loki dejar de sonreír cuando ella estaba con él. La niñera era buena, pero, aun así se había prometido estar al tanto de todo lo que haga con el pequeño. Quitándose las botas, camino por el piso alfombrado quedando al lado de la cuna.

“Ayúdame” –exigió impaciente por lo que Astrid se acercó y tomándolo en brazos, logro levantarlo y dejarlo de pie sobre el colchón

El rubio no agradeció aquel gesto y tan solo se recostó al lado de Loki, no necesitaba arroparse por lo que, simplemente acostándose de lado, noto como su hermano se chupaba el dedo al tiempo que su otra mano, descansaba sobre la cama de forma relajada. Sonrió y tomando aquella mano libre entre las suyas, también cerró los ojos con la seguridad de que cuando despertaran, retomaría la historia que estaba narrando con tanto esmero.

“Por el amor de Odín… pronto me quedare sin trabajo” –sonrió divertida

Mientras los niños dormían, Astrid retomo su lectura por lo que, sentándose en el sillón de forma relajada, busco la página en la cual había quedado la ultima vez. Al sentir aquel papel entre sus dedos, se imaginó que aquella historia de amor se volvía real, en verdad quería creer en aquel sentimiento puro y fuerte que vence cualquier adversidad. No supo porque, pero su mirada viajo hasta los pequeños, verles compartir de esa forma era normal entre hermanos pero aun así… sentía que había algo más.

“Tal vez debería tomar una siesta también” –repuso moviendo su rostro de lado a lado, para finalmente suspirar



Una hora después

Las quejas de Thor no se hicieron esperar, no quería bajo ningún punto de vista que la niñera desnudara a su hermano, protestaba bajo la escusa de que ella, no era de la familia.

“Solo mi Madre puede hacerlo” –le dijo con enfado

“Thor, será mejor que no te comportes de esa forma… no es correcto” –dijo Astrid mientras llevaba al pequeño al baño para cambiarle la muda de ropa

“¡No!” –intento tomarle del vestido, pero ella de todas formas continúo caminando

“Tengo el poder de castigarte, así que no me hagas hacerlo” –repuso y de pronto el llanto del bebé llamo la atención de todos

“Le haces daño” –repuso y tiro aún más del vestido— “¡Entrégamelo bruja!” –la miro feo

Astrid frunció el ceño y termino suspirando de forma cansada, si pensó que su trabajo sería fácil, peco de ingenua.



Una hora después.

Thor estaba concentrado en contar la historia por lo que había olvidado que había sido bastante grosero con la niñera, quien nuevamente supervisaba al menor con atención. Le parecía curioso aquella relación, el príncipe tenía muchos amigos, pero quizás, una compañía más fraternal lograba que su espíritu protector realmente saliera a la luz.

“… Y así… vivieron felices para siempre” –finalizo

“Thor… ¿tu historia no era del príncipe que luchaba por su reino?” –repuso al ver que el final no tenía relación con el inicio de esta

“El príncipe de mi historia cambio de opinión… el reino era importante pero más importante era el amor de su princesa” –se defendió

Astrid no puso que decir, ¿acaso un niño de 5 años le estaba dando una lección de vida?... porque la verdad era que ella, había postergado casarse por trabajar en lo que le gustaba.


Una hora después

Suplicas tras suplicas, gritos y más gritos, provocaron que cediera, todos fueron al jardín que afortunadamente a esa hora, ya no estaba húmedo. Dejando el coche bajo la sombra de los árboles en flor, Astrid levanto la mirada y poniendo una mano sobre su rostro, dejo que entre sus dejos se colara la luz del sol. Si, en unas cuantas horas ya había perdido autoridad y sus amenazas de castigo no fueron tomadas en cuenta.

“Si la Reina se entera…” –susurro con suavidad, pero no le molestaba la situación porque finalmente, tanto Thor y Loki eran felices.

Justo ahora, veía como el príncipe corría de aquí para allá, en busca de objetos coloridos para jugar con el bebé. Aquella dedicación, aquel esmero… sería bueno que perdurara en el tiempo. Si ambos gobiernan con una misma visión, nada podría salir mal.

“Ven aquí Thor” –repuso Astrid quien sentada en el césped pretendía enseñarle algo— “¿Quieres aprender hacer una de estas?” –pregunto con la esperanza de mantenerle ocupado por al menos media hora

“¿Una corona de flores?... ¿y eso de que me sirve?” –pregunto desconfiado

“Sería un buen obsequio para tu madre, ¿no crees?” –lo miro alegre

“Mi Madre ya tiene una corona” –repuso revelando lo obvio

“Bueno… si… pero…” –comenzó a dudar

“Mejor me voy a jugar con mi hermano” –se aparto

“… No sé cómo, pero ese niño me hace sentir tonta” –miro como él ya estaba de pie junto al coche, mientras gesticulaba caras graciosas logrando hacer reír al bebé



Una hora después.

El sonido del cantar de las aves y de la brisa del viento, causaron que Loki levantara la vista hacia lo alto, hasta el momento el mundo le parecía extraño pero también lindo. Su ropa blanca se confundía con su piel, su cabello negro a pesar de ser corto, tenía la cualidad de ser tan suave como un pétalo de flor… su mirada, aquellas grandes gemas llenas de luz y vida, cautivaban a todos logrando que estos, intentaran descubrir los secretos que ocultaban.

Ahí estaba, observando como el árbol que le protegía se mecía por el viento de forma tranquila y serena, un aroma dulce viajaba por el aire y así, entre aquellos reflejos de luz y oscuridad, noto como una figura reemplazaba aquel paisaje. Sus movimientos se detuvieron para poner atención a lo que ocurria.

Un hombre de cabello largo y de mirada brillante, le sonreía como si se conocieran, pero no era así. Pese a que el desconocido se estaba acercando, no tuvo miedo, tan solo continúo observándole con curiosidad.

“… Yo soy quien protege a los nueves mundos…”—susurro con delicadeza-- “Y también soy Padre de Todo… yo soy tú”

De pronto desapareció dejando a un pequeño Loki algo confundido pero que al final tan solo sonrió, no sabía porque, pero lo hacía de forma alegre.

“Pequeño, ¿qué sucede?” –pregunto Astrid quien tomándolo en brazos se sorprendió de que él continuara observando hacia lo alto, como si hubiese visto algo que nadie más puede ver.

Notas finales:

En el proximo capitulo, Loki tendra 5 y Thor 10 años. 

Gracias por leer!!!

Besos!!!


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