La última comida del día siempre era la favorita de Loki, ya que un delicioso postre le era servido. Si tenía un poco de suerte, su hermano compartía el suyo, a pesar de que Odín los mirara casi con desaprobación, pero Frigga, justificaba aquella conducta como un código cómplice entre hermanos.
“No necesito de tu supervisión” –Se quejó Thor cuando Astrid le acompaño hasta su cuarto, con la intención de ayudarle a dormir
La joven Asgardiana tan solo le miró fijamente, después, busco algo con su mirada y al no encontrarlo, tan solo suspiro. Volvió a admirar al mayor de los príncipes, encontrando que, en verdad, aquel heredero al trono no le agradaba. Lo intento, pero aquel intento se vio malogrado cuando el pequeño, insiste en mantener aquella estrecha relación con Loki.
“Entra a la cama” –Dijo de forma áspera
“Dormiré cuando yo quiera hacerlo” –Se defendió
Astrid entrecerró los ojos y de nuevo, su poca simpatía por aquel niño disminuyo aún más, llegando solo a una relación, ahora, obligatoriamente cordial.
“Tu madre hablo conmigo hoy, seguramente tus historias le han convencido de que yo… estoy actuando de forma indebida” –Camino un poco y se sentó en un sillón de forma casual
“Le dije la verdad” –Contesto con enfado
“La verdad es otra, pero no te sacare de tu error… lo único que no voy a permitir, es que me acuses de querer hacerle daño a Loki, nunca lo haría y nunca, me atrevería a tan siquiera pensarlo”
Thor la miro desconfiado y aquello causo que el ambiente se llenara de incomodidad, al menos, eso sentía la joven. Al ver que el menor no le obedecería, tan solo se puso de pie y advirtió:
“No salgas esta noche, al menos sigue el consejo de tu madre” –Dio media vuelta y se fue de aquella habitación. Una vez en el corredor, ella susurro: “Hijo de Odín” Sus ojos claros se movieron de aquella puerta y buscaron la habitación continua a esta, avanzando con pasos tranquilos, entro ahora, al mundo del príncipe menor.
“¡Astrid!” –Grito Loki contento de verla. Corrió hasta ella para ser tomado en brazos, como siempre lo hace antes de que le preparara para dormir
“Mi príncipe Loki” –Dijo ella con suavidad— “¿Me estabas esperando?” –Pregunto mientras caminaban hacia el cuarto de baño
“Si” –Asintió y rodeo con sus brazos el cuello de ella
“¿Qué aprendiste hoy?” –Intervino mientras se detenía y prestaba atención al menor
“Que existen esencias… y si me esfuerzo, puedo saber de qué color es la mía” –Dijo con emoción
Astrid recordó el día en que había entrado a trabajar al palacio, específicamente, como institutriz de los príncipes. Sin duda, Frigga la había analizado de pies a cabeza, concluyendo de que ella, no tenía el don de la magia u otro tipo de fortaleza, más bien, era una joven común y corriente. Con los años, su trabajo se tornó difícil ya que Thor interfería desde cosas básicas hasta llegar a complicarle la existencia, tal como lo hace ahora. Pero lo que más le afectaba y preocupaba de sobremanera era que, a mayor edad, Thor comenzara a jugar un juego distinto.
“… ¿Astrid?” –La pequeña mano de Loki toco su mejilla y ella, recién reacciono
“Lo siento” –Sonrió— “… Es hora del baño, pequeño travieso”
Con pijama y un muñeco entre los brazos de Loki, ella se sentó en la cama y comenzó a leerle una historia para dormir, a pesar del cansancio, él siempre trataba de saber que sucede con los personajes, quería llegar hasta el desenlace de sus aventuras.
“Ya quiero aprender a leer” –Se quejó mientras admiraba el libro y por el momento, solo podía disfrutar de los dibujos
“Pronto lo lograras” –Afirmo mientras le dedicaba una sonrisa
“… ¡También quiero tener muchas aventuras con Thor!” –Grito emocionado
Pero aquella emoción no fue compartida por Astrid, al contrario, ella frunció el ceño y mantuvo aquella expresión mientras, se imaginaba a los príncipes en la adultez. Aquella etapa de la vida sin duda, estaba dentro del destino que ella misma tiene que doblegar.
Espero paciente hasta que el pequeño se durmiese para acariciarle el cabello, peinándolo hacia atrás. Quedándose un poco más a su lado, disfruto de los recuerdos en los cuales, él era bebé.
Horas después.
“Hermano… hermano” –Decía Thor una y otra vez, hasta que logro que unos ojos verdes, le miraran apenas abiertos producto de la mala tolerancia a la luz
“… ¿Thor?” –Susurro algo desorientado
“Levántate” –Dijo y sin más, lo saco de la cama entre sus brazos
La cara del menor estaba realmente marcada por las ganas de volver a dormir, pero le era imposible, ya que su hermano mayor se esmeraba por mantenerle despierto. Tanto así, que ya le había puesto una capa y unas botas pese a los reclamos. Entonces, Loki miro extrañado la situación, ¿acaso saldrían a jugar a esta hora?, se preguntó mientras bostezaba y parpadeaba de forma lenta.
“Quiero que vayamos al jardín” –Dijo el mayor de los príncipes mientras esbozaba una gran sonrisa cómplice y a la vez, traviesa porque estaba haciendo justo lo que su madre y la niñera le habían prohibido— “… Rápido tenemos que salir ahora, solo así podremos apreciar un evento mágico”
“¿Mágico?” –Pregunto Loki logrando despertar un poco más por el repentino interés
“Ya lo veras” –Le tomo de la mano y caminaron hasta la puerta de la habitación, inspeccionando con cuidado de que nadie estuviese en el corredor, ambos se atrevieron a salir.
Guiados por un candelabro que Frigga había hecho especialmente para sus hijos, el cual tenía la particularidad de no apagarse a no ser que estuvieran dormidos. Después de tanto caminar, por fin habían llegado a la Laguna de Cristal, todo Asgard la conocía por ese nombre porque nunca jamás, el agua tenía algún movimiento, siempre permanecía estática pasara lo que pasara. Aquella extraña capacidad, le confería la propiedad de ser un espejo reflectante del universo mismo, lo cual ante los ojos primerizos de Loki, fue tal como su hermano le había dicho, magia.
Aquello deslumbro tanto al menor de los príncipes, que tan solo quería acercarse aún más al borde para ver aún más.
“No” –Thor retuvo la mano de su hermano con más fuerza y determinación, para advertirle que aquello, era peligroso.
Loki miro al mayor y como siempre lo hace, obedeció. La noche se sentía fresca ya que una brisa ondeaba de aquí para allá, como un susurro para nada incómodo.
“Qué bonito” –Susurro Loki mientras admiraba la laguna y después, todo lo demás
“Si” –Confirmo Thor con una sutil sonrisa en sus labios
Loki estaba realmente feliz ante aquella visión que se proyectan en la laguna. Sonrió y levanto la mirada hacia el cielo para ser testigo del origen de todos esos colores, suspiro cuando imagino en que mañana podría dibujar lo que hoy puede ver. Mantuvo la frente en alto, al tiempo que su hermano seguía sosteniendo su mano para hacerle saber, que no está solo ni corre peligro.
“No importa si hay viento o algo se cae en la laguna, el agua nunca se mueve… pero, escuche que esta noche es diferente a las demás, escuche que el agua por fin se moverá” –El mayor miro al menor
“… ¿En serio?” –Pregunto emocionado
Thor asintió y tan solo, decidió tomar asiento en el césped, pero con la idea de sentar a Loki en su regazo para que este, no sintiese frio. Así lo hizo y ambos hermanos, tan solo seguían expectantes a lo que podría ocurrir.
“Estoy feliz de poder compartir esto contigo hermano, me siento feliz” –Dijo el rubio y abrazo al menor
“Yo también” –Respondió, dejando que su espalda quedase apoyada en el pecho del mayor
Los minutos pasaban de forma eterna y tal como temió Thor, Loki ya comenzaba a dar indicios de que se dormiría en cualquier momento. Era cruel mantenerle despierto cuando ni el mismo sabía, cuando ocurriría algo o si en verdad, ocurriría algo. Resoplo de forma frustrada pero igual, hizo su trabajo de mantenerlo en vigilia.
El Reino de Asgard se mantenía imperturbable, pero en los establos, los caballos comenzaron a inquietarse, tan así, que algunos intentaban huir por instinto, para evitar el peligro.
Del cielo llenas de gemas ancestrales, una de ellas pareció perder el equilibrio y caer a una gran velocidad, su brillo y su majestuosidad, fue captada por el mayor de los príncipes, quien no dudo indicarle al menor, donde debía de mirar.
“¡Una estrella!” –Grito Loki mientras sonreía y sin poder evitarlo, elevo ambas manos en aquella dirección, casi como si deseara atraparla cuando cayera
Thor tan solo se rió y siguió contemplando la escena, si, en efecto era una estrella con alas… ¿con alas?, pensó de forma extraña, miro de nuevo y la forma en como aquella luz se estaba acercando no era normal, no cuando dos destellos se abanicaban como alas… si… en efecto eran alas, ¿una estrella con ellas?... no… eso no podía ser tal cosa.
“La estrella viene para acá” –Sonrió feliz y emocionado Loki
Entonces Thor pudo apreciar la verdad, dos enormes alas mueven un cuerpo para nada compuesto de roca sino más bien de musculo y una piel tan dura como el acero— “…Níohoggr” –Susurro con terror y le fue imposible no acercar a su hermano así si, para abrazarle con todas sus fuerzas.
“¿Thor?” –Pregunto Loki mientras ahora le miraba algo preocupado
El mayor de los príncipes sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, pero tenía que actuar, en esta terrible situación. Mirando a su alrededor, analizo el espacio físico en el cual estaban por lo que calculo, que podrían ocultarse detrás de un árbol o entre las raíces de estos. Sin darse cuenta estaba sudando frio y cuando escucho otra vez la voz de su hermano, trago saliva para mirarle y darse cuenta de que, corrían el riesgo y de no tener un futuro, ni nada que le parezca.
“… Ponte de pie” –Exigió rápidamente y el menor así lo hizo, ya que esperaba que su hermano le explicara que sucedía— “Jugaremos a ocultarnos y a no hacer ruido… jugaremos hasta el amanecer, ¿comprendes?” –Expuso y arrojando lejos el candelabro y tan solo comenzó a correr arrastrando a Loki consigo
“No quiero…” –Trato de hablar, pero seguirle el paso a su hermano le era difícil
“Sera divertido” –Dijo mientras ya alcanzaban los arbustos de mayor tamaño, lo cual podrían usar en su beneficio
“¡Thor!” –Se quejó Loki al sentir que su muñeca era fuertemente sostenida causándole dolor
“Sigue corriendo” –Dijo, cambiando una y otra vez de dirección
“Este juego no me gusta” –Comenzó a sollozar cuando le obligaban a seguir corriendo en medio de la oscuridad tenue
“Ya casi” –Trato de calmarlo, pero su mente estaba enfocada en conseguir un buen lugar en el cual esconderse
“… ¡Basta!” –Ahora sus ojos verdes acumulaban lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento
“Un poco más” –Dijo de forma urgente
Finalmente, Thor se dejó caer al pie de un árbol que era tan viejo, que parte de su tronco era ahuecado y perfectamente, podrían entrar en el.
“No quiero estar aquí” –Loki se limpió la cara mientras sentía las manos de su hermano rodearle la cintura y atraerle más hacia su cuerpo, para quedar frente a frente e impidiendo que el menor, pueda ver qué sucede en el exterior
“Estamos jugando, ¿recuerdas?” –Susurro mientras sus ojos claros seguían vigilando los alrededores
“Esto no me gusta…” –Loki se asustó cuando la tierra tembló tan fuerte que casi le hace perder el equilibrio.
“En esta parte del juego, no tienes que hacer ruido… ni siquiera hables” –Fue lo último que pudo decir Thor antes de abrazar aún más al pequeño cuando era evidente, que el Níohoggr estaba en tierra firme o tal vez, había impactado en la Laguna de Cristal.
El enorme Dragón del mundo de Niflheim, había descendido desde su mundo de oscuridad como un ritual sagrado, qué consistía bañarse en el único lugar capaz de calmar sus eternos dolores. El agua ondulaba a su alrededor y pese a que anhelaba sumergirse en ella, el Dragón escucho perfectamente el latir de dos corazones. Siguiendo sus instintos, se desplazó por el agua hasta llegar al borde y salir de la laguna, el inicio de su marcha en tierra, fue la certeza de Thor, de que, habían sido descubiertos.
“No” –Susurro angustiado mientras que bajo la mirada y apreciaba, como su hermano se mantenía aferrado a su pecho en busca de protección— “… Por favor no” –Reafirmo al sentir la tierra temblar con mayor intensidad
De sus fauces, emergió materia oscura la cual, en un segundo, arraso con todo lo que tenía al frente. Las llamas de color negras rompieron la armonía de la vegetación, hasta causar que la tierra quedase descubierta en donde, el rayo de energía había avanzado. Por su parte, Thor veía como el lugar se oscurecía aún más por lo que por instinto, tan solo se arrojó contra el suelo protegiendo con su cuerpo a su hermano, pero no conto con que la explosión los arrojaba violentamente unos metros de donde estaban inicialmente.
“Loki” –Susurro apenas pudo abrir los ojos, pero la nube de polvo poco a poco dejo al descubierto una escena sacada de las historias de guerra que contaba Odín. El cuerpo le dolía, pero de todas formas, se movió para alcanzar a quien, estaba lejos de el— “¡Loki!” –Grito Thor al verlo lastimado e inconsciente. La sangre que desprendía de su frente le asusto, tanto o más que no respondiera a sus intentos de despertarle.
Ante los gruñidos de la bestia, Thor no supo que hacer, ¿cuál era la mejor salida?, no podía tomar en brazos a su hermano y salir corriendo porque serian fácilmente alcanzados, tampoco podría ocultarse porque no había lugar que pudiera albergarlos… estaban solos y solos, tendrían que superar este inconveniente.
“Tienes que luchar… no te rindas, aun cuando tu destino sea perder… puedes marcar la diferencia de enfrentar la adversidad, de forma digna”, recordó las palabras de su Padre.
Entonces a mano limpia, con nada más que su orgullo de Guerrero de Asgard y heredero al Trono, Thor miro al Dragón directo a los ojos, incluso cuando este claramente le analizaba y llegaba a la fácil conclusión, de que tenía absoluta ventaja.
“Te protegeré hermano, cueste lo que me cueste” –Hablo con seguridad
Era el fin, por eso la criatura mítica abrió la boca para que nuevamente, la materia oscura comenzara a emerger desde su garganta, preparándose para atacar. Los cuentos siempre narran la valentía de los caballeros, el honor de morir en una batalla y el descanso del alma en el mas allá. Thor no esperaba ser recibido con una fiesta, con licor, con mujeres… él esperaba defender lo que el mismo, había puesto en peligro por no escuchar el consejo de su madre y de la niñera, sencillamente, no se perdonaba a sí mismo ser tan estúpido e imprudente.
“¡Ahhh!” –Grito Thor y comenzó a correr hacia la bestia, dispuesto a todo y más
El ataque de Níohoggr fue distinto esta vez, su poder causaba que todo aquello que tuviera contacto con su fuego oscuro se desmaterializara, por eso, genero un gran surco en la tierra a medida que el fuego avanzaba en dirección al joven príncipe, pero a este último, no le importó y siguió corriendo de frente al peligro, tal como su Padre le había dicho que luchaban los Asgardianos.
En el palacio: Alcoba Real.
Algo inquietaba a Frigga, por eso se levantó de la cama, pero al hacerlo, noto como su cuerpo dejaba de responder, sí, todos sus movimientos se enlentecían hasta ser anulados. En su último esfuerzo, giro el rostro en dirección de su esposo y noto, que él también había despertado abruptamente.
“Frigga” –Dijo el Dios y se puso de pie a duras penas
No era posible que el mismo Odín no pudiera luchar contra sea lo que sea, que estuviese ocurriendo. No era posible, que el tiempo, se estuviese deteniendo.
En el palacio: Habitación de Heimdall.
Heimdall mantenía su vista a través de la ventana, su poder le permitía admirar claramente la batalla de Thor y Níohoggr pero al igual que todo Asgard, estaba inmovilizado. Se esforzaba por moverse, por romper el hechizo, pero no lo logro, sin duda, todo estaba bajo el control de algo superior.
En el Jardín del palacio.
“Padre de Todo” –Susurro Astrid mientras unía sus manos y las dejaba en su pecho, directo sobre su corazón.
Thor también noto aquella inmovilidad en su propio cuerpo, pero sobre todo, en las llamas de fuego oscuro que a pesar de estar demasiado cerca, nunca llegaban a tocarle. Níohoggr se resistía a toda costa, luchaba incansablemente contra aquellas cadenas invisible pero no pudo huir de su poder, no, seguía estático ignorando que estaba sucediendo.
El agua de la Laguna comenzó a generar ondulaciones que al desplazándose por sobre la superficie, causo que el agua comenzara a desbordarse de la laguna. Thor mantenía los ojos abiertos, pero su alma vibro de forma nerviosa al sentir que el agua comenzaba alcanzarle las rodillas y seguía subiendo en altura a medida que avanzaba. De pronto su preocupación ahora se desplazó y enfoco en su hermano, a quien había dejado en el suelo. Lucho con fervor, lloro pese a que en su estado era casi imposible, trato de gritar, pero tan solo podía pensar en hacerlo… su alma se aferró al remordimiento de asesinar a su amado hermano, por un momento de estupidez.
“¡Hermano!”, grito Thor mentalmente.
Pero pese a que el agua alcanzo el cuerpo de Loki, esta lo rodeo y cubrió sin tan siquiera mojarle. De aquello, no paso ni un segundo cuando aquel líquido comenzó a brillar, siendo aquello lo que Heimdall podía admirar a través de sus ojos.
Odín tan solo podía sentir aquel poder en carne propia, si, sabía que estaba ocurriendo y no le gusto.
“… Padre de Todo” –Pensó mientras seguía mirando a su esposa y ella, también le miraba a él
Del agua emergió una esfera de energía que envolvía a un joven de cabello largo y oscuro, que vestía un traje de guerra de color blando con hermosos detalles en dorados. Finalmente, cuando el halo de luz ceso, el Dios abrió sus ojos causando que el verde de su mirada reemplazara a las lunas que, en esa noche, brillaban en el firmamento.
“Me he visto forzado a despertar” –Hablo mientras mantenía el control sobre el tiempo, sin llegar a afectar las funciones vitales de todos los que estaban bajo aquel poder.
Nuevamente, ante la visión del origen de la vida misma, Heimdall se lamentó no poder estar ahí para rendirle honores y hablar de tantas cosas. Siempre le pareció curiosa la forma en Padre de Todo había decidido ausentarse y después, aparecer de aquella forma tan inadvertida para el puedo de Asgard, acaso… ¿era parte de algún plan?
“Por todos los problemas que has causado… desde ahora, serás confinado a tu mundo por toda la eternidad... Níohoggr”
Dicho eso, su mirada se volvió seria y extendiendo sus brazos, nuevamente un halo de energía emergió desde el agua y alcanzo los confines del universo en sí. El Dragón se elevado unos centímetros y posteriormente, fue enviado a su mundo natal. En cuestión de segundos, había desaparecido junto con todo el daño que había causado los ataques.
De aquel uso de sus poderes, Loki se conmovió por el terrible dolor que sentía Thor al pensar que todo había sido su culpa y que su pequeño hermano, había resultado herido. Dedicándole una mirada llena de nostalgia, tuvo que aceptar que algunas cosas, no cambian por mucho que se modificasen ciertos eventos. Desapareciendo y apareciendo frente a Thor, noto para su sorpresa unas lágrimas llenas de impotencias, en aquel rostro que, nunca pensó volver apreciar.
“Oh Príncipe de Asgard, duras son las lecciones que debemos aprender, pero tan solo de esa forma… podemos crecer” –Hablo suavemente para no asustarle, pero el rubio le dedico una mirada que Loki no pudo descifrar, por lo que, moviendo su mano, permitió que Thor pudiese mover perfectamente sus labios
“¡Ofrezco mi vida por la de mi hermano!” –Grito tan alto que sus cuerdas vocales, de seguro debieron doler
Loki se sorprendió, pero después, tan solo sonrió tiernamente al tener a su lado, a alguien como él. Es verdad que su convicción siempre estuvo mal enfocada, mal dirigida, pero… cuando Thor es capaz de ofrecer todo lo que tiene sin dudarlo, es cuando merece ser perdonado.
“… No hay gesto más noble que aquello que propones” –Sonrió— “Sin duda, sigues siendo el mismo de quien me…” –Dejo inconclusa aquella frase al notar como Thor le miraba— “No te preocupes, todo estará bien” –Susurro y sin más, volvió a desaparecer y aparecer otra vez, detrás de él. Dedicándole una última mirada, tan solo cerro sus ojos, antes de abrazarse a sí mismo y que el agua, lo envolviera para ocultar su cambio forma de adulto, a niño.
De pronto el agua comenzó a retornar hacia la Laguna, aquel acto también significo que el tiempo lentamente comenzara a fluir con normalidad, tanto así, que Thor fue el primero en tan siquiera poder mover una mano y al instante después logro tener completa libertad de su cuerpo. Confirmando de forma asombrosa, que no tenía ninguna herida, tan solo volteo rápidamente, en un gesto enloquecido y desgarrador, lleno de miedo de encontrarse con un horrible espectáculo, pero sus ojos claros fueron bendecidos, al encontrar a su hermano sentado en el césped, con una expresión de clara confusión.
Para el pequeño Loki, todo había sido una especie de sueño, pero aquello era difícil de aceptar, cuando Thor le abrazaba con desesperación y continuamente, le pedía perdón.
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