Capítulo 1
Oh SeHun se encontraba sentado en una de las tantas sillas del auditorio observando su reloj. Eran casi veinte personas involucradas, entre adultos experimentados hasta los más jóvenes como él. El barullo disminuyó cuando un inivitado sorpresa cruzó la puerta, era el superior, quien pocas veces había sido visto en las reuniones, ingresó. Algunos comenzaron a murmurar, y otros apresuraban a saludarlo con venias. SeHun, había sido incorporado a esa división un mes atrás así que se sentía bastante perdido, imitó el gesto de agachar la cabeza, sin embargo observó que había un par de prsonas que no tenían intención alguna de mostrar respesto
El supuesto supervisor, un chino de cabello castaño (teñido, probablemente), se mantenia sentado en una de las filas de atrás. Evitó hacer contacto visual con él, así que desvió el rostro de inmediato. Sitios más adelante, otro novato parecía estar bastante concentrado apuntando todo en una libreta. SeHun juraría que eran más novatos en la división, pero ¿se habrían retirado?
Los mayores volvieron a sus sitios y el superior se quedó parado en el centro, aclaró su garganta y empezó a hablar.
–Caballeros, este caso empezó en el 2008, y aunque se ha luchado mucho por conseguir nuevas pistas, el caso de Joker... finalmente se declara archivado. –los murmullos no tardaron en hacer presencia.
Joker era el apodo que la policía le había dado, para comenzar porque su nombre era información "clasificada". Se sabía muy poco de su apariencia, las dos veces que habían estado relativamente cerca del sujeto, vestía gabardina, y lentes oscuros. Eso sí, su excedía el promedio, un metro y ochenta centímetros evitaba que pasara desapercibido.
Este sujeto era quien pactaba con las aduanas para que el cargamento ilegal logre ingresar. Los coreanos tenían en claro que Joker no era el cabecilla, pero si formaba parte de una red que estaba extendida en más de diez países, otros países se negaban a cooperar, tildando a Joker de ser un simple micro comercializador de drogas. La investigación se abrió en julio del 2008, y desde entonces comenzaban a incorporar gente hasta llegar a ser veinte implicados en el caso.
–Solo dos veces hemos estado cerca de atraparlo, en 2010 y 2013, en ambas situaciones logró burlar a todos los agentes. Y... en estos tres años, sólo hemos sido un adorno, colegas. La policía japonesa, que coopero en estos años, probablemente volverá a su país. Nosotros seremos reubicados, existen más casos que necesitan personal... eso es todo, colegas.
–¿Esto significa que nos estamos rindiendo?– no supo cómo pero la frase escapó de sus labios, y para su mala suerte había sido en un tono muy alto. El superior arrugó la frente y lo busco entre los demás policías, al ver su rostro joven le sonrió y le pidió que repitiera su observación.
–No somos superhéroes, sólo policías. No podemos detenerlos a todos, hijo.
*
El novato suspiró resignado y empezó con la limpieza de su oficina, ya que el caso quedaba archivado, tarde o temprano lo reasignarían a otra área. Era mala suerte, definitivamente lo era, lo habían incorporado al equipo no hace mucho tiempo. Decidió revisar nuevamente la copia del expediente que reposaba en su escritorio, debía ponerlo en los archivadores hasta que fue interrumpido por el sonido de la puerta.
–Hoobae. – le saludó un joven.
Maldita sea, sólo eso le faltaba: la barbie china.
–Sunbae-nim. – respondió dejando el archivador a un lado.
–Cerraron el caso. – SeHun asintió ante la afirmación, cruzó los brazos en su pecho. Ambos estaban en la misma división pero muy pocas veces habían intercambiado palabras. Y es que, LuHan era especial.
Cuando se realizaban las reuniones para descartar información falsa y trabajar en conjunto con la policía japonesa, el extranjero se mantenía en silencio durante las intervenciones, tenía un rostro tan inexpresivo que en más de una ocasión captaba la atención de SeHun porque no parecía parpadear. Los rumores decían que era hijo de un miembro importante del directorio, y que más que un integrante era un supervisor. Era por eso que nadie se le acercaba y los pocos que lo intentaban terminaban aburriéndose de tratar de crear una conversación con alguien tan indiferente, que no parecía sentir interés en nada.
–He oído que a la gran mayoría será transferido a Gangnam por caso el de los casinos. – Continuo y se auto invitó a pasar a la oficina. Era bastante surrealista lo que estaba presenciando, ese sujeto ¿haciéndole conversación de la nada? El extranjero vaciló un poco antes de tomar asiento sobre el escritorio ajeno. SeHun tuvo que contener una risa porque las piernas ajenas ni tocaban el suelo, a veces... la madre naturaleza podía ser muy perra. LuHan carraspeó la garganta, pareciendo buscar las palabras exactas. –No me molestaría si cierras la puerta y te sientas acá.
¿Qué?
¿Cómo?
–¿Disculpe?
–Cierra la puerta.
El tono informal le pilló desprevenido, aun así logró reaccionar.
–¿Cuánto tiempo llevas aquí, niño?
–Recién me gradué. Solo tres meses. – Estaba acostumbrado a los apelativos por inexperiencia así que ni se molestó en tratar de contradecirle.
–Bien, qué lindo. – el mayor tomó aire antes de seguir hablando. –Tienes coraje. Ni yo cuando fui novato me atreví a levantar la voz cuando un mayor hablaba. –Uh, tremendo exabrupto–.Aunque permitiste que el viejo se vanaglorie por sus años de servicio. Niño, tienes mucho por aprender aún.
–No fue intencional.
–Lo sé, tu cara de asustado cuando el auditorio entero te prestó atención... fue divertido– SeHun carraspeó, no era su intención ser una especie de bufón para los policías más experimentados, suspiró hondo–. Pero creo que te ha servido ser tan llamativo hoy.
–No me gusta llamar la atención, sunbae-nim.
–Lo noto, y realmente espero que seas muy bueno logrando pasar desapercibido. – LuHan, sacó su móvil del bolsillo, verificó la hora y lo volvió a guardar–. Bien, ya basta de preámbulos. A partir de ahora sólo seremos tres en este caso.
SeHun le observó como si tuviera un ojo en la frente.
Y el chino atinó a sobarse el puente de la nariz con los dedos
–El caso no está archivado, sólo redujeron las personas involucradas. Tanta manada no servía.
Así que después de todo si era un supervisor. SeHun asintió, comprendiendo con lentitud las palabras dichas por el chino.
–¿Y cuál es el objetivo? Si seguimos analizando su perfil por ocho horas diarias, como se ha hecho en estos meses... entonces estamos perdidos.
–Esa es la diferencia, novato. Ahora tenemos un objetivo específico. –el extranjero cogió el expediente y lo abrió en las páginas anexas, encontrando el registro de los amigos de Joker. Señaló con uno de sus dedos la foto de un joven de cabello negro desordenado y facciones muy finas.
–¿Él? Es su amigo, y lo fuimos a investigar hace un mes, nada que ver.
–Es su pareja. –LuHan sacó una cajetilla de cigarros de su bolsillo, y tomó el encendedor que estaba sobre la mesa.– Joker no ha dejado de contactarse con Byun BaekHyun en todo este tiempo.
–... ¿cómo sabes eso?
–Porque, por desgracia, conozco a Byun... –SeHun se sintió estafado, pero antes de decir algo, el mayor logró hacerlo primero–. No pude decirlo porque creí que sería obvio. Las investigaciones a cada uno de sus conocidos... pensé que lo harían bien. Porque BaekHyun es un idiota, pero cuando quiere es muy listo. El problema es que no puedo ordenar a que lo detengan porque sin pruebas y él contando con un buen abogado, fácilmente yo terminaría preso. –Menudo lío. SeHun frunció los labios... iba a decir algo pero el mayor le ganó de nuevo–. Tengo entendido que la persona que fue a entrevistarlo hace unos meses fuiste tú.
–No creo que sea él, revisamos su celular, incluso vino el jefe a verificar los resultados. Byun es simplemente un amigo de preparatoria.
–Mañana te explicaré mejor todo, a ti y a Park.
El chino estiró una de sus manos al contrario, quien la tomó y se sorprendió por la suavidad de su piel, sacudió su cabeza intentando eliminar los pensamientos raros.
–Te presentaré a Park, y empezaremos a organizar los datos. Eh, una cosa más. Nada de esto sale de tu boca, el director quiere que se trabaje con discreción. Te paso a recoger a las siete en la puerta de tu casa.
SeHun asintió. El chino se bajó del escritorio y le dejó un billete sobre la mesa.
–¿Y eso?
–Te ves enfermo, niño, come algo.
*
–BYUN ADIVINA QUIÉN GANÓ CUPONES PARA CAFÉ.
No es como si se llevara mal con su roommate, sin embargo se conocían desde primer año y la pequeña criatura aún no sabía que sus horas de sueño eran sagradas. El pelirrojo saco su mano de las mantas, enseñándole el dedo medio.
–Oh, vamos, son dos cappuccinos al precio de uno. Se verá muy penoso si voy solo... y ya sabes que no hace mucho JiEun me rechazó en esa cafetería–. BaekHyun comenzó a maldecir, porque cuando su compañero empezaba a victimizarse, no le quedaba de otra. Seguía con la manta pero comenzó a buscar a tientas el celular en la cama. Iba a observar la hora pero, su atención se desvió a un nuevo mensaje que había llegado a la bandeja de entrada. Eran cinco palabras. Leyó el mensaje un par de veces más y finalmente lo tuvo que borrar. Estúpida operadora y sus promociones inútiles. Suspiró quitándose la manta de una vez por todas, y le mostró una cara de odio infinito a su compañero de dormitorio.
–Más vale que no sean vencidos, Kim JongDae.
JongDae era su compañero de piso, un chico de complexión delgada, sonrisa peculiar y cabello negro corto. Para muchos lucía como Spock, aunque claro que él defendía fervientemente su corte futurista. Era un chico bastante jodido, lo cual iba acorde al pelirrojo que era igual o peor. La dupla perfecta si de armar desastres se trataba el asunto, con respecto a los asuntos académicos... era otra historia.
Mientras salían de los dormitorios, encontraban caídos en todos lados. Algunos en los pasillos, echados al lado de las macetas, una y otra alma intentando caminar. Era de esperarse, un domingo antes del mediodía no habían sobrevivientes. Excepto por esos dos que sorteaban con cuidado no pisar los cuerpos mientras se dirigían hacia la cafetería de la universidad.
–JiEun se hace a la difícil solo porque quiere que insista. –dijo con completa seguridad, BaekHyun se echó a reír mientras que entregaba el dinero y los cupones en caja.
–Deberías ver a más mujeres, morirás solo si sigues persiguiéndola.
–¿No soy guapo?– JongDae parpadeó y estiró una mano acariciando la nuca ajena –. Ya que tú le vas al gremio, homosexualmente hablando.
–No eres mi tipo.
–¿Tienes uno?
–Grandes. –se percató que los dos vasos de café ya estaban esperándolos así que los tomó, dirigiéndose la mesa más cercana, su amigo le siguió, repentinamente interesado por su respuesta.
–¿Sólo te gustan los tipos por su tamaño? Vaya, vaya... eres tremendo, ByunBaek.
–Lo más probable es que a tu querida JiEun le gusten grandes también, por eso tanto rechazo, corazón.
Por un milisegundo, el pelinegro intentó bajar su mano que reposaba sobre la mesa.
–Naaaaaaaaaaaah. Estoy confiado de mis atributos. –Y bebió un largo sorbo de café–. Ah, por cierto. ¿Recuerdas a JoonMyeon hyung?
–¿El de séptimo?
–Síp. ¿Recuerdas que casi desapruebo Bioquímica hace años? Él fue mi tutor, y logré aprobar ese curso por su ayuda. El punto es que JoonMyeon es presidente de esa cosa del tercio y necesita voluntarios que le ayuden a recibir a los de traslado externo. Ya sabes, que conozcan las instalaciones, ya sabes... una especie de guía espiritual en este podrido mundo.
–¿Y yo qué tengo que ver con eso?
–Me lo pidió a mí, pero pensé que podríamos ir los dos. ¿No quieres socializar un poco?
BaekHyun llevó el café a sus labios, dando un largo sorbo.
–¿Nos va a pagar?
–No, pero tendremos un día de karaoke gratis. ¡Y más cupones de café! –el café era lo tentador, las largas jornadas de estudio no se lograban si es que no tenía al café como acompañante. Chocó los puños con su roommate, cerrando el trato.