-Te he dejado comida y el balcón semi abierto...por favor no quiero pájaros a medio mutilar en la cama otra vez...-el rubio ya vestido con su traje de barman tomo sus cosas necesarias y se acerco al minino color azabache que lo miraba expectantemente, él solo se agachó y acarició su cabeza despidiéndose del felino.
El pequeño solo ronroneo en forma de respuesta sacándole una sonrisa a su dueño que luego sintió como su celular sonaba, dejo de acariciar al gatito para contestar su celular.
-Tom san...ah si si, voy enseguida...bien nos vemos allá, adiós - busco con la mirada a su mascota y vio que se había acostado en el sillón, sonrió, se ajusto sus gafas - Nos vemos más tarde Iza-chan - cerró la puerta y el pequeño "Iza-chan" se quedaba solo en el hogar.
Oh nuevamente solo, Shizuo siempre procura que coma en las mañanas me deja mucha comida enlatada y agua fresca, me agradaba mucho vivir con Shizuo.
Me baje del sillón y caminé por la sala de estar hacía el balcón, Shizuo siempre lo deja semi abierto para que pueda salir a tomar sol y bajar hacía la calle, observe desde arriba como pasaban los humanos, algunos iban apurados que chocaban con cualquier persona o cosa, de verdad no los entendía.
¿Porque los humanos no podían ser más tranquilos como nosotros los gatos?
Nunca lo entenderé, pero bueno el día estaba perfecto para tomar una siesta bajo el calido sol que inundaba el balcón de la casa, di unas vueltas y me acomode en el duro piso, limpié mis orejas y cola, ya estaba dispuesto a cerrar mis ojos y tomar una reconfortante siesta hasta que escuché mi nombre.
Moví mis negras orejas en busca de aquel ente que había pronunciado mi nombre, me levante y asomé mi cabeza por las barandas del balcón
-Iza-chan!! Hey...Iza-chan! - mire hacía abajo y ahí estaba el inconsecuente irrumpidor de mi reconfortante siesta.
Shizu-chan, era un gato vagabundo que conocí en uno de mis muchos paseos por el barrio, era más grande que yo, de color amarillo con franjas cafe estaba sentado abajo en la vereda mirando hacía mi balcón.
Estaba enojado, Shizu-chan me había interrumpido en el proceso de mí importante siesta mañanera.
-Lo siento Shizu-chan, hoy no quiero hacer nada -le grité desde mi balcón, vi como su cola se movía sin parar...vaya se ha enojado.
-Iza-chan no me jodas, todas las mañanas salimos!...Venga trae tu cola hacía la calle- me gritó de vuelta , movi levemente mi cola, pensé en ignorarlo para continuar con mi siesta mas mi ser quería ir con Shizu-chan.
Creo que la idea de tomar una siesta quedará enterrada en mi caja de arena.
Me subí a la baranda del balcón y salté al techo de una casa que estaba cerca del balcón, ya en el techo de la casa baje por la pandereta de esta misma hasta tocar la vereda donde Shizu-chan me esperaba expectante.
-Menos mal has bajado, ya iba a subir yo para ir a buscarte - me dijo el felino mientras se acercaba a mi y me olía, nunca supe el por que...¿tendrá complejo de perro?, pero bueno no me molestaba el que hiciera eso.
-Bueno Shizu-chan nos vamos? - me pase una de mis patitas por mis orejas para luego comenzar a caminar por el barrio, Shizuo iba caminando a mi lado.
Durante el resto de la mañana y el comienzo de la tarde paseamos por el barrio, caminamos por los techos y jugeteamos por los callejones. Me agradaba la compañía de Shizu-chan, él siempre me buscaba todas las mañanas y pasábamos todo el día juntos, de verdad me gustaba mucho.
Shizu-chan me acompañaba hacía mí hogar, cuando llegáramos lo iba a invitar a comer un poco de la sabrosa comida que Shizuo siempre me dejaba.
-Nee...Shizu-chan vamos por este lado es más rápido!- me adentré en el callejon, pero sentí como Shizu-chan me mordía la cola jalandome hacía fuera, yo no entendía nada hasta que oí el problema que en estos momentos estaba frente mío.
Perros, habían dos grandes y rabiosos perros frente nuestro.
- Iza-chan cuidado!! - sentí como mordió nuevamente mi cola para jalarme hacía atrás de él.
Mi pelaje y cola estaban levantados, mi cuerpo se encorvó en defensa propia, gruñi en forma de defensa y saque mis garras. Estaba asustado nunca había peleado con perros tan grandes.
Mire a Shizu-chan que estaba adelante mío en las mismas condiciones, tenía miedo de que le pasará algo a Shizu-chan; escuche como le gruñía a los perros en son de que se alejarán cosa que no fue así.
Los perros avanzaban, retrocedimos y Shizu-chan me miro tratando de decirme que todo estaría bien, confíe en él.
- Iza-chan!!...a la cuenta de tres solo sigueme - asentí y confíe en que saldría bien lo que mi compañero tendría planeado, los sacos de pulgas se acercaron y vi como Shizu-chan rasguño a uno en la cara, el perro se hecho hacía atrás gimiendo de dolor.
- Corre!! - vi como Shizu-chan daba media vuelta y salía corriendo hacía la calle, espabile y corri tras él sintiendo como ambos perros nos perseguían enfurecidos, alcanze a Shizu-chan y corrimos esquivándo a las personas, vi como Shizu-chan subía una pared y luego hacía techo.
Iba a saltar pero uno de los perros estaba muy cerca mío si saltaba me agarraría, le gruñi y lanze un zarpazo para alejarlo pero nada; cerré mis ojos esperando lo peor mas solo escuche el chillido del can y algo quebrándose.
Abrí los ojos, divisé solo al perro en el suelo con un macetero roto en la cabeza, busque al otro pero no había rastro de él.
- Iza-chan !! Esta bien!? - escuche la voz de Shizu-chan arriba en el techo, sus ojos expresaban preocupación y miedo por lo sucedido, subí la pandereta y llegue al techo junto a él.
Se acerco rápidamente y me inspeccionó esperando no encontrar nada malo, lamio mi oreja; me puse nervioso nunca me habían lamido y menos Shizu-chan.
Ya era bastante tarde, Shizuo estaría por llegar y debía estar ahí para cuando llegará, mire a mi acompañante que se limpiaba sus patitas frente mío, se me había ocurrido una idea.
- Shizu-chan! ¿Quieres venir a mí casa?, te invito a comer de la rica comida que me deja Shizuo - vi arrugaba su rosada nariz, incliné mi cabeza en son de duda.
- ¿No quieres ir? - le pregunté, el solo movió su cola y chasqueo la lengua - Ah esta bien pero solo un rato, no quiero encontrarme con tu humano - comenzo a caminar en dirección a mi hogar yo solo lo seguí.
Llegamos al balcón, entramos a la sala de estar, todo estaba ya oscuro dentro del departamento o sea Shizuo no habia llegado. Shizu-chan inspeccionaba el lugar, le dije que me siguiera hacía la cocina y ahí estaba mi platito de comida lo invite a comer cosa que el no dudó en hacer.
Lo invite a descansar conmigo en el sillón, dudo un poco pero acepto y se acurruco a mi lado. Me limpie mis patitas y piernas preparandome para dormir, Shizu-chan me imitó pero se acomodo atrás mío y comenzó a lamer mi espalda.
Me encrispe, otras vez esa sensación no me molestaba pero era rara - Shi...Shizu-chan ¿Que haces?- giré mi cabeza en busca de respuesta.
-¿No es obvio?, te estoy limpiando- con eso siguió su trabajo, solo me deje hacer y comencé a ronronear por las tiernas lamidas de Shizu-chan.
Todo era perfecto hasta que sentí el sonido de la puerta cerrarse y con ello una pisadas que se acercaban hacia donde estabamos.
- Iza -chan! Llegué...- vi como Shizuo me miraba de forma extraña a mi acompañante, gire mi cabeza y Shizu-chan miraba de la misma forma a Shizuo, no sabía que hacer tal vez Shizuo dejaría que él se quedará en casa conmigo.
- No me gustan los gatos callejeros - tomo a Shizu-chan por el cuello mientras él se revolvía en las manos de Shizuo, lo llevó hacía el balcón y lo dejo ahí para que se fuera, corrí para evitar eso pero Shizuo ya había cerrado el balcón.
Empeze a maullar frente a la puerta en son de reclamó, pero Shizuo no me hizo caso, fui a maullarle a su habitación pero nada. Rendido me acurruque en los pies de la cama de Shizuo esperando mañana encontrar a Shizu-chan otra vez.
Cierto pelinegro venía tarareando una canción camino a la casa de su querida y odiosa bestia. Dando pequeños brincos cruzó la calle estaba frente al departamento del guarda espaldas cuando escuchó un pequeño maullido en la entrada del edificio.
Era un gato color amarillo con franjas cafés que lloraba en la entrada del edificio, el oji rojo pensó que era de alguien, pero nunca había visto al pequeño por estos lares.
Se agachó a la altura del pequeño que lo miro ¿enojado? ; el informante rio para sus adentros el mínimo tenía los mismo ojos que su bestia y extrañamente una expresión facial igual de enojada.
- Eh pequeño - extendió la mano para acariciarlo, pero solo recibio un rasguño sin rendirse se acerco más - tú me recuerdas a alguien, ¿te gustaría acompañarme ? - sin esperar nada Izaya tomo al pequeño gatito en sus brazos e ingreso al departamento.
- Ah ya voy, ya voy...- el rubio abrió la puerta - Pulga!!! Se supone que llegarías más temprano! Ya son las 10! - reclamaba el oji miel al pelinegro que estaba parado en su puerta, divisio que traía algo en sus brazos - Oi... ¿Qué es eso pulga.
- A que no es lindo!! Le puse Shizu-chan , se parece a ti! - mostraba al pequeño animal que tenía en sus manos, Shizuo arrugo su cara, ese era el mismo gato que había echado hace una hora.
- No quiero otro gato - exclamó el rubio - Tranquilo, tampoco era para ti, es mío! - Izaya se adentro en el departamento del rubio y dejo al pequeño Shizu-chan en el piso, el pequeño estaba confundido estaba en el hogar de Iza-chan del cual habia sido echado entonces maullo para ver si estaba su Iza-chan ahí.
- Mira que es lindo bestia! Definitivamente me lo quedaré - se acerco a Shizuo hasta tenerlo de frente, él lo seguía viendo con el ceño fruncido - Me molesta que le des más atención a ese pulgoso que a tu novio - abrazó a Izaya y le repartió besos en su cara y cuello hasta darle un beso en la boca.
- Vaya Shizu-chan no sabía que eras tan celoso y más por un pequeño animal - se puso de puntitas y le dio un pequeño beso en sus labios.
Mientras el pequeño Iza-chan movió sus orejas, había escuchado un maullido que reconocía muy bien, pensando lo mejor se bajo de la cama y corrió hacia la entrada de la casa. Miro y encontró a la pareja de su dueño, bajo su cabeza decepcionado hasta que sintió un lameton en su nariz.
Era Shizu-chan!!
Sin esperar más salto hacía el, y comenzo a darle lamidas en la cara de Shizu-chan mientras ronroneaba, estaba muy feliz. Ambos mininos se siguieron dando mimos bajo la atenta mirada de sus dueños.
- Vaya vaya Shizu-chan ¿eso es una señal de que debemos vivir juntos? - dijo picaro Izaya bajo los brazos del más alto el cual solo resoplo, pero en el fondo no le molestaba el que su novio pensara en eso, era algo que el quería en realidad.
Ya buscaría la forma de proponerse a Izaya, por mientras disfrutarían de sus visitas nocturnas.
Mientras ambos mininos estaban acostados en el sillón como horas antes pero ahora nadie se llevaría a Shizu-chan. El pequeño Iza-chan sospechaba que algo tenía que ver la pareja de su dueño, pero bueno el era feliz por ahora poder vivir con su querido Shizu-chan.