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Ni la oscuridad logrará separarnos por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi a todos~

Creo que me han abandonado T-T eso es penoso pero bueno, aquí vuelvo. Por si se lo preguntan, no soy de las que abandonan fics jejeje así que me tendrán que soportar por el momento

 

Gracias a los lectores anónimos que se dan tiempito de leer esta pequeña historia

Espero que disfruten este pequeño capítulo de hoy

 

 

 

La primera vez que Iruka llegó con Kakashi al centro fue… un poco difícil. No porque las miradas incomodaran al de cabellos platas, sino porque sucedió todo lo contrario. El castaño sólo dijo “quiero presentarles a Kakashi-san, él es la persona que me ayudó la otra vez” y tanto los tutores, como los otros miembros de aquel centro, se aglomeraron alrededor del recién llegado. Agradecimientos, sonrisas, bromas, preguntas y claro, leves abrazos por parte de los más pequeños del lugar

Kakashi nunca se sintió tan bien recibido en un lugar. Incluso cuando, por el movimiento, su bufanda se cayó dejando ver sus cicatrices nadie se apartó, tal vez los tutores se extrañaron un poco, pero eso sólo duró unos segundos, después de todo, alguien quien ayuda a los no videntes merece el cielo, al menos eso decían. Felices, los más jóvenes tomaron las manos del recién llegado, preguntando cosas que ellos no sabían, tratando de saber cómo era el mundo lleno de luz, sobre cosas que había en otros países y ellos no llegaron a conocer. Kakashi estaba sonriendo al contestarles lo que al menos podía. Después de esa introducción, los tutores del centro decidieron entonces empezar con la actividad del día y allí… todo quisieron compartir el primer baile con Kakashi

 

 

—bien, chicos, bien… alto, alto, alto – sonreía una de las chicas mientras empezaba a apartar a todos de lado del de cabellos platas – déjenlo tranquilo, lo terminarán asustando – bromeaba mientras terminaba de apartar a la última persona

—no hay problema, es sólo que… hace mucho que no bailo y me siento algo torpe — se disculpaba Kakashi

—no se preocupe, son sólo los pasos básicos para que todos aquí empiecen a orientarse

—entonces, ¿con quién iré primero? – Kakashi hasta estaba emocionado, admirando a todos allí. La mayoría tenía sus ojos cerrados, sólo algunos los abría instintivamente y supuso que ellos eran los que perdieron la visión por algún accidente

—con Iruka – fue la opinión de todos los que ayudaban en el lugar – él sabe hacerlo bastante bien, además es el que conoce el baile mejor que nadie, aunque después de unos diez minutos se marea y tiene que detenerse

—entonces debo pedir que cuide de mi – interrumpió Iruka quien´, acompañado de una de sus compañeras más pequeñas, se reían bajito – te gané – bromeaba Iruka con la pequeña

—mo~ pero después lo haré yo – reclamaba la pequeña pelirroja que, haciendo un puchero, se dejaba guiar por uno de los tutores

 

 

Un vals, eso era lo que era, simple, dulce, suave y relajante. El castaño sonreía constantemente mientras se desplazaban por el salón. Kakashi dirigía al principio con un poco de desconfianza, pero con el pasar de los minutos también lo disfrutaba, riéndose cuando tenía que hacer girar a Iruka y este terminaba cerrando sus ojos con fuerza debido al leve mareo que lo azotaba. Cambió de pareja con una pequeña, una de dulce sonrisa en ese rostro, la pequeña hasta le dijo que su aroma se parecía al de su padre. Kakashi terminó bailando con todos los allí presentes, incluso con los instructores que felices de la vida charlaban con aquel hombre que desde ahora obligarían a acompañarlos dos veces por semana, al menos con eso lo amenazaron después de lograron tenerlo como contacto

 

 

—Te dije que te ibas a divertir – Iruka se hallaba sentado en una de las sillas, charlando con uno de los jovencitos que hace poco llegó allí – es difícil al principio, incluso yo aún no me acostumbro

—¿Cuánto llevas así?

—Menos de un año – acarició la cabeza del menor – mejor sonríe pues tú tienes la ayuda de tu familia

—¿Y usted no?

—Digamos que no soy bienvenido en esa familia – reía mientras callaba las palabras de apoyo del otro – no me compadezcas, ya todo se solucionará… igual que tu pronto te adaptarás

—¿Qué es lo más difícil de no ver nada? – el chico mordía su labio inferior mientras sostenía con firmeza su bastón guía 

—El lenguaje braille… tus dedos necesitan acostumbrarse a eso – Iruka seguía con esa plática corta, la cual terminó en la sonrisa del más joven

—Se nota que eres buen psicólogo – Kakashi se sentó junto a aquel castaño cuando el otro muchacho se atrevió a continuar con el ejercicio rítmico

—Pues sólo trato de ser bueno escuchando e imaginarme que estoy en su lugar, sentir su dolor me ayuda a saber usar las palabras correctas

—Ha sido divertido – confesó para cambiar el tema

—Me gusta escuchar eso, Kakashi-san… debería venir cuando guste, aquí siempre será bien tratado

—Hace mucho que no me sentía tan… normal

—Y hace mucho que yo no me sentía tan… mareado – se reía junto al otro – fueron muchas vueltas, la próxima pediré que se contenga

—Lo lamento

 

 

Llegada la hora de partida para el mayor e Iruka se ofreció a acompañarlo al menos hasta donde recordaba el camino, unas cuadras más allá. Todavía bromeando sobre aquella experiencia se dieron una pequeña reverencia y prometieron verse de nuevo. Todo ante una lejana mirada verdosa que con curiosidad analizaba la situación, buscando alguna excusa para deshacerse de la amenaza en su hogar y satisfacer su deseo de ver arruinado a aquel ser. Pero la maldad no sólo estaba en un cuerpo dentro de aquel hogar bien formado, sino más allá, más lejos, más distante y que se acercaba de repente. La oscuridad que amenazaba el pequeño momento de paz que envolvía a Iruka

Las salidas, los encuentros, las pláticas fueron incrementándose y en un mes su amistad se había fortalecido. Kakashi ahora era voluntario por al menos tres horas en la mañana y acompañaba al castaño hasta unas cuadras cerca de su casa. Compartían gustos en libros, en comida, en algunas cosas. Parecía que regresaran a una adolescencia donde la amistad era lo más importante.

Acordaron salir el fin de semana. Ese día era sábado cuando ambos se encontraron en el lugar de siempre, Iruka estaba emocionado. Emocionado porque conocería el bar que Kakashi administraba, claro que era muy temprano para que estuviese abierto, pero el simple hecho de caminar a ese lugar le demostraba al castaño que Kakashi se estaba abriendo poco a poco, hasta lo escuchaba reír en ocasiones… aunque tenía un poco de temor a… que todo se volviera negro

 

 

—Kakashi san… ¿estamos en un callejón sin salida? – Iruka tenía una sensación extraña en su estómago, ya le había pasado antes y eso no era bueno

—No… sólo está desolado – observó todo con detenimiento, ni un alma, nada y…

—Esto es malo – agarró el brazo de Kakashi con fuerza puesto que no estaba usando su bastón

—¿Qué sucede?

—Kakashi-san… no quiero asustarlo, pero péguese a la pared ahora – su voz mostraba entre seriedad y miedo

—Pero ¿qué? – Kakashi se calló al momento de sentir el leve empujón e hizo lo que le ordenaron. Esperaba algo, pero solo vio como Iruka daba dos pasos al frente y le hacía seña para que no se moviera

—Yo me encargo – susurró esperando que Kakashi lo entendiera, sabía perfectamente quien era… y justo en ese momento – ya sal de ahí… Kabuto – se tensó al escuchar las pisadas, posó su vista al frente donde sabía que este individuo aparecería y fingió que nada malo pasaba

—Es bueno verte, Iruka – sonreía un peliplata quien se acomodaba los lentes con una sola mano. Kakashi se mantenía a expectativa… no parecían ser amigos

—¿Qué diablos haces aquí?... debes saber que renuncié a mi puesto – escuchaba la leve risa del otro y rogaba porque Kakashi se mantuviese quieto, en ese momento estaba vulnerable

—No entiendo por qué lo has hecho… pero… – a Iruka casi se le olvida que su ceguera era secreto para la mayoría – vine aquí a ajustar cuentas

—No quiero saber de esas cosas, Kabuto. Ya estoy fuera, resígnate – estaba empezando a entrar en pánico, pues no estaba siquiera listo para caminar solo con total libertad, mucho menos a…

—Que me importa – Kabuto corrió hacia el castaño con rapidez, tanta que Kakashi no reaccionó a tiempo y el castaño era pateado en el estómago con fuerza – ¡ahora defiéndete!

—Maldición – susurró mientras atrapaba la pierna del atacante y la levantaba para hacerlo doblar la rodilla. Adivinando la posición del otro, Iruka asestaba un golpe que apenas rozó la costilla del otro – ¡ya basta! – el desconocido se liberó y se separó un par de pasos – no quiero pelear

—Pues te obligaré – Kabuto arrugó su ceño mientras analizaba el comportamiento de su oponente, parecía desorientado

—Me importa muy poco que sigas enfadado porque siempre frustré tus planes de asesinato y secuestro – le gruñó mientras sostenía su estómago

—No es sólo eso… es mi orgullo el que defiendo – rugió mientras intentaba arremeter contra un castaño que no podía defenderse, pero…

—¿Qué te pasa para atacarlo así? – Kakashi agarró el brazo de ese sujeto justo antes de que el golpe le llegara a Iruka – aléjate

—¿Un defensor?... ¿en serio? – se reía sonoramente, Kakashi no entendía esa situación y no pudo entender porque le llegó un golpe directo al rostro – no te metas, hijo de puta – Kabuto lo pateó lejos, y enfrentó al castaño lanzándole un golpe certero

—¡Cuidado! – Iruka reaccionó a la alerta de Kakashi, se agachó lo suficiente para evitar el golpe y asestar con su puño en contra del de gafas. Lo sostuvo del brazo para tener una guía a donde golpear, pero sin vista alguna, erraba la mayoría del tiempo

—Has perdido ritmo – gruñó Kabuto antes de patear a Iruka con fuerza en la cara y hacerlo caer. Luego se encargó de un Kakashi que arremetía contra él, pero ese sujeto no tenía las habilidades necesarias para hacerle frente, así que con un buen gancho lo volvió a mandar al suelo

—Ugh... Kakashi-san, ¿está bien? – Iruka escuchaba los quejidos de su amigo, estaba preocupado

—¿Qué le pasa?... ¿acaso no sabe que…? – Kakashi se acercó al castaño agarrándolo de la mano y allí vio el hilillo de sangre que escurría por la nariz de su amigo

—Diríjame – le susurró el castaño cuando ya escuchaba los pasos de Kabuto acercarse – dígame en dónde está y de lo demás me encargo yo – ordenó Iruka mientras se ponía de pie y cerraba sus ojos debido al dolor del golpe anterior

—¿Qué cosa?... ¡Al frente! – pero Kakashi no tenía tiempo a discutir. En cuanto dijo la posición del ese hombre, Iruka corrió en esa dirección y lanzó un golpe a puño cerrado que rozó la mejilla de Kabuto

—Bien... ¿ahora qué? – gruñó Iruka mientras se mantenía firme y listo para seguir la guía de Kakashi

—¿Así que necesitas que te ayuden? ¿Cuándo te volviste así de débil? – bufó el hombre de lentes insatisfecho, pues hasta ahora sus peleas siempre eran parejas

—¡Cállate! – Iruka elevó su voz mientras escuchaba la nueva ubicación – te cerraré la boca

—A la derecha unos quince grados – Kakashi no sabía muy bien por qué, pero esperaba que al menos el castaño entendiera sus instrucciones. Iruka parecía hacerlo bien, pues el golpe fue certero – izquierda sesenta grados, dale arriba justo en frente… lejos cinco pasos a la izquierda

—Maldito – bufó Iruka cuando sintió el golpe en su brazo derecho. Era divertido, podía sonar extraño, pero nunca peleó sin ver nada, y sí… era divertido. Golpeaba hacia donde las órdenes llegaban y recibía los golpes de regreso, pero valía la pena, necesitaba parar las ansias de pelea de ese tipo. El último golpe fue justo en… su nariz, Iruka se mareó y terminó por caer de espaldas, escuchó que Kakashi se levantaba y empezaba a pelear en su lugar

—¡Quítate, no te metas! – Mas Kabuto no quería oponentes ajenos a ese castaño

—Déjalo... ¡él no puede defenderse! –Kakashi recompuso su respiración pues ese hombre de lentes golpeaba fuerte, le dolía cada parte agredida

—Eso nadie te lo cree. Iruka siempre ha sido un buen luchador

—¡Está ciego! ¡Maldita sea! – soltó de pronto, una verdad que para él era evidente, pero que al parecer para el tal Kabuto no lo era

—Que mentira más absurda – se reía debido a la disculpa para que el castaño no pelease

—¡No miento! – decía Kakashi entre jadeos mientras observaba al castañeo gatear, pues el bastón que guardó entre sus ropas, se le había caído

—Maldita sea, quítate o… – empujó al Kakashi, pero vio aquello... un Iruka indefenso gateando y tanteando el suelo con desesperación hasta que agarraba cierta cosa blanca y… — eso… es verdad

—¡Ya basta, Kabuto! – gruñó mientras extendía su bastón guía y se levantaba siendo ayudado por Kakashi – maldita sea… siempre eres tan apresurado

—¿Cómo? – estaba sin palabras, estático, meditabundo, en shock

—Llamaré a la policía – advirtió Kakashi

—Espere, no hace falta – el castaño detuvo a su amigo de inmediato – sólo déjame hablar

—Debo llevarte a un hospital. Estás sangrando – Kakashi se preocupó al ver las heridas superficiales del castaño, no quería ni imaginarse el dolor de los golpes en las partes no visibles

—Supongo que usted también está herido, así que espere… sólo un rato – suspiró mientras recomponía su postura y cerraba sus ojos

—¿Qué te pasó, Iruka? – Kabuto se calmó por completo y ahora hasta estaba preocupado

—Accidente laboral

—¡Y por qué no me lo dijiste, maldito idiota!

—¡Porque nunca escuchas! – Iruka mentía, la verdadera razón era su tristeza, la melancolía de saber que no volvería a esas peleas absurdas fuera de horario de trabajo con Kabuto

—Y aun así me enfrentaste – reía como demente, pero es que simplemente aún no asimilaba esas palabras y el hecho de ver a un castaño tan… tan indefenso

—Idiota – Iruka sonrió forzadamente, podía imaginarse la expresión de ese idiota

—Parecen amigos – Kakashi se sorprendió al llegar a esa conclusión. Si los veía sólo parecían un par de chiquillos peleando porque competían por la cama de arriba de la litera

—Somos enemigos – afirmó Kabuto con el ceño fruncido

—Le presento a Kabuto – se reía Iruka mientras volvía a su porte formal – hemos luchado bastante. Él es el malo y yo soy el guardaespaldas –

—Púdrete idiota, el dinero manda… ya lo sabes

—Somos amigos de preparatoria… por algunas razones nos separamos y terminamos así – Iruka terminó el relato mientras se volvía a atar el cabello que se desordenó con el intercambio de puños

—Qué historia tan rara – Kakashi suspiró al entender que Kabuto no era tan peligroso, al menos hasta cierta medida

—Iruka… es una lástima que esto pasara

—No te pongas cursi – Iruka sonreía, pero en el fondo estaba dolido, se sentía inútil

—¿Hay posibilidad de…?

—No – fue la dura respuesta – y no me pongas esa cara tan patética de alguien que me tiene lástima

—Entonces mis trabajos ya no serán interesantes – bufó Kabuto mientras apretaba los puños

—Mis compañeros son buenos, son mis maestros y…

—¡Y nada! Ahora todos los trabajos ya no tienen impedimento – el enemigo frunció su ceño pues adoraba tener que lidiar con problemas en cada misión que tenía

—Les llamaré para que redoblen la seguridad – Iruka se mordió el labio y agarró la parte de atrás el suéter de Kakashi, sólo necesitaba saber que alguien lo acompañaba para que su orgullo le impidiera llorar

—Que lamentable – gruñó Kabuto para darse vuelta y retirarse – alguien que no ve nada… jamás sería un reto

—Nos veremos en la próxima – bromeó, pero estaba destrozado

 

 

El enemigo dio una última mirada a un castaño que con los ojos cerrados sonreía con melancolía, chasqueó su lengua y caminó fuera de aquel lugar, al que ya no iba a volver, pues sentir pena por alguien… no era su estilo. Kakashi solo acarició la cabeza del castaño, no sabía que decir y prefirió quedarse callado unos minutos antes de ir a algún lugar para atender a sus heridas

 

Continuará…

Notas finales:

Mmmm creo que me falta drama, así que trataré de comenzar con eso desde el siguiente capítulo ^_^

 

Veremos que desmadres hago por aquí y si tienen alguna sugerencia de que podría pasar con estos dos, o con alguna pareja que deseen que incluya, no duden en dejarme un review detallando esas situaciones, me gusta mucho interactuar con mis lectores y agregar sus ideas jejejej

 

Sin más que decir, me despido

Besos~


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