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Ni la oscuridad logrará separarnos por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi

Vuelve la desaparecida T-T

Tengo una explicación 

 

*corre a las notas finales*

 

 

 

 

—¿cuándo es pronto? — se quejaba el pequeño rubio mientras balanceaba sus piernas al estar sentado en aquella banqueta junto a los dos adultos — ¿dos días? ¿Tres?

—pronto es… pronto — se reía Iruka mientras con cuidado localizaba la cabeza de Naruto y lo despeinaba un poco — no han dado fecha exacta, pero se presume que será en dos semanas a más tardar

—pero ya quiero irme de aquí

—¿tan mal lo pasas? — Kakashi miraba a Naruto con interés y este negaba

—no es eso… sólo pensaba en Iruka-san — sonreía levantando su cabeza y miraba hacia los adultos — pienso en el trato que hicimos y en que quiero volver a salir por ahí-ttebayo

—ya has esperado hasta ahora, esperar un poco más no te matará — Kakashi admiraba la fortaleza de ese pequeño que asentía con comprensión. La mayoría de niños no aceptaría así de fácil los designios de alguien más, al menos no sin armar una pataleta

—pero igual, sigo queriendo irme con ustedes

—¿no sería bueno que dispusieras de estas dos semanas para despedirte de todos? — Iruka escuchaba a lo lejos a los niños, pues muchas vocecitas frágiles resonaban a veces — seguro los extrañarás

—pero si no me voy a ir lejos — decía mientras con la mano saludaba a alguien por ahí — les dije que vendría a verlos

—eso es muy dulce de tu parte — Kakashi admiraba esos detalles del rubio

—son mi familia, lo fueron desde que vivíamos en aquel horrible orfanato… unos eran buenos y otros malos… pero era la única familia que pude conocer

—hablas como un adulto — Iruka cerraba sus ojos y rememoró algo, un detalle pequeño — como una pequeña rosa que tuvo que desarrollar espinas para defenderse — susurró quedito y sintió una punzada en su corazón

—Eso sonó muy triste — Naruto miraba a Iruka — ¿está bien, Iruka-san?

—disculpa — apretó sus labios y respiró profundo. Se obligó a adquirir una faceta calmada — es que acabo de recordar algo

—¿es malo?

—no… sólo es triste — sonrió el castaño mientras relajaba su cuerpo

—dicen que hablar es bueno para el alma, Iruka — Kakashi se preocupó porque el estado de ánimo del castaño cambió repentinamente

—mi madre… mi madre solía contarme un cuento — sonrió al recordarlo — una rosa hermosa y floreciente que crece entre rocas… o algo así — suspiró y en su mente la sonrisa de su madre estaba nítida — así que, para volverse grande, tuvo que ser fuerte y defenderse… por eso desarrolló espinas

—eso suena muy raro, pero interesante — Naruto miraba al castaño con intriga — ¿me lo puede contar?

—tal vez en otra ocasión — sonrió Kakashi tratando de desviar el tema, pues al parecer a Iruka le afectaba demasiado hablar de su madre — en vez de eso… vamos a revisar tu guardarropa, Naruto. Hay que adquirir muchas cosas y necesitamos saber qué necesitas

—está bien

 

 

Iruka agradeció infinitamente que cambiaran de actividad y que lo dejasen escapar al baño un momento, pues allí pudo dejar que a su memoria llegase el rostro de su madre. De aquella mujer que le dio la vida y que lo cuidó con empeño hasta el mismo día en que tuvo que partir. Yuka Umino era el único amor femenil en su vida, a nadie amaría más que a ella y tal vez era por esa razón que su orientación sexual se vio definida a tan corta edad. Tal vez sólo sacaba conclusiones apresuradas, basadas en un recuerdo que le llegó de repente, pero no pensó que le iba a afectar tanto.

Iruka sólo pensaba en que no podía ver el álbum de fotos que con celo guardaba y llevaba consigo a donde quiera que fuera su nueva morada. El castaño tenía miedo de olvidar a su madre debido a su ceguera, pues las imágenes eran la única evidencia de que su infancia fue plena y ahora se vio privado de aquello. Apenas recordaba detalles de su vida infantil, las imágenes parecían borrarse poco a poco de su memoria, a veces incluso batallaba por recordar el tono de la risa de su madre. Se estaba desesperando por eso, dolía pensar en la oscuridad de su vida. Se ahogaba en un vaso, lo sabía, pero era de las pocas cosas que necesitaba para seguir adelante. Su madre, su amable y sonriente madre, a la que perdió cuando solo era un niño… no la quería olvidar, no quería dejar de recordarla tan nítidamente

Hubo un momento en que la oscuridad empezó a asfixiarlo, el aire se sentía más pesado, su garganta se cerraba. Frotaba sus ojos e intentaba serenarse, pero no pasaba… estaba teniendo un ataque de nuevo y odiaba eso, porque no podía estar más indefenso. Sintió el pánico de estar solo, de estar en tinieblas y quedarse en el olvido. Iruka se abrazó a sí mismo y respiraba agitadamente. Necesitaba ayuda, pero incluso su voz se cortaba.

«Tranquilo, tranquilo. Estoy aquí» Iruka nunca había sentido tanta emoción con solo escuchar esas palabras. Estaba malditamente asustado, se aferraría a lo que estuviera en frente y ese era Kakashi. Apenas lo tuvo junto a él, lo abrazó con fuerza, aspirando el leve perfume que desprendía, agradeciendo que se diera cuenta de su estado de ánimo y que lo ayudara. Fue mucho mejor cuando sintió un beso en su frente, en su mejilla y uno en sus labios. Iruka sintió su respiración volver y su cuerpo relajarse un poco… su crisis se iba al carajo cuando alguien le mostraba dulzura

 

 

—¿y Naruto? — susurró cuando ya sintió su respiración normal

—está jugando con Yahiko — Kakashi aún mantenía a Iruka entre sus brazos. Se había asustado al verlo en ese estado de hiperventilación — vine en cuando se descuidó… ¿qué tienes?

—recuerdos — susurró quedito — lo siento… pero a veces me pasa esto… es que…

—¿recuerdas a tu madre?

—me da miedo la posibilidad de olvidarla… no sé qué haría si eso pasa

—no pasará, porque la amas tanto que está tatuada en tu alma

—gracias — simples palabras que le sonaron a una verdad absoluta — muchas gracias — sólo podía abrazarlo por un rato más

 

 

Se quedaron un momento allí, al menos hasta que el castaño pudiera dejar de temblar en totalidad. Iruka se enfocó en lo que estaba pasando a su alrededor, necesitaba un soporte en qué aferrarse en ese momento. La risita que escuchaba a lo lejos, la asociaba con su propia felicidad y eso hizo que su ansiedad bajara, pero también estaba el hecho de que las caricias en su espalda por parte de Kakashi eran delicadas y reconfortantes. Disfrutó de ese corto periodo, suspiró cuando ya estaba recuperado y sonrió al separarse dispuesto a regresar a su realidad

Debía ser fuerte, no dejarse llevar por las emociones negativas y era por eso que puso todo de parte para pasar un buen rato con los niños. Jugó, rió, hizo que Kakashi lo acompañara en todo ese proceso y al final, ni siquiera se dio cuenta que sus horas de vista se alargaron. Los trabajadores no protestaron por la hora, porque a los niños parecía encantarles interactuar con Iruka, pero obviamente Kakashi tuvo que detenerlo en cierto instante. Una despedida animada, la promesa de regresar en unos días y volver incluso después de que Naruto se fuera. Lo único que reconfortaba a los dos adultos que se despedían en esa tarde, era que faltaban apenas días para tener un nuevo miembro en su hogar. Podía sonar como lo que diría cualquier pareja sin hijos cuando adoptaba un niño, pero la emoción era tanta que ese detalle pasaba a segundo plano

Kakashi confesaba estar ilusionado de tener a Naruto en casa, pues el pequeño era una sol naciente, vivaz y alegre. Para ninguno de los dos adultos era desconocido el hecho de que el mayor había querido tener una familia y eso incluía hijos, tal vez por esa razón no discutieron sobre ese tema, pues sería en vano. «Iremos a comprar algunas cosas para Naruto mañana» la emoción en esa ronca voz hizo que Iruka sonriera, podía notar la felicidad en Kakashi, eso le bastaba y no pediría opiniones o detalles. Estaba seguro que no era el único entusiasmado por acoger al pequeño rubio, aunque supuso que las cosas se pondrían un poco difícil desde ese punto, ya que… nadie más que ellos dos y contadas personas aparte de ellos, sabían sobre el rubio  

 

 

Relación…

 

 

A pesar de que la convivencia era la misma, había algunas cosas que cambiaron con los cinco primeros días. La primera variación a su rutina era en la mañana, cuando Iruka ayudaba a Kakashi a preparar la mesa y el desayuno, pues nunca podía prever el beso que el mayor le daba y casi siempre soltaba un suspiro al terminar. El roce simple, a veces acompañado por una repetición en donde sus labios resonaban al separarse, hacían que Iruka se volviera un adolescente enamorado e inexperto. ¿Cómo podía ser eso? Ni el mismo Iruka lo sabía, pero era lo que pasaba cuando era atacado de improvisto. Kakashi solía reírse al verlo avergonzado, pues no era como si muchas veces pudieras poner incomodo a Iruka, quien despedía sinceridad y una actitud directa y sin tapujos. Al mayor le gustaba ese lado

Era entonces donde Kakashi intentaba molestar al castaño un poco más. Abrazarlo por la espalda y casi verlo arrojar su vaso de agua. Besarle la mejilla y verlo encenderse en un color rojizo. Susurrarle algo al oído y verlo casi saltar o caer. Iruka comparó a Kakashi con un niño que molesta a la niña que le gusta, y parecía correcto definirlo de esa forma, porque para Kakashi la relación que había creado era nueva en todo sentido de la palabra y de todos los puntos de vista. El de cabellos blancos jamás en su vida pensó enamorarse de un chico, mucho menos pensó que su vida cambiaría tanto con solo permitir a alguien entrar en su hogar, inicialmente como un amigo y actualmente como novio. Incluso iba a adoptar a un niño pronto. Kakashi estaba feliz, demasiado… los cambios habían sido muy buenos

 

 

—dígame, ¿le gusta cómo suena? — Iruka había estado tocando una melodía nueva, pero el mayor casi ni había puesto atención — ¿Kakashi-san?

—deja el honorifico de lado Iruka — sonrió divertido al verlo abrir esos ojos y darle el privilegio de admirar ese iris oscuro

—no puedo hacerlo de un momento a otro — se quejaba mientras dejaba de lado el piano y se levantaba para acercarse al otro — es difícil

—suenas como mi guardaespaldas — se burló un poquito y el castaño rió en respuesta

—puedo serlo si así quiere — el castaño hacía una mueca antes de formar un “arma” con sus manos y fingir disparar — solo ponga una CZ 75 en mis manos y seré letal

—me das miedo — decía irónico mientras hacía que esas manos bajaran y lo empujaba a las escaleras — ¿en serio es fácil trabajar con eso?

—Kakashi-san… nada es fácil, pero llegas a acostumbrarte — sonrió mientras se aferraba al brazo del mayor porque no había traído su bastón — además… disparar es divertido

—¿has matado a alguien?

—¿en serio quiere saber? — dijo con duda mientras levantaba su ceja — nadie me mira de la misma forma después de que les respondo esa pregunta

—entonces lo dejaré así… me quedaré con la duda

—Kakashi… hum… quiero jugo de naranja — sonreía divertido porque el otro se había detenido, tal vez se sorprendió por ser llamado sin honoríficos — seguiré intentando olvidar mi formalidad

—así me gusta — se sorprendió, pero había otra cosa también — vamos

 

 

Kakashi se había estado preguntando, ¿qué tan afortunados fueron los antiguos amantes de Iruka? ¿También habrían visto esas sonrisas, sonrojos, vergüenza e infinidad de cosas más? ¿Era normal sentirse celoso sólo por pensar en eso? La verdad se estaba sintiendo idiota por pensar aquello, después de todo, él mismo ya tenía un pasado y debía respetar el del otro. Pero había algo que no lo dejó dormir bien en esas pasadas… noches.

Podía sonar mal, tal vez demasiado terrible como hasta para mencionarlo y era por eso que se callaba, pero no era fácil cuando tenías a Iruka cerca y lo veías relamerse los labios para recoger el resto de jugo que se escapaba por sus labios. Kakashi se perdía en esas pequeñas acciones sin mala intención que el castaño realizaba y… se retaba mentalmente por estar pensando en esas locuras cuando debía dejar que las cosas fluyeran con cautela y sin prisas

 

 

—¿le pasa algo Kakashi… san? — reía porque no pudo detenerse y acomodaba un mechón que cayó en su rostro — lo intento, de veras… pero se me pasa

—Iruka, no hagas eso — suspiraba cuando el otro tiraba de uno de sus cabellos — te ayudo — acomodaba el mechón caído y de paso recogía el cabello en una coleta alta — ¿te gusta tener el cabello suelto?

—cuando hace frío, sí

—¿y tienes frío? — con cuidado ataba todo y orgulloso de su trabajo giraba a Iruka para verlo

—no — reía divertido — gracias Kakashi… ¡lo hice! — festejada levantando su mano para localizar el rostro del mayor — pero, ¿no se le hace raro que diga aquello sin formalidad?

—me gusta

—seguiré intentando entonces — sonrisa amable y dulce. ¿Cómo resistirse a eso?

—lo hago… Kakashi —acentuó aquel nombre con dulzura, pero se sorprendía porque el otro le recompensaba con un detalle inesperado

 

 

Iruka podía sentir la prisión que Kakashi formaba, rodeándolo con los brazos en un abrazo improvisado, besándolo con calma, pero con ansiedad escondida. El castaño se sonrojaba cuando eso pasaba, porque le gustaba sentir el deseo contrario. Se sentía vivo. Seguía con aquel ósculo con calma y elevaba sus manos para rodearle el cuello con sus brazos, enredando sus dedos en el cabello del otro. Suspiraba cuando la lengua de Kakashi se hundía en su boca, trataba de no soltar un gemido delator cuando su cuerpo era apretado y rozado por el del más alto. Sólo se dejaba hacer. Kakashi podía hacerlo ver estrellas solo con aquello, con solo un beso, unas palabras o un susurro… Iruka se fascinaba con todo, reía porque el otro parecía controlarse demasiado… y ahora que lo pensaba, aquella mano… parecía querer descender más debajo de sus caderas

El castaño quiso comprobar algo sencillo mientras disfrutaba de ese beso. Gimió quedito, suave y como para que sólo el mayor lo escuchara, casi de inmediato sintió el agarre en su cadera volverse más fuerte. «Con que, es eso» pensaba divertido mientras descendía una de sus manos hasta la espalda de Kakashi y lo aruñaba levemente, la respuesta fue inmediata, una mordida leve en su labio y el retroceso hasta que el mesón le impidió avanzar. Iruka lo empujó levemente para poder respirar y al lograrlo soltó un jadeo, seguramente sus mejillas estaban rojas. Repasó sus labios con la lengua y sintió aquel cuerpo apretarlo en contra del mesón. Esa respiración chocó con su cuello… era… divertido

 

 

—¿por qué no me dijo nada? — susurró Iruka mientras lo sujetaba por los hombros

—no sé de qué hablas — fue descubierto y aun así quiso fingir demencia

—¿puedo revisar entonces? — sonrió divertido mientras una de sus manos se abría camino hasta el pecho de Kakashi y descendía con lentitud

—está bien — no entendió aquella palabra hasta que sintió esos dedos en su abdomen. Logró detener esas acciones y se separó — lo admito… yo…

—es normal — cortó las palabras ajenas con sus manos, aferradas a las mejillas levemente calientes y repasó esos labios con sus dedos — la curiosidad acumulada, la primera experiencia, el contacto físico y… el propio cuerpo — sonrió con comprensión

—no quiero que pienses que solo quiero algo físico, Iruka

—¿y qué tiene de malo eso?

—quiero que entiendas que me gustas… que me enamoré de ti, Iruka

—podría darle la contra y volver al principio, en donde yo dudaba de esta relación que apenas tiene una semana incompleta — susurró acercándose al otro y atrayéndolo para un beso — pero no quiero

—¿aun dudas?

—estoy tan feliz que siento que en algún momento puede acabar — confesó mientras buscaba las manos ajenas para entrelazar sus dedos y al lograrlo empezó a guiarlo — no puede culparme por eso

—¿a dónde vamos?

—a su habitación… vamos — sonrió mientras tiraba de la mano de Kakashi y en cierto punto ya ni tuvo que insistir con pequeños jalones — ¿no me va a rechazar?

—quisiera hacerlo — se detuvo antes de ingresar a su propio cuarto — debo hacerlo

—¿por qué dice eso?

—la última vez yo… Iruka, no quiero dañarte. No tengo experiencia en estas cosas — Kakashi aún recuerda la fiebre en Iruka. Estaba inseguro hasta de cómo tocarlo

—para aprender se debe practicar — rió divertido imaginándose en la expresión que el mayor tendría al escucharlo — pero está bien… si no quiere intentarlo

—no es que no quiera — se peinó los cabellos hacia atrás y apretó los labios — pero debo tener control y…

—así que no aprendió nada en la primera vez — Iruka quería carcajearse por aquella situación, pero en vez de eso sólo sonrió. Se acercó al de cabellera blanca hasta atraerlo a un beso, pues le daba ternura de cierta forma. Hace mucho que no se preocupaban por su integridad física — pero… puedo guiarlo

—Iruka… ¿te han dicho que seduces con cosas sutiles?

—eso me dice que aún tengo el toque — mordió el labio de Kakashi antes de besarlo — podría enseñarle muchas cosas — susurró con suavidad

—demonios, ¿lo hacías a propósito?

—no lo hacía — sonrió cuando Kakashi lo abrazó por la cintura y se metieron en la habitación, cerrándola por inercia — no era consciente de eso

—estás loco, Iruka — su voz bajó de tono. No iba a ser hipócrita y decir que no quería tener a Iruka en su cama. El deseo existía, así como las emociones sinceras — Iruka… yo…

—¿sabe que tenemos que abrir el bar pronto? — el castaño se estremeció al escuchar el suspirar del otro — así que… hoy no llegaremos hasta el final — dictaminó, pues al parecer, él debía ser el “maduro” de a relación

—¿de qué hablas? — se estaba dando cuenta de que… podía perderse en el calor y aroma ajeno

—sólo… no se lo diré — rió divertido al sentir que una mordida en su piel significaba que era deseado — sólo sígame la corriente

 

 

Kakashi no entendió aquello, tampoco se quejó, sólo dejó que Iruka lo empujara hasta su cama y con obediencia se quedó sentado, atrayendo al castaño para besarlo cuando lo deseó. Pero Iruka no se sentó en su regazo… y cuando el mayor iba a preguntar por aquella extraña acción… lo vio. Iruka tenía las mejillas rojas, se relamía los labios levemente mientras se arrodillaba en el suelo y se colocaba entre sus piernas. Kakashi tardó muy poco en entender lo que el otro planeaba, pero cuando lo hizo, quiso detenerlo. Era obvio que hacer “aquello” sería precipitado o eso pensaba, pero al sentir la primera caricia en su intimidad, sólo soltó un gruñido, un jadeo y el placer lo confundió de repente. Era verdad que el juego en la cocina lo había despertado

 

 

—Kakashi — susurró cuando una de sus manos masajeaba la erección escondida debajo de esa tela rasposa del pantalón — usted… me gusta mucho — susurró antes de que sus dedos encontraran el zíper ajeno

—espera, Iruka… ugh — se mordió el labio al sentir la libertad en su intimidad, pues Iruka había descendido toda la tela de un solo movimiento — Iruka… detente

—yo sé que es raro, pero relájese — susurró mientras sus dedos se colaban en aquella zona. El uno desviándose en descendente camino hacia los testículos y su otra mano concentrándose en aquella erección latente — sólo… no haga que me avergüence más

—no tienes que hacerlo

—lo haré y no me detendré — susurró emitiendo una leve risita cuando sintió las manos de Kakashi temblar sobre sus mejillas. Era tierno a su modo

 

 

El castaño podía sentir aquella caliente musculatura entre sus manos, lo acariciaba con delicadeza al inicio, en un vaivén suave que arrancaba suspiros. Sonrió sutilmente antes de acercar su boca a aquella punta que ubicaba con sus manos y la besaba con suavidad. Su lengua repasaba aquella zona en una lamida tímida, círculos formados con calma, escuchando la respiración de Kakashi agitarse. Sus dedos, sus dos manos, jugaban con el prepucio, extendiéndolo con delicadeza, descendiéndolo y, en la parte descubierta, su lengua se entretenía. Era un juego de seducción, era una acción para dar placer al ajeno, era su deleite porque escuchaba los jadeos y palabras inentendibles que soltaba Kakashi. Iruka se sentía poderoso, único, inigualable y eso le traía placer también

Su lengua se deslizaba por la piel que rodeaba la erección que pareció crecer un poco más, la repasó sin fallar en un solo milímetro, usaba su lengua para rozar la dureza palpitante y jadeaba al rozarla con su mejilla. Descendía incluso a la base y al desatendido escroto mientras su mano envolvía el pene erecto en un vaivén más acelerado. Kakashi no podía creer que estaba permitiendo aquello, lo peor de todo es que lo disfrutaba tanto que echó su cabeza hacia atrás y sentía los espasmos en su intimidad. Podía ver a Iruka en aquella labor y sólo podía relamerse los labios, porque era malditamente sensual verlo tan dedicado a eso… no podía siquiera formar palabra

Meter aquella dureza a su boca lo hizo jadear. Iruka gimió con la boca llena, no podía sentirse mejor, por eso lo hizo con lentitud, dejando que aquello ocupara su cavidad entera. Empezó el vaivén suave, repasando con su lengua para que el roce hiciera al otro gemir extasiado. Lo succionó en la punta y se separó soltando un sonido chapoteante, obsceno, para después relamerse los labios y así disfrutar el sabor levemente salado. Pero no paró, siguió, volvió a tomarlo con su boca, dejando que Kakashi lo sujetara por el cabello para imponer un ritmo más acelerado que el que él regía. Iruka hizo aquello, siguió la sugerencia y lograba aquel sonido extraño que retumbaba por la habitación. Se detenía en ocasiones para repasar la longitud con su lengua y dejar que su mejilla se estirara debido a la presión que la erección de su amante ejercía… eso era…

 

 

—Iruka — susurró cuando ya sentía el espasmo del orgasmo llegarle — ya… basta

—no — susurró cuando lo dejó momentáneamente para acomodarse un mechón que cayó en su rostro — quiero que llegue al éxtasis… en mi boca — sonrió con malicia y sin aceptar reclamos volvió a su tarea

—ugh… Iruka — susurró, pero al sentir el vaivén más frenético, soltó un gruñido bajo. Bastaba con que esa lengua a veces rodeaba su punta o una succión que lo hacía perder la cabeza y dejaba de protestar

 

 

Estimulo inevitable, obsceno, lujurioso, acalorado y el placer estalló de pronto. Kakashi soltó todo el aire contenido y jadeó, pues el aire se le había ido. Su cuerpo temblaba después de haberse derramado y aun así se despejó para admirar a Iruka. El castaño se apartaba con calma dejando que un rastro de aquella sustancia dejara evidencia a su paso. De los labios del castaño se regaba aquella esencia blanquecina, el menor jadeaba mostrando que en su boca acunaba la misma sustancia que tragó sin apuro. Iruka hizo un ruido seco, usó sus dedos para limpiar el rastro que se regaba por su quijada y suspiró cerrando sus ojos... eso había sido… diferente. Para Iruka un deseo cumplido, para Kakashi la mejor felación que había tenido y ninguno dijo nada mientras recuperaban el aliento

 

 

—Iruka — susurró Kakashi acercándose al castaño que mostraba sus mejillas completamente rojas — ¿estás bien?

—hum… sí… pero creo que me corrí también — susurró quedito avergonzándose más aún. ¿Tanto había disfrutado como para eyacular también? Y sin tocarse

—¿qué dices? — sonrió acariciándole la mejilla — Iruka

—Kakashi-san… el bar — evitó que el otro se le ocurriera besarle, pues aún tenía en su boca un leve rastro y no quería arriesgarse — puede… adelantarse

—¿y quedarme con las ganas de aprender más? — habló con malicia. ¿Para qué negarlo? Aun deseaba seguir con eso

—tenemos tiempo a futuro, Kakashi — sonrió divertido por la voz sugerente del otro — ahora… debemos trabajar — susurró antes de cubrir su boca con su mano — aunque… lo saborearé toda la noche — sonrió antes de relamerse los labios. En ese instante pagaría una fortuna por la dicha de ver la expresión de Kakashi… pero no le era posible

—lo haces a propósito — se quejó mientras sentía la necesidad de no dejar que Iruka se levantara y se alejara… a eso lo llamaban… placer carnal

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

Antes que nada, debo disculparme por desaparecer. Sinceramente estoy en un bloqueo con esta historia, tengo el final en mi cabecita, pero olvidé cómo llegar ahí y estoy tratando de mentalizarme. Necesito tiempo, así que demoraré en actualizar (ya ni deben sorprenderse por eso :v), pero si me fuerzo a escribir sin sentir lo que los personajes sienten, no saldrá decente.

Inspiración-chan. Te suplico que vuelvas T-T

Lo siguiente es que lamento si el proceso de adopción no sigue las reglas legales de algún país en específico, la verdad cuando me quise poner a leer el código penal me quedé dormida, y después ya le agarré miedo a eso XD… así que… lo haremos simple y sin detalles

Manden sus buenas vibras para esta escritora

Muchos besos~

Nos veremos 

 

PD: un lime para compensar :v 


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