Luego de lo ocurrido en la casa del rubio, cierto ninja iba caminando confuso hacia la oficina de la hokage, en su mente no podía dejar de buscar una razón para lo que había ocurrido, decidió dejar de pensar en eso e ir directamente con la persona que podría explicárselo.
-Hola Tsunade- habló por la ventana dirigiéndose a la mujer la cual se molestó.
-¿Cuántas veces debo decirte que uses la puerta como todos los demás?- estaba molesta puesto que siempre este hacia lo que quería.
-Perdona, no volverá a ocurrir- obviamente la mujer no creyó en eso, esa era lo que siempre le decía pero aun así nunca lo cumplía.
-Bien, ¿Cómo van las cosas entre ellos?- decidió cambiar el tema para no tener que volver a sermonearle pero también ahora tenía cosas más importantes de las cuales tenía que encargarse.
-Ellos se encuentran bien- respondió tranquilo –Aunque para ser sincero nunca creí que Naruto fuera tan bueno con los niños.
-Eso no es de sorprender, cualquier niño jamás se separaría de él después de conocerle, puede ser un idiota escandaloso pero es alguien a quien simplemente no puedes evitar seguir- al decir aquello ambos adultos rieron, eso era tan cierto –Pero creo que eso se debe a que es Sasuke después de todo, ellos son inseparables.
-Tal vez esa sea la razón- dijo en voz alta logrando curiosidad en la otra persona -Cuando Sasuke me vio no me reconoció- dijo con un tono algo confuso.
-Entonces mis sospechas eran ciertas- respondió pensativa, cuando regreso a la habitación en el hospital, el pelinegro no le reconoció ni a ella ni a Shizune. Kakashi solo se limitó a observarla entendiendo en lo que pensaba puesto que esa fue la verdadera razón para mandarle a investigar a ese par, saber si Sasuke recordaba a alguien más a parte del rubio. La mujer suspiro algo cansada por cómo se desarrollaron los hechos –Solo nos queda esperar a que regrese a su forma normal y nos cuente que fue lo que ocurrió –con esto el otro asintió dándole razón –Entonces, eres libre de irte a casa –el hombre se despidió y se dirigió a casa pero no sin antes de observar de nuevo a sus estudiantes.
Se paró en el techo del edificio frente al hogar del rubio, observando por la ventana como este intentaba que el pelinegro dejara de jugar y se fuera a dormir, sonrió ante esto, realmente era diferente del Sasuke habitual pero no en su totalidad ya que este solo se mostraba así para su amigo. Estaba cansado así que decidió confiar en que el joven cuidaría del otro, se dirigió a su casa en donde solo pudo esperar a que todo volviera a la normalidad.
…
A la mañana siguiente un rubio se despertó siendo abrazado por un pequeño Sasuke, era algo incómodo pero de una extraña razón le hacía sentirse feliz, con cuidado de no despertarlo se dirigió a la cocina donde empezó a preparar el desayuno, mientras lo hacía empezó a meditar por qué se sentía tan calmado, tal vez la razón era porque Sasuke a pesar de ser un niño se notaba sin algún tipo de preocupación, algo bastante bueno a su parecer, una vez que termino el desayuno decidió llamar al pequeño pero fue sacado de sus pensamientos por una voz.
-Naruto- el pequeño frotaba sus ojos mientras bostezaba, era la prueba de que apenas había despertado.
-Buenos días- le sonrió y se acercó a su lado -¿Dormiste bien?
-Si- fue su respuesta, ignorando al mayor se sentó y recargo sus manos en la mesa -¿Qué vamos a desayunar?- dejo al rubio algo divertido por su actitud, tan directo como siempre.
-Hice algunos panqueques- al escucharlo el menor abrió los ojos emocionado.
-¿De verdad?- el rubio se sonrojo al ver su expresión, ¿Cómo era posible que fuera tan lindo? Pero ahora que lo pensaba siempre lo había sido, se dio cuenta de sus pensamientos y se dio un golpe mental.
-Por supuesto- acaricio los cabellos del menor y dejo un plato frente a él, este empezó a desayunar de manera rápida, le regaño logrando tranquilizar al menor para que no se apresurara y ocurriera algún accidente. Cuando finalmente terminaron de comer el rubio mando al pequeño a la sala donde podía jugar mientras el limpiaba.
-¿Desde cuando tienes instinto maternal?- se escuchó una voz burlona que hizo enojar a su receptor.
-No me provoques Kurama- al decir esto, el llamado empezó a reír disimuladamente.
-No es necesario que te molestes, ¿Quién iba a pensar que terminarías por cuidar del mocoso Uchiha? Realmente eres diferente a Minato- eso llamó la atención del otro.
-¿Por qué?
-El realmente era malo con los niños- guardo silencio por un instante razonando –En realidad eran los niños que no se llevaban bien con él.
-¿A qué te refieres con eso?- solo estaba llenándolo con más dudas.
-Él era un completo idiota pero a diferencia tuya el usaba su cabeza- el rubio solo decidió ignorar ese comentario –Cuando Kushina y Minato se enteraron sobre ti, él perdió la cabeza, por supuesto estaba feliz pero fue un desastre- el rubio se sintió feliz al escucharle.
-Es extraño que me digas algo como esto.
-Tómalo como una muestra de amistad- ambos guardaron silencio por unos segundos que fueron rápidamente interrumpidos por el zorro –Será mejor que te comportes con el mocoso antes de que te conviertas en un criminal- sonrió al decirlo.
-¿Qué quieres decir?- interrogó a su compañero extrañado por sus palabras.
-Solo es una advertencia- dicho esto Naruto no le escucho más, intento pensar en el motivo por el cual Kurama le había dicho esto pero no comprendió, ¿Por qué se convertiría en un criminal? Simplemente no tenía sentido así que decidió terminar con lo que estaba haciendo. Al regresar a la sala encontró al pequeño mirando por la ventana provocando su curiosidad.
-¿Sucede algo?- le interrogó.
-Quiero salir- miró al recién llegado con una expresión tan linda que hizo que el rubio sudara frío, no podía permitir que el pequeño saliera y encontrara el distrito de los Uchiha, podría ser algo bastante malo para él.
-Pero es mejor quedarse adentro. ¿No lo crees?- el llamado se negó, lo que provoco nerviosismo en el adulto presente, intentó convencer al menor de quedarse adentro, nombro todo lo que podían hacer dentro de casa pero un testarudo Sasuke se opuso a todas sus opciones.
-Quiero salir- se cruzó de brazos y le dirigió una mirada arrogante al mayor, incapacitado de continuar con la pequeña discusión con él finalmente se rindió.
–Pero solo con una condición- el pelinegro se dispuso a escucharlo –No puedes separarte de mi lado por nada del mundo- el menor pareció meditarlo, a pesar de su edad era bastante astuto.
-Está bien, lo haré con dos condiciones- ahora era él el que impondría las reglas, no muy alegre el rubio solo pudo asentir a lo que pedía, ¿Qué tal malo podría ser? Pero tal parece que las cosas podrían ponerse difíciles.
-¿Cuáles son?
-La primera es que haremos todo lo que yo quiera- habló seguro, al rubio no le gustaba la idea pero no se opondría a ello si consideraba que no le afectaría.
-De acuerdo, entonces ¿Cuál es la segunda?- el pequeño sonrió con malicia, su plan estaba funcionando.
-La segunda condición es que será una cita- eso le tomo desprevenido, antes de que el rubio hablara continuo –Con eso me refiero a una cita romántica- Naruto palideció, creyó no escuchar bien pero al observarle se dio cuenta de que era bastante serio, no sabía que decir, el demandante había salido de la habitación dejándole algo preocupado y ansioso, para ser sincero esa la primera vez que va a una cita romántica con alguien, no podía creer que Sasuke siendo un niño le invitara para tener planes románticos, inconscientemente se sonrojo, mientras el zorro que había observado todo se reía con malicia.
-Al parecer los niños de hoy en día son bastante atrevidos.