Minseok miró a Luhan, el cual parecía nervioso. Había estado dos semanas intentando meterle la idea en la cabeza de que sería infeliz si no le aceptaba, que él merecía la felicidad, que llegaría un momento en el que se cansaría y, si no podía volver a su dimensión, se buscaría a otra persona – cosa que no pensaba hacer nunca, por el amor de dios, Luhan sería suyo sí o sí – o que si regresaba, el otro Minseok se buscaría a alguien que sí le amara.
Y el miedo en Luhan era muy real.
Si era alguien tan posesivo con Minseok y celoso era por el simple hecho de que no lo tenía como él quería. Querer tenerlo entre sus brazos como su pareja, pero que no pudiera serlo hacía que fuera el doble de celoso, con un tira y afloja extraño donde daba sin dar, queriendo recibir sin recibir. Era extraño, pero Minseok se negaba a mantenerse más tiempo en ese estado donde no eran nada pero querían serlo todo.
…l, como que se llamaba Kim Minseok, tendría a Luhan de una vez por todas, aun si tenía que pasársela metiéndole miedos infundados, miedos que no tenían por qué existir y dándole situaciones que no tenían por qué pasar, pero cuyas posibilidades existían y era bien ciertas. Pero si algo sabía Minseok era que Luhan estaba al borde del abismo, a pocos pasos de caer en su trampa cual insecto en una tela de araña, y por fin podría poseerlo y que fuera suyo.
No podrían casarse, pero eso no implicaba que no fueran nada serio o que no fueran el uno para el otro. Había tantas maneras de demostrar el amor hacia alguien que no eran aceptando el matrimonio, aun cuando Minseok siempre fue partidario de casarse cuando encontrara a la persona que amaba, y bueno, en su dimensión lo había conseguido, estaba casado con la persona que amaba, su dulce, tierno y débil Luhan.
Lo echaba de menos, para que negar esa realidad, y algunas veces sentía nostalgia al recordar ese Luhan que lloraba a la mínima, que cuando se metían con él se escondía detrás de él pidiéndole ayuda.
Lo extrañaba tanto…
Y supuso, el Minseok del otro lado no podría evitar extrañar al Luhan con más carácter.
Suspiró, viendo como Jongdae por fin se mantenía lejos de él, y es que aunque asumía que era un Minseok diferente, y él mismo asumía que ese Jongdae era heterosexual y no querría quitarle a Luhan, no podía evitar sentir odio hacia él y asustarlo siempre que estaba mínimamente cerca, aun cuando eso dolía al otro porque eran mejores amigos, o al menos, lo era con el otro Minseok.
Era algo que no podía evitar.
-Baozi… -Minseok miró a Luhan, la única persona que le decía así.
-No me digas de esa manera, sabes que lo odio. –Replicó, Luhan puso mala cara.
-Pues siento decirte que no dejaré de decirte así, para mi sigues siendo un Baozi adorable, de otra dimensión o no. –Se burló –Así que o te acostumbras o te acostumbras.
Minseok rodó los ojos.
-Odio ese apodo.
-Pero oye, eso de las dimensiones me suena a película –Se quejó Baekhyun -¿En serio eres de otra dimensión? Ya decía yo que dabas demasiado miedo.
-Lo soy ¿Problema? Porque eso explica también porque eres tan niña aquí.
Baekhyun se quedó con la boca abierta mientras Chanyeol se aguantaba para no reírse, aunque otros como Sehun, Kai y Kyungsoo ya se estaban riendo del pobre Baekhyun.
-Eh, que yo iba a hablar con Baozi –Se quejó Luhan –Minseok, quería pedirte un favor.
-Claro, lo que desees.
-¿Puedes acompañarme esta tarde al centro comercial? Es que quiero comprarme algo y si voy solo es más probable que las fans me acosen.
-Claro, cuenta con ello, preciosura. –Le dijo con coquetería, sabiendo que Luhan siempre se ponía nervioso cuando le decía de esa manera, quizás porque no estaba acostumbrado a escuchar ese tipo de cosas.
Luhan se sonrojó.
-¡No me digas así!
-Claro, dejaré de decirte preciosura, amor. –Siguió burlándose, Luhan hizo una mueca, tímido.
-Así tampoco… -Murmuró, los demás se reían de Luhan, gritándole que dejara de hacerse el fuerte cuando era lo que más deseaba. Luhan les maldecía a todos en chino.
-Bueno, entonces te llamaré my lady si te parece bien. –Rió, a Luhan por poco le daba un infarto.
-¡Dime así y te pateo las bolas!
Minseok se levantó, acercándose lentamente al chino. Le cogió de la cintura atrayéndolo a su cuerpo, haciendo que el menor por un mes posara sus brazos en su torso por instinto, mirándole sin apartarse como hacia anteriormente. Algo era algo.
-Eres de los que cuesta complacer… -Comentó en doble sentido –Me encantan los retos.
Luhan abrió la boca sonrojado, sin saber qué diablos debía de contestar ahora, cuando Minseok aprovechó eso para besarle con pasión, colando su lengua. Cuando se separó, sabiendo que no solo sorprendió a Luhan sino a todos los que estaban a su alrededor, sonrió de lado, caminando hasta su habitación, dejando atrás a un Luhan que no pudo ver, un Luhan sonrojado hasta las orejas, con ambas manos tocando sus labios, su corazón latiendo a mil y pensando.
Pensando en que quizás, solo quizás, debería de darle una oportunidad a la felicidad.
Por la tarde, salieron como Luhan dijo. No fueron, en realidad, demasiado lejos, tampoco iban a estar mucho tiempo porque ser idols hacía que todos les reconocieran, les hicieran fotos, especularan de a saber qué tipo de cosas y les siguieran hasta para ir al baño y eso era molesto. Fueron directos a la segunda planta del centro comercial, a una tienda de deporte donde Luhan quería mirarse pantalones para hacer ejercicio, puesto que los que tenía estaban ya algo viejos y quería cambiarlos.
Comenzaron a mirar, y Minseok se planteó ejercitarse porque el cuerpo que poseía ese Minseok de aquella dimensión era demasiado delgado y sin músculo apenas. Sí, era una posibilidad. De esa manera, terminó comprándose él también ropa de deporte y fueron ambos con sus bolsas.
-Al final te compraste algo –Dijo el chino divertido.
-No pude evitarlo, quiero que este cuerpo sea musculado como el que tenía en mi dimensión.
-Cuando Baozi viera el cuerpo que de repente tenía, seguro se moriría –Rió –No hace mucho ejercicio.
-Pues más le vale hacer para conservar mi cuerpo.
-Tienes una obsesión con eso por lo que veo-Comentó inquieto -¿Es por algo en especial?
-No… No en realidad –Mintió.
-¿Allí también te acosaban por tener sobrepeso? –Preguntó de golpe, Minseok le miró con sorpresa.
¿Cómo había adivinado? Pensó, mirándole con sorpresa, y Luhan le sonrió sin demasiadas ganas, o eso creyó ver.
-No lo notas porque has venido en una época donde por fin come bien, pero el Minseok de esta dimensión dejó de comer. Había una temporada donde literalmente, comenzaba a tener un cuerpo anoréxico, y todos nos dábamos cuenta –Relató –No tenía anorexia o bulimia, sin embargo, dejó de comer, apenas consumía alimento, decía que era el método más rápido. A ti, en cambio, te dio por el duro ejercicio.
-Vaya… Justo en el clavo.
-Cuerpo perfecto para evitar críticas… Muy visto también, aun así, prefiero eso a que dejaras de comer…
-El Minseok de aquí es débil ¿Cierto?
-No, no te confundas. Es fuerte, como tú. Su fuerza es mayor que la de cualquiera, su mente es fuerte y capaz de soportar por mucho, pero vivimos de nuestro cuerpo y cara, aunque suene mal. –Dijo serio –Es el más responsable del grupo, el que se mete en las peleas para pararlas, pero cuidado no toques a quien él considera importante, porque se meterá a dar golpes y recibirlos si hace falta, aun cuando normalmente se la pasa haciendo gestos lindos…
-Ya veo…
-En fin, regresemos a casa.
Al regresar, guardaron lo que habían comprado y Minseok fue directo a ducharse, aun cuando la puerta del baño seguía rota.
Al entrar, se miró al espejo. La vez que fue a un mundo que no era, que acabó, ahí, lo hizo mirando el espejo en medio de la noche, como hoy, solo. Se concentró, a ver si podía ver algo diferente, pero solo se veía a él, con unas facciones más aniñadas que las que él se recordaba, y es que aunque eran muy parecidos, no eran cien por cien iguales.
-Esto es una pérdida de tiempo…
Pero cuando dijo eso, el espejo de repente se iluminó. Se hecho hacia atrás, asustado, pero sin romper el contacto con el espejo, viendo que su reflejo no era su reflejo. La ropa, el pelo, sus facciones más serias, todo era diferente.
Era él… Su verdadero cuerpo.
-Qué diablos… -Dijo, el otro hizo otros movimientos, asustado.
-No entiendo –Habló el del espejo –Yo solo me estaba mirando… -Puchereó.
Su cuerpo, su verdadero cuerpo, haciendo un puchero. Por dios, que el mundo se acabe, eso era horrible.
-¡NO hagas eso con mi cara! –Gritó con frialdad, el del espejo se asustó.
-Qu-Quien eres… Que… Que pasa…
-¿No sabes qué pasa? –Preguntó incrédulo -¿No te molestaste en investigar?
-¿Eh?
Lo asesinaba… Asesinaba a su otro yo.
-¿Cuándo despertaste de un desmayo que tuviste hace más de un mes, te encontraste con recuerdos diferentes?
-¡Sí! De repente estaba casado…
-¡No son recuerdos diferentes, chico! –Gritó –Son reales, pero no son tuyos. Tus estas en mi cuerpo mientras yo estoy en el tuyo, todo lo que creíste vivir lo has vivido, pero en tu dimensión. Somos la misma persona, Minseok. La misma.
-¿Qué me metieron en la comida? –Se preguntó puchereando.
-¡He dicho que no hagas eso con mi cara pedazo de idiota!
-¡Perdón!
-¡Escúchame bien, mi otro yo, no lo repetiré más veces! Estas en otra dimensión, estas casado con Luhan, me casé yo en realidad. ¿Qué deseo pediste cuando te desmayaste?
-Estar con Luhan… Creo.
-Bien, si es eso… Mira, haremos una cosa. Creo que se cómo solucionar todo esto, pero es solo una teoría ¿De acuerdo, chico? Yo pedí que Luhan fuera más fuerte mentalmente, como verás, es muy débil, diferente a como lo recuerdas, tu pediste tener a Luhan, de acuerdo. Yo haré que Luhan caiga a tus pies, que deje de tonterías y sea tuyo, tu haz que Luhan, mi Luhan, se fortalezca mentalmente.
-Lo haré, dalo por hecho.
-Bien, atiéndele bien, no le dejes en abstinencia porque como me sea infiel te juro que te mato.
-Dudo que se le pase por la cabeza eso siquiera –Le dijo, mostrando seriedad por primera vez –Antes siquiera de pensar en sí mismo, comenzó a perseguirme aun si no aceptaba nada con él porque decía que no podía desatenderme o algo así… Piensa más en ti que en sí mismo, creo que eso ya es fortaleza, si me permites decir, pensar en otro antes que en sí mismo. A más, hace lo que puede para que el matrimonio no se deshaga, porque la situación ha sido difícil, y sobre atenderle…. –Se sonrojó –Aunque fue un poco traumático, me estoy acostando con él…
-Bien, sigue con ello. Sea lo que sea que estés haciendo, sigue así –Dijo –Que sea fuerte, seguro de si mismo sobretodo, que deje de decir que dejarás de amarle y esas cosas. Es inseguro.
-Lo tendré en cuenta, pero… Como harás…
-Oh, estoy en ello, Minseok.
-Oh…
-¡Nada de oh! –Gritó de golpe, el otro se asustó -¡Levanta la cabeza, los hombros anchos y saca pecho! ¡Somos Kim Minseok, joder! ¡Camina con seguridad en la vida, pedazo de idiota!
-¡Lo haré!
-¡Y como mi cuerpo sea delgado cuando llegue y no musculado te asesino!
-¡Haré ejercicio!
-Así me gusta…
-¿Qué está pasando, Minseok? –Se escuchó del otro lado la voz de Luhan, cuando Minseok dejó de mirar al espejo, todo volvió a la normalidad.
En ese lado, Minseok suspiró. No se esperaba que pasara aquello, pero ahora, por mucho que lo intentaba nada pasaba. ¿Fue una casualidad? ¿Habían vuelto a coincidir ambos de la misma manera en ambas dimensiones?
Bueno, al menos tenía un plan ahora.
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-Te lo juro, es cierto –Dijo –Lo he visto, esto es otra dimensión, Luhan.
-En serio, creo que te han drogado –Murmuró preocupado, abrazándole –Pobrecito mi pequeñín.
-No soy tu pequeñín…
-Venga va, Luhan te mima –Dijo tirándole en la cama –Estás delirando.
-¡No deliro!
Minseok se apartó de entre los brazos de Luhan y fue al ordenador, murmurando que le demostraría que no estaba mintiendo, que aquello debió de pasarle a más gente, que no podía ser a la única persona que le había pasado, porque sabía que no fue un sueño, que era cierto aquello tan místico que había pasado.
Todo era real.
Luhan se sentó a su lado, observando como su esposo parecía realmente creerse eso. Bueno, si estaba tan seguro podría ser real, pero le costaba tanto imaginarse algo como eso que su mente lo descartaba rápidamente pero… ¿Y si era ese el motivo que llevó a Minseok a no recordar?
Quizás no eran falsos recuerdos o que no recordaba, sino que simplemente, recordaba su vida en la otra dimensión.
-Mira –Habló Minseok –Mira esto.
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-Es tan parecido… -Murmuró Minseok, Luhan le miró.
-¿Por qué?
-Porque me desmayé en el baño, después de decir que ojalá pudiera estar con Luhan… contigo. En mis recuerdos, jamás estaba a tu lado… Porque así era. Mis recuerdos no eran falsos, Luhan… Esta vida es del Minseok que está en la otra dimensión…
-Oh dios… -Murmuró, sin poder entender realmente –Entonces… Hasta que él no tenga a Luhan, ese Luhan, y tú no cumplas lo que él pidió…
-No volveremos a la normalidad.
-¿Qué pidió mi Minseok? ¿Qué quería con tanta ansia? –Dijo preocupado, con miedo, y Minseok entendió a qué se refería su otro yo. Luhan parecía vivir en un miedo constante a que le dejara, dejándose llevar por los demás, siendo débil físicamente pero sobretodo mentalmente.
Era lo que había que cambiar.
Debía darle seguridad a Luhan.
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